jueves, 27 de marzo de 2025

SANCHEZ MÁS ALLÁ DE LA "PEDAGOGÍA"

 

Sanchez parecía haber encontrado una prometedora estabilidad con el afinamiento del pacto con el separatismo catalán/vascón, en beneficio de la vía libre a la soberanía confederal, pero la intromisión del rearme de la U.E. son palabras mayores y motivo de mucha zozobra. La versión actual del pacto de toda la vida socialista separatista estipula que, a cambio de todo tipo de ventajas soberanistas que convertirían a Cataluña y Euzkadi en naciones soberanas, a la espera la formalización definitiva de la independencia para "cuando proceda", Sanchez asentará su dictadura chavista, pero con máscara democrática en atención a la necesidad de que siga vigente la cobertura europea de España. 

Este pacto destituyente requiere el ajuste de tiempos. Ni Sanchez puede consumar el proceso dictatorial por su cuenta antes de que los separatistas tengan la ansiada independencia, ni estos pueden tener la independencia antes de que Sanchez consume su propósito, por ejemplo forzando la República. Ni los separatistas se pueden fiar de Sanchez, ni Sanchez se puede fiar del pueblo español si antes permite la independencia de Cataluña y el País Vasco. El resultado es un empate y un impasse, pero beneficioso para las expectativas últimas de ambas partes.

 

Cabe obviar el efecto de la persecución judicial de la corrupción, porque el bloque político/mediático y sociológico sanchista lo tiene digerido en flagrante complicidad moral.


Pero la inclemencia de efectos imprevisibles viene de U.E. En principio la intromisión del rearme sólo afecta indirectamente a este especie de status quo turbulento. El debilitamiento de la posición general de Sanchez puede tanto entregarlo más a las veleidades separatistas, como excitar las ansias independentistas de forzar la solución final, antes de que el escudo Sanchista colapse. La contradicción de Sanchez procede de que necesita tanto el amparo europeo para mantener su prestigio público, como sobre todo para financiar su versión comisionista del Estado del bienestar, mientras que por inclinación ideológica y posicionamiento político detesta el sistema liberal democrático que encarna Europa.


<Por cierto y aparte: ¿Tiene esta contradicción algo que ver con las visitas, que parecen cortejo, de la dictadura china? ¿tantea la posibilidad de reemplazar el amparo financiero europeo por el de la dictadura china?>


Sigamos. Hasta ahora Sanchez ha toreado a U.E. en gran medida porque esta se ha dejado torear. Podía camuflar sus trampas jurídicas, su corrupción y el desmantelamiento del Estado de Derecho, sin excesivos problemas, contando con el temor y la simpatía wokista de las élites burocráticas y políticas europeas. Esta ascendencia, al menos potencial, en una opinión pública nihilista y buenista, complementaba el temor que genera la aparición de un agujero negro en el núcleo de los países más prósperos. Por lo que se refiere a Sanchez este no tiene más remedio que airear su pedigree "pacifista" y "social" ante el grueso de la población española y a la vez aparentar compromiso con las necesidades estratégicas de rearme que se imponen en la U.E.


La clave es la actitud del núcleo de poder de la U.E. y la OTAN ante los juegos del trilero que se avecinan. Si consienten, Sanchez tendrá un balón de oxigeno para apuntalar su actual status quo funambulista. En caso contrario Sanchez tendrá que decidir si precipita su proyecto tiránico. En no menor brete se encontrará la población española. Quien más quien menos puede mosquearse si resulta que el interesado pacifismo mayoritario choca con el bienestar que depara la pertenencia al orden occidental. De verse desairado Sanchez no dudará en enarbolar hasta extremos podemitas la bandera pacifista. Pedagógicamente claro. En cualquier caso dejará señales a los socios europeos de que esto podría darse, por supuesto "con todo pesar". Para no pasar a mayores.

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