miércoles, 28 de febrero de 2024

PÁNICO Y ÓRDAGO

 

Lo que parecía un trueno es en realidad un alud. Con semejante sorpresa Sanchez ha entrado en pánico. Como nunca había entrado en pánico. Los episodios que lo ponían al borde del abismo le excitaban, incluso las elecciones pasadas, Pamplona o la amnistía. Aprendió a saltar el abismo a base de órdagos, a tajos de aizkolari. Seguramente las enseñanzas de Abalos no debieron ser vanas. Con su magisterio el Felón se ha templado para echar órdagos y pegar tajos a troche y moche. Su audacia ya es la marca de la casa, la marca de la infalibilidad para su grey.


Ante el alud de la Koldosfera ha vuelto a lanzar un órdago, con la particularidad de que tiene por objeto a su mentor guía del estercolero. Pero esto no es baladí. Con ello a cuestas el órdago es una simple salida refleja movida por el pánico, no por el control del pánico, como anteriormente. Una salida audaz por supuesto pero carente de temple. En la ofuscación lo sorprendente no ha sido el ordago sino la voluntad de escenificarlo, como si de esta manera exorcizara el pánico. Como Hitler después del atentado fallido, se siente invulnerable, eterno. Y para no olvidar el personaje que se construido ha querido escenificarlo con un ultimatum expeditivo a la vista de todos.


¿Cómo se combina ser el “destinado” con el pánico que ya campa sin control? Seguramente convencido de que el cortafuegos funcionaría fulminantemente. No hay caso conocido que lo desmienta.Por eso viene el pánico sobre el pánico cuando el desesperado se echa al monte. Ábalos malherido por ser objeto de escarnio público parece aceptar el órdago. Pero por ahora sólo amenaza con enseñar sus cartas. El jefe de la Banda, el Bandamás,  lo fía todo a que el traidor se conforme en cuidar de sus familias sanguíneas por encima de todo, resignado a la  perdida  de la verdadera familia de cualquier socialista,  la familia socialista.

De no ser así ¿quién está en condiciones de echar el órdago definitivo?

¿Y la legislatura? Salvo que la Justicia tire de la manta, lo que se mande desde Waterloo, pase lo que pase. Desde allí se pregona: “sé fuerte Pedro resiste”. Ya bien maduro el receptor y normalizada la ignominia, ¿no hará Pedro de tripas corazón hasta donde sea menester?, ¿no se aferrará a su "invulnerabilidad"?.

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