martes, 21 de octubre de 2014

SOBRE NACIÓN Y CIUDADANÍA. RESPUESTA URGENTE A UN REMERO


“El nacionalismo, esa patología de la sentimentalidad que otorga derechos privativos de los ciudadanos a tribus, ríos, ámbitos geográficos, paisajes y, como hoy es el caso, a lenguas, es esencialmente paradójica, sus efectos los sufren los no infectados. Como la halitosis.” (Dr. Parmenio Blog de Santiago Gonzales)

Admirado Dr. Parmenio, lamento discrepar de su planteamiento, por otra parte casi unánime en la intelectualidad y en las élites políticas, sobre la forma de entender la nación, el nacionalismo y el debate con los nacionalistas. Estamos de acuerdo en el punto de salida y de llegada, pero no en el tramo para llegar. Y me temo que el debate con los nacionalistas se ha jugado en ese tramo y se ha dado por perdido de antemano. Hay un equívoco intelectual que lo mina todo. Si hacemos un repaso histórico, por sumario que sea, se pueden apreciar tres formas de legitimar el estado nación, o si prefieren la nación política: étnicamente, culturalmente o civilmente, como ámbito del ejercicio de derechos civiles. La revolución francesa, americana o italiana, la fundaron de esa forma, partiendo sin duda de una historia y cultura relativamente común. La nación española lo intentó hacer así en el XIX y aún lo seguimos intentando. Alemania por el contrario apeló al nacer a una legitimación etnicista, desplazando las iniciales legitimaciones civilistas. Hoy en Europa predomina el entendimiento de la nación como ámbito soberano de civilidad, aunque en las naciones eslavas prima la distorsión etnicista.
Por no extenderme creo que la izquierda y la intelectualidad en general ha contrapuesto artificialmente ciudadanía y nación, como si la nación no fuera el ámbito y el ámbito soberano en el que los ciudadanos pueden ser tales. Las teorías que vinculan la nación exclusivamente a un origen étnico común, extendidas por cierto en el ámbito anglosajón, dejan de lado esta posibilidad, que comprende además la nación como el resultado de la integración de diferentes orígenes étnicos , culturales y políticos. Creo que se ha concedido a los nacionalistas secesionistas una bicoca al abdicar la intelectualidad y la clase política en general, especialmente la izquierda, de la defensa de la nación española como ámbito de civilidad, solidaridad y de derecho. Precisamente en relación con ello no concibo como se puede defender la ciudadanía sin defender la nación o el Estado nacional, que en este punto es coincidente, como marco en el que es posible. Si los españoles no tenemos la voluntad de ser responsables los unos con los otros en el ejercicio de nuestros derechos civiles ¿por qué seguir unidos? ¿por qué no ser un departamento francés o un ciudadano francés o inglés quien así lo quiera? Tengo muy claro que los nacionalistas no se sienten españoles y que objetarles en nombre de la defensa de España se interpreta como una confrontación de nacionalismos, para ventaja suya. A los nacionalistas es difícil convencerlos, pero a quienes no tenían por qué ser potencialmente nacionalistas se les ha dejado a la intemperie al no valorar el elemental valor del patriotismo. Mientras, se ha concedido a los nacionalistas la gran ventaja ideológica de tenerles que dar razones para rechazar su objetivo separatista, mientras que debieran ser ellos quienes dieran las razones de romper el ámbito de civilidad y de solidaridad que es la nación española. Al fin ya al cabo al defender la nación española no se contrapone una nación a otra, sino unos lazos solidarios construidos históricamente y quienes pretender romperlos tendrían que verse obligados, insisto, a argumentar por qué. Hoy vivimos en el triste momento de que hay que dar razones a muchos españoles, que se sienten así vitalmente, para seguir siendo españoles como miembros de una entidad política común. Y que eso no es nacionalismo sino elemental patriotismo.
El tema es muy arduo para tratarlo sin duda tan superficialmente como estoy haciendo.. Pero espero animar a que gente más cualificada pudiera ofrecer más claridad y ayudar a superar lo que entiendo es un complejo incomprensible.

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