domingo, 17 de diciembre de 2023

SOBRE "LO QUE LE PASA A SANCHEZ"

Sobre “lo que le pasa a Sánchez”. Creo que si se enfoca como asunto de psiquiatría te vuelves loco. Que nos centremos en las brumas de la mente y no de la política obedece sin duda a lo inconcebible que es su política, en cuanto se le ve la patita, para las sociedades que creen asegurada eternamente la democracia. Como si por otra parte hacerlo diera al matón un lustre inmerecido, porque la política “debería ser otra cosa”. Pero seguro que este pudor le mola. Al lograr que el foco se sitúe en su personalidad y psicopatía no sólo hincha su ego sino que logra que se desvíe la mirada sobre sus metas. En términos políticos Sánchez ha revivido y hecho operativo lo más negro de la tradición socialista que se creía desaparecido. Inspirado en la enseñanza de su musa, Pablo Iglesias, ha tenido el “mérito”, para gloria progre, de redescubrirla y de captar lo aprovechable que puede ser esta pócima tóxica siempre y cuando no se carezca de escrúpulos y determinación de hacerlo, incluso adaptando a ello la causa del socialismo y del izquierda en general.


Revertir la democracia liberal en “democracia popular/populista” cuenta con poderosos vientos favorables en la escena internacional, pero sobre todo requiere un “talante” y habilidades para las que está bien sobrado de natural. Creo que empezando por su instinto de pícaro sin escrúpulos, que a veces el perverso es de lo más clarividente porque vive de las debilidades morales colectivas. Ha envuelto la ponzoña en un frasco de perfume nadiveño para la opinión pública hegemónica en España, encantada esta de que la mentira la encarame a la cumbre de la causa buenista mundial. Como si además no fuera a tener consecuencias sobre sus vidas y bienestar.


Por desgracia el aprovechamiento de las debilidades político cívicas de la opinión publica y de la clase política constitucional le ha dado gran ventaja. Sobre todo en lo que a saber lo que quiere se refiere, mientras los contrarios han de cambiar con urgencia su disco duro y enterarse como sea de lo que este quiere.


miércoles, 13 de diciembre de 2023

EL CACHONDEO DEL FELÓN.

*Posiblemente los naturales escrúpulos de una sociedad que tiene a la democracia y el derecho por su paisaje natural no permitan calibrar el grado de podemización, ya podemismo integral al que ha llevado Sanchez al PSOE. Bastaría preguntarse cuanto cambiaría el presente panorama en esencia si en lugar de Sanchez el presidente de gobierno fuera Pablo Iglesias, detalles tácticos aparte y circunstancias como la psicología, el estilo, la retórica, los rituales grupales, los beneficiarios de la cornucopia clientelar Únicamente podría pesar la disposición de la U.E y USA a la complacencia, cosa de la que P.I no podría prescindir y le sería mucho más costoso conseguir.

*Sanchez ha entrado en una nueva fase. La del cachondeo y la abierta ufanía, creyéndose irónico y hasta bien gracioso. Que para creérselo se rodea de sus aplaudidores habituales y de relumbres marchitos que tiene por estrellas cósmicas. Puede que su desinhibida insania sea un mero reflejo psicótico, u obedezca en términos políticos a la necesidad de defenderse sobrecargando las apariencia. O puede también que ya se sienta triunfador, delirando en el centro del huracán y la vorágine, y alzado a la cumbre del promontorio donde rugen las olas. Pero se deba a lo que sea su aspaviento suena a una clara voluntad de chotearse del personal, a sabiendas de cada vez se le aguanta menos y produce más nauseas sólo verle.

No sé porqué pero sólo encuentro comparable sus entradas bamboleantes ante sus palmítocratas con las que hacía el personaje del futuro Fernando VII y su hermano Carlos María de Isidro en Bayona en la película de Sacha Guitry “Le diable boiteux”(sobre Talleyrand, 1948). Maneras estas de prestancia singular que obedecían a un cultivo de siglos, por lo que resultaba algo rumboso y hasta garboso; la de Sanchez parece la de un autodidacta complacido de sus talentos y nacido para gustar. Vamos un no poderse aguantar. Pero tienen en común el gozo de transmitir el don de las alturas.


domingo, 10 de diciembre de 2023

CUENTO DE NAVIDAD DE LA LUNA LLENA

Cuando la luna llena nuestro hombre se mira en el espejo para ver las orejas del lobo. Comprueba como cada vez están más crecidas y cara a cara con la luna le agradece que sólo a él le está dispensado tan milagroso espectáculo. Luego urde sobre la almohada los sueños que ha de soñar y que ha de hacer soñar al despertar. No admite un segundo que descansar, pues, para quien sabe lo que quiere, soñar no es descansar sino malcriar. En su idea sería crear, o sea hacer creer. Sólo admite segundones y tercerones, y que no cejen de pulular a su alrededor. Su mansión es su palacio y su palacio el hormiguero modelo del inmenso hormiguero que sueña ha de ser su país. En su Palacio cada hormiga se afana para recibir su felicitación, que es su felicidad. A cambio de decir lo que el soñador supremo ha soñado, pero como si fuera idea original. No sueño sería entonces sino verdad que ha de taladrar las mentes de crédulos e incrédulos por doquier.


Siempre con guión y sin guión el hormiguero siempre esta a prueba. Porque los guiones cambian de súbito y hasta pueden ser incomunicables. ¡Hay de quien no interprete bien lo oculto! ¡Hay de quien se atreva a pensar por sí mismo! Peor le va. Los más avezados en el aplauso creen que tienen la clave del punto justo. Pues el lobo del reflejo lunar siempre publicita en negativo. Su transparencia es por ello total, para quien lo ha pillado. Basta ver al negativo lo que dice, promete o solemniza. Incluso cuando publica en su nombre. Por ejemplo a la Tierra Quemada se la titula Tierra Firme.


Todo ello es en el fondo y en la forma fascinante. Tan fascinante como tremebundo. “Mysterium tremens y fascinans” es la fórmula más famosa de lo Sagrado consagrado por el gran pensador R. Otto. ¿Llega a tanto quien sólo se sueña a sí mismo? En cierta manera si soñar es ya crearse. Pero a pesar de todo eso no es humano. Fascinar estéticamente, es lo único concedido a los mortales.


¿Pero quien pudiera? Gran parte de su patrimonio y poderío más allá del BOE y la omnímoda propaganda en la que rinde su trabajo el hormiguero es su fascinación estética. Fascina a los suyos y a los estetas. A los suyos por su fuerza, ánimo, audacia, vileza y picardía victoriosa. Fascina porque los hace sentir vencedores, como si el Dragón vengador se tragara al Santo símbolo de la “derecha ultraderecha”. Que a todos hay que poner en su sitio. 

Pero tanto más fascina a quienes inspira sueños novelescos, como si fuera novela viva y coleante para una vida que se sueña novelesca por parte del novelista. Y novela que se sueña real por el protagonista lunar.

No seré yo quien crea que la fascinación estética que produce en A. Perez Reverte este resplandor lunar tenga que ver con la que por ejemplo fascinó a Jünger o Celine expertos en andar sobre las brasas, de la indignidad de una fascinación tan estética como totalitaria. Parece más bien inocente fascinación nietzscheana propia de un tiempo de sólo apariencias en que se tiene la democracia, siempre imperfecta y el regimen más perfecto, por fruto natural e inconmovible, sin que nada afecte a lo que pasa y todo valiese por igual moralmente. Como si el esteticismo, sea de la fascinación aristocrática por la voluntad de poder (o en su expresión menos ruda de la sofisticada virtú renacentista, o sea de la fascinación gregaria del hooligang, no fuera políticamente inocuo y  sólo un fantasma de la infausta fascinación totalitaria ya experimentada por la humanidad.


En los tiempos gloriosos del totalitarismo la fascinación gregaria era también estética. ¿Como concebir la grandiosa unidad en el temor sin la fascinación de la parafernalia de los espectáculos que expresan la “movilización total”? Incluso en las latitudes caribeñas se expresa este entusiasmo congelado, remedo del antiguo carisma.


Tenemos un dragón sin carisma y eso lo haría más fascinante. ¿Cómo sin carisma se puede engañar a todos en todo? (a todos los que le importa tener engañados). Es un talento inverosímil sin duda. Pero indica más la debilidad cívica de una sociedad festera y mal pensada para no tener que pensar. Dividida entre quienes la facilidad de la llegada de la democracia les hizo creer que la democracia es algo fácil y entre quienes piensan que esa facilidad enmascaraba un timo. Por eso tanta fidelidad y complicidad. La gran obra fascinante de que la grey fascinada se asome sin rubor a su negativo y se reconcilie con él. Primero ante todo la complicidad de los engañados en la utilidad del engaño . Después vendrá el amor carismático. Así procedió Stalin, de “más gris” a ser el “más amado”, y Trotsky quedó estupefacto.


No parece que nuestro Dragón busque ni necesite por ahora tal asalto al espectáculo, ni a dotarse de carisma alguno. Se guarda el carisma para sí, reflexiona ante el espejo. De alcanzar sus sueños le fascinará su imagen ante el espejo del plenilunio. Pero, ya pública esa imagen y acostumbrados todos a ella, es posible que sienta la necesidad de ser venerado carismáticamente, hasta en grandes parafernalias. Por el bien de la humanidad por supuesto.