En estos tiempos procelosos y absurdos es inevitable la tentación de meterse en la mente del fanático. Resulta de ello algo tan frustrante como anticiparse al plan de la creación. Son tiempo procelosos por lo que todos sabemos. Son tiempos absurdos porque España funciona razonablemente en lo que a vida social y económica, y hasta cultural, se refiere. Vamos como cualquier país "normal" de nuestro entorno, etc Y resulta de lo más delirante y canalla tratar de poner todo patas arriba para ajustar las cuentas del pasado. Todos debiéramos avergonzarnos de lo más putrefacto de nuestro pasado si tuviéramos un mínimo de objetividad y de piedad. Todos debiéramos respetar a todos los muertos porque lo han sufrido y son nuestros. Y no hay más motivo de sufrimiento que haber protagonizado tamaña culpa colectiva. Lo más hiriente es que los que pretenden ajustar cuentas debieran empezar por tener piedad de sí mismos y de la historia que quieren reivindicar y retrotraer. Más que polarización, la sociedad española sufre un proceso de inducción a la polarización. Proceso que se pretende interminable.
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