martes, 23 de diciembre de 2014

DE APRENDIZ DE LEGULEYO


Supongo, y así creo, que el Juez Castro tendrá razón en el fondo, o por lo menos razones, pero algo no me cuadra en su argumentación, así por encima. Seguramente es que no entiendo de leyes o que no tengo valor ni capacidad suficiente para estudiar asuntos tan complejos, con la dedicación que merecen.
En la superficie. Rechaza la necesidad de que los representantes oficiales del Estado pidan la inculpación como condición para hacerla, porque el asunto concierne a todos los españoles. Pero, por otra parte, inculpa a la Infanta en virtud de que la petición de la Acusación Particular cumple con el requisito que permite hacerlo. De manera que otorga de facto a la Acusación Popular el derecho de representar a todos los españoles y desdice a la representación oficial de derecho de tal derecho. Parece raro. O basta el convencimiento argumentado de que se ha cometido delito o se necesita la petición de los agraviados. Pero no lo primero para rechazar lo segundo y lo segundo, entendido a su manera, para admitir lo primero.
El asunto de fondo. Se dice que en “este caso” todos somos los perjudicados por el fraude fiscal. Pero el Estado al arrogarse el derecho de hacer justicia, como también ocurre con el monopolio de la violencia, actúa en el supuesto de que cualquier delito lesiona a la sociedad en su conjunto, con independencia de que sea este o aquel el perjudicado. Cualquier vulneración de la ley daña moralmente a la sociedad en su conjunto pues pone en cuestión el valor de la ley. Argumentar que en este caso eso es así, dando a entender que en otros casos no lo es, parece dejar el cumplimiento de la ley bien a la apreciación de los directamente perjudicados, según conveniencia, convencimiento o interés, o bien a la apreciación del juez sobre quienes son en cada caso los perjudicados y si en algún caso lo somos todos o lo es uno sólo en particular. ¿Existe alguna ley que decida sobre esto? ¿Puede existir? 

En fiestas de Navidad me puedo permitir hacer de aprendiz de leguleyo, es un simple juego.
Feliz Navidad.

EL CONSTITUYENTE


Valga una anécdota. A la vista de Piel de Iglesias se ha interpuesto entre la “Casta” y “todos los ciudadanos” , es decir los ciudadanos fetén que son los suyos, A. Rivera y su “Ciudadanos”, que para abundar en la confusión tiene la osadía de denominarse de esa manera. Como no cuadra que esos sean de la Casta, ni merecen ser como el nombre que tienen, se plantea un problema de encuadre. Con imaginación y rigor, como no podía ser de otra manera, la incógnita se ha despejado en un santiamén: son de la derecha franquista y de la extrema derecha, su “españolismo” no da para más y lo demuestra a la vista de todos.
-¿Como así?, ¿no dice PI que rechaza el separatismo? ¿no es por tanto españolista? ...
-Para nada, eso es solidaridad, pero siempre que sea en boca de PI. Unos son de fiar y otros no. Para lo sabido por todos, sobra explicación.
Ahora la categoría. Si la política es en una parte imprescindible poder en la opinión pública y sobre la opinión pública, este poder se significa por la bula para etiquetar al prójimo y enarbolar en patrimonio las banderas de todos, o de la inmensa mayoría, como si se tuviera la patente. Los políticos poderosos son los que detentan el poder de etiquetar impunemente por que su palabra va a misa, los parias pueden decir lo que quieran, que por decirlo ya son sospechosos. Tienen estos la falta de delicadeza de insultar cuando creen que critican o proponen, pidiendo por ejemplo “justicia en lugar de venganza”. En boca de los primeros se puede tildar de “franquista” a quien defiende la Constitución porque “ya se sabe...”, pero ser tildados de “vengadores” es una calumnia contra los fundamentos de la civilización.
Siendo así plenipotenciario in pectore, a don Pablo no le tiembla el pulso para desencadenar un proceso constituyente de todos y sobre todo. Es decir podremos decidir si todo el mundo va a tener un trabajo y piso, con piscina o sin ella, si van a poder circular coches o bicicletas, si semáforos o bocinas, si vamos a ir a la luna o nos la traemos, si Monarquía o República, si Coca Cola o gaseosa, si pensiones o un botijo para volver al pueblo, si pagar la deuda o multiplicarla, si profesores o alumnos que aprendan sólos, si 17 autonomías o 532, si quedarnos en España o irnos... tantas cosas para decidir y tan fácil, que parece mentira que a nadie se le hubiera ocurrido antes, tanto nos ha debido embotar la casta y el sistema... ¡Ah! y si Navidad con turrón o ni Navidad ni turrón..Tanto habrá qué decidir, oficio tan abrumador parece, que mejor que decida el que más sabe y que decida lo que quiera, eso sí decidiendo todos de esa manera.

domingo, 21 de diciembre de 2014

"SALIR A LA CALLE"


Carezco de datos y desconozco análisis, pero me extraña que la presencia avasalladora de PI en los medios privados vinculados a los “grandes poderes” sea fruto inmediato de una estrategia planificada del PP. No le otorgo tanto maquiavelismo, no por su bondad sino por su candidez. Lo más probable es que la “intelligentzia” del PP propiciara la aparición en las cadenas adictas de lo que debía tomar por vulgares “perroflautas”, como un juego, haciendo ostentación de un prurito de imparcialidad y de modernidad. Luego, visto el éxito inicial, intuirían que podrían hacer cosquillas a IU y dividir así a la extrema izquierda. Seguiría su entusiasmo al comprobar que podría arañar los flancos del PSOE. Pero una vez que acapararon los espacios punta, convirtiendo los medios privados en órganos de agitprop, con una posición tan ventajosa que ni Trotsky hubiera imaginado para sí al organizar la revolución rusa, ni entonces debieron pensar las lumbreras de Génova que valiera la pena torcer el cariz que tomaban los acontecimientos. Ni siquiera les ha debido inmutar lo que parece consolidación de grandes expectativas electorales y un horizonte en el que bordeamos la posibilidad de un Frente Popular, redivivo y presto a la venganza. Decía que esta pasividad no me parece debida al maquiavelismo, sino a todo lo contrario. Tampoco a la supuesta indolencia del líder. No es difícil imaginar que es sumamente trabajador, meticuloso y tenaz. Es un problema del modo de ver las cosas. En el fondo a la gente, a nuestra gente, le interesa su prosperidad y el bienestar, se piensa, otros asuntos son caprichos y veleidades del momento, las aguas volverán a su cauce como el marido que se ha atrevido a alguna aventurilla vuelve siempre, bien escarmentado, al calor del hogar. La propaganda propia de Don Mariano por el sentido común es en el fondo una manifestación de sinceridad, la exposición un tanto obscena de su filosofía vital. Todo es como deber ser porque el mundo está bien hecho, aunque de vez en cuando se noten y nos confundan las travesuras de algunos diablejos. La gente, nuestra gente que es la mayoría de la gente, entiende lo que le conviene, sabe lo que quiere y no se deja engañar cuando llega la hora de la verdad. Se le escapa a esta nobleza del buen sentido que no todo lo incómodo se pudre, también puede madurar y dar frutos desagradables. Pero desde esta incólume bonhomía, desalojar o siquiera neutralizar la presencia prepotente de “los vengadores”, una vez que han consolidado posiciones y las grandes cadenas privadas hacen caja del share, se antoja un esfuerzo desmesurado e incierto. Máxime cuando, además del favor de la inercia desatada, los “intrusos” cuentan con grandes simpatías y colaboraciones entre los periodistas que lideran las corrientes de opinión, ya un entramado bien consolidado. Mas vale dejarlo todo como está, porque todo quedará en nada o en casi nada, una vez que se recupere la sensatez. Por ahora de lo único que pueden alegrarse estos seguidores del Padre Balmes es de que no se unan UpyD y Cs. Menos da una piedra y nunca viene mal una molestia menos. Para el caso, Sinon e vero, bene trovato, “sino lo hemos tramado, lo podríamos haber hecho”. Y entre tanto, con el susto del cariz que toman las encuestas, se pide a los suyos “salir a la calle” para explicar, ¿pero a qué tanta alarmar ahora si nunca hay que alarmar?

domingo, 14 de diciembre de 2014

PROFESIONALIDAD


A la hora de enhebrar su discurso PI o Tania Sanchez cuentan con la ventaja psicológica de que no creen en la democracia, sino en la “Historia”, como una especie de “Divinidad” hecha tiempo, de la que se tienen por sumos sacerdotes. Así igual que todo vale en cuanto a la acción, todo es aprovechable para soltar un mitin encapsulado, que de eso se trata. Ayuda dominar la técnica y ello es fácil, si no se es tonto y se carece de escrúpulos democráticos. Tienen además la gran ventaja de que pueden concentrar sus pasiones y sentimientos en “la causa”. No les afecta lo que se les dice con ánimo, por ejemplo, de ponerlos en un brete, como algo personal, ni menos aún les inmuta, porque se tienen por servidores de una Verdad que todo lo justifica. Así concentran su atención en lo que pueden aprovechar para dar la vuelta y colar el mitin, igual que un Judoka, ante el impulso del adversario. Esta “profesionalidad”, maquiavélica si se quiere, contrasta con el apasionamiento de quienes los quieren pillar y se dejan llevar, soltando todo lo que piensan. Como si bastase tener razón y se tratase con alguien que está en su mismo registro. Frente a la “demagogia científica” no valen los discursos, las soflamas, ni la más mínima metedura de pata, ni siquiera desliz. Hay que ser muy práctico y “profesional”. De lo contrario se corre incluso el peligro de que los más sensibles ante el buen estilo dirijan su simpatía hacia el virtualmente ofendido. 
Una muestra.
“¿Qué ocurrió entonces para que el habitual ambiente de cordialidad se viera alterado por la presencia del líder de una nueva formación política al que se le hizo un tercer grado que nunca se aplica a otros invitados? (….)
Entiendo que se quiera conocer la verdadera naturaleza ideológica de una nueva formación, pero ¿cabe en un medio público un tono de hostilidad tan notorio?”
Los pasillos del pirulí Elvira Lindo 14 DIC 2014 - 00:00


jueves, 11 de diciembre de 2014

BULA CON MISTERIO


Pocos han disfrutado entre la opinión pública de tanta bula como Pablo Iglesias para hacer pasar sus miserias por un dechado de honorabilidad. Creo que la dificultad de desmontar o neutralizar el discurso de PI tiene que ver, entre otros muchos aspectos, con el remilgo que tiene gran parte de la opinión pública a admitir su totalitarismo y con el impacto que el discurso de un convencido, que domina sus pasiones, produce en una clase política atribulada por la inseguridad.
Algunas breves observaciones sobre lo primero. Sin duda que los seguidores, reales o potenciales, se comportan ante la evidente vocación totalitaria de su líder como el enamorado ante las prendas y defectos de su amor. También es cierto que, entre estos, unos pocos, los antisistema y anticapitalistas de toda la vida, comulgan con el totalitarismo, otros pocos le siguen a pesar de saber de su totalitarismo pero no les importa, y posiblemente la mayoría no quiera saber sobre el tema, para no perder la nueva fe que tanto les ha debido conseguir alcanzar. Pero hay un problema de fondo que tiene que ver con la forma de entender la democracia, o si se quiere con la falta de educación democrática, que lleva a que se desdibuje lo que salta a la vista. Diría que se asemeja a un trastorno bipolar en clave política, que afecta singularmente a los jóvenes, pero también a los menos jóvenes que han recibido la democracia y que habla de las grietas de la cultura cívica colectiva.
-Se tienen las libertades cívicas y sociales de las que se goza por un hecho natural, al igual que el aire que se respira, o la órbita de la tierra alrededor del sol. Igual que esto, puede contaminarse o distorsionarse ocasionalmente, pero en lo fundamental son intocables, inmutables y funcionan solas.
-Frente a la prudencia de poner la democracia en su sitio, como el menos malo de los sistemas posibles, se tiene a la democracia por una especie de prodigio que habita en una especie de Sancta Santorum, mecanismo que, al alimentarse de la voluntad de todos, ha de garantizar la justicia, el bienestar general, la virtud social ..etc Una democracia que sufra en su interior corrupción, paro desahucios, es una falsa democracia y se convierte en “sistema”, un monstruo implacable al servicio de unos compinches desalmados .
Así como se disocian las libertades y el “sistema”, las promesas mesiánicas de suprimir el sistema, por mucho que vengan avaladas por la más esmerada colaboración con dictaduras singulares, no atentan, a los ojos de muchos, contra las libertades sino en favor de la “verdadera” democracia o de la democracia “real”.
Que estas patrañas tengan tanto predicamento y que una parte de la población, de la que se presume una cierta educación política, es decir conocimiento de la historia y de lo que pasa en el mundo, sucumba tan fácilmente, tiene que obedecer a motivos que exceden la profundidad de la crisis y la justa indignación por las tropelías y vilezas que tanto nos han humillado. Contentémonos con tomar nota de cuan poco ha penetrado en la conciencia cívica el valor de la democracia como sistema de libertades, derechos y deberes iguales para todos, pero en el que lamentablemente puede prosperar el mal y la injusticia si los ciudadanos no están vigilantes y se despreocupan de las consecuencias de lo que se hace. Y sobre todo el olvido de que ningún otro antídoto es compatible con la dignidad de la persona.

martes, 9 de diciembre de 2014

HIPERTENSIÓN E HIPOTENSIÓN


Con el fin de ilustrar la deformación sistemática a la que todo nacionalismo somete a la historia, el ilustre Historiador y profesor Alvarez Junco (Las deformaciones de la memoria José Álvarez Junco 7 DIC 2014 - 00:00) ofrece una curiosa semejanza entre la versión histórica sobre la guerra de independencia española y la guerra de liberación del nazismo en Francia. Para animar el sentimiento colectivo y colectivista en ambos casos se presenta una derrota por una victoria, pero ni los españoles derrotaron a Napoleón, como se dice, ni los franceses pintaron mucho en la derrota nazi. Pueden ser ciertas las dos cosas, sobre todo por lo que a Francia se refiere, pero es como si una mariposa y un pájaro fueran semejantes porque tienen alas.
De la guerra de independencia ha quedado en el recuerdo que fue una guerra de independencia, una resistencia en la que la población estuvo comprometido de forma harto general y que quizá por primera vez generó un sentimiento nacional en toda España. Ningún historiador por poco que se precie puede sostener la idea de que fue una victoria en el campo de batalla de una guerra convencional, ni la memoria colectiva lo ha asumido de esa manera. Pero sí ha asumido el hecho manifiesto de que fue una resistencia heroica y cruel y que esto tuvo su parte, nada desdeñable,en la derrota final del imperio napoleónico. Tampoco la memoria colectiva es ajena al engaño y la traición del rey felón, ¿hay alguien objeto de mayor y unánime desprecio?, como tampoco ha dado la espalda a los sentimientos y convicciones contradictorias con la que los españoles afrontaron este acontecimiento y sobre todo sus consecuencias. El mito y los hechos coinciden en este punto tanto que hay poco que mitificar, por decirlo así.
Por su parte creo que en Francia se pretende sobre todo olvidar aquel funesto episodio en el que predominó la claudicación, precisamente en nombre de la Francia eterna. Pocos mitos pueden salir de aquello, más que la mitificación que hizo De Gaulle de sí mismo y que ha servido a los cuidadadores de la buena conciencia francesa para ir tirando. En nuestro caso la posible deformación tendría que ver con el significado que se dio al episodio, quienes vieron en ello el resurgir de la España eterna o quienes el nacimiento de la España moderna y liberal. Si algo adquirió un valor mítico fue la Pepa, pero no sé si el profesor Alvarez lo consideraría una “deformación” “nacionalista”. En cualquier caso es una obviedad que la “memoria histórica” no es un cuadro que pintan algunas élites o poderes en un gabinete, sino el resultado abierto de la combinación e intersección viva de todas las influencias y creencias que nacen y mueren en la sociedad...
Estas observaciones serían meramente académicas, sino fuera por la desproporción de la tesis que se pretende ilustrar, especialmente la que está implícita y sugerida. La obviedad de que los nacionalismos son deformadores, como cualquier ideología que entre en liza por cierto, resulta como traída por los pelos para nuestro caso en el día de la celebración de la Constitución, a la que por mi parte tengo por la más legitima heredera espiritual de la Pepa. No parece una simple coincidencia. El profesor parece querer fustigar a todo nacionalismo en general pero especialmente al nacionalismo español o españolista. Pero si el nacionalismo es una especie de patriotismo hipertenso, en España, por lo que al patriotismo español se refiere, estamos bien lejos de sufrir tal desequilibrio, mas bien padecemos una hipotensión de tal magnitud que puede dar lugar a pensar, con cierta coherencia, en una “desnacionalización” colectiva. Tema peliagudo por cierto que algún día, por desgracia, tendrán que investigar los historiadores, me temo. Tal vez la hipertensión desbocada de los nacionalismos disgregadores sea el contrapunto de tal estado depresivo, por eso sorprende que apenas aluda de puntillas a este ejemplo señero del más desaforado y deformador fervor nacionalista que tenemos en nuestras narices y que sin duda, con toda buena voluntad, el profesor pretende combatir. Como el inspector que persigue a un modesto peluquero que no cobra siempre el IVA a sus clientes, mientras tiene delante a un comisionista blanqueador que además no se recata en aturdir a todos con la publicidad de su “negocio”.

COMPLACENCIA


No olvidemos que para que Podemos controle los medios, su principal objetivo al tocar poder o de empezar a tocarlo, necesita purgarlos a fondo, pero también una corte periodística complaciente. Lo más terrible es que cuenta con amigos y atemorizados bien dispuestos por doquier. ¿Cómo interpretar que oficialmente se pida la dimisión del entrevistados y no se censure el matonismo del que hizo gala el entrevistado? Se repudia en general el corporativismo, pero bien vendría un poco de corporativismo, si está al servicio de la defensa de la libertad de expresión.
De todo el espectáculo de Podemos sobresale la cantidad de periodistas bien instalados, y se supone que políticamente formados, dispuestos a hacerle la ola. Puede que empezaran algunos por instigación del medio, por eso de la share, pero ya la mayoría parecen haber descubierto o redescubierto su vocación de educadores de las masas en la virtud. No de filósofos a la manera del Estado platónico, sino de periodistas “concienciados” es lo que necesita un Estado Hermano, para conducir a las masas, con perdón a la ciudadanía, a la virtud y en la virtud. En todo caso parece que para muchos de este digno oficio sus ínfulas ideológicas valen más que el imperativo ético de la defensa de la libertad de expresión.
Como se desprende de lo que dice Dr. Parmenio, como casi siempre bien dicho, la excarcelación de los Etarras no va a poner trabas al horizonte idílico que pudiera haber entre Podemos y el PSOE. Pero estos episodios mediáticos debieran hacer pensar a los líderes socialistas. Sin una actitud contundente de estos contra Podemos, las bases y los seguidores del PSOE soplarán los vientos de Podemos. La tradición manda. Pero es lo más probable que hasta los resultados de las próximas elecciones los dirigentes no se decidirán a desligarse de Podemos o a transpirar con ellos siguiendo la inclinación de las bases..., lo que significa que va a seguir primando alimentar el discurso que les gusta a estas de que la fiera no es mala sino incoherente...

viernes, 5 de diciembre de 2014

BRUMAS


Aunque estoy tan estupefacto como cualquier ciudadano de bien y puedo desvariar, supongo que no es discurrir demasiado si me parece obvio que existe una voluntad predeterminada, implacable y dispuesta a llegar a este el fin de “cerrar” el capítulo etarra, pateando la justicia y la dignidad todo lo que haga falta. Desconozco donde empieza y acaba esa voluntad, si algunos jueces participan de ello por simpatía, síndrome de Estocolmo, “hoja de ruta”, ganas de hacer la historia, ganas de dar una vuelta de tuerca al sistema o simplemente para jugársela a otros colegas... pero importa poco el motivo si la determinación existe. Lo malo es que nadie se atreve a burlarse de todos sino cree que el ambiente es propicio y va a acabar colando... Esto se parece a un bosque brumoso en el que no se puede distinguir quien es quien, ni qué es qué, donde sólo aquí es posible este trabajo de DECONSTRUCCIÓN DE LA JUSTICIA...

Dicen que Napoleón decía que si quieres que un problema se pudra, monta una comisión.
P. Sanchez: sino sabes lo que hacer, monta una comisión, a ver lo que sale.
Si tiene éxito ¿propondrá luego sustituir los partidos por comisiones?

lunes, 1 de diciembre de 2014

EL "PROGRAMA DE TRANSICIÓN" Y LA LUNA


¿Es casualidad que la presentación de un programa económico de “perfil socialdemócrata”, según su líder supremo, coincida con los persistente guiños radicales de la dirección del PSOE?
Estamos ante un curioso movimiento de atracción repulsión como el que hay entre un planeta y un satélite que aspira a ser planeta. Parece como si el PSOE pretendiera penetrar en el territorio de Podemos y este en el del PSOE. Un escarceo dirigido aparentemente a minar la posición del “adversario” (?) pero que confluye en un “interés común”.
Hay que reconocerle a Podemos la gracia de hacer pasar un grosero “programa de transición” no menos estrafalario por un honorable programa “socialdemócrata”. De la misma forma que el PSOE está en la Luna creyendo que podrá ser el planeta en torno al que gire Podemos como un satélite.
“Posemos” ¿pero quien en primer plano y quien de comparsa?

Se atribuye la “adaptación” del programa económico de Podemos a la intención de “no asustar” a sus presuntos votantes de las clases medias y ganarse a los más reticentes. Pero eso sólo tiene sentido si hubiera señales de que la intención de voto decrece y que una parte notable de sus potenciales votantes le reclama una mayor claridad en cuanto a programa de gobierno se refiere. Si se trata sólo de asegurar el voto potencial que se le otorga por ahora, basta presentar programas “apañaditos”, que no desentonen con la rabia ni caigan en estridencias. ¿Pero se trata sólo de eso? Es cierto que cuanto más aumentan sus expectativas, más queda expuesto a la crítica mediática, tal como puso de manifiesto la entrevista con Ana Pastor. Ahora bien, ¿están dispuestos a desencantarse la mayoría o gran parte de sus potenciales votantes indagando en incoherencias y delirios programáticos? ¿no buscan en Podemos otra cosa, que, por cierto, nada tiene que ver con el cálculo de lo posible y conveniente para el bien común?
Pero Podemos piensa en el Poder en serio, es decir en mayúsculas. No quiere tocar poder ni ocupar una posición en el entramado del “sistema” como otro más, sino poseer el Poder. Sus líderes no son tan ilusos, todo lo contrario, como para creer que lo han de lograr ganando por mayoría, pero tienen a su alcance llegar al Gobierno de la mano del PSOE. Y este, entre la espada y la pared de su discurso esquizofrénico, no parece hacerle ascos. Su línea es “sacar a luz las contradicciones” de los programas de Podemos, es decir influir para suavizarlos. Dejar de lado en suma la denuncia de su vocación totalitaria. Con el PSOE radicalizándose y Podemos “moderándose” con propuestas “realistas”, todo da a entender, si nada los “Susana”, que el PSOE aceptaría “compartir” el electorado de izquierdas siempre que Podemos mordiera sólo lo preciso. Siempre bajo el dogma intocable de que el “enemigo principal y común” es el PP. Como no se trata de presentar un programa de gobierno conjunto, a la manera de un Frente Popular, sino de “esperar a lo que decidan las urnas”, cada uno puede irse preparando para la “convergencia” a su manera.
¿Hasta donde exigirá Podemos y cuanto estaría dispuesto a transigir el PSOE, tanto en materia económica y social como en la reforma de la Constitución? Depende de las posiciones que vayan ganando cada uno en vistas a ese momento, en una partida que tiene la peculiaridad de que los jugadores no pueden mostrar que están jugando. Máxime cuando la convergencia para gobernar esconde finalidades potencialmente incompatibles. Para el PSOE no se trata más que de gobernar dentro de un régimen democrático y eso ya es casi todo si se puede hacer de forma perdurable; para Podemos es un paso, el paso más lógico y factible, para “conquistar” el Poder. Por eso está ya dando forma a su “Programa de Transición” en buena ortodoxia trotskista, que no otra cosa es el espíritu que anima estos aggiornamientos.
¿Son conscientes los líderes del PSOE de lo que esto significa? ¿tienen valor para afrontarlo? Seguramente en sus cálculos está “domesticar a la fiera” llegado el momento. Tal vez extremando los “guiños radicales” espere adquirir una posición de hegemonía que lo permita. Huir de la bestia en dirección a sus fauces, no parece sin embargo lo más lógico. Cuanto menos conscientes sean sobre con quien se las pueden gastar y menos sea su valor para hacerles frente, más expuesto anda el PSOE a sufrir el “entrismo”, la otra técnica de acoso y derribo que Trotski tuvo el honor de idear.
Mientras sigue la película, el entretenimiento es debatir lo “realista” que puede ser un programa elaborado con las fórmulas de IU y con “perfil socialdemócrata”, en palabras de su líder supremo.