La algarabía que está orquestando Sanchez para poner entre la
espada y la pared a Cs es síntoma de que el éxito de la operación
Vox se le está subiendo a la cabeza, pero también de lo expuesto
que está ante sus contradicciones profundas. No se le debe ocultar a
los estrategas de los centro derecha que de esta manera Sanchez está
cayendo en su propia trampa. Más en concreto ofrece la gran
oportunidad a Cs de ponerlo en evidencia.
¿Qué podría hacer
Sanchez si Cs, o incluso el PP, aceptan su amago de envite y reclaman
negociar un pacto de estado?. Pero sobre todo ¿qué podría decir?
¿que es más peligroso Vox que los separatistas?
Naturalmente un
pacto desde la premisa de que Sanchez renuncia a acuerdo alguno con
las nacionalistas si estos no abjuran del golpe de Estado y se
comprometen con la Constitución. Para más concreción: renuncia al
indulto, renuncia a negociar un nuevo estatuto de autonomía,
aplicación de la Constitución en todo lo que está burlada,
aplicación del 155.
Creo que puede
motivar confusión que Cs dirija estas exigencias a los "Barones constitucionalistas", para
que se desmarquen de su gran jefe, cuando lo que está en juego es la
dirección de la política nacional. No se olvide que el gran éxito
de Sanchez no se ha debido sólo al manejo del espantajo
ultraderechista sino al trampantojo dialogomaníaco en el que ha
envuelto la disposición a marchar en común con los separatistas.
Sería una contradicción inexplicable y una irresponsabildad suicida emprender negociaciones locales, salvo las estrictamente administrativas, si antes Sanchez no hace profesión pública de bajarse del burro.
¿Que, como este
dice, hay que dialogar siempre y por encima de todo? Pues eso a
dialogar de verdad.