domingo, 23 de febrero de 2014

LEGUINA Y EL FOSO GENERACIONAL.



El libro de J. Leguina ,"Zapatero, el gran organizador de derrotas:historia de un despropósito", parece tan interesante por lo que cuenta como por lo que sugiere: el inmenso alejamiento  mental entre lo que el autor representa o ha representado y la generación que está al cargo de las riendas de su partido y en general de la izquierda. Esta distancia es notoria en la sociedad española pero se concentra especialmente en los socialistas. Arcadi Espada preguntaba medio irónicamente a Leguina en una tertulia que por qué siendo tan juiciosas sus opiniones han tenido tan poco seguimiento en las filas socialistas. La verdad es que el inevitable relevo generacional presenta algunas connotaciones de foso mental. Mucho tiene que ver con el “nuevo mundo cultural” que parecen inaugurar las “jóvenes generaciones”, pero hay también un plano político con vida propia que afecta especialmente a la izquierda. La paradoja es que la nueva hornada apenas trae alguna idea nueva, más bien descubre lo que antes sólo se sugería o enfatiza ideas que antes pasaban de soslayo o como latiguillos retóricos.

viernes, 21 de febrero de 2014

DUDAS METAFÍSICAS



Rubalcaba se debate entre la anécdota y la categoría sin adscribirse a una u otra a toda costa. Quiere que todos participemos del juego en el que se cree el mago prestidigitador. ¿Votar junto al PP contra el proceso es anécdota o categoría?, ¿prometer no volver a hacerlo nunca más es anécdota o categoría?, ¿la unidad de España y la salvaguarda de la Constitución es anécdota o categoría?, ¿se trata de ganar tiempo?, ¿pero para sí mismo o para el Estado de derecho?, ¿acaso para aclararse mejor él mismo y algunos de los suyos?. Pito, pito, gorgorito…

miércoles, 19 de febrero de 2014

¿DESBARRA A.MAS?



La soflama de A. Mas para que los empresarios catalanes se mojen coincide con la llamada de Alicia Sánchez-Camacho a Duran para que se deslinde del proceso. La coincidencia puede ser significativa. La señora Camacho, al reconocer que “sólo” Duran puede frenar el proceso,  ha tenido un rapto de sinceridad frente al mensaje oficial del gobierno y la clase política de que “es imposible que pase nada”. Mensaje que por cierto comparte el grueso de la opinión pública y la opinión publicada. Lo que viene a reconocer es que los constitucionalistas y el gobierno carecen de resortes para cambiar directamente la marcha de las cosas y que la resolución está en manos de las fuerzas vivas catalanas. En este sentido la llamada de A. Mas a “sus” empresarios resulta sorprendente. Hasta el momento se podía interpretar el silencio de los empresarios bien como un acto de consentimiento (“quien calla otorga”) o como una muestra del temor y la intimidación que padecen por parte del poder catalán. Desde el momento que A. Mas los ha emplazado, el silencio sólo se puede interpretar como un desacuerdo a las pretensiones independentistas.  Para estos sólo vale el apoyo activo. Desde el punto de vista de su causa, la jugada de A. Mas parece gratuita e innecesaria. ¿Responde a un mero acto de soberbia, "hybris" decían los griegos, de quien ya se siente triunfador?, ¿es por el contrario el reconocimiento de que es imprescindible para la independencia el apoyo activo de los empresarios y que esto está en el alero?, ¿es una maniobra para bloquear la posibilidad de que Durán siga el consejo de la Señora Camacho?. Nada parece muy claro, pero creo que es el primer paso en falso que ha cometido el que todavía pretende ser líder del independentismo. Obligar a los empresarios a salir de la zozobra no parece lo más inteligente, a no ser que se esté convencido de que llevan dentro un corazón independentista tan fuerte que va a prevalecer sobre la razón de sus negocios. O que se les puede presionar tanto, que se han de avenir a “razones”. Porque sin la presión "patriótica", el argumento de que Cataluña fuera de España será la Holanda del Mediterráneo vale para el TBO. Cualquiera que piense un poco sabe que lo mejor que les puede pasar de salirse es seguir igual y lo más probable es seguir bastante peor.
Posdata. La señora Camacho puede esperar sentada a que Duran se pronuncie como ella quiere. Este señor sabe que de hacerlo y llega la independencia no tendrá nada que hacer, mientras que su único futuro es seguir como está. Y no es tan patriota como para sacrificarse por el bien de Cataluña, máxime cuando dicho bien pasa por seguir dentro de España, en la España constitucional claro, tal como seguramente sabe y comparte con otros muchos que viven instalados en el agravio.

lunes, 17 de febrero de 2014

PEQUEÑAS VIDAS PARALELAS. GARZÓN Y GALLARDÓN.



Seguramente si Plutarco estuviera presente no prestaría un minuto de atención a estas personalidades, pero quienes compartimos tanta grisura nos podemos permitir alguna licencia. Ambos son rara avis en el panorama de la clase política, porque se creen más destinados al juicio de la posteridad que a acometer los cambalaches diarios. Pero esto no quita para que su carrera política, que por tal hay que considerar tanto las aventuras judiciales de uno como los enredos de gestor local del otro, sea un fascinante cambalache.

miércoles, 12 de febrero de 2014

LA QUIJOTADA PERFECTA.




La Ley de Justicia Universal no puede provenir de otro país que España. El “procesamiento” de Jan Zhe Ming es el colmo de la dificultad, parece que  congénita y muy abundante en estos lares, para comprender la diferencia elemental entre la ley jurídica y el imperativo moral.
Veamos:
1º La ley dilucida y decide entre los intereses en juego, arbitra sobre los problemas sociales y las condiciones comunes de vida, fija los derechos que debe proteger la sociedad. Se dirige idealmente al logro del bien común de una sociedad. El imperativo moral gobierna el modo de vida y la conducta personal conforme con la dignidad del hombre.
2º La ley resulta idealmente del acuerdo, contrato o pacto social. En todo caso de una decisión colectiva que en cuanto obligación es algo externo a quienes han de obedecerla. El imperativo moral proviene del interior de la conciencia y sólo obliga internamente.
3º La ley obliga a los ciudadanos a su cumplimiento coincida o no con sus gustos, creencias o criterios morales, siendo indiferente a este cumplimiento que se haga por convencimiento o por miedo al castigo. El imperativo moral obliga sólo en conciencia y a uno mismo. Cumplir por miedo al castigo ajeno, a la opinión ajena o al propio remordimiento contradice el imperativo moral.
4º Promulgada la ley legítimamente, es decir de acuerdo con el derecho, el Estado es responsable de su cumplimiento y de arbitrar los medios que hagan esto posible. Es un sinsentido arbitrar una ley que se sabe de imposible cumplimiento, bien porque rebasa las posibilidades de la sociedad o bien porque el Estado carece de medios para ello o simplemente porque no puede haber medio alguno. Es consustancial al imperativo moral poder realizarse porque depende de la propia voluntad. Aquí rige el principio kantiano “si debes, puedes”. En el caso de la ley rige el principio “si no se puede,  no se debe”.
Estas diferencias elementales no impiden puntos de contacto:
1º La ética como programa de respeto a la dignidad humana es la norma ideal del derecho, el modelo que este debe perseguir por aproximación continua o por exigencia urgente cuando los derechos humanos están en cuestión en una sociedad determinada.
2º La ética marca los límites, que no el contenido, a los que se tendría que sujetar la ley pública, a expensas claro está, de que la sociedad asuma esos límites como propia. Es como un tribunal constitucional ideal de una opinión pública moralmente íntegra.
3º El respeto a la ley y al derecho determina la civilidad o el civismo de la sociedad. El respeto a la ética como programa de la dignidad humana marca la moralidad de una sociedad. Pero el respeto a la ley y al derecho legítimo es parte del programa ético a favor de la dignidad humana y la asunción del programa ético es la principal fuerza de legitimidad del derecho. Un ciudadano que cumpla la ley por respeto a la ley no procede sólo como buen ciudadano sino sobre todo como buena persona, porque en este caso el respeto a la ley es la forma de respetar las personas de la sociedad. De la misma forma la persona tiene la potestad de objetar la ley si esta es inhumana, procediendo entonces como buen ciudadano.
La dificultad para comprender la diferencia elemental tiene que ver con la contaminación entre el derecho y  la moral en el subconsciente colectivo de la sociedad española. Algunos factores que pueden tener que ver con esta contaminación serían:
1º La concepción providencialista de la ley social como emanación de la ley divina, creencia propia del catolicismo que el mismo Sto. Tomás de Aquino trató de moderar. Se tiene así la ley civil como un orden ideal que prescribe lo bueno en sí y que la gente ha de cumplir en conciencia. Se da por supuesto que establecida la ley se cumple automáticamente en virtud de su valor intrínseco y no por los medios que se arbitran. Si se critica a la autoridad no es por incapacidad o incompetencia sino porque carece de la sensibilidad o el interés que hay que tener para poner las leyes ideales. Curiosamente el espíritu del providencialismo está más vigente en los medios anticlericales que en el oficialismo católico.
2º El desdibujamiento del sentido de la nación como ámbito de corresponsabilidad y de voluntad colectiva. Esto afecta primero a la soberanía que fundamenta el derecho a promulgar leyes pero sobre todo a quienes vale la ley porque obliga su cumplimiento. La nación puede ser “un concepto discutido y discutible” pero es el único espacio en el que puede valer la ley. O por lo menos se constituye como espacio de unidad en la pluralidad en el que rige la ley común. Igual que la nación precisa de la ley común, la ley común constituye a la nación. Una ley universal sólo puede existir si hay un gobierno o poder universal capaz de hacerla valer.
3º El ancestral desprecio de lo público como espacio de responsabilidad común. Se reduce el sentido de lo público a  lo que puede ser disponible por todos, pero no lo que depende de todos y obliga a todos.
Un británico lo expresaba en un programa de televisión: “los españoles se juntan para divertirse pero luego cada cual va a lo suyo y ya no le importa nada más”. Algunos  se creen con el poder  de hacer el bien por su cuenta, de la misma manera que otros creen que el mejor modo de hacer el bien es ir  cada uno a lo suyo, me permito apostillar moralistamente.

lunes, 3 de febrero de 2014

PEQUEÑA CRÓNICA DE UN DES-ENCUENTRO CIVILIZADO.



Sorprende que A. Mas haya aceptado lidiar el toro de F. González cuando no tiene nada que ganar y sí algo que perder, máxime cuando no debe desconocer que, aunque dicho toro deambule por el retiro, es capaz de revolverse y empitonar al más experto lidiador. Es posible que A. Mas ande sobrado o que, más improbable, subestime a su oponente. Pero lo más probable es que le resultase embarazoso negarse a la lidia, cuando nadie en su sano juicio sería capaz de tachar de facha a F. González y castigarlo con el desprecio de no hacer aprecio. Hay que felicitar a los organizadores del evento por su buena vista. Como era de esperar la velada transcurrió en un tono caballeresco y amable, a sabiendas los contendientes de que  debían guardar las formas a todo precio y que debían afinar los argumentos y mensajes al máximo.