miércoles, 16 de abril de 2014

LOS BUFONES EN PARO.



Los antiguos reyes se rodeaban de bufones y chancistas para escuchar la verdad. Hoy parece que los gobernantes de grandes infulas se rodean de una corte que les dice lo que quieren oir, porque, por supuesto, ya saben y tienen la verdad. Ya no hay trabajo para los bufones sino para ilustres expertos y juristas.
Sobre el recurso a los “expertos del consejo de transición” algunas curiosidades  y una reflexión.
Resulta curioso que se presente un órgano de propaganda como un “Consejo asesor”, y que además siendo la misión de tal Consejo asesorar sobre la forma de acceder  a la independencia se presente como Juez independiente que emite un veredicto objetivo, como si fuera un entrenador encargado de emitir un veredicto sobre su propia táctica de juego. Este juego infantil se lo puede permitir quien parece que tiene un control absoluto de la opinión pública catalana.
También es curioso que Cataluña independiente se postule como nación contribuyente neta y presuma de ello, cuando uno de los motivos para excitar la independencia es que es contribuyente neto en España. Se supone que o bien reclama también que España salga de Europa para no recibir sus contribuciones o que se incluya una clausula por la que ninguna región de España ha de verse beneficiada de esa contribución.
En cuanto a la reflexión, llamaría la atención sobre el desliz estratégico en el que puede incurrir la Generalitat si pone el foco del debate en la permanencia en Europa. Le conviene un prudente silencio porque le ofrece al Gobierno la única baza seria. Con los aires que corren es dudoso que la Unión Europea admita la aventura catalana salvo si quiere saltar hecha añicos. El Gobierno debiera esforzarse en que Europa dejara bien claro su posición más allá de declaraciones de segundones. Sería bueno que recogiera el órdago de Homs  y que pidiera un dictamen oficial. Cerrada la puerta de Europa la aventura secesionista sería un remedo de la lunática defensa de Barcelona de 1714 que se trata de conmemorar. Los secesionistas activos cuentan con el beneficio de la simpatía de la opinión pública internacional cuando el proceso de asalto se desate, opinión que se volcaría a favor de David ante Goliat a la vista de lo sensible que es ante cualquier manifestación popular mediática. Pero visto lo que puede suceder en Ukrania también por esa parte puede entrar el miedo.

domingo, 13 de abril de 2014

NOS QUEDA EL DIÁLOGO.



Sugerencias para el diálogo.
Durán. -Creo  que habría que darle una salida a Mas.
Rubalcaba. .-También a ti.
D.-Pero sólo si la tiene Más la podré tener yo.
R-¿Pero quiere Más alguna salida y algún diálogo?.
D-en realidad no, está convencido de la independencia, pero habrá que convencerlo de que es mejor una salida.
R-no veo cómo, parece que quiere el sacrificio.
D-convenciéndolo de que gran parte de los suyos quieren una salida.
R-¿Y la quieren?.
D-No lo sé, me temo que cada vez hay menos, pero no sabemos lo que puede pasar cuando nos acerquemos a la hoguera. En todo caso ¿qué podemos hacer?, ¿unirnos al PP como si formáramos un mismo frente?.
R-Por supuesto que no. Vamos a ser prácticos. ¿Serviría de algo reformar la Constitución?.
D-No lo sé, pero es lo único que podemos ofrecer. En eso estamos de acuerdo. Tendría que recoger las aspiraciones de Cataluña.
P-¿No sería suficiente un régimen federal?.
D-  Si recoge las aspiraciones de Cataluña sí. Pero por sí solo a los nacionalistas les da igual.
R- Eso ya lo sé, pero entonces tendríamos un pretexto ante los nuestros para oponernos al “derecho a decidir”. Con esa propuesta recuperaríamos a muchos de los nuestros que se han pasado al nacionalismo.
D. No lo entiendo, parece muy enrevesado, pero si tú lo dices…. Pero aún así no sería suficiente y a Mas no le bastaría. Estamos hablando de esto.
R. Uff..Se me ocurre recoger aparte la singularidad de Cataluña, como con los vascos. Ya lo dice Herrero de Miñón y hasta empieza a decirlo Zapatero.
D. Ya te lo decía yo, pero ya no valen generalidades. La singularidad incluye reconocer de algún modo el derecho a decidir.
R. Eso son palabras mayores no se me ocurre cómo hacerlo. Tendré que pensar algo.
D. ¿Por cierto Rajoy aceptaría?.
R. Con este nunca se sabe. ¿Pero estás diciéndome que sólo es posible una salida si reconoce la Constitución algún proceso que permita la independencia? .
D. Hombre yo apoyaría cualquier otra cosa, pero daría igual lo que hiciera.
R. ¿No bastaría un régimen foral como los vascos?. A los andaluces y muchos otros no les haría gracia, pero ya me encargaría yo de que tragaran.
D. Es que aquí piensan que si se pueden quedar con todo el Cortijo, ¿porqué  basta un jardín?. Se puede proponer para que en caso de autodeterminarse se inclinen por esto y no por la independencia.
R. ¿Y no lo podemos hacer al revés? Les proponemos el arreglo, lo votan y no hace falta que incluyamos la autodeterminación.
D. Por mí vale, pero ¿si no aceptan?.
R. A muchos de los nuestros les convencerá.
D. ¿Crees que será suficiente para ganarte a la mayoría de los catalanes o al menos meter una buena cuña?.
R. No lo sé, pero Mas está más cogido. Tarde o temprano tendrá que avenirse a algo y habrá que darle una salida.
D.  Ya te lo he dicho cual.
R. Uff… No sé quien está más cogido.

viernes, 11 de abril de 2014

Y LE LLAMAN UTOPÍA



El venerable término Utopía que inventó Tomás Moro es objeto de una historia enrevesada hasta el momento, desde que Marx lo descalificó para marcar distancias con la amalgama de los otros liberadores sociales. En nombre de lo que apadrinó como “socialismo científico”, denunciaba al resto de “socialistas utópicos”, desde Saint Simón y muchos otros hasta Proudhon, por pretender cambiar la sociedad, sin pasar por la conquista del poder y la dictadura del proletariado. Paradójicamente los tildados de utópicos  eran bastante más realistas de lo que parece, pues ensayaban todo tipo de formulas concretas de transformación de la sociedad capitalista y de desarrollo práctico de una organización social afín a los trabajadores  y desconfiaban con razón de lo que significaba entregarse a la maquinaria del Estado. Por su parte los seguidores bolcheviques de Marx, los verdaderamente fieles a Marx al fin y a la postre, formalizaron la peor utopía concebible al presentar el imperio de unas elites burocráticas, bien concienciadas y crueles hasta la extenuación, como el camino al socialismo la justicia y la felicidad universal. Pero decían que no era utopía sino ciencia. Tras el mayo francés, la caída del muro, o el poco juego del eurocomunismo, los herederos de la experiencia soviética cambian la “ciencia” por la utopía para recuperar las claves de la revolución. No se trata de luchar por metas históricas sino de legitimar la lucha con los sueños. Todo lo que se sueña hacer es legítimo, y también es legítimo todo lo que se hace en nombre de un sueño. Así la invocación de la utopía otorgaría la patente de la sensibilidad por los necesitados y oprimidos, la marca de distinción entre los sensibles a las causas nobles y los insensibles. Pero a lo que parece también salvaguarda ciertas prácticas que los autocatalogados revolucionarios podrían permitirse de tener el poder,  o por lo menos algo de poder. En nombre de “la Utopía” se procede ahora en Andalucía a crear clases entre los desheredados; todos somos iguales, pero unos más que otros. No es lo mismo estar concienciado, lanzarse a la calle o a okupar, y seguir a los verdaderos líderes del pueblo, que conformarse con que la ley ampare a todos por igual y se aplique igual para todos. La Utopía también sirve para algo.

jueves, 10 de abril de 2014

ALMAS DESALMADAS



En el nacimiento de las diferentes almas del PSOE influyen fundamentalmente dos tendencias patológicas. La primera considera que ser de izquierdas es en sí mismo un valor positivo y que los de izquierdas que incurren en conductas extraviadas o poco cívicas no pierden ese valor sino que lo usan mal. El deber de los socialistas es entonces integrarlos y acogerlos reeducándolos en la medida  de lo posible. La segunda considera que las izquierdas tienen tanto más valor positivo cuanto mayor es su seguimiento popular, aunque sus prácticas no resulten muy ejemplares. Los socialistas entonces deben adaptarse, comprender sus motivos y tratar de asumirlos para conectar mejor con el pueblo o no desligarse del mismo. Pero en la práctica no es fácil distinguir la labor integradora y la labor adaptativa, por lo que tienden a aparecer fenómenos como en general el socialismo guipuzcoano o buena parte del socialismo catalán y otros.  Eguijuren es un caso extremo de comprensión y adaptación incluso a lo mas inmundo si resulta popular. Este señor tiene al menos la virtud de hacer manifiesto que el alma social nacionalista del socialismo existe y que en el fondo no está mal vista en general, aunque a veces cause alguna incomodidad. ¿Entendía Rubalcaba eso que dijo de que el socialismo no es nacionalismo?

martes, 8 de abril de 2014

LAS RAZONES DE LA INDIFERENCIA.



Estamos entre el secesionismo y el indiferentismo.
El proceso secesionista es abierto, manifiesto y declarado, pero sólo el 0’2  por ciento de los españoles declaran estar preocupados. No se sabe si piensan que la independencia de Cataluña es imposible, si no les importa o si la consideran deseable.  Todo abunda en lo mismo. Hay varias razones que pueden explicar esta actitud.
1/A pesar de protestas y malestares se cree que en el fondo el status quo político es inalterable y deseable.
2/El hartazgo de tanto tira y afloja  con los nacionalismos y las autonomías hace pensar que todo esto es otro teatro y una treta para conseguir más pela.
3/Se piensa que sólo existen los problemas sociales y económicos que pueden afectar a  uno en particular o en su caso los problemas y reivindicaciones relacionados con lo que se denominaba “lucha de clases”. Estaríamos ante una estratagema para que no se hable de “lo verdaderamente importante”, es decir la crisis.
4/Se tiene a la idea de la nación y su unidad por una patraña de los poderosos para defender sus privilegios. La solidaridad con los compatriotas catalanes o los efectos de la secesión, se consume o no, sobre la vida colectiva son asuntos inconcebibles.
5/La clase política y mediática pone toda la sordina que puede. En parte porque piensa lo anterior, en parte porque no sabe qué hacer ni entiende lo que pasa y quizás porque tampoco sabe lo que se debe hacer.