sábado, 25 de octubre de 2014

"EL GRAN CIUDADANO"


El “asalto al cielo” que pretende Pablo Iglesias parece que pasa por el asalto a las clases medias. ¿O estamos por el contrario ante un nuevo partido regenerador del sistema? Así lo ven ya muchos. Sirva un botón de muestra.

“El trabajo de Felipe González hasta 1982 consistió en aglutinar a esa mayoría social en torno a un proyecto común progresista. El trabajo de Pablo Iglesias, ahora, parece querer ir por el mismo camino. Desde que Podemos obtuvo su espectacular resultado en las elecciones europeas de mayo, es muy difícil encontrar unas declaraciones suyas —o de su equipo más próximo— que no pueda suscribir cualquier ciudadano de izquierdas, moderado o radical. Desde muchas trincheras se les sigue acusando de leninistas, bolivarianos y utópicos, pero su discurso es ya sólo reformista y regenerador, como se demuestra en el esbozo de programa electoral aprobado en su asamblea fundacional del pasado fin de semana.” (Luisgé Martin. Anselmo Buendía y Pablo Iglesias)

Nada menos que Pablo Iglesias un émulo de Felipe Gonzalez.

Tiempo antes de esta “Asamblea ciudadana” un vecino de clase media, relativamente acomodado, me mostró su entusiasmo con Podemos y como no lo compartiera y le plantease algunas objeciones y dudas, me soltó: ”¡pues algún chollo escondes!” Aunque sin que lleguen a dar una respuesta tan desabrida, conozco otros ciudadanos de parecido status, que no se pueden clasificar entre los “perros flautas” y “antisistemas”, proclives a Podemos. Por lo que dicen los estudios de opinión la pretensión de su líder de hacerse con un buen botín entre las clases medias no parece descabellada. Al fin y al cabo es el público del que se nutren tradicionalmente todos los partidos, incluyendo hasta ahora IU.
Es obvio que el nazismo capitalizó la desesperación de las clases medias, pero por muy mal que esté la situación de las clases medias en nuestro país, estamos a años a luz. Estoy seguro que gran parte de los simpatizantes de Podemos vive con relativo acomodo y considera su situación personal también segura y aceptable, así ocurre al menos con los que conozco. Pero ello no evita que tengan un profundo malestar y que repudien “el sistema”, al que quisieran condenar a ser enterrado bajo sal como hicieron los romanos con Cartago. Tampoco, como se podría presumir, aprecio que sientan miedo por su futuro inmediato y a que el sistema deje de prestarles el servicio que seguramente merecen: pensiones, salarios, seguridad social..etc. Es así característico que no ligan su ira y malestar con su situación personal, sino con la marcha de la sociedad y de las cosas públicas, mientras que dan por supuesto que su status seguirá en todo momento parecido. No es su situación personal la referencia para enjuiciar el estado de las cosas públicas, sino una sensación borrosa de la realidad externa la que mide el estado de la propia casa.
¿Por qué una alternativa como UpyD o Ciudadanos, en principio impoluta y crítica con la corrupción y los males del bipartidismo, les parece “blandita” y trufada de intereses “sospechosos”? ¿por qué por contra sólo ven en Podemos la cara luminosa y les parece irrelevante su cara oscura? ¿no debía resultar evidente esta a la luz del mentor bolivariano? ¿qué les lleva en suma al convencimiento de que no son tan fieros como lo pintan? Sería gracioso por cierto que esta parte de la clase media se inclinase hacia Podemos en nombre de los mismos presupuestos que alienta UpyD o Ciudadanos. Por eso tiene que haber algo más, con independencia del peso mediático que es otro asunto a tratar con detenimiento y aparte.
El radicalismo al que conduce la crisis y la corrupción , incluso con todo su eco mediático, sólo es posible si el terreno está abonado. Tal vez este sector de la población tenga un extremo sentido del a virtud pública que se ha visto defraudado, una solidaridad con los desfavorecidos que no admite más componendas, pero también puede haber mucho de rabia sumergida, de malestar “sistémico”, que se retroalimenta permanentemente de los males y debilidades del sistema. Me temo que la fuerza de Podemos no provenga de la adaptación a la sensatez que, cabe suponer, tienen las clases medias, sino a la capitalización de cuentas por saldar que atraviesa y enreda a gran parte de nuestra sociedad.
Seguramente esta rabia endémica, que brota cíclicamente como el Guadiana y que enreda transversalmente a la población, sea reveladora de desajustes y supuestos nocivos que trastocan el “imaginario” colectivo, la relación entre la imaginación y la realidad, y nos hacen cargar sobre la democracia las culpas y responsabilidades de los dirigentes y las élites gobernantes, pasando además de puntillas entre los magos y prestidigitadores, tal como sucede en las cortes de la derecha con “el pequeño Nicolás”.
Pero también cabe que esta distorsión de la imaginación sea pasajera o no lo sea todo. ¿Que sucedería si muchos de los que simpatizan contra ellos mismos repararán en lo que les puede reportar Podemos? Quienes más parecen tener en cuenta esa posibilidad son los líderes de Podemos, por eso están tratando de adaptarse, para complacer y no alarmar a este público tan escurridizo y volátil. En gran medida no es un asunto baladí preparar al PSOE para avenirse a gobernar juntos, horizonte bien verosímil. ¿Táctica leninista o regeneración democrática? No es casual que esta mirada complaciente de mucha gente de la clase media, la compartan intelectuales y comunicadores de toda condición, tan críticos y exigentes para otras cosas. Que uno sepa, el concepto que expresa el líder sobre la democracia es perfectamente homologable a ...las repúblicas caribeñas. Mientras que su requisitoria contra el “sistema” no se queda en la denuncia de “la casta”, sino que postula como solución la fiscalización que debería llevar a cabo “el Gran Ciudadano”, versión prosaica, tal como requieren los tiempos, de su pariente “el Gran hermano” Todo sea por ganarse la clase media, que es la que cuenta.

PESADILLA FUTBOLERA


No les extrañe que el Madrid Barça me acabe de helar el corazón. ¿Seguir fiel al Barça me hace cómplice del “Procés”? Pero este problema de conciencia me lo tengo que tragar. Voy a ver el Madrid Barça con la mosca de que sea el penúltimo, o uno de los postreros, “partido del siglo”, al menos dentro de la Liga española. Se qué a los no futboleros esto les resulta indiferente y a los “ciudadanos” una exageración delirante, pero no menosprecien que para muchos, y cada vez son más, uno de los pocos motivos de unidad es el morbo de estos duelos. Lo del delirio, ojalá, pero ya veremos. Si no espabilamos, y no parece por las trazas, el debate “nacional” que seguiría a la probable proclamación de la independencia catalana, que sea esta independencia virtual o real no viene al caso, será si se admite o invita al Barça en la Liga española (o como se llame entonces). En Cataluña, por otra parte, se debe dar por descontada su continuidad y con todos los honores, de lo contrario no se entiende tanto fervor independentista, ¿o es que no se lo han pensado? Es probable,al fin y al cabo somos igualmente iberos e hispanos, lo digo por lo de Santa Barbara. En el “centro” sólo se va a creer en el peligro de la Independencia cuando se haya producido y en Cataluña se pensarán en sus consecuencias cuando sean irremediables. Por mi parte espero no cometer una frivolidad si digo que la amenaza de exclusión del Barça de la Liga española es un argumento infinitamente más disuasorio que todas las llamadas a la solidaridad, la igualdad,la libertad y el respeto a la ley, o incluso el caos económico que puede sobrevenir. Entre otras cosas porque ya están vacunados y la imaginación es libre, pero un partido de fútbol es algo muy tangible y visible.
Seguramente este debate daría lustre al otro que se vislumbra: quien es el partido responsable de la separación, si el PP o el PSOE, o lo que quede de ellos. Dicho sea de paso, es difícil comprender la lógica del discurso del PSOE sobre este particular a no ser que sea una coartada para librarse de la acusación de complicidad o pasividad, mientras que el PP parece empeñado en que no se le tilde a posteriori de provocador.
Pero volviendo a lo nuestro, tengo la impresión de que llegado el caso no serían pocos los que preferirían cambiar el nombre de la Liga, por ejemplo Liga hispano-vasco-catalana, o Liga ibérica..etc con tal de que el Barça siguiera participando.
Aunque tenga la traza del más horrible Vodevil, el Próces parece seguir el “guión trazado” casi al pie de la letra. Por muy cadáver que sea, Mas está embridándolo y amenaza resurgir tras el 9N como Ave Fenix. La demolición de CiU, que parece seguir preocupando a los más “responsables” analistas del “centro”, está descontada y la pelea parece que se centra, de seguir todo así, en quién proclamará la independencia y cuando. Ya bastantes barruntamos un futuro escenario de “doble poder”, pero incluso la mayoría de estos, llevada por el optimismo natural del ser humano, cree que el caos previsible provocará la reacción de los catalanes sensatos. De la marcha por el desierto al retorno a la patria común, bajo el canto expiador “perdona a tu pueblo señor”. Mucho suponer, cuando además la única barrera seria es la voluntad de la Sra. Merkel. ¿Alguien en su sano juicio pondría la mano en el fuego por ella?

Pero todo esto no es más que el mal sueño de un cenizo...

viernes, 24 de octubre de 2014

EL DESENFOQUE





Está claro que en política cuenta más cómo se vende lo que se hace o no se hace, que lo que se hace.
Se pregunta un articulista en el País
“Bien está que, frente a dicho reto, se busquen las contradicciones del bloque soberanista, y se hurgue en las evidentes debilidades del proceso preparatorio del 9-N, y se subrayen las consecuencias negativas de una eventual independencia, etcétera. Pero, ¿no sería también saludable que algunas cabezas pensantes, desde la defensa de la unidad de España, reflexionasen seriamente sobre cómo y por qué ha llegado Cataluña al estado de opinión presente?”Joan B. Culla i Clarà 18 OCT 2014 - 00:00
La pregunta tiene dos filos: la responsabilidad que tiene “Madrid” en la marcha objetiva de las cosas y la responsabilidad que tiene “Madrid” en la percepción colectiva de la realidad. Sobre lo primero bien valdría qué respondieran en Cataluña: ¿Cómo justifican la pretensión de separarse?, ¿qué daños ha infligido la democracia española a Cataluña para tomar una decisión tan tajante? Como escribe Javier Marías:
“Pero uno se pregunta qué ha pasado, de 2012 a hoy, para que todo eso se haya exacerbado. Tras siglos de convivencia –casi nunca forzada–, ¿ha ocurrido algo muy grave? ¿Ha habido, por ejemplo, un amotinamiento de la población brutalmente reprimido por la Guardia Civil? ¿Se ha suspendido el Estatuto de Autonomía? ¿Se ha destituido o encarcelado al Presidente de la Generalitat? ¿Ha sucedido algo tan imperdonable como para prender la mecha, para que se tome una determinación tan tajante como escindirse de España? Uno no lo ve, aunque se esfuerce.” ( Javier Marías:El País 28/9/14)
Justificarlo por la afrenta de la petición de firmas que hizo el PP contra el nuevo Statut , o incluso con la decisión del Constitucional, parece ridículo. Muchos catalanes se tendrían que preguntar también “¿qué pasa aquí?”
La segunda versión de la pregunta remite a lo más simple y complicado a la vez: ¿Cómo es posible que la ideología nacionalista se haya impuesto por goleada y casi por incomparecencia del adversario? Hasta tal extremo que suceden cosas como:
“Según los análisis de un grupo de investigadores de Deusto, el programa electoral de Ciutadans en esas elecciones era esencialmente de centro. Sin embargo, a pesar de sus manifiestos, de su ideario político y de presentarse a las elecciones con un programa moderado, la gran mayoría de los catalanes perciben a Ciutadans como un partido de extrema derecha.” (L. Orriols. El País 18-10-14)
Hay mucho que decir sobre las causas que han llevado a este desenfoque prácticamente estructural de la realidad que sufre la sociedad catalana en su gran mayoría. Pero valga una muestra
“En la única encuesta fiable, de 1998, el 50,2% de los catalanes se mostraba a favor de una enseñanza bilingüe y solo un 9,3% de la enseñanza exclusiva en catalán.”
“Mientras solo el 20% de los votantes socialistas se sentía más catalán que español, entre los parlamentarios del PSC el porcentaje era del 75%.”
(Felix Ovejero, El País. La cuenta de los cuentos)
De poco vale que exista una opinión extendida, sino existe la fuerza política que la respalde y asuma. Pero lo peor es que la fuerza responsable de amparar a la población, que siente de esa manera, la abandone y se “cambie la chaqueta”, una vez que han llegado al convencimiento de que "los otros", en este caso los nacionalistas, tenían razón en lo fundamental. Por desgracia en política lo que se ha construido con muchos años se puede destruir con dos golpes y no se puede reconstruir, sin más, tan rápido como hace falta. ¿Por qué la sociedad española no pasa cuentas a los responsables directos y a los mentores también responsables que han amparado o consentido este desatino, el PSC y al PSOE en suma?  Es otra pregunta que parece más incómoda que la de quién asesino a J.F.K.



jueves, 23 de octubre de 2014

"CESARISMO" Y "ASAMBLEARISMO"


Tanto más precisan las democracias “posmodernas” de la elevación y mejora constante de la educación política de la población, de una opinión pública basada lo más posible en el conocimiento, cuanto más simples e infantiles son los mecanismos y reflejos mediáticos que llevan a la formación de la opinión pública. El ejemplo de Podemos resulta aleccionador como motivo de reflexión.
Late en la familia de Podemos el eco ancestral del corazón anarquista, que tanto sugestiona a las bases y los seguidores, vigilado por el rigor leninista y pragmático de su fundador. El debate entre asamblearismo y centralismo es la enésima versión casera del difícil encaje entre sentimentalidad y efectividad. El caso Podemos es de lo más extremo. Un movimiento de vocación asamblearia cuya seña de identidad es la efigie de un líder carismático, líder que además no se ha forjado encabezando ese movimiento, sino capitalizando, poniéndole cabeza, al efecto del mismo en la opinión pública. Su gran merito fue transformar un movimiento en opinión pública. El cuidado de este jardín es su principal activo para su estrategia de poder. La tensión original entre la vocación asamblearia y el cesarismo se soporta mientras dure el impulso que pueda llevar al poder o a éxitos apreciables. Pero sólo en el fracaso se hará manifiesta la tensión de verdad. pues con el triunfo el corazón se hará "razón". Estamos no obstante ante  una apuesta arriesgada,  porque, como Iglesias ha insistido, cosa que hay que agradecer, su empeño es el Poder, no simplemente protestar y convertirse en una alternativa más o menos testimonial. En ese tramo la propaganda que ilustra este movimiento contrapone democracia representativa y democracia asamblearia, lo que a primera vista recuerda la vieja oposición maoísta leninista entre la democracia “burguesa” y la “democracia popular”.
Pero más allá de esta trifulca “orgánica” y del estímulo que significa la “anécdota” del caso Podemos, la relación entre el liderazgo carismático y la participación ciudadana es categoría de primer orden en la democracia posmoderna. Ni siquiera la democracia moderna, siendo de natural todo lo “aburrida” que se quiera, puede sustraerse a la emoción que despiertan los líderes carismáticos. Y se hace evidente que la sensación de novedad sólo puede cristalizar si la protagoniza algún personaje con especial encanto mediático. Los que, como Rajoy o Major, tienen un perfil plano aparecen cuando domina el hartazgo y se quiere algo de realidad por mediocre que sea. Pero en la democracia posmoderna se precisan fuertes liderazgos y además con el mayor carisma posible. Por muy paradójico que parezca, cuanto mayor es la desconfianza ante los políticos y la política en general, más necesita la gente confiar en sólidos liderazgos. Y en ese estado acecha sobremanera el peligro de confundir el  carisma con la bondad de la política que se  patrocina.
Pero igual que inconscientemente se invocan líderes, a veces acualquier precio, se demanda participación directa. Ya es moneda común que el ciudadano medio se indigne si tiene la sensación de que el gobernante no cumpla sus deseos o tome medidas contrarias a sus deseos o preferencias. Y no me refiero al malestar lógico que puede producir una medida determinada con la que no se está de acuerdo, sino al hecho en sí de que el gobernante la haya tomado como sí no “hubiera tenido a uno en cuenta” o “no lo hubiera consultado”. El ciudadano medio se siente en el derecho de que los gobernantes y los políticos “cumplan su voluntad”, suponiendo este ciudadano dos cosas que no estan tan claras como parece: que su voluntad es la misma que la de todos y que además tiene una voluntad clara. Pero el caso es que limitarse a delegar en los representantes que elige según sus preferencias ya no llena el mínimo exigible. Por eso cualquiera que salte a la palestra para influir en la opinión pública, habla siempre en nombre de “la ciudadanía”, “la gente”, como antes se hablaba en nombre del pueblo o la nación. Este estado de animo responde a un reflejo subjetivo y a un estado objetivo característico de las democracias actuales. En el universo mediático los asuntos públicos están tan a la vista que el espectador no puede resignarse a ver lo que pasa, delegando en unos “políticos” que desprenden un buen tufo de ineficiencia e incluso dudosa moralidad. Pero por otra parte los asuntos públicos parecen endemoniadamente complejos y las claves para afrontarlos inaccesibles. En un universo abierto y transparente es cada vez más difícil dilucidar lo que hay de engaño y de realidad en lo que ocurre y salta a la vista. Y lo que es más difícil, evaluar las consecuencias de cualquier medida política o económica. Si la conformidad y la confianza de los ciudadanos, es decir la fibra moral del sistema, reclama algo más que delegar, ¿qué valor tiene una democracia asamblearia? Es evidente que sería absurdo que la afición votase, antes del partido o en cualquier momento, la alineación de su equipo. Pero la gente sueña no sólo con debatir, sino debatir para decidir, suprimiendo lo más posible los filtros propios del sistema representativo. Todo se soporta en un gran equívoco: en las democracias originarias, digamos que salvajes, al estilo de la antigua Grecia, decisión y debate formaban una pieza única. En las democracias actuales quienes tienen que decidir no debaten con los contrarios, sino que tratan de apoyar su decisión convenciendo a la opinión pública. Por lo que a la gente se refiere, esta tampoco debate sino que llama tal cosa a lo que es manifestar el apoyo por una determinada opción o medida. Pero la complejidad de los asuntos, dada la diversidad de intereses implicados a escala particular y colectiva, requiere debate para formarse una correcta opinión. Los canales mediáticos que han cumplido esa función hasta el momento parecen insuficientes, porque buscan ante todo avalar lo decidido o repudiarlo. Si, querámoslo o no, la democracia descansa en la confianza entre representantes y representados , así como en la solidez de las instituciones, de lo que se trata es que esta confianza se base cada vez más en el conocimiento.¿Puede una sociedad de masas crear cauces de debate encaminados a que la gente se forme por sí misma una opinión más sólida y se autoeduque políticamente? Porque en suma es de educación política de lo que se trata.O si se prefiere, de ejercer de ciudadano de verdad y no de parte de la masa.

martes, 21 de octubre de 2014

SOBRE NACIÓN Y CIUDADANÍA. RESPUESTA URGENTE A UN REMERO


“El nacionalismo, esa patología de la sentimentalidad que otorga derechos privativos de los ciudadanos a tribus, ríos, ámbitos geográficos, paisajes y, como hoy es el caso, a lenguas, es esencialmente paradójica, sus efectos los sufren los no infectados. Como la halitosis.” (Dr. Parmenio Blog de Santiago Gonzales)

Admirado Dr. Parmenio, lamento discrepar de su planteamiento, por otra parte casi unánime en la intelectualidad y en las élites políticas, sobre la forma de entender la nación, el nacionalismo y el debate con los nacionalistas. Estamos de acuerdo en el punto de salida y de llegada, pero no en el tramo para llegar. Y me temo que el debate con los nacionalistas se ha jugado en ese tramo y se ha dado por perdido de antemano. Hay un equívoco intelectual que lo mina todo. Si hacemos un repaso histórico, por sumario que sea, se pueden apreciar tres formas de legitimar el estado nación, o si prefieren la nación política: étnicamente, culturalmente o civilmente, como ámbito del ejercicio de derechos civiles. La revolución francesa, americana o italiana, la fundaron de esa forma, partiendo sin duda de una historia y cultura relativamente común. La nación española lo intentó hacer así en el XIX y aún lo seguimos intentando. Alemania por el contrario apeló al nacer a una legitimación etnicista, desplazando las iniciales legitimaciones civilistas. Hoy en Europa predomina el entendimiento de la nación como ámbito soberano de civilidad, aunque en las naciones eslavas prima la distorsión etnicista.
Por no extenderme creo que la izquierda y la intelectualidad en general ha contrapuesto artificialmente ciudadanía y nación, como si la nación no fuera el ámbito y el ámbito soberano en el que los ciudadanos pueden ser tales. Las teorías que vinculan la nación exclusivamente a un origen étnico común, extendidas por cierto en el ámbito anglosajón, dejan de lado esta posibilidad, que comprende además la nación como el resultado de la integración de diferentes orígenes étnicos , culturales y políticos. Creo que se ha concedido a los nacionalistas secesionistas una bicoca al abdicar la intelectualidad y la clase política en general, especialmente la izquierda, de la defensa de la nación española como ámbito de civilidad, solidaridad y de derecho. Precisamente en relación con ello no concibo como se puede defender la ciudadanía sin defender la nación o el Estado nacional, que en este punto es coincidente, como marco en el que es posible. Si los españoles no tenemos la voluntad de ser responsables los unos con los otros en el ejercicio de nuestros derechos civiles ¿por qué seguir unidos? ¿por qué no ser un departamento francés o un ciudadano francés o inglés quien así lo quiera? Tengo muy claro que los nacionalistas no se sienten españoles y que objetarles en nombre de la defensa de España se interpreta como una confrontación de nacionalismos, para ventaja suya. A los nacionalistas es difícil convencerlos, pero a quienes no tenían por qué ser potencialmente nacionalistas se les ha dejado a la intemperie al no valorar el elemental valor del patriotismo. Mientras, se ha concedido a los nacionalistas la gran ventaja ideológica de tenerles que dar razones para rechazar su objetivo separatista, mientras que debieran ser ellos quienes dieran las razones de romper el ámbito de civilidad y de solidaridad que es la nación española. Al fin ya al cabo al defender la nación española no se contrapone una nación a otra, sino unos lazos solidarios construidos históricamente y quienes pretender romperlos tendrían que verse obligados, insisto, a argumentar por qué. Hoy vivimos en el triste momento de que hay que dar razones a muchos españoles, que se sienten así vitalmente, para seguir siendo españoles como miembros de una entidad política común. Y que eso no es nacionalismo sino elemental patriotismo.
El tema es muy arduo para tratarlo sin duda tan superficialmente como estoy haciendo.. Pero espero animar a que gente más cualificada pudiera ofrecer más claridad y ayudar a superar lo que entiendo es un complejo incomprensible.

COLLAGE PODEMOS II


 PODEMOS Y CIUDADANOS.

Podría presumir Albert Rivera de haber descubierto y encumbrado la idea genérica de “ciudadanía” a la de una categoría política asociada a connotaciones y alternativas políticas concretas. Ahora el gran reto semántico que se propone Podemos es apropiársela en exclusiva como si fuera esta formación la expresión genuina de la “ciudadanía”. En este mundo mediático y de clases medias donde todas las líneas y diferencias políticas, mentales y sociales son especialmente difusas es cada vez más obsesiva la aspiración a adquirir una identidad, tanto personal como grupal, algo en lo que creer y que compartir, a ser posible con todos. Tengo que A. Rivera bajó esta venerable fórmula del cielo de los valores universales, por todos compartidos, a la arena de la refriega política por instinto, debido a la urgencia de dar una respuesta ideológica a la mentalidad nacionalista ya apabullante en Cataluña desde hace diez años por lo menos. Como toda alternativa espontánea esta emerge a partir de lo que de forma inmediata la gente y los destinatarios concretos echan en falta. En Cataluña bastantes que empezaban a tomar conciencia dela orfandad política en la que quedaban ante la deriva nacionalista deriva nacionalista del PSC, empezaban a cansarse de los cantos de sirena nacionalista, que servían para un roto y un descosido, y reclmaban que los políticos se ocupasen de los “problemas concretos”. “Ciudadanía” significaba a la vez una forma de reivindicar la solidaridad con todos los españoles y de cambiar la poesía nacionalista, horrible poesía por cierto, por la prosa de “ocuparse con las las cosas”, tal como Ortega reclamaba en otros tiempos.
La desgraciada secuencia posterior ha abocado, con toda la injusticia del mundo, a que en la opinión pública catalana se ubique la opción de Rivera cerca de “la extrema derecha”, lo que dice bastante del estado patológico que sufre esta opinión pública. Pero pasemos de largo.
Hoy cualquier partido y alternativa política se presenta y cree ser el legítimo representante de la “ciudadanía”, expresión esta que contiene un valor de por sí y cuya invocación, como las viejas fórmulas mágicas, sugiere soluciones concretas y unánimes en beneficio de todos. Dicho sea de paso, parece como si la aldea global adquiriera más un perfil de Aldea que de global. Pero “muchos son los llamados y pocos los escogidos”, viene a decir el líder de Podemos, que parece empeñado en patrimonializar para su formación y él mismo esta categoría política. Al procurarlo no inventa nada nuevo, el manual del arte y el combate político en este mundo tan amorfo como pluralmente uniforme, indica que la identidad de cada opción y partido, lo que une a los representantes, o aspirantes a serlo y los representados, es la sensación de compartir ciertos valores generales, bastante platónicos por cierto. Y así la verdadera disputa empieza por la ideología y en especial por apropiarse en exclusiva para una formación ciertos valores a modo de seña de identidad. El asunto se torna enrevesado porque esos valores suelen ser comunes y “transversales” normalmente, por ejemplo la democracia, el estado del bienestar, el pueblo, la igualdad y la libertad, la justicia, la solidaridad...etc Y también ocurre lo contrario, ahora que en España la idea de España y la de nación están en horas bajas todos evitan nombrar algo parecido, como quien escapa de la peste.
El hecho es que “Pablemos” está decidido a usufructarlo y no por una especial pasión por las connotaciones con las que se asocia este término a un régimen democrático. Pero fijémonos antes en el talante. Está en las antípodas de la ingenuidad instintiva de Albert Rivera, es lo más parecido a un trabajo de laboratorio hecho con toda la asepsia imaginable. Un grupo de profesores de formación leninista clásica, amamantados por cierto en las ubres del “sistema” universitario, y al parecer con el gusanillo de reverdecer marchitos laureles observa la agitación de los indignados, lo decisivo del eco mediático, la eficacia del carisma a la luz de la “revolución bolivariana” y se apresta a renovar el viejo traje con el que las masas, es decir una minoría masiva que emerge en medio de la descomposición colectiva, asalta el Palacio de Invierno, o mejor el cielo de la libertad. Como una gigantesca clase de prácticas en la que se renueva el lenguaje de unas teorías políticas que ya estaban desahuciadas por rancias y escolásticas. Y la adaptación no compete tanto a las ideas sino al “discurso”. En su idea la “ciudadanía” acoge a las clases medias, es decir a todos que ahora se sientan discriminados, como antes el “pueblo” acogía a las masas trabajadoras irredentas. Pero el intento sólo puede tener éxito si funciona la polaridad que sugiere. En este caso ciudadanía versus “sistema”“poder”, “especulación” o “corrupción”, los ciudadanos frente a los poderosos, los ricos y los corruptos. El gran acierto del que depende el conjunto de la estrategia es contraponer ciudadanos a corrupción. A partir de ello lo que se proponga o deje de proponer parece irrelevante. Es la gran ventaja semántica sobre la iniciativa de A. Rivera, para quien Ciudadanía se comprende por oposición a nacionalismo ilusionista y descuido de los problemas concretas. “Pablemos” ha tirado por elevación y con su contraposición entre ciudadanía y corrupción evita cualquier compromiso con la realidad hasta alcanzar el Poder, que de eso se trata y no meramente de gobernar.
De forma imperceptible nos es mucho visionar advertir como la lucha ideológica se desplaza a la lucha por la apropiación del valor “ciudadanía”, y este combate debiera tener por púgiles al descubridor original y al “intelectual orgánico”. Dicho con toda la crudeza: entre una alternativa “ciudadana” civilizada y otra totalitaria. Pero el combate es desigual porque entre otras cosas el primer púgil tiene dificultades para comparecer en condiciones mínimamente aceptables, incluso para ser seleccionado.

lunes, 20 de octubre de 2014

COLLAGE PODEMOS I


¿"POPULISMO"?


La teoría política se ha convertido en una pieza más del marketing político, valga una muestra.



“Pero si analizamos con un poco más de detalle su estrategia, acabamos concluyendo que Podemos es una formación populista. ¿Por qué? Dice lo que piensa la gente. En el fondo, Podemos es un partido hecho a golpe de encuesta. Su relato coincide con lo que opina la mayoría social. Por eso criticarle acaba siendo contraproducente, se puede asociar una crítica a esta formación política con una crítica a la ciudadanía. Dicho de otra forma, la mayor virtud de Podemos es haber puesto un espejo delante del país. Todos nos hemos mirado en él y no nos ha gustado lo que hemos visto.”
Ignacio Urquizu es profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de la Fundación Alternativas. El País 18/10/14
A la luz de este analista, y según parece es moneda común, todo proyecto político no es más que una mercancía que se define por las propiedades con las que seduce a los consumidores, es decir los potenciales votantes. Es el signo de los tiempos. Podemos” es “populista” porque dice lo que la gente quiere oír. En realidad todas las formaciones políticas lo son en alguna medida, sólo que en el caso de Podemos, es verdad, lo hace sin doblez ni tapujos. Pero al margen de un examen más pormenorizado de los métodos de Podemos, de su líder en suma, bastante más complejos de lo que a primera vista parece, ¿es el método la “esencia” de una formación política? Uso esta terminología tan trasnochada que parece provocadora. Se toma el método en lugar de la orientación, hacia donde lleva la política y hacia donde se dirige. Y esto además tiene dos componentes: hacia donde se dirige idealmente y a donde se dirige prácticamente en función de las circunstancias y posibilidades presentes y previsibles. Valga el símil de la persona: ¿que es lo que la define? ¿como se adapta a las circunstancias o la meta de su vida? ¿lo que hace o lo que pretende al hacerlo? ¿la necesidad o la intención?
Podríamos hablar de cual es la meta de Podemos. Creo que introduce una novedad en el mercado político: no busca situarse en el sistema sino El Poder, de ahí “Podemos”. En realidad no oculta nada. ¿El Poder para qué? Nos podemos preguntar. Por poco que indaguemos lo de “populismo queda corto y resulta tergiversador. Estúdiese la componente populista de los proyectos totalitarios, la manera de entender la democracia de los inspiradores intelectuales del proyecto. Desde el punto de vista hermenéutico hay una inmensa ventaja: los líderes políticos y los intelectuales “orgánicos” son todo y lo mismo, la teoría es la práctica y es fácil comprobar hacia donde se dirigen por poco que se tenga una disposición crítica ante los prejuicios de la actual forma mercadotécnica de entender su política. El problema de Pablo Iglesias no es ofrecer un proyecto viable sino consumar un proyecto de Poder, está en otra onda. Pero habría que extenderse mucho al respecto.

viernes, 17 de octubre de 2014

EL DÍCIL PARTO DE UNA ALTERNATIVA CIVILIZADA


La defenestración de Sosa Wagner en UpyD es impecable desde las reglas y procedimientos administrativos. Pero es muy difícil sostener un modelo de partido a la antigua usanza, como pretende Rosa Diez, cosa que no es un problema menor. Aun así lo relevante es que según las apariencias U P y D no ha logrado revertir sus lastres originales: el repudio de la masa de izquierdas, que consideran a su líder una traidora, el rechazo de la derecha que la considera de izquierdas, a lo que se añade la imagen de “dureza” que transmite su líder en tiempos que piden ternura. Por si fuera poco en el momento más inoportuno aparece Podemos. ¿Cómo es posible que cuando se precisa a vida o muerte una alternativa civilizada a los grandes partidos,y a Podemos,  el valor U P y D cotice a la baja? Tal vez el empecinamiento de la líder en mantener la marca a toda costa y la imagen petrificada de no poder ser más que un partido bisagra añadan desconfianza. Lo peor es que no hay razones para pensárselo tanto y menos para sembrar de minas el camino a la unidad o concertación con Ciudadanos. Podría ser además una buena oportunidad para crear un partido de nuevo tipo dando por ejemplo un sopapo a la pretensión de Pablemos de reeditar el “centralismo democrático”. Necesitamos avanzar, con toda la prudencia que se quiera, hacia partidos a la americana, es decir plataformas electorales, en lugar de los simulacros de Iglesias ideológicas que son nuestros partidos desde siempre. Unas primarias entre Rivera y Rosa Díez sería una maravilla que multiplicaría las posibilidades del nuevo partido aspirante. Sé que es un sueño y que los puristas replicarían: programa, programa y programa. Pero ahora el verdadero alcance de los programas sólo se conocen en el debate público y la confrontación, sea entre afines o con los adversarios. Se necesita: debate, debate y debate a la luz pública.
Con toda ingenuidad que se quiera vaya un pequeño consejo al aire. Piense Doña Rosa que su gloria vendrá de que abra la puerta, igual eso la consagra en lo que quiere ser, pero,sino llega a tanto, seguirá siendo una gran vencedora, por poco que las cosas salgan bien. Pero no hay que pensar en lo que quedará de Vd. de frustrar esa posibilidad o permitirla sólo cuando la situación sea desesperada.

miércoles, 15 de octubre de 2014

ALGO SOBRE LA ASTUTCONSULTA


*Todo el mundo parece estar de acuerdo en una cosa: que Mas es un irresponsable. ¿Pero en qué sentido?
¿ Por tratar de conducir al “pueblo” a la independencia? ¿por provocar vanas ilusiones y frustraciones entre los suyos? No es lo mismo. Lo primero debiera ser el objeto preferente de la censura de los defensores de la unidad de España, lo segundo de sus seguidores independentistas si así fuera. Pero curiosamente los defensores de la unidad apenas se centran en lo primero y se lamentan de lo segundo, como si el Astut fuera un familiar querido que anda desencaminado por las malas compañías y que se está echando a perder. Esta visión será tal vez debida a la vigencia del arco reflejo que determina nuestra educación política sobre el nacionalismo, o por la añoranza de una nueva “reconciliación nacional”.



*(Primera impresión:) Por lo que a la última astucia de A. Más me parece bastante operativa para sus intereses y para el interés del Procés. Pretende repetir el 14 Septiembre a escala general y obliga con ello a seguirle a Jonqueras y a los amos de la calle. De conseguirlo y armarla para ese día como pretende podrá obligar a ERC a formar una lista conjunta para las elecciones plebiscitarias, que es de lo que se trata, acudiendo además a las mismas con la aureola de triunfador. De paso obliga a Rajoy a elegir entre dejarlo estar o intervenir ante esta burla de la ley, es decir a quedar en evidencia y sin autoridad moral o a pasar por verdugo. Todo el posible éxito depende en suma de que consiga la adhesión de todas las fuerzas nacionalistas y se avengan todos a escenificar la función que sería el trampolín de las “plebiscitarias”. Un poco torcidamente parece que el guión se cumple.

*(Siguiente impresión:) Hay que apreciar lo que tiene la astutconsulta de triquiñuela de consumo interno. Más bien de chantaje a socios y secuaces. Ya poco más puede hacer pero puede traerle suerte. El éxito será armar una gorda con “resonancia internacional”. Si los socios le dejan en la estacada la pantomima puede acabar en tal desastre que el público exija le devuelvan la entrada. Pero el “procés” estará muy tocado del ala. Difícilmente seguirán otros que los incondicionales. Si lo apoyan y sale algo lustroso como el 14S, Más renacerá de sus cenizas y podrá poner condiciones cara a las plebiscitarias u otras salidas. Pero todo es muy difícil por algo inédito e imprevisible. ¿Se puede convencer a la gran masa de los suyos o a una masa suficiente, para que hagan de figurantes a sabiendas en pro de la causa, cuando se les ha movilizado con la certeza de que la consulta iba en serio? ¿pueden seguir creyendo que la independencia va en serio cuando el instrumento o uno de ellos se ha demostrado una broma? Hasta el momento que se sepa, las masas suelen reaccionar en función del contenido inmediato del mensaje y no admiten un significado de segundo nivel, tal como por ejemplo es la ironía o los sobreentendidos. Cuando reivindican algo lo hacen en serio y no para parecer que reivindican, y cuando son consultados esperan ser lo en serio y no para hacer que son consultados, aunque sea ante la Telemundial. Por otra parte la opinión publicada se centra en el valor de lo que se propone no tanto en la estrategia que se sigue, y en esto con esta propuesta Don Artur queda muy malparado y desconsiderado. Otra variante: de dejarlo sus socios en la estacada y abortarse la farsa, ¿tiene alguna carta o salida pensada? Por “honor” sólo puede convocar elecciones, ¿pero cuanto pesará sentirse desairado por los suyos? Habrá que ver si los socios son capaces de tomar alguna iniciativa alternativa a este plan o pueden condicionar la salida de este. Entonces si qué estará cerca el desenlace.

martes, 14 de octubre de 2014

A UNA SENADORA ALEMANA



Texto integro que he incluido  en el blog de Santiago Gonzalez el día de hoy.

Comentario convencional sobre la requisitoria de una senadora alemana.
“La diputada alemana de la CDU Ingeborg Grässle ha reclamado a UPyD que se disculpe por haber comparado el proceso soberanista catalán con el nazismo. ‘Al menos se debería disculparse, es inapropiado y falso’, se quejó Grässle, en declaraciones a la ACN. ‘Banalizar’ el nazismo ‘es una vergüenza para las víctimas’, ...” informa un remero que al parecer lo comparte
Me he pensado mucho seguir entrometiéndome en en el ambiente festivo que reina en este blog, el tema habitual me produce llanto y esto desmoraliza, pero es una lástima que el alegato de la senadora alemana no tenga respuesta. Supongo que la tendrá, pero en este caso me sentiría mal de no decir lo que pienso, o parte de ello.
El asunto abunda en la confusión que a escala internacional debe reinar y que puede guardar relación con lo que al final trato. Debiera saber la senadora que, desde ni se sabe, en España se denomina facha a la derecha, por no ser de izquierdas o nacionalista separatista, pero esto es una bagatela. Ahora en serio, entiendo que UP y D ha calificado de de nazis a los nacionalistas separatistas no porque estén cometiendo las aberraciones de los nazis, ni esté claro que las vayan a cometer, sino porque promueven un proyecto totalitario que tratan de consumar. Y para cualquiera el significado de totalitarismo está asociado al nazismo, creo que justamente.
¿Es la independencia de Cataluña impuesta ilegalmente y sin un consenso ampliamente mayoritario entre todos los catalanes y entre todos los españoles un proyecto democrático o totalitario? Creo que es totalitario por varias razones:
-rompe la unidad de la que forma parte Cataluña y de la que depende la vida civil cuanto menos de cincuenta millones de españoles, más o menos.
-rompe un sistema legal que permite y ha hecho posible la plena satisfacción de los derechos civiles, políticos, económicos de los catalanes y la salvaguardia y prosperidad de la cultura y lengua catalana.
-condena a la mitad cuanto menos de los catalanes a ser extranjeros en Cataluña y en España. ¿Tiene sentido una sociedad civil en la que en el mejor de los casos la mitad está sometida o excluida porque no puede ser lo que es?
-condena al resto de los españoles a no sentir como suya una parte de su patria y a no colaborar en su engrandecimiento.
-por último si el estatuto de autonomía y la Constitución son un pacto, ¿tiene derecho a romperlo una parte si en lo fundamental el pacto se cumple y, lo que es más importante, garantiza el logro que el pacto persigue para este caso: los derechos de los catalanes y la preservación de la identidad catalana?
La senadora da dos razones: se banaliza ofendiendo a las víctimas y se ofende a los oponentes que forman parte del sistema democrático.
Respecto a lo primero no se si tendría mucho sentido que algún ruso criticase a quien tachase a Pablo Iglesias Jr. de comunista y estalinista, que elude esos calificativos, porque eso banaliza los sufrimientos que cometió ese régimen. Entiendo que es un asunto delicado y que las atrocidades nazis son inconmensurables, pero debiera entender también que de consumarse la secesión, aunque los nacionalistas no se reclamen herederos de los nazis, ¡faltaría más!, habría mucho sufrimiento INJUSTO en las víctimas de la misma, y muchas víctimas injustamente de la misma. Todo esto no es fácil de matizar, pero no estamos simplemente, como cree, ante una disputa dentro del juego democrático, sino entre quienes están dentro de él y quienes lo quieren violentar y en el fondo suprimir. Como sabrá la senadora, el problema de la democracia es que tiene que cobijar a sus enemigos. Los españoles tenemos además la particularidad de tener que que cobijar a una Administración autónoma, cuyo derecho emana de la Constitución, que se comporta sediciosamente, catalogación obvia e impecable por mucha que sea la manga ancha y la benevolencia con que se haga. Es una lástima que la carga de la prueba recaiga sobre quienes defienden la ley y la democracia escrupulosamente.
Por último una reflexión. ¿La confusión que reina en las élites europeas y tal vez internacionales y en notables medios de opinión no estará alimentada también por nuestra confusión interior? Me acojo para explicarlo a una verdadera autoridad que insiste en el problema de fondo:
“De sobra sabemos muchos que todo lo que ofrece el secesionismo catalán es puro embuste, mera ilusión. Pero más allá de la denuncia de la utopía, lo que resulta verdaderamente escandaloso, porque responde a una dejación de responsabilidades de los gobernantes, es que los españoles hayan carecido de una idea de nación que les garantice seguridad en momentos como estos, y que permita salir al paso de la ofensiva separatista, desde una posición de superioridad intelectual, mayor eficacia política y mejores recursos de veracidad histórica.” García de Cortazar.
Lo único que me atrevo a matizar al Sr. García de Cortazar: mientras sigamos con la misma conciencia o falta de conciencia, los separatistas pueden tener esperanzas en que su objetivo deje de ser una utopía y se haga realidad.
Atentamente
























lunes, 13 de octubre de 2014

LA VANGUARDIA NEOLENINISTA


Un breve apunte

Podemos está en otra onda y eso hace difícil neutralizarlo. Tiene la gran ventaja de la iniciativa y de imponer un lenguaje descarnado en contraste con las sutilezas y eufemismos al uso. En nuestra sociedad la política es una transacción, para ellos la toma del Poder, a la manera que se toma una fortaleza. Conquistada, por la fuerza, por las urnas o como sea, ya todo empieza de cero y sin camino de retorno posible. Como ocurría con Lenin, en la mirada de su líder no hay hueco para un destello de compasión o inseguridad. Deja claro lo que quiere y eso es vital para intimidar y “acumular fuerzas”. Quieren conquistar el Poder de verdad y no sólo posiciones de poder. Son el primer intento serio en Occidente de trasplantar el leninismo a una sociedad mediática, por eso han cuidado especialmente el dominio del medio. Como ha demostrado la historia, con los medios a favor y la frustración en alza, la desvergüenza puede hacer maravillas. Gramsci, que preconizaba la “guerra de posiciones” y entendía la revolución a través de un proceso de vertebración de una cultura nacional, les queda tan estrecho como un seiscientos a un elefante. Se embellece su perfil denominándolos “populistas”, aunque se entiende el que así se haga. Son propiamente Neoleninistas para quienes, como su patriarca, la lucha política es la puesta en práctica de una “ciencia” inmisericorde de movilización de masas. Como ocurría con el Barça de Messi y Guardiola todos sabían como jugaba pero no fue fácil encontrar el antídoto.

viernes, 10 de octubre de 2014

DEBATE NECESARIO

Comentario que he enviado al blog del Sr. Santiago Gonzalez (El mundo y notable promotor de Libres e Iguales), a propósito de los comentarios que ha dado lugar la presentación del libro de Joaquin Leguina sobre los diez mitos del nacionalismo catalán.



Por fin creo que el debate de fondo se está centrando. Mi enhorabuena a Don Santiago.
Distinguiría dos cuestiones:
a)la responsabilidad de los socialistas de la transición en la, digamos, “relativización” de la idea de España o si se prefiere de la “españolidad” de los pueblos de España. O de otra manera: la desconexión entre democracia, civilidad y nación.
b)los motivos y razones de fondo de rechazo del independentismo y del nacionalismo desleal en general. Doy por supuesto que la propaganda y los mensajes han de depender de ello.
El punto primero es importante pero en el fondo está en función del segundo y vaya algo sobre el particular. Tomo por referencia la idea de un remero bien ecuanime
“Yo también estoy convencido que es necesario un relato emocional alternativo al nacionalista (y el relato de la virtud ciudadana o el del humanismo que Benja propone me parece el correcto), pero también creo que los intelectuales no deben abjurar de su deber de formar la opinión.” (Navarth)

Creo que esta frase resume los dos errores de fondo que privan en la oposición ideológica al nacionalismo. En gran parte se critica a J. Leguina y al socialismo, pero no por su planteamiento teórico que en el fondo se comparte.
El primer error es situar la alternativa entre nacionalismo y civilidad. Se pretende evitar que la alternativa sea entre nacionalismo catalán o nacionalismo español, cargando la nota en las connotaciones negativas del termino “nacionalismo”. Pero un independentista rechaza ese terreno de juego y lo tiene facíl entre los suyos. Propone su “patria” como ámbito de civilidad, o mejor como un ámbito de civilidad incomparablemente superior, donde los derechos de todos los catalanes estarían sobradamente y perfectamente garantizados. Así serían ciudadanos con toda su plenitud.
El segundo error es creer que la confrontación está entre emocionalidad y racionalidad. Es evidente que los nacionalistas apelan a las emociones más elementales y deshacen emocionalmente cualquier aparato crítico. Pero el problema es la raíz ideológica de esas emociones, las denominadas “ideas fuerza”. La crisis ha inflado el apoyo colectivo al secesionismo de forma desmesurada, pero en razón de que se ha interpretado la crisis esas desde unas ideas fuerza que habían conquistando el subconsciente o imaginario colectivo. Esas “ideas fuerza” son muy simples pero contundentes:
-Cataluña es una comunidad diferente de la comunidad española.
-Los lazos que unen a Cataluña con la comunidad española o “el Estado” o “Madrid”, son “sólo” administrativo y de conveniencia. NO SOMOS HERMANOS DE LOS ESPAÑOLES..
-Cataluña es el único objeto de LEALTAD DEBIDA.
Estas ideas se han complementado con otras:
-Que Cataluña es una nación integral y España un Estado plurinacional y como mucho una nación de naciones.
-Que con “España”, así separado, cabe la generosidad voluntaria pero no la obligación de solidaridad.
-Que “España” es consustancialmente centralista, egoísta y atrasada.
Todo esto es el humus ideológico sobre el que fructifica el éxito de eslogans tan estúpidos como “Espanya ens roba” o “sin España nos irá bien”.

Tengo que ser necesariamente breve en mi comentario.
Sobre lo primero, la libertad y la democracia, así como los derechos civiles y personales tan caros al liberalismo no son un platillo volante que vuele por el universo depositándose aquí o allá. Son valores que rigen la convivencia de un colectivo humano que normalmente se los apropia al construirse como colectividad. Un error elemental al respecto: somos nación porque lo dice la Constitución, cuando la verdad es que nos damos Constitución para ser una buena nación: los ciudadanos sólo podemos ser libres e iguales, o al menos tratarlo, si nos sentidos comprometidos con una misma comunidad a su vez comprometida con la libertad y la igualdad.
Por lo que a lo segundo respecta. No se trata de hacer propaganda revistiendo las razones con sentimientos o emociones. Se trata de propagar las ideas fuerza que generan sentimientos y emociones porque dicen lo que es verdad o en gran parte verdad. No se ha abandonado a los nacionalistas el monopolio de la sentimentalidad sino el monopolio de la “verdad”. Sus ideas fuerza han sido suficientemente convincentes. ¿Que ideas fuerza se les ha opuesto y sigue oponiendo?:
-que la nación es lo mismo que el sentimiento que se tenga y que esto es privado, mientras que lo que importa es tener todos los mismos derechos
-que España puede ser lo que sea pero lo que importa es la Constitución.

¿Por qué no se ha “luchado ideológicamente” para defender verdades como:
-hay lazos de hermandad construidos históricamente entre los catalanes y el resto de los españoles, y lo que nos hace miembros de una misma colectividad son esos lazos de hermandad
-nuestra relación no es de conveniencia sino de solidaridad por compartir mucho.
-no puede un pueblo disfrutar de libertad e igualdad si basa la cohesión que permite la civilidad en el engaño o incluso el autoengaño
-España existe y no es para nada una caverna de chulos y resentidos
-la lealtad debida en último extremo corresponde a la nación de todos.
-la autonomía y prosperidad catalana es parte necesaria del bien de España, no tiene sentido a pesar de España y sino en colaboración con el resto de España.?

Este coctel un tanto improvisado es parte de un argumentario del que la política española ha carecido, o mejor abandonado, cuya ausencia no afecta sólo a Cataluña o a otras comunidades. Envuelve a toda España hasta el punto de que, sin alarmismo, corremos peligro de sufrir una serio proceso de desnacionalización, es decir de desligitimación de las razones que sustentan que estemos comprometidos los unos con los otros en ser libres e iguales.
Por supuesto este enfoque no puede convencer a todos los catalanes que se sienten nacionalistas, pero sí que esencial para que se perpetúe el tejido moral que une a los catalanes con el resto de los españoles, es decir la disposición a ver las cosas de una u otra manera, a tomar por ejemplo la crisis como la demostración de que “nada nos une a España” o como el reto para “superarla juntos”. No ha ganado ideológicamente el sentimentalismo nacionalista por su sentimentalismo sino porque se ha abdicado de las ideas fuerza que pueden mover un sentimiento alternativo que está en conexión con la razón y la verdad. Aquí ha fallado la confianza en la famosa máxima: “la verdad os hará libres”
Me he extendido mucho, aunque apenas nada dentro de la inmensidad del tema, pero espero contribuir un poco al debate, que bienvenido sea. Por mi parte me despido hasta otro día que pueda, pero antes quisiera decir algo aparte sobre la crisis del Ébola.

¡QUIERO ENTENDER!


La histeria por el perro es hasta cierto punto comprensible por la hiperexcitabilidad mediática, pero lo del Consejero de Sanidad es chulería, desprecio e inhumanidad. Me siento humillado como persona y ciudadano. Cada minuto de más que siga en su puesto es un minuto más de vergüenza nacional. Ni cese, ni dimisión, fulminación.
¡Pero quiero entender!.
¿Se ha hecho lo que se tenía que hacer, dadas las circunstancias, aunque haya fallado la “política de comunicación”?, ¿cuanto hay de exagerado y de justificado en la crítica y el repudio a la gestión del gobierno?¿es la derecha española en general y el PP “patosa” por naturaleza? ¿es “sólo” un caso más de la irremediable propensión nacional a la improvisación?
Parto de varios supuestos: que el gobierno ha obrado de corazón y por justicia al repatriar y que ha creído que estamos suficientemente capacitados para cumplir los protocolos; que la preparación real estaba cogida con alfileres y que sin la suficiente previsión se metió, nos ha metido, en un fangal. que ante lo imprevisto de la extensión del contagio, que no imprevisible, no ha tenido capacidad de reacción y ha dejado que el miedo y la alarma se propague de forma incendiaria, con el apagafuegos de la consejería de sanidad haciendo además de pirómano.
¿Cómo entender algo?. Vayamos por partes, de lo más general a lo más concreto.
1/La propensión nacional a la improvisación. Por hacer una comparación tópica con los alemanes. Están acostumbrados a planificar y nosotros a improvisar, pero para ser más precisos a actuar desde la planificación y nosotros desde la improvisación. Improvisan desde la planificación y planificamos desde la improvisación. Que procedamos así no es en sí mismo malo, todo tiene su parte positivo. Somos capaces de planificar muy bien cuando asumimos la dimensión del problema, pero nos cuesta prever el problema para el que tendremos que planificar. ¡Santa Barbara!. En suma no es lo mismo pensar, una vez que te metes en el asunto, que pensar sobre el asunto que te has de meter. Insisto en que soy consciente de que me muevo en el tópico, pero no se pueden cerrar los ojos desde un puritanismo positivista a la existencia de hábitos y disposiciones culturales colectivas muy poderosas. En el mundo global tan abierto a todo tipo de contingencias hay que estar muy preparado para todo, aunque no sepamos exactamente para qué. Las dotes de improvisación se desperdician sin previa planificación. Nuestro déficit es de previsión y sobre todo de aprender a prever y de ganas de prever, de salirnos de lo que tenemos delante. Esto, igual que la voluntad, el tesón y la disciplina también se educa, más bien se educa todo junto. Ya sabemos todos que la improvisación por sí sola lleva a la chapucería aunque parezca todo de antemano controlado.

2/La propensión de la derecha a la incompetencia mediática. Es el indicio más evidente de su más que presunta “patosidad”. Está formada en la creencia y el hábito de que la comunicación sigue a la política y que la política de comunicación es la comunicación que se hace después de haber hecho la política. En suma, primero política y luego comunicación, o luego política de comunicación si se quiere. Esto supone que el efecto de una política en la opinión pública depende en lo fundamental de la forma de comunicar esa política, una vez esta se ha puesto en marcha. Por ejemplo se apuesta primero por una determinada política sobre el aborto y luego se convence a la opinión pública. La política de comunicación sería mero arte de comunicación. Pero ahora más que nunca la comunicación es parte de la política en sustancia, no un accidente de la política. Dentro de lo que hay que hacer está la previsión del efecto, no sólo de los resultados prácticos en la economía o en la vida de la gente, como propone la ética de la responsabilidad, sino el efecto en la opinión pública. Este efecto es parte indisociable de las medidas políticas, como, permitaseme el símil, la interferencia del observador es parte del fenómeno, al menos en mecánica cuántica. Y no es que el gobierno actual desprecie la opinión pública o no la tenga en cuenta. Todo lo contrario, el “arriolismo” se rige por el principio de que la opinión pública manda. Pero para la derecha lo que en verdad cuenta es el efecto consumado que alguna medida tiene en la opinión pública. Se obedece a a la opinión pública una vez se ha desatado y tomado posición. Pero cuesta mucho prever el efecto. En preverlo la izquierda es consumada maestra. No así en las consecuencias prácticas para la vida de un programa concreto, por cierto.
3/El estilo de gobierno. En la estructura piramidal de nuestros partidos y de las instituciones gobernantes que tenemos, el estilo del gobernante y del dirigente es determinante. Tanto en lo que se hace manifiesto como en lo que se sugiere o da a entender. Toda la pirámide tiende adaptarse o en casos más extremos, pero no desdeñables, a mimetizar y emular. Con independencia de su personalidad, dotes y preparación, creo no equivocarme si pienso que para Rajoy la política comunicativa es el arte de no alarmar, en la confianza de que “el sentido común”, propio de la buena gente, acaba imponiéndose por sí mismo. Lo tiene tan asumido que seguramente debe cree que no existe nada alarmante de verdad, es decir nada que no tenga arreglo si se procede a no alarmar.
En la génesis de lo que amenaza ser una crisis nacional por el ébola, sino se reconduce, se pueden observar algunas derivaciones de este modo de proceder, que sin remediar la improvisación y la imprevisión la multiplica cuando aparece lo que es digno de alarma. Parece haberse seguido el principio de que “hacer lo mínimo es suficiente, y hacer más puede ser alarmante y perjudicial”. Y lo mínimo parece haber sido “cumplir los protocolos”, antes que asegurarse estar preparados suficientemente para cumplir los protocolos.
Conozco esto por el sistema educativo. La Gobernanza se cree que funciona sino “pasa nada”, lo que para ella significa: si nada escandaliza. Funciona si parece que funciona y hasta cierto punto, en relación a la opinión pública, hay algo de verdad en esto.
Pero ante una crisis, tan súbita y desgraciadamente imprevista pero que se podía haber previsto, como esta, lo que es aparece casi instantáneamente. Aunque luego se exagere y la exageración forme parte de los hechos. ¿Es extraño que a la vista de los resultados el inevitable conocimiento de la improvisación e incompetencia conmueva a la opinión pública?. Desde luego que no, pero es sorprendente que el Gobierno siga paralizado, como si hubiera decidido tirar la toalla.
Por contra el PSOE ha demostrado entender el impacto en la opinión pública de lo que sucede y la unión de sustancia que hay entre la gestión práctica y la comunicación. Su apuesta por la responsabilidad comunicativa y el apoyo responsable al gobierno parece ser el primer tanto para reconstituir su imagen. Sería una buena noticia que, en los futuros eventos, lo hiciera también en nombre de la responsabilidad.




jueves, 9 de octubre de 2014

BREVERÍAS


Sacrificado el perro se consumó la histeria.

 Animalista: ánima que sólo fraterniza con los infrahumanos
Nacionalista: ánima que sólo fraterniza con los superhéroes.

Persona: animal bípedo.
Animal: persona que se puede deslizar con su cuerpo, andar con varias patas al menos, o nadar en el agua.
Persona humana: animal bípedo implume.
Luego son personas bípedas: las gallinas, los patos, las aves en general, algunos monos a ratos, los hombres... a veces.
La diferencia entre un animal y un animalista: la misma que existe entre un español y un españolista.
Otra diferencia entre un animal y un animalista: que el animal siente y el animalista resiente.

¿En qué se distingue un animalista de un nacionalista?: En que el animalista es el viviente que quiere a los animales sobre todas las cosas y el nacionalista es el viviente que sólo se quiere a sí mismo sobre todos los demás y contra todos los demás que sea posible.
Nacionalista: narcisista con conciencia política.
Narcisista: nacionalista al verse en el espejo.
¿En qué se distingue un nacionalista de una manzana? En que se puede morder la manzana y que el nacionalista te puede morder.

Lo que piensa Don Artur:”ahora que estoy perdido por todos los lados, soy verdaderamente libre"

Cuecen habas:
  • en Rodiezmo: ¡¡enriquecedme!!
  • en la antigua Caja Madrid: ¡mi Tarjeta..!
Crónicas del Partido Patoso, familiarmente PP, la rueda de prensa de la ministra Mato y la comparecencia del ministro de salud de la CCM.
Piensa un responsable: “en el protocolo no figura que haya que seguir el sentido común”

La Cuarta y la Sexta se declaran al alimón Campamentos oficiales y definitivos de los CazaSistemas, al menos mientras permanezca vivo el Sistema.

La alta jerarquía responsable tendría que estudiar que quienes asistan a los sermones de la Cuarta y de la Sexta no necesiten ir a misa, y que además quienes sigan a la monja de la Tele tengan perdonados todos sus pecados sin necesidad de confesión, pues ya sufren bastante penitencia.

La diferencia entre Nación y Estado, al menos en Europa. Sólo siendo Nación se puede enviar personal médico y militar al epicentro del Ébola, siendo sólo Estado se arma la gorda por sacrificios caninos, hechos en bien de la salud pública.

De la leyenda negra a la leyenda rosa: Según Rajoy, los dirigentes de la Unión Europea están muy satisfechos de la gestión de la crisis.

Rosa Diez en su pequeño Titanic, ante la invitación a salvarse con Ciudadanos: mi programa, mi programa y sólo mi programa.

Pedro Sanchez: los pecados de Cañete no tiene derecho a perdonarlos ni Dios.

De forma cíclica vuelve la galerna:¡Siempre a por ellos! ¡Siempre Nunca Mais!





miércoles, 8 de octubre de 2014

EL SUEÑO DE LA REBELIÓN


¿Se dan las condiciones psicológicas para la insumisión o rebelión colectiva en Cataluña?
Lo digo porque estamos pasando del sueño del acceso natural y aséptico a la independencia al “sueño de la rebelión” por la independencia. Se esparce la imagen de un pueblo sublevado presto al sacrificio, “libertad o muerte”, que se hace con su destino por las buenas o las malas. La preparación de la Diada tenía un toque de desfile y encuadramiento colectivo frente al toque de espontaneidad de las anteriores Diadas independentistas. Los modelos son las ocupaciones mediáticas de las grandes plazas y centros públicos en la primavera árabe, Kiev o ahora Hong Kong. La tradición sin embargo no avala estos alardes para Cataluña. Los líderes de las clases medias nacionalistas apenas crearon los “escamots”, una birria, que trataba de seguir el ejemplo de los escuadrones nazis y fascistas. El patrimonio de la rebelión callejera era de los anarquistas y la simpatía de estos con la causa nacionalista era digna de diván de psiquiatra. Aunque se mitifique al héroe Casanova, la estética sacrificial no se aviene mucho con las clases medias nacionalistas que protagonizan el actual disparate, ni tampoco con lo que se juegan, aunque el refuerzo de la juventud irredenta que representa ERC, CUP o Guanyem lo disimule.
Desde un punto de vista psicológico no es fácil saltar de un escenario en el que se hace de la cordura y moderación la garantía del éxito, a otro en el que se convoca al heroísmo como uúnico camino posible. El President ya se anticipa “sabed que habrá que gobernar la incertidumbre”. Y la mayor incertidumbre es lo que pasa por su cabeza y la que siente en su cabeza. ¿Saltar o quedarse en el medio?.
Pero lo que de verdad importa es si se salta del sueño de rebelión a la rebelión de verdad. De hacerse estaríamos ante una auténtica singularidad histórica. Una rebelión contra los motivos que le quitan cualquier legitimidad. Y no me refiero sólo al hecho de que vulnere el Estado de derecho. Me refiero a legitimidad moral. Rebelión para conseguir unos objetivos que en lo fundamental ya se tienen, o se pueden lograr fácilmente en el marco legal y dentro del juego democrático: cultura propia, control de la legislación, lingüística y educativa, todo tipo de competencias económicos y sociales. Para alcanzar en suma una independencia que poco más significaría en términos prácticos. Mucho menos se puede aducir la crisis y que “España nos roba”. ¿Como entonces esta inflación de cabreo e indignación que tiene a España y al Estado de cabeza de turco?. ¿Es esta inflación suficiente para crear un sentimiento de rebelión y luego la rebelión real? Los movimientos de masas fanatizados y las rebeliones fanáticas han estado asociadas a estados de desesperación y empobrecimiento colectivo. Aunque la fanatización de la sociedad alemana tuvo otras causas, no se hubiera podido producir sin la grave crisis económica y la humillación que sintieron los alemanes tras la I guerra mundial, en parecida situación estaban los dos bandos de la nuestra guerra civil. Nada de esto tiene que ver con una sociedad próspera y que encuentra en el actual marco de la economía hispana y europea la posibilidad de un desarrollo razonable, sin que nadie pueda imaginar una alternativa mejor. Desde luego hay crisis, muchos lo pasan mal y las expectativas no son claras, pero no lo remedia la magia y las brujas. Y sobre todo no está en juego la prosperidad media alcanzada que es la de una sociedad burguesa relativamente satisfecha, a no ser que se heche por la borda.
Desde el punto de vista psicológico, las circunstancias han cambiado y una vez producida la explosión inflacionaria que ha desatado tan súbitamente el furor independentista, lo que parece animar la posibilidad de una rebelión real, que sería una rebelión en la que la gente educada en la paz y la moderación se vería arrastrada, es el mismo sueño de la rebelión. Soñarse héroes ante el mundo, es decir ante los televidentes del universo entero. Suena a gran frivolidad pero no es descartable. El impacto distorsionador de la cultura mediática no tiene porque afectar sólo a la psicología individual, quizá tenga un efecto todavía más contundente en la psicología de masas. El público no asiste a los estadios para ver el partido y animar a los suyos, aspira a ser tan protagonista como los jugadores en la televisión. Igual que muchos jóvenes y no tan jóvenes hacen lo que hacen para salir en la tele o internet, la gente se hace masa para compartir ese privilegio.
Considerado el asunto desde un punto de vista político la rebelión mediática tiene muchos puntos a favor. La multitud agitada y cabreada gana la simpatía de cualquier espectador, máxime cuanto más ignorante sea del asunto que está en juego. Los “líderes” occidentales se rigen por lo escandalizada que esté la opinión pública mediáticamente de-formada. Siria, Irak, Libia son pruebas elementales. Por lo se refiere a nuestros pagos, parece imposible volver a los tiempos en que las agitaciones callejeras se apagaban a sangre y fuego. Aunque se carezca de razones objetivas, siempre queda que, dada la idiosincrasia de la política española, de no ganarlo todo siempre se ganará algo más por muy mal que vayan las cosas. Si el disparate tiene las espaldas cubiertas, o cree que las tiene, parece menos disparate a quienes se entregan al mismo.

lunes, 6 de octubre de 2014

MÁS ALLÁ DE LA VERGÜENZA Y DE LA EXPIACIÓN.


¿Pueden converger las estrategias del PP y del PSOE ante la secesión, suponiendo que existan, ofreciendo un servicio útil al interés nacional y la democracia?
La estrategia política para un propósito concreto tiene dos componentes elementales: la línea de acción y el discurso público, con su mensaje correspondiente. El discurso ha de estar en función de la línea, y es lo mínimo que estén en coherencia y que los líderes no se vean en la situación de ser rehenes de sus palabras.
El discurso de Mariano Rajoy es el de “ley y diálogo”, pero en realidad su línea de acción es “resistir con la ley hasta que se pueda aplicar o sea conveniente hacerlo y rezar para que pueda haber algún diálogo aunque no se sepa todavía con quién ni exactamente sobre qué”. La línea práctica, o al menos la intención que la mueve aparentemente, vino sugerida cuando afirmó “a ver quien aguanta más el vértigo”. Hay que dejar que el proceso se desenvuelva hasta el final a la espera de que, al sentirse al borde del abismo, la opinión pública afín al nacionalismo moderado y otros menos nacionalistas, que se han dejado arrastrar, reaccionen y dejen claro que se ha llegado demasiado lejos y no están dispuestos a seguir. Es un proceder análogo al que usa un educador especializado en jóvenes archiproblemáticos en un famoso programa de televisión, cuando les deja e incluso anima a dar rienda suelta a sus instintos gamberriles (disruptivos, se dice ahora), hasta que el destrozo llega a tal punto que el personaje queda sorprendido de sí mismo y es preso de la vergüenza cuando se le enseña su conducta. Don Mariano espera que una buena parte de la opinión pública catalana avergonzada de sí misma, retire su confianza a los Señores de Cataluña,. Tan prudente proceder es el opuesto del que puso en práctica el Conde Duque de Olivares hace más de tres siglos, cuando, en la guerra contra la Francia de Richelieu, decidió involucrar con la monarquía a la reticente nobleza catalana y abrió para ello el frente catalán contra Francia. Lo que está por ver es si por caminos diferentes se llegará al mismo resultado. En nuestro caso D. Mariano está convencido y confiado en el seny de los catalanes moderados, sean nacionalistas o no, y que constituirían la mayoría de la población. Coincide con la mayoría de la opinión pública, que no concibe tanto disparate y que cuenta con que tarde o temprano la gente hará uso de la racionalidad que se le supone. Por ello el presidente del gobierno de partida apenas tiene problemas para poner en coherencia la acción, o inacción, y el discurso que propaga. Este se ciñe a reclamar el cumplimiento de la ley, pero no tanto para hacer que se cumpla, sino para denunciar a los incumplidores y ponerlos en evidencia. Descarta al mismo tiempo entrar en el terreno de oponer la unidad de España a la independencia, para no exacerbar los ánimos en parte y para deslegitimar a los aventureros que se salen del Estado de Derecho. “Todavía no es el momento” de caer en estas “calenturas” y en movilizar pasiones contrarias, que impedirían a los moderados volver sobre sus pasos. Sin embargo por ahora no se vislumbran grietas ni reparos en la opinión pública secesionista por más bullanguera y atrevida que se muestre, mientras que en el bando opuesto impera el retiro, la desmoralización y la diseminación, de lo cual es prueba la debacle que se prevé en las filas del PP catalán y nacional.Pero ya tanta parsimonia empieza a escamar, ante el mosqueo de que si no estamos ante una sedición mucho se lo parece. Visto que no paran al contrario de lo que se presumía generalmente se despiertan serias dudas sobre si el gobierno tiene algún plan B caso de que a los moderados no les entre la vergüenza. ¿Sería lo más inteligente esperar que ardan las Fallas por entero para que, finalizada la fiesta, los más sensatos se vean ante el escenario de una Cataluña fuera de UE y de la liga de Fútbol española? ¿quedarán todavía sensatos o todos se sentirán héroes alimentados por su sacrificio?
Lo que por encima de todo esto resulta más preocupante es si puede existir otra estrategia y discurso, dado el cariz que han tomado las cosas con la crisis y aquello en lo que la opinión pública española está dispuesto a creer. Sin duda que dichas pautas se conforman al perfil tancredista, que en parte con razón, desprende Don Mariano, ¿pero se puede hacer otra cosa?

Para el PSOE parece que sí. Ahora bien, por poco que se observe nos encontramos con que mientras el PP sigue la estrategia de la vergüenza, el PSOE sigue la estrategia de la expiación. La propuesta federalista busca primero que nada expiar la desafección hacia la democracia española de gran parte de electorado tradicional del PSC, que ha ido a nutrir el nacionalismo o a quedarse en casa. Según se cree la reforma federal de la Constitución daría un motivo a las masas socialistas para resistir la secesión, y de paso se arrastraría a los nacionalistas moderados.
Otros efectos no desdeñables, leídos en clave interna, serían:
-la demostración ante la opinión pública española de que se tiene una alternativa y una iniciativa de la que carece el inmovilismo de los populares, lo que avala al PSOE como alternativa de gobierno.
-consecuentemente la negativa a formar un frente común con el PP en la línea de un gobierno de concentración nacional que extinguiría la estrategia cenital e innegociable del “cordón sanitario”.
Pero ya todo suena vacío y artificial. A la espera de la convocatoria de las elecciones autonómicas “plebiscitarias” y de lo “esclarecedoras” que estas resulten, se impone ir haciendo maniobras de aterrizaje, aunque la pista sea un terreno pantanoso. Desde esta óptica se puede interpretar la indeterminación infantil de la propuesta federalista como una percha para colgar lo único que parece negociable para los nacionalistas “moderados”, la transición a un Estado Confederal definido por la “singularidad” catalana. La inconcreción congénita de lo que sería la “España Federal” no sería así sólo producto de la práctica imposibilidad de casar esa “singularidad” en un modelo federalista, ni del lío que se multiplicaría geométricamente con sólo intentar poner orden en el puzzle de las autonomías.
Lo curioso es que, en abstracto, el PP no tendría por qué ver con malos ojos la propuesta federalista si esta es pura, es decir igualitaria. Se da la paradoja de que esta propuesta podría ser ocasión para ordenar el batiburrillo de las competencias de las autonomías y dejar definidas de una vez por todas las competencias del Estado y los límites de las competencias autonómicas. Incluso se podría avanzar en encauzar temas tan sensibles como la educación y la unidad de mercado. Aun así el PP no recoge el guante por el lógico temor a que una reforma constitucional de esta envergadura abriera en canal el edificio constitucional. Pero sobre todo debido a que no es esa la partida.
Lo que queda de verdad de esa propuesta es lo que no propone, pero sugiere. Los dos partidos nacionales necesitan ganar tiempo y que “el procés” se enfríe. Para ello están obligados a sacar a la plaza el Miura de la “singularidad catalana”. Lo que no significa acordar el contenido y la solución sobre lo que haya que entender como tal. ¿Podrían admitir alguna fórmula de derecho de autodeterminación y de soberanía fiscal que satisficiera a los nacionalistas? Parece imposible, pero si se quiere negociar parece que hay que acercarse a explorar este territorio salvaje. El problema parece ser el orden de los factores, que en política sí puede alterar el producto. ¿Habría que abrir la negociación antes de que tengan lugar las elecciones plebiscitarias para oponer una alternativa agradable a la furibunda de Ezquerra y sus socios? ¿sería mejor esperar los resultados de esas elecciones, suponiendo que dejarían un escenario ingobernable? O que en su caso la proclamación unilateral de a Independencia legitimase al Gobierno a hacer cumplir la ley. Es claro que por lo que a la primera vía respecta sólo cabe la propuesta de iniciar la negociación sin la seguridad de que lleve a nada y que para la segunda vía la única esperanza es que con el éxito venga luego la descomposición de los aventureros. Por ahora en lo único en que pueden ponerse de acuerdo PSOE y PP es en la necesidad de alejar el abismo. Sino la clarividencia, la realidad les obliga a tener esta singular convergencia y a llegar a un acuerdo sobre el orden de los factores. A ir en suma más allá de la estrategia de la vergüenza y de la expiación.

viernes, 3 de octubre de 2014

EJERCICIOS CÍVICO ESPIRITUALES





Al igual que los Señores de Cataluña se preocupan de mantener al público en forma, para que el procés no decaiga, es recomendable tratar de hacer ejercicios cívico-espirituales para que la compostura tampoco decaiga.

*¿Quién mandaba en el País Vasco?: el Conflicto.
¿Quién manda en Cataluña?: el Procés.
Algo se ha ganado, quiero suponer.

*A todo lo que es como el Procés lo llamaban antes los trostkistas “Programa de transición” y Lenin “programa mínimo”.

*Hoy Don Artur reúne a la célula patriótica para evaluar la marcha del Procés, atar cabos y organizar una nueva presentación de respetos al molt Honorable.

*Las llamadas “cadenas generalistas” se hacen la boca agua con el aumento del Share que vendrá de retransmitir exhaustivamente la insumisión callejera y todo el Aquellarre. Ni “Sálvame” podrá competir.

*Por cierto a las cadenas nacionales se les denomina “generalistas”, será por adaptarse a la posmodernidad. Yo las denominaría cadenas “paisanas”, suena más cariñoso y castizo.

*Don Pedro Sanchez propone funerales de Estado para quienes mueran por maltrato doméstico, ¿incluye también a España?.

*Felipe Gonzalez dice que “otra vez tenemos que preguntarnos quienes somos”, dice bien pero igual pasado mañana nos tenemos que preguntar “¿quienes eramos?”.


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Otra tanda:


*El Sr. Candelas, alto “responsable”(sic) de Izquierda Unida y tal vez de la mentalidad internacionalista más avanzada, ha comentado en la Tele, a propósito de la consulta de Cataluña y Canarias: “ya es hora que en este país o Estado tenga alguien derecho a decidir”, hemos perdido treinta y cinco años sin darnos cuenta...


*Un país curioso: se puede decidir amparados por la ley, pero sin tener “derecho a decidir”

*Se pretende que catalanes y canarios tengan el mismo destino: presentarse ante la Esfinge para que esta los devore.

*También Don Paulino luce de astucia:
-como en Cataluña “no nos quieren, porque España nos roba”...
- en Canarias “no nos quieren, porque España se parte de risa de nosotros” (por la pregunta de la presunta consulta)

*La pregunta podría ser más clara: “¿Qué prefiere Vd.: a su mujer (o marido) o petróleo?

*Don Mohamed está cavilando si hacer la misma consulta en Marruecos y reúne a todos los sabios del país para que hagan dictamen.

*Ha dejado dicho esta mañana mi admirado Don Nicolas Redondo Terreros, “los dirigentes canarios demuestran tener miedo a la novedad” (o algo así). No crea, tienen desprecio a lo que les suena a viejo, es decir España.

*Primer decreto del Gobierno Canario tras la Independencia:
Se hacen prospecciones, excavaciones y extracciones petrolíferas con quién sea, como sea y donde sea, incluido Timanfaya...y en la costa de quien sea...

*Si eramos pocos parieron los tarjetómanos.

*Lo que añoran las cúpulas polítco-sindicales: las tarjetas sucias se lavan en casa...

*¿Y donde estaba el ex gobernador del Banco de España?: en la macrotrajetonomía.

*¿Para qué sirve la fiscalía? Para que alguien pueda decir: “que este asunto (por ejemplo la firma consultiva del President) lo estudie y en su caso decida la fiscalía...”





jueves, 2 de octubre de 2014

CLARIFICADOR




Sigo con mi monocordio. Lamento disentir de la idea dominante por estos pagos sobre la dimensión del mal separatista. La ventaja en cuanto a poder de movilización del nacionalismo no creo que se deba a que operan en el ámbito de la emocionalidad, mientras en frente se actúa por racionalidad y por tanto de modo cívico. El problema es que la sociedad española no se siente comprometida a defender la democracia, ni se siente motivada a defender su nación, al no se sentirse comprometida como comunidad nacional. En el momento de la historia en que vivimos todavía, la defensa de la democracia está unida a la defensa del interés nacional, siendo ambos aspectos indisolubles. En nuestro país sin embargo la ruta seguida en los últimos treinta años ha sido la de la desnacionalización encubierta y ahora lo larvado estalla.
Les recomiendo el artículo del Sr. Tomás Perez Vejo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México “Un proyecto para España” (El País 30/9/14).

Antes de comentarlo un poco me permito una impresión.

Me imagino la estupefacción de Vargas Llosa y muchos hispanos, no sólo ya ante el cariz del proceso secesionista, sino sobre todo por la aparente indiferencia y recogimiento en el Nirvana del pueblo español. Creo que en aquellos pagos la patria es casi una idea sagrada y no se concibe la política sino es como un compromiso por el bien de la nación. Les confieso que no he leído artículo más clarificador en todos estos años. Sostiene en esencia que

“El fracaso del Estado-nación español, suponiendo que finalmente se convierta en un proyecto abortado, no tiene que ver con la organización del Estado (centralista, federal, confederal, de las autonomías, monarquía, república, etcétera), sino con la incapacidad para conseguir que sus ciudadanos se sientan parte de una misma comunidad nacional.”
El autor busca la causa de este proceso que revierte el éxito del liberalismo decimonónico en la construcción de la nación española:
”La falta de legitimidad que amplios sectores de la población atribuyeron al régimen nacido del 18 de julio generó un proceso desnacionalizador que confundió —en un mismo magma indefinido— Gobierno franquista, Estado español y nación española y que, por obvios motivos, afectó sobre todo a la izquierda”
Es un hecho cierto y casi evidente por poco que nos fijemos. Pero sin embargo las izquierdas de los países que han sufrido terribles dictaduras como Italia, Alemania, Francia, Chile..etc se reivindicaron como alternativa nacional frente al totalitarismo pseudo nacional y presentaron sus proyectos dentro de un proyecto nacional. En España la izquierda, una vez hecha la “reconciliación nacional”, se ha ido dejando llevar por todo tipo de añoranzas y ha ido presentando su proyecto, es decir su perfil ideológico, como alternativa a un proyecto nacional y a la idea de nación. ¿Por qué ha sido así? Lo desconozco pero es evidente que esto tiene raíces lejanas muy profundas y requeriría de un estudio muy multidisciplinar.
Es posible que esta visión esté trasnochada y que los hispanos todavía permanezcan mentalmente en el XIX. Es posible que la nación sea “un concepto discutido y discutible”, ¿debemos tomar como un privilegio y signo de madurez y modernidad propia de la globalización ser los primeros en discutirlo y aplicarlo a nuestra nación?.


























¿ARGUMENTO?

El argumentario de Javier Marías contra la independencia. (El País semanal 28/9/14) :
Viene a decir: “A mí me da lo mismo, pero si se separan seguirán tan mal gobernados como hasta ahora, no se lo recomiendo”.
Ergo: lo que decide si es bueno escribir o no hacerlo es el valor del Editor. Si el Editor es un explotador y tramposo y no se puede elegir otro mejor, dejar de escribir. Si es honrado y competente, escribir.
Se podría remediar un poco diciendo, con permiso: la calidad de sus gobernantes y políticos está en consonancia con la calidad de los gobernantes y políticos del resto de España (o perdón, del Estado), y lo seguirá estando por mucho que se independicen. Mejor buscamos remedio todos juntos.
Postdata: Se preguntaba un paisano: ¿Mi patria? No sé lo que es, no me la han presentado. Lo único mío de verdad es mi perro. Quiero al Estado para que me lo proteja.
¿Es lo mismo crisis de Estado que crisis de Nación?¿Si esto es una crisis, como parece, es una crisis de Estado o una crisis de Nación? . Es decir del sentido de Nación.
Por fin:
Llevo especulando, conmigo mismo claro, ya bastante tiempo, que la exagerada fuerza del nacionalismo es consecuencia, más que causa, de la “desnacionalización” de la sociedad española, nada más singular a escala planetaria. Argumentaciones como la comentada, dada además la autoridad de quien la hace, me hace hundirme más y más en mi desvarío.