domingo, 26 de marzo de 2023

SOBRE LA INCURIA Y LA BARBARIE. Observaciones sobre artículos apropiados.

 

A propósito del enfoque de Françesc de Carreras en su último artículo (Payasos, tenores y jabalíes) sobre la degradación parlamentaria que ha evidenciado Don Ramón creo que las malas maneras, los odios personales por doquier, la caricatura del debate y del parlamentarismo, la ausencia de clase y de la mínima destreza comunicativa, la robotización sin más programa que la consigna , etc siendo graves en sí lo son más por lo que manifiestan. Porque salta a la vista que este envilecimiento hecho costumbre viene del encanallamiento programado de la vida social y de la sociedad española en general desde ZP.


Y de no poco desdeñable éxito social, aunque la población tienda a refugiarse en su inerte indiferencia. En su que “no nos coman el coco”, costumbre sabia pero sin más salida que la de seguir votando como siempre. Cada uno a los suyos de toda la vida. (La variedad de la oferta en cada bloque no cambia la esencia de la actitud y posiblemente el resultado, hasta que no se pueda más)


También me temo que cuesta atender a la gravedad del envite sanchista. La derecha en el sentido más amplio dio por ganado con la Transición las buenas formas, la lealtad institucional, la tolerancia cívica y política y las virtudes del parlamentarismo liberal. La efectiva reconciliación nacional en suma y su sanción constitucional.


El éxito práctico y las ganas de librarse de los fantasmas del pasado hizo creer en la eternidad del logro. Confiada en su tradicional asepsia ideológica (como si la democracia fuera un contrato de “gente que no quiere líos” que podría pensar Rajoy) los liberal conservadores se sienten indefensos mentalmente ante la irrupción paulatina y súbita(?) de los lastres revanchistas. Bajo el desconcierto ideológico impera en la derecha una especie de parálisis moral, siendo lo más chusco la angustia omnipresente por el “qué dirán”.


Sea por intuición, curtida experiencia o por mera vocación, la izquierda ha sabido poner el dedo en la llaga del “adversario” hasta hacerlo un enemigo detestable e ilegítimo aunque sea a costa de llevar al Estado democrático al borde del precipicio. A caballo eso sí del gusto por instintos recuperados, que la “nueva Europa” da, con sobrado optimismo, por periclitados.


Pero ha levantado una hegemonía cultural (como diría Gramsci) sobre la previa paralización moral <en el sentido lo que tratan los libros de autoestima> de su “enemigo”. Sin que esto se desentumezca y tenga un mínimo traslado a la sociedad, será imposible enfrentar los temibles retos que se avecinan desde dentro, fueran los que fueran los resultados electorales y las asechanzas mundiales.


Ejemplo clamoroso es la “hazaña” en la moción de censura de I. Ines Arrimadas. Se despacha con un “No” patético cuando en coherencia con su estupendo discurso sólo podía ser “Sí, que Sí” o una pudorosa abstención. La justa censura del Gran Garrulo a la papelera. ¿Acaso no vió lo que pasaba ante sus narices? ¿o no hay que molestarse si ya lo tenía todo decidido?


Es de temer que no se trate de un despiste intelectual de quien no está para perder el tiempo. Ni siquiera de oportunismo político, aunque lo tuviera por tal. Huele a sometimiento moral, no estrictamente ideológico. Es lo que da de sí tener comida la moral, dicho vulgarmente. La escapada a Madrid y el desmantelamiento de la oposición constitucionalista al nacionalismo vino de lo mismo lamentablemente. Resistir sin la convicción de que se puede ir para arriba ganando es misión imposible. Por que no basta creer que se tiene la razón sino que esta tiene futuro. Nos relamemos las heridas que ya parecen sin cura.


Dicho sin ironía, ¡Que gran parlamentaria, y en el fondo política, nos podemos perder! Una gran lástima porque estoy seguro que se puede aprender y animarse a la vista de los indicios de debilidad del maquiavelismo progre. No me refiero tanto a debilidad política, ni siquiera ideológica sino de entereza moral. Que a estos también se les puede empezar a comer la moral si se tiene algo claro.


Se me ocurre un brindis al sol propio de Carroza desnortado. ¡Qué gran tándem formarían lo mejor que nos queda! Me refiero obviamente a Cayetana, Rosa e Inés. Y si sumara de cualquier manera Isabel la de Madrid, sería el extasis. Podría ser inoportuno pero vayan a saber. Como la moción de Don Ramón. Dicho por decir y consciente de que da igual que lo diga que no lo diga. Pero también animan los sueños inútiles.


Felix de Azua (¿Qué será, será? 25/03/2023) es optimista por lo que al futuro de lo que denomina “el poder identitario” se refiere. Es decir los identitarismos que ya están para quedarse.


¡Ojalá! Pero el comunismo ha aprendido a metamorfosearse con todo lo que aprovecha como sólo él sabe hacerlo. Es la “novedad” planetaria de la última década. Que sus “élites” se pavoneen con los abstrusos cánones del bizantinismo estructuralista, tal como menciona el profesor F. De Carreras en el artículo anteriormente mencionado, ya no es lo mismo que el rigor de la fe supersticiosa en el “Socialismo científico”. Sin que quepa desdeñar los servicios prestados por esta “renovación filosófica”para el aprendizaje del arte de la metamorfosis cultural, que de la política siempre han estado sobradamente “empoderados” los comunistas.


Lo que importa es que el comunismo tradicional puede amalgamar a los identitarismos convenientemente metamorfoseado y que sobre todo es el polo de atracción mas poderoso, desde el punto de vista de la praxis política, para la izquierda posmoderna. Y por extensión, un reclamo de fácil consumo para la inmensidad de jóvenes desorientados y desanimados sin más seña que el tedio del malestar y el malestar del tedio.


La indiferencia política y en general cívica de los jóvenes y no tan jóvenes y demás es hoja de doble filo. El matrimonio de barbarie intelectual y de banalidad pueril propio de las variantes identitaristas se quedaría en algo patéticamente ridículo sino fuera por su fiera voluntad de poder y su fe en el éxito final. Como sucede a la variante de nuestro separatismo.


Por desgracia hay una sinergia de esta “moda” política con la nihilidad y la anomia cultural y moral sobre la que viven los jovenes formados en la idea de que todo lo bueno viene de la naturaleza o es natural y todo lo malo de la civilización, de la vieja política o de “los ricos”.Caldo de cultivo ideal de los egolátras que se han tomado en serio seguir para su provecho el cuento del Gran Hermano.


Sobre el desvarío de sus prejuicios ideológicos y (anti)culturales y su relación con el signo de los tiempos no es el caso tratar. ¡Ojalá tenga razón Felix de Azua en que es cizaña de temporada y que el destino de lo superficial es hacerse evidente y extinguirse como el desgraciado Orfeo! ¡Ojala que los que serían sus víctimas desechen la frivolidad con la que se envuelve la barbarie que los amenaza!



viernes, 24 de marzo de 2023

LA ESCUCHANCIA Y LA CONSIGNANCIA

 

*La pasarela Fashion de Magariños se reserva a la “escuchancia” guay. Para el público llano queda el honor de la escucha debida al Consigna de Ministros y a los ministrines consignados. Se ha de escuchar especialmente con el respeto debido al Consignado de Chi Yin Pin. ¿Guardará el respeto y la escucha debida Zelensky si es el caso, ese tipo tan raro que nos ha salido y que igual no se chupa el dedo, si es el caso?


(¿Qué habrá visto el dueño del quizá todavía Profundo Oriente en la cabeza becerril de la España vacua?)


*Por colaborar y ponerse uno a tono con el signo de los tiempos:

¿no podría aprovechar la Fashion en su “escuchamiento” la aportación que haría ese catalán, y por supuesto español universal, que porta con honor todas la medallas posibles como consignado difusor mundial de la felicidad aclamadora de Corea del Norte y del sacrificio inconmensurable que dar tanta dicha le cuesta a su gran líder?


Una modesta perfomance coreográfica, en la que debe ser experto conocedor por experiencia debida, además de entretener, puede servir para que aprendamos a practicar las habilidades que nos esperan si los designios de la escuchancia y la consignancia se cumplen al final. En lugar de la tediosa y veces atravesada sociedad civil podemos conseguir una sociedad coreográfica bien disciplinada y hermanada. No muy rumbosa y sin gracia pero con perfecta alegría figurativa. Y bien feliz por supuesto. 

Que ya nos hacía falta ¿verdad camaradas de Camaradas? 

Será muy guay y divertido para todos, la justa reeducación por medio, por supuesto. Que la reeducación es la madre de la costumbre. Para gloria de la pedagogía fraternosa.


Porque no será dificil contactar con este y demás camaradas, si por un casual consta en las agendas acreditadas(?). De pedírselo bien que animaría y enseñaría. Sin perjuicio de un préstamo, ¿a fondo perdido?, de las orejas y orejeras que sean necesarias,<pues como todo derecho lleva consigo un deber, toda oreja lleva consigo una orejera> para el bien de la causa escuchante. La causa de la “La vida de los otros”, en la que la escucha fraterna camaraderil está bien aguzada y no menos el silencio agradecido de las gentes llanas. Como sin ir tan lejos lo demuestra el éxito de los ensayos históricos en el laboratorio del País Vasco sobre la buena escucha y el correcto silencio.

jueves, 23 de marzo de 2023

BALANCE DESPUÉS DEL TOCHO

 

1.-El gran Ególatra ha sido presa de la maldición edípica (no me refiero la versión erótica de Freud): cuando quien teme su propio desastre trata de escapar y al hacerlo provoca el mecanismo que lo conduce al desastre.

Sanchez temiendo quedar en evidencia <intelectual más que política, porque ahí le duele> ante Tamames , trató de apabullarlo y agotarlo con enormidad de Tocho y acaparación de tiempo y Pantalla. Así se perdió y con ello perdió la honra ante sí mismo. De insigne Doctor al gran Garrulo.


2.-El debate deja algunas incógnitas:

¿Cuanto tardará en pasar hasta que se olvide?

¿Cuanto puede afectar “la desnudez” (como escribe Guadalupe Sanchez), en principio subliminal, del más resiliente farsante planetario?

¿Cuanto afectará en el tablero político la ausencia del Ausente?

¿Ha salvado Tamames a Vox de sí mismo?


(Pero la incógnita sobre el éxito de la puesta de largo de la “Escuchancia” y activación del escarnio de Pablenin , hasta que se doblegue, es ajeno al debate aunque se haya programado con ocasión de la moción y los promotores sanchistas lo presenten como demostración de su poderío.


3.-En sí es un Galimatías. Por eso divierte que los guiones programados de políticos y emisarios mediáticos no se haya movido un ápice como si todo fuera diáfano y ya trazado. Desde el argumento el nudo y el desenlace. Las interpretaciones y conclusiones como escondite de la propia confusión.


-El frente socialyolista y separatista: victoria apabullante de Sanchez, Gobierno más fortalecido y unido si se tercia. Sobre todo se habría demostrado que Feijoo es perrito faldero de la “ultraderecha” . (Por cierto no me consta que Abascal contestase a esa calificativo calumnioso. ¿Lo da por bueno o no le importa por eso tan caballeresco de “no insulta quien quiere sino ...”? ¿Hasta ahí llega la indiferencia ante la guerra semántica?). Silencio elocuente ante lo único objetivo: la crítica a la que los sometió Tamames.


- El PP.: Ha salido fortalecido Sanchez al quedar en el olvido la palpitante actualidad. La sabia destreza del Ausente ha pinchado la tenaza voxista socialista. En las elecciones nos veremos. A la espera de la lluvia de Mayo.


-Vox: Queda en evidencia la cobardía del cobarde. Sólo Vox es capaz de plantar cara al sanchismo. La aportación de Tamames demuestra que somos un Partido para la reconciliación nacional. Pero por favor ahora que el PP se tiente los machos.




4.-Algunas cosas un poco menos turbias:


-El efecto general de la moción y sobre todo del debate será más poético y subliminal que práctico y expreso respecto al juego político. Entre ello que la figura del maestro Tamames (maestro en este caso en el ruedo retórico) ha quedado prestigiada por contraste con el desprestigio del Gran Garrulo.


-Sólo se reparará en “La patética desnudez” si le llega la derrota. Mientras tanto la tal indigencia quedará como un bicho en su escondrijo.


-Lo mismo con la calculada cobardía del Ausente. Puede afectar algo al mover una franja de Vox pero sólo se notará si fracasa. Porque se puede equivocar pero era su deber comparecer hace unos meses desde el fraude de la eliminación de los delitos de malversación y sedición, y no digamos desde el Sí es Sí, Tito Berni… Aparenta Calculo donde hay inseguridad. La falacia de que se iba a perder matemáticamente y daba oportunidad(?) a que Sz. se exhibiera y que ya las urnas dictarán sentencia, avergüenza. Creo que hay un miedo físico- ideológico a Sanchez por su marrullero ventajismo ante lo cual quienes tienen la política por una “lid entre caballeros de buena lid” se sienten tan desarmados como espantados. ¡A esto no habíamos venido! Para su aprendizaje Tamames demostró que también desde las reglas de la caballería andante se puede dejar tocado a un macarra. Si se tiene al menos la imprescindible valentía y sabiduría de la vida y de la verdad de la política. Y la mínima seguridad en sí mismo.


-El sanchismo puede encontrar un balón de oxígeno en la suicida respuesta del PP de que el debate lo ha ganado Sanchez porque lo ha fortalecido. Curiosa coincidencia de antagónicos designios, que en principio sólo parece beneficiar al más ventajista. Así lo engañoso de las encuestas express en la que se junta la inquebrantable fe de los adeptos sanchistas y la confusión inducida de los adeptos peperos para otorgar de esta manera la victoria a su campeón, sin que medie un asomo de discernimiento mediático ( que serviría poco por cierto).


-La paradoja de que una aventura en sí misma poco agraciada puede salvar a sus promotores del naufragio agarrándose al clavo ardiente de la intervención de quien se temía que pudiera provocar la estampida de los adeptos. ¿De verdad contaban con la ironía del profesor y sus beneficiosos efectos para la salud pública? Sería un efecto “anti edípico” bastante novedoso: Lo que te arruinaría te salva al ponerse en marcha el mecanismo de la ruina.


-Lo más evidente de todo es que la dignidad irónica y sapiencial del Profesor ha vencido a la garrulería “entochada”, la “bruticie” “infartada” y el desfile fashion por la pasarela de las vanidades. Y ha tenido por unos momentos a los presumidos colegas separatistas como escolares, babeantes entre sonrisitas desconcertadas, al avizor del dictamen personalizado del sabio profesor. Nunca han tenido tanta atención, fuera de su grey y eso, si reflexionan algo, les debiera avergonzar.


Queda mucha bruma y movidas telúricas por despejar. Tal vez se beneficie la salud cívica, pero, si fuera posible, quizás no mucho y a más largo plazo. Queda por saber lo principal ¿qué ha sido esto? Tal vez sólo sea una pregunta metafísica y por tanto incontestable. Especulemos algo sobre que se ha podido ver. A la vista de lo visto ¿merece la pena esa pregunta metafísica aunque sea incontestable?

miércoles, 22 de marzo de 2023

LA MOCIÓN DEL TOCHO

 

Si la anécdota contara más que la categoría sería este el debate del Tocho, ¿pero hay categoría alguna en el Congreso para que la anécdota del Tocho no lo acapare todo? La justa expresión del hartazgo veterotestamentario de Don Ramón ha sido, me temo, el único soplo de vida desde hace mucho tiempo que ha aparecido por el cementerio de la mediocridad y zafiedad que marca la práctica parlamentaria. Y además con insoportable insulsez.


Touché Sánchez, touché su Sanchidad. Por más Tocho que saque para relamerse su herida. Nada toca más la egolatría del Chulo que saberse con dudas sobre su propio montaje, político por supuesto, es decir sobre sí mismo. Hay traumas de los que no es fácil recuperarse y menos disimular.

Pocos verán en el chispazo de Tamames la debilidad de quien por avanzada edad no puede templarse y se equivocarían al evaluar su espontaneidad como un gracioso desliz de poca educación. Es incomprensible sin la evidencia de que en el mundo político alguien tiene estilo, aunque parece que ya no exista. Y no debiera existir para quienes sospechan que su simple insinuación sea una señal de desdén insolidario. Cuando en realidad sería desden a quienes vienen presumiendo su multisuperioridad de marca y de fábrica (es decir de secta).


Y además de tener estilo guarda sustancia, valor y vanidad (que en casos u ocasiones afortunadas puede ir junto) para comparecer. Sólo algún parlamentario como C. Alvarez de Toledo ha tenido estilo vertido en este caso de prestancia retórica, sin merma de su toque de vanidad por supuesto. Dicho sea de paso sobre vanidades habría que hablar. Tanto que Sánchez se ha servido de su soberbia para disimular su vocación bolivariana, a la espera de que no necesite disimular.


Algo tan exiguo y exótico como esta moción por lo que afecta a nuestra vida política no es anécdota sino categoría. No sólo no hay estilo, valor sublime para los literatos y poetas, sino pavor al mismo como este aciago caso ha demostrado con creces. La capacidad de tener criterio propio y de buscarlo, la capacidad de que eso irradie un sello personal cuadra mal con la robotización de nuestra política. Robots zafios y encanallados cuando no hay más programa conductor que la gestión de los bajos instintos de la grey.


Se denuncia con razón la falta de experiencia profesional de la clase política, precisamente de los “profesionales de la política” o sea “activistas” denominados antes “revolucionarios profesionales”. Pero es mucho más grave no tanto esta falta de cultura sino la superficialidad ante la cultura que alcanza de diferentes formas al grueso apabullante de la clase política, oposición inclusive. Y también como parte de ello de Cultura política y cívica.


Paradoja donde las haya porque la progresía lacerante no es más que la cara de la inagotable expansión al mundo público y a la batalla por el poder del drama de la barbarie subcultural. En nombre por supuesto de la más alta cultura posilustrada de la que se siente propietaria.


Enfrente se guardan las espaldas por manifiesta inseguridad sobre su armazón ideológico y cultural. No es extraño que el juego dialéctico que ofrece la portavoz del PP sea ejemplo de lo que le queda por afinar a la ingeniería robótica.


No hay servidor público que sobreviva y compita con dignidad si pierde el sentido de lo que significa hacerse un criterio propio y de arraigarse en la “cultura vivaz” (bienaventurada idea de Ortega y Gasset). Dado lo pachucho del poso mental de nuestra sociedad civil, puede lucirse el copia tesis para jolgorio público. Hasta incluso presumir de su pícara habilidad. (En España los estudiantes, en general, tienen por héroe al copión, sobre todo cuando demuestra su destreza en los exámenes más comprometedores. En USA, por caso, son motivo del oprobio de sus compañeros, y de expulsión fulminante, reos de ser lo peor de los tramposos).


En cuanto a los efectos políticos lo justo es que Don Ramón saliera satisfecho de sí mismo, se lo ha merecido sin necesidad de alardes y tocando donde más duele: la autosatisfacción de su Sanchidad y del Sanchismo cortesano.


Por lo que al aterrizaje en la jugada política y sus truculencias se refiere todo está marcado por lo exótico del episodio. El libreto dice el trance va a acabar con unos o encumbrar a otros, pero nadie sabe a quien. El juego político que se procesa en el debate se ha convertido en un galimatías tan grande como el caleidoscopio de las interpretaciones publicadas y publicitadas. Los comentaristas más proclives coinciden en las ganas de ser útiles a los suyos, pero sin mucha claridad de como conseguirlo.


Falta un hilo conductor sobre lo que anda en juego en esta pelea de no se sabe de quien contra quien, aunque cada cual parta con su guión consabido. Falta un hilo para poder interpretar, distinguirse y machacar sin que se note que se dan palos de ciego. Y unos lo pueden sufrir más que otros. El escenario se parece a las batallas que Orson Welles muestra en Campanadas a Medianoche, donde lo único claro es el clamor de los cadáveres y sus restos preguntando donde se les va enterrar.


Seguro que muchos como este escéptico servidor nos tenemos que arrepentir por despreciar el efecto político de la aventura y la idoneidad política del candidato, fundamentalmente en cuanto a oportunidad se refiere. Me alegro de que sus ligerezas sobre la nación española se hayan corregido discretamente. El tema era enjundioso, en lo que al valor práctico de la teoría política se refiere. Pero bien pensado es una patata caliente para el socialismo. Porque de entrar en ello aireando las contradicciones de la posición intelectual de Don Ramón, Sánchez hubiera empezado a oler a chamusquina. Sus vergüenzas están para cuando pueda presumir de ellas.


En esto se han contenido. Ya se sabe que el abc del arte maquiavélico, y del sentido común además, es la selección beneficiosa de los temas, más que lo que se sostenga al tratarlos.


Ojala no me equivoque pero de haber un efecto en nuestro galimatías político será más subterráneo e incluso poético. En la superficie sólo un ventisquero que precede, eso sí, a las verdaderos ciclones. ¿En una secuencia causal? Tal vez un poco pero es mucho decir.


Ha bastado que la “conferencia” “platónica” haya sido más terrenal y gratificante en el orden de la dignidad moral de nuestra democracia. Es lo del Amor y la Ley que decía el apóstol. La vida es muy retorcida y el veterotestamentario Tamames se ha manifestado neotestamentario y ha sacado a relucir el Amor, y también la Pedagogía del tener estilo (el gran filósofo vasco vaga entre tanta fantasmagoría). Inopinadamente pero no tan casualmente, como a veces se escapa la verdad.


Dejando además perlas de cuan provechosa hubiera sido la buena pedagogía para prevenir el aplastamiento mental separatista, e incluso, bendita ilusión, cuanto bien les hubiera hecho a estos. O al menos si hubiera servido para que en toda España se estuviera lo suficientemente avisado de lo profundo que es el mal que nos corroe.


Por lo que a servidor respecta si algún lector despistado ha seguido este humilde tocho le agradezco su paciencia.

lunes, 20 de marzo de 2023

SUPERTAMAMES Y LA SUPERNACIÓN

El simpático devaneo fáustico platónico de Don Ramón puede estamparse al meterse en las aguas procelosas del las singladuras nacionalistas como si nada. Se advierte que lo hace inocentemente no sólo respecto a las consecuencias políticas sino a su crédito intelectual, seguramente lo que más le duele. Nada más significativo sobre la herencia ideológica de su armazón intelectual, de escasa enmienda autocrítica a lo que se ve. Don Ramos que no teme insinuarse como Super Tamames puede devaluarse como SubTamames al bailar con la “Supernación”.


No debiera presumir sin duda de instinto político, aunque sí de un sentido escénico que acompaña a su acreditada trayectoria académica y a sus méritos intelectuales en campos específicos de la teoría económica y de los análisis de la globalización entre. Pero en lo que a historia se refiere y especialmente España no excede, con independencia de su grado de erudición, los tópicos progres izquierdosos que dominan el catetismo hispano.


Tópicos que sitúan no sólo la Constitución y la convivencia nacional, es decir cívica y democrática, sobre un subsuelo pantanoso. Topicazos que pese al empeño de grandes historiadores actuales no se han desvanecido salvo en algunas élites de la derecha, pero sin que por desgracia el mismo público no tan progre se haya curado sobre esta infección que trae a mal traer nuestra identidad colectiva. Supertopicazo en fin que perfiló desde la República el PCE (con toda la izquierda desde antes) y que sirvió cocinado a la progresía naciente sin emprender siquiera la corrección mínima intelectual al protagonizar la transición.


Entre otros detalles esta ha sido la principal “aportación” ideológica del viejo PCE y de la Pasionaria con la que Tamames sigue comulgando sin más reflexión que la que haría quien lo tiene por una evidencia natural. Porque como es notorio Tamames no fue comunista de corazón e intelecto sino de interés, como era común en esas filas, ni ha vuelto a serlo aunque le gusta el culto a la ingeniería social y a la planificación estatal en compañía de apremios liberales, asunto que ahora no viene al caso, pero revelador de que lo menos doctrinalmente “comunista” y de hecho el regalo más políticamente dañino del comunismo patrio ha dejado un poso corrosivo que no se queda en el simple oportunismo político con el que la izquierda ha ido apañando su poder político y hegemonía ideológica. Porque afecta a los cimientos y no sólo al tejado o a la pintura de alguna habitación, como es la habitual creencia de la izquierda y de buena parte de la derecha, sea política, social o intelectual. Coincidencia terrible de gran parte de la opinión publica y no digamos publicada y universitaria en que el reclamo de claridad sobre este tema es un cuento para asustar viejas. Asunto resuelto y “qué más da”.


En su intento de dirigir la República primero hacia los soviets y en la guerra civil hacia la órbita stalinista “seudoburguesa” el PCE enfocó la candente “cuestión nacional” desde el patrón y patronazgo de la doctrina stalinista sobre la autodeterminación nacional de las naciones oprimidas. Canon que dio carpetazo dogmático a este espinoso asunto que ponía en jaque la axiomática del materialismo histórico. De hecho Marx trató el tema indirectamente y sólo desde el punto de vista de la utilidad para la revolución proletaria internacional de los movimientos independentistas como Irlanda o pueblos del Imperio de los Habsurgo, atisbando la importancia para la extensión de la revolución a las colonias del tercer mundo. En el mismo sentido se interesó por las revoluciones cantonales y el federalismo hispano de su época sin ceder a la estupefacción, bajo el principio del máximo aprovechamiento político de todo lo que caiga. En el plano teórico, “científico” para el marxismo tuvo reticencias, porque no se le escapaba la incomodidad del tema. Se trataba de movimientos burgueses y pequeño burgueses y de campesinos pequeños y medios, todos ellosmás bien reaccionarios, no tanto por capitalistas o feudales que también, sino culturalmente. En contradicción con la máxima de que la revolución tenía que ser mundial y protagonizada por el proletariado de las naciones más industrializadas. De hecho, asunto más de fondo, la idea de nación y del sentimiento nacional era difícil de meter en el lecho de Procusto de la lucha de clases como motor de la historia.

La primera solución canónica la ofreció la socialdemocracia austríaca (austromarxismo) visto el insoportable encrespamiento de las trifulcas nacionalistas en el Imperio austrohúngaro, una vez que Alemania e Italia se constituyeron en naciones soberanas. Se inventó la “nacionalidad” para designar los pueblos con derecho y posibles de ser nación. El término pasó de ser un calificativo de pertenencia a una nación a designar un ente entre político y cultural, con lo que esperar a ver por donde van las aguas. Ello debiera deshacer el abigarramiento étnico y volcánico en el que aquel gran mosaico iba tirando sobre la base del respeto de las peculiaridades e idiosincrasias. Más que solución dio de sí la doctrina de W. Wilson aplicada con singular celo por Poincaré de desmembrar el derrotado y ya inútil Imperio centroeuropeo creando estados nacionales a porrazos, que interiorizaron y reprodujeron los conflictos étnicos ancestrales. Curiosamente el nazismo trató de legitimar la ignominia de su sangriento “espacio vital” resucitando el esqueleto de antiguas posesiones dinásticas convertidas en landers domésticos más o menos privilegiados, aunque siempre bajo su irreprimible aversión racista antieslava, dejando aparte el holocauso que no es el caso. “Se arregló” todo casi hasta ahora con la enérgica política de purificación étnica deportaciones de las minorías étnicas ajenas a la etnia dominante que debiera dotarse del Estado correspondiente. Me he detenido un poco en algo aparentemente lejano porque el Imperio Austríaco fue el destinatario del término Plurinación y Estado plurinacional con el que se prepara la “solución histórica” en vistas a la que se demanda a la sociedad española “generosidad y altura de miras”, por no decir gilipollez e irresponsabilidad.

La vocación comprensiva de la progresía y de las izquierdas políticas hacia la disgregación nacional es parte jugosa de la tradición que tiene por origen la debilidad prototípica del Estado liberal nacional, asunto de los más enjudiosos para el historiador que se precie y se atreva. Pero es obvio que el modelo progrecomunista de lo que sea la nación instalado dogmáticamente hasta hoy entrelaza la tradición anarcosindicalistahispana,sin que falte el aderezo familiar carlista, de lo que en conjunto tanto habría que pensar, con la fórmula marxista que ideó Stalin, dando forma teórica a la práxis política ya impuesta como URSS.

 Stalin siguió la pauta del austromarxismo para legitimar el “derecho a la autodeterminación” de las nacionalidades oprimidas por el zarismo. Sin merma eso sí de que tratara de exponer académicamente en qué consiste la esencia de la nación, como hizo también con la esencia de la lengua y con la esencia del arte y del gusto estético <abordaje, dicho sea de paso, con resultados discutibles pero dignos de ser discutidos. Que lo cortés no quita lo valiente>.

Pero es obvio que la doctrina fue una añagaza cuando todo había quedado resuelto manu militari. Cuando Lenin, el asunto nacional, como el de la tierra y el pan, sirvió como “Programa de Transición” (Trotsky dixit) para “acumular fuerzas revolucionarias” en un inmenso y retrasado país en el que el proletariado era una minoría apenas reconocible sino fuera por el activismo de las más diversas vanguardias antizaristas primero y antisocialdemócratas (antimencheviques) que después de la caída del decrépito Imperio hablaban en su nombre y de las inmensas masas sobrepauperadas y al borde del exterminio que produjo la I Guerra mundial. 

Antes que soviets y electricidad la máxima verdadera de Lenin fue “Imperio y revolución a toda costa”(lo más mundial posible) y en ese trance cada nacionalidad no rusa tuvo su “satisfacción”, es decir sus comisarios que hacían ver las delicias del Partido.

 Stalin tiranizó en el supuesto y convencimiento de que no sólo la URSS era invencible sino que la dictadura del proletariado sería eterna, de modo que la obediencia “entusiástica” que el Partido se merece tenía en las naciones o pueblos no rusos la forma del susodicho “ejercicio” del derecho, acto de acatamiento supremo al glorioso pueblo soviético. 

En ese tránsito de la “cárcel de los pueblos” zarista al “Paraíso plurinacional” soviético las nomenclaturas posstalinistas se dejaron llevar por disputas de baja ralea a la espera de ventajas inopinadas sin imaginar las consecuencias, como lo de Crimea y Ucrania, que podía depararles el oportunismo autodeterminista cuando se deshelara la momia del ya sobrepasado régimen.


El PCE que dio mucha importancia a la captación de la intelectualidad en el antifranquismo tomó buena nota del potencial de la cuestión nacional. Ya le había dado forma encauzando hacia la Plurinación y sus autodeterminaciones el escasamente intelectualizado empuje anarcoide hispano por el sueño mesiánico de la Comuna vestido de federalismo ibérico y en la práctica del Cantón de Tonet (véase Perez Galdós).

 Pero esta fórmula que había calado en la izquierda antifranquista y que el inexistente y todavía más impensante socialismo antifranquista apenas advirtió, se actualizó para la caída del franquismo por mor del PSUC. 

Este se aplicó al breviario del “Compromiso histórico” a la española o mejor a la catalana. Con el pedigrí que le daba además el nuevo marxismo “no stalinista” de A. Gramsci. Preconizó con destreza teórica la vía de la “hegemonía cultural” en una larga “guerra de posiciones”, en lugar del la revolución clásica de “guerra de movimientos” y asaltos definitivos. Con la transformación correspondiente del Partido en “Intelectual orgánico”, denominación sin par irónica que su autor hizo sin ironía alguna. 

¿Cuantos no se han sentido empoderados intelectualmente al pertenecer al susodicho “Intelectual orgánico” tan pluriforme y cuanta suprema decencia se otorgan los que ahora de esta manera se tienen por apóstoles sociales de la humanidad?.


El culturalismo gramsciano frente a la reciedumbre del viejo proletariado ya cada vez más aburguesado y ahora “patriarcalizado” significó algo más que un adorno con el que los revolucionarios más frívolos podían alardear en sus relaciones sociales y públicas. Se encontró un hueco para que la “identidad catalana” propagada desde el fin de la guerra de Cuba(que dejó malparados a sus oligarcas esclavistas, entonces los más españolistas) adquiriera la nobleza de "fuerza revolucionaria", o cuanto menos de simpar progresismo, y de partícipe privilegiado del “compromiso histórico” a la española. 

Ahora incluso este “hegemonismo culturalista” pesca por doquier, según por ejemplo predican las nuevas vanguardias redentoras, a lo Laclau por ejemplo.


La fértil España da una cosecha abundante de identidades transgresoras contrapunto de la proverbial autonegación de la identidad nacional española. El mismo PSOE, sanchista o lo que sea, ya lleva tiempo tratando de galantear intelectualmente al separatismo, no sólo políticamente, sino a la manera podemita y comunista tradicional. En la derecha se preguntan como es posible que unos partidos “internacionalistas” se avengan a crear fronteras ficticias y se pasman sin entender nada. O sin querer entender.


Ya casi es un dogma que el “Estado de las autonomías” es un intento frustrado de resolver la cuestión nacional. Solución que según los tenaces difusores dogmáticos o bien enmascara la vergüenza que da no admitir que la llamada “España” es un Estado plurinacional o una “nación de naciones” para los más antiguos. O bien que es pura y simplemente una antigualla que ha de dejar paso a ese Estado en el que podrán caber los que quieran y sólo esto y como quieran y llamarse lo que se quiera.


Don Ramón ha tratado de que no se dude de su patriotismo y compromiso constitucional enfatizando a la nación como Supernación, pero Supernación de naciones. Se expone a que los activistas más iletrados le denominen Superfacha sin comprender estos que también creen en esa entelequia despistante. Para estos se trata de ajustar cuentas, especialmente históricas, para Don Ramón de salir del paso de una cuestión que seguramente cree saldada con la Constitución y que se ha quedado en trámite teórico que no sobrepasa lo académico y las florituras de sesudas conferencias de elegidos. 

Dicho esto uno no se permite darle consejos. Igual estoy equivocado y además no tendría sentido hacerlo fuera de la metapolítica en la que ejerce el Profesor su magisterio.

 

 

POSDATA

¿Merece la pena detenerse en lo apropiado de abarcar con el término de nación a grupos como los Sioux, los Cheyennes o la nación toledana cervantina, etc? Da un poco de vergüenza ajena y me conmueve. ¿No debiera saber cualquier persona con mínima cultura política que el susodicho término significa desde el XIX al menos Estado nación o nación política soberana o con derecho a serlo? Las palabras tienen su plasticidad pero también equivocidad como para llevarlas de una parte a otra sin ton ni son. ¿Si nos dijeran que Pepe se ha comprado un coche,no pensamos en un vehículo de cuatro ruedas con motor mecánico? ¿se le ocurre a alguien pensar en un carruaje tirado por caballos? Pues eso, no se puede reconocer a una entidad como nación y discutirle el derecho a la autodeterminación y la soberanía. Mucho me temo que Zapatero, Sanchez, P. Iglesias por no decir los separatistas y nacionalistas le felicitarán alborozados como si les hubiera tocado el gordo...porque además viene con "argumento de autoridad" bajo el brazo. Este asunto está muy encima de la mesa y no precisamente en una mesa de juego o de billar.

 

 


viernes, 17 de marzo de 2023

LA SALSA DEL CANDIDATO

 

Seguramente no entra en los cálculos de don Ramón y sus auspiciadores pero bien debe temer Sanchez que lo que le viene como una charlotada se torne en la fiesta de la Tercera Edad con Tamames de campeón y pregonero mayor. ¿Cómo manejar lo políticamente inverosímil e inclasificable?


La empresa de Sanchez y Cía está sobradamente doctorada en la más audaz picaresca política, pero no concibe más que el marco convencional y consuetudinario hispánico, y siempre con libreto ventajista y con apuntador de aburridas consignas y anatemas, pero acrisoladas en el rastro y las rebajas. Ahora bien, molestar a la Tercera Edad en la noble efigie del venerable Profesor, bien lo sabe, sería una metedura de pata fatal. Lo mismo que dejar que quienes tanto desvelos le cuestan desconfíen de tanta sanchidad si cala en ellos el mensaje sapiencial de que también la tercera edad tiene algo que decir para el futuro postrero y no sólo de la pensión de fin de mes.


Es de agradecer el empuje platónico de Don Ramón, aunque sea a costa, sin pretenderlo por supuesto, de integrarse en la frivolidad y banalización de la política que nos preside. Porque es seguro que se toma muy en serio y no está para ironías sobre los que alardean desde la esfera gubernamental que su frivolidad va a cambiar el mundo.


Habrá mucho público repartido entre los que se lo tomen todo como una frivolidad y un galanteo y los que vean una burla a la frivolidad gobernante, como en toda comedia y drama reversible. Lo cierto es que a Don Ramón le va a reconfortar por encima de todo poder ilustrarnos y apercibirnos sobre los males de la patria, como hacían los arbitristas de la decadencia quevedesca, con la única pega de que la banalidad ambiental del sistema sanchista, distrae la permanente espera en el sistema que viene, de cuyos rasgos no es preciso abundar en estos medios. 

Si Sanchez se puede sumir en el desconcierto si hay que atrapar al proteico Profesor y en su caso como hacerlo, no tendría que ser menos desconcertante cómo desenmascarar al que se hace pasar por galán prometeico. Porque por desgracia no es esta labor de orfebres ni de artesanos, ni bastan enseñanzas bien fundadas.


¿Pero, por encima de todo, cree el venerable Profesor que el gran embaucador merece ser desenmacarado y que tiene que serlo? ¿Cree que los males de la patria tienen remedio si no se le pone en su sitio? Es la verdadera incógnita a despejar de lo que depende que todo se quede en un mal entremés o en un servicio al bien común. ¿En qué quedaría su magisterio de no arrimarse en la faena?


En todo caso las bien trabadas advertencias sobre los males patrios han de ser bienvenidas y esperemos que sean tomadas en serio por una población a la que sólo le preocupa el Congreso si corre el rumor de que puede haber ridículo general o ridiculizados en particular. No merece Don Ramón estar en ese aprieto de tener que ser el de patricio acusador de la vergüenza en que estamos sumidos o quedar él mismo en ridículo.


Seguramente hay resortes sentimentales muy profundos que juegan a favor del beneplácito público por el candidato, además por supuesto de su valía, y todo acabará en un buen rato y tal vez hasta en una bien acogida llamada de atención... siempre que Sanchez no haga saltar su ego visceral y desoiga su ego maquiavélico, olvidando los galanteos. Por ejemplo si cae en mosquear a la tercera edad y a quienes la respetan por encima de todo.


No es lo mismo un partido de baloncesto que una exhibición de los Globers Trotters Como no hay a la vista competición de verdad puede compensar el gusto que depara el virtuosismo, en lo que seguro el bien dispuesto profesor se ha de desenvolver con honor. A la espera de que al indigno adversario, presa de la confusión, se le escape su deshonor y desvergüenza a la vista de todos. Sería lo mejor que pudiera pasar.


¿Qué resultados políticos puede tener una apuesta tan retorcida y a su vez “creativa” e inclasificable?

 Como el pueblo español (o, con perdón, “la gente” de por aquí) es tan imprevisible, cuando se pone, como este acontecimiento...pues vaya Vd. a saber. 

Lo primero por despejar es si tiene algún efecto político, sea cual sea este, o se queda en salsa que anima el desahogo de la Semana Santa. Pero contra los peores agoreros que pronostican un efímero instante de “de vino y rosas”, tiene más trazas de intemporalidad, al menos por lo que de renovación estética y de exposición de platonismo académico se refiere. Por estos pagos esto es más inverosímil que el recogimiento místico de la afición en un Barça Madrid, pongamos por caso.

Aunque, volviendo a lo serio, poco cabe esperar por lo que a resultados inmediatos se refiere. Se necesita tiempo para digerir plato tan posmoderno.

jueves, 16 de marzo de 2023

BREVERÍAS. SOBRE VERGÜENZA AJENA, DEMOCRACIA BONITA ...Y OTRAS

*La diferencia entre nuestra Yoli y las Iras a lo Montero es que con la primera basta una reunión de pastitas con té y con las segundas hay que purgarse con cuatro o cinco sesiones de tabarra, pero por contra la Yoli de tanto empalago acabará aburriendo y la Ira y la Pam tienen absortos al personal entre el yuyu y el sofocón por la vergüenza ajena.Lo que en política, española por supuesto, lo que entretiene aprovecha. El Águila sancheada ha de estar oteando desde su atalaya olímpica quien merece de estas compartir su alto designio.


*Por lo que a Don Ramón se refiere, parece que la pócima rasputinesca de alguno de sus mentores ha despertado su embeleso fáustico y el afán de extender su magisterio reparando la injusticia histórica, entre otras, de que los Neoprogres y afines en sus más variadas acepciones lo desconozcan. Por lo que a los de Vox se refiere agradecidos deben estar de la oportunidad de dejarse aconsejar por quien sabe. Como debió hacerse en la transición y después, para que todo quedara bien planificado y fetén. Una buena perfomance para que el Congreso de la vanidad sea también, al menos por una vez Congreso de las dos vanidades, eso sí complementarias. Bienvenida la democracia bonita, que tanto bochorno agota.No va a haber política, pero sí Alta política de enredosas miras. !Aprendices y futuros discípulos al  loro!.


*En las camadas del animalismo se animan, quizás sin conciencia de ello, los precursores del regreso, progresista sin duda, de la humanidad a nuestra cuna totémica. Unas lecturas saneadas de Levi-Straus, por ejemplo, permitirían que el salto se diera con conocimiento de causa y amplitud de miras.


* «Los gobernantes que han hecho grandes cosas son los que han hecho poco caso de sus promesas y que han sabido engañar astutamente a los demás» N. Maquiavelo

Según este contrastado saber que expone el maestro de maestros sobre la cosa pública, nos esperan inauditas grandezas y prodigios en beneficio de todos los por aquí gobernados. Las próximas elecciones debieran ser un acto de agradecimiento por lo que nos espera recibir.


*¿No sería Don Fernando Simón el portavoz mejor acreditado que nos ilustrara sobre el porvenir de la asomada crisis bancaria? Para que estemos tranquilos y convenientemente persuadidos, se me ocurre.

 

*¿Se atreverán los separatistas a declarar la independencia de Cataluña si se aplica la justicia a su Barça o basta con la amenaza para que se haga un menudeo? ¿cuantos autores de novela negra o folletín blufgrana despreciarían el filón que es pasar del sueño de la Liga Europea a la Liga Catalana? Por ahora la masa social y política tendría que echar cuentas de la ganancia que ofrece la ignominia de seguir en la Liga española o la coherencia de engrandecer una prometedora Liga Catalana. ¿Piensan hacer algo al respecto?


* ¿Y de Tito Berni? ¿Si  " no hay caso" o "qué más da" por qué se le expulsa y desampara? ¿Será por "escándalo familiar"? ¿tan grave es como para arruinar una brillante hoja de servicios?