martes, 15 de diciembre de 2015

OMISIONES ELECTORALES


Si algo insólito ha traído esta campaña electoral son un par de omisiones clamorosas, la de la cuestión catalana y la de las ínfulas bananeras del podemismo. Contra toda lógica se ha desvanecido la atención en la cuestión catalana. y se va camino de legitimar al podemismo como alternativa cívica y democrática. Lo primero pese a que sigue vigente y con la misma fuerza el desafío a la unidad de España y a la Constitución. Lo segundo pese a que el descalabro sufrido por sus mentores en su “metrópolis” venezonala podría haber dado ánimo a los demócratas para ponerlos en su sitio.

Después del arrebato separatista de proclamar la desobediencia a la ley vigente y el inicio de la “desconexión”, para arrastrar a la CUP, y tras la refriega consiguiente entre estos y el separatismo oficial, las aguas del separatismo vuelven a su cauce. Se está a la espera de lo que se resuelva en “Madrit”, en el convencimiento de que agitar las aguas daría ventaja a los más hostiles a la marcha del Procés.
Ahora ni PP, ni PSOE, ni Podemos, tiene interés en sacar el tema catalán, aunque estos últimos se han envalentonado a la vista de que en España se pasa del tema y que en Cataluña pueden engordar con los radicales, separatistas o no, prometiendo el referendum y mucho amor. Rivera por su parte no parece con fuerzas suficientes para elevar el tema al estrellato y se conforma con administrar la buena reputación adquirida en años pasados.

Por su parte el podemismo se ha visto beneficiado del favor común de sus adversarios potenciales, por motivos distintos.
El PP ha puesto su grano de arena, que no es poco, en la vuelta triunfal de los podemitas a los medios, cuando parecían desahuciados, con la esperanza de capitalizar el miedo, creyendo además que su simple presencia atraerá a los suyos sin necesidad de remangarse.
El PSOE porque ha entrado en el juego de disputar el espacio radical y porque no pierde la ilusión de un gobierno de izquierdas porque no puede hacer otra cosa en el estado de desorientación que padece.
C,s también ha apostado por el apaciguamiento, seguramente en la creencia de mientras por la derecha está alcanzando su techo, aún puede pescar en la izquierda, que es la tendencia ideológica hacia la que se mueve el electorado. Como además los jóvenes , el grueso en este espectro al que pone sus ojos, son de simpatía podemita, podría ser contraproducente tratar de quitarles la ilusión. Deben confiar así C,s que muchos de estos al final se inclinen por ellos, viéndoles más razonables y prácticos para el logro de las promesas, sin duda que difusas, que les hace la matriz podemita.
A todo ello significar la colaboración del podemita en presentar cierta sonrisa institucional, que a lo que parece basta para convencer a muchos dispuestos a comulgar con lo que haga falta.

Lo único que queda claro de esta distorsión de la realidad es que los únicos que tienen claras sus metas son los separatistas y los podemitas, mientras que los demócratas, quien más quien menos, andan al salto a la mata. Tampoco es de extrañar que con arreglo a ello vayan a seguir manteniendo la iniciativa ideológica y tal vez política en ambos casos después de las elecciones y cualquiera que sea el resultado. Al menos si sus adversarios potenciales no toman en serio esta carrera.

domingo, 13 de diciembre de 2015

PATRIOTISMO NEGACIONISTA.


Cualquiera se expone a ser tildado de incitación al españolismo y de cavernícola extremo, si advierte de la anomalía que supone el miedo a usar normalmente la palabra España y no digamos a defender su unidad o su simple y legítima existencia. Y la anomalía no es sólo por el asunto en sí, sino por lo que revela del desequilibrio que aqueja al la opinión pública y al orden político en España.
Pablemos no puede presumir de originalidad al repugnarle tal expresión, pero tampoco de inmensa valentía. Su enemigo “españolista” es una ilusión conveniente de una realidad en proceso de extinción. Ni la derecha tradicional se atreve a entrar en este fregado, mientras que en general entre los progresistas patriotas e incluso los liberales y conservadores predomina el recurso al eufemismo, como el “patriotismo constitucional”, la Constitución o el Estado..etc para sortear esta incomodidad. Sólo el C,s, al aparecer de una forma bastante inocente, en las circunstancias conocidas, sin nutrirse del discurso que se impuso tras la transición, parece librarse de ese fórceps y poder hablar con naturalidad de España, sin ser acusado de facha.
Pero la aportación novedosa de Pablemos es, como en tantas otras cosas, su sinceridad. El podemita dice abiertamente lo que sus mayores sienten o barruntan que sienten, pero no se atreven a confesar.(Aunque, dicho en honor de ZP, este ya lo dejaba caer). Es tremendamente diáfano por mucho que no se quiera ver. Puede así decir la verdad y disimular a conveniencia o dejándose llevar por la sinceridad, a sabiendas que no se le va a pasar cuenta. En el caso de la intervención en que manifestaba su incapacidad de pronunciar la palabra “España”, se notaba que no sólo rechazaba esa expresión, sino que le repugnaba de una forma como animal. Lo cual no es óbice para manifestarse cuando quiere como un “patriota” (¿de qué) o con "sentido de Estado" (¿de cual?).
Por eso preguntarse por lo que piensa sobre la naturaleza de la realidad en la que instala su discurso y machaca con sus consignas es bastante inútil. Seguramente ni se lo ha preguntado, ni le importa. Así compartiremos su ignorancia sobre si su repugnancia tiene por objeto a esta España, a España como tal o al hecho de que no existiendo España se hace pasar por existente. Tampoco, para pasar de la metafísica a la política, si cree que de haber República existiría España o al menos no sería repulsiva, o si de cualquier forma “esto” es una “cárcel de pueblos” o una nación que oprime a otras vecinas, o que sólo existiendo las naciones de Cataluña, el País Vasco y Galicia, el resto es Castilla o cualquier cosa, sin saberse si es nación o qué. O que, vaya Vd. a saber, España, es sólo un invento de los ricos y los curas.
Tal déficit tampoco es muy relevante en sí mismo, salvo por expresar un estado de opinión colectivo acostumbrado a moverse entre la esquizofrenia y la frivolidad en un asunto tan elemental y vital a la vez. Lo verdaderamente peculiar que debería ser objeto de especial investigación y estudio por lo politólogos, historiadores, sociólogos y hasta psicólogos, es la inmensa desafección colectiva que cunde en “este país” a la idea de España y a la idea de nación. Lo que también significa la desafección que siente una parte de la ciudadanía a ser ciudadanos, pues no se puede ser ciudadanos en el cielo, de momento.
Que yo sepa es un fenómeno único en el mundo y me atrevería a decir en la historia. Porque el sentimiento patriótico en cada país tiene sus altos y bajos, también reacciones contra su manipulación, tan constante desde el poder o desde grupos totalitarios y nacionalchovinistas, o incluso el rechazo del mismo en nombre por ejemplo del internacionalismo...etc, pero no se da el caso simplemente de dar la espalda a la propia realidad, como si a un médico le repugnase el término medicina, o un moralista negase la necesidad de decir la verdad y el uso del mismo término verdad.
Seguramente el asunto pasa inadvertido en la esfera de la teoría y de las comunidades de estudiosos porque debe parecer inconcebible, como la cuadratura del círculo o la piedra filosofal. Tampoco tiene sentido tratar aquí tamaño misterio, pero dudo que remita a factores circunstanciales, ni siquiera a evidencias como la reacción a la manipulación que hizo la dictadura franquista, la decadencia de los Estados nacionales o la idea de Estado Nación en la época de la globalización, la progresiva fe en Europa, la heterogeneidad característica de España y lo español..etc
Tiene que haber algo muy profundo ligado a nuestra historia y las peculiaridades de nuestra cultura . Sea por lo que sea uno sospecha que este misterio merece ser estudiado, pero sólo por quienes quieran satisfacer una necesidad intelectual o la simple curiosidad, amén por lo que pueda ilustrar sobre el rumbo de la historia presente y la naturaleza humana.
Porque quizás no tenga mucho sentido hacerlo con el propósito práctico de ayudar a corregir o sanar el fenómeno. En esto uno se malicia que poco se puede hacer, salvo aprovechar algún milagro si sucede o seguir como si no pasara nada, que también se puede ir tirando.

jueves, 10 de diciembre de 2015

LA HISTORIA Y LAS ELECCIONES


¿Hay que responsabilizar a los contrincantes del Coletas que no lo pusiesen en su sitio cuando destripó la historia reciente de España y Andalucía? Seamos comprensivos, ¿no son sus oponentes dialécticos en el fondo víctimas? En cualquier país con un mínimo de fuste y cultura política, el susodicho hubiera quedado fulminado. 
Pero aquí carecemos de tradición democrática cuajada, de relato integrador común del que sentirnos orgullosos. La historia común, incluso la más reciente y de la que nos nutrimos hoy día, sólo importa a quienes quieren contraprogramarla y difamarla, los P.I., ZP, separatistas...etc Tienen bien claro que es la mejor manera de cortar a la democracia la hierba bajo los pies, como se comprobado sobradamente con el Procés, pero también con los réditos que ha reportado el terrorismo a los separatistas en el País Vasco.
¿Qué mayor evidencia es  tan chusco episodio de que a los políticos neófitos demócratas nuestra historia no les dice nada? Ante un exabrupto, como el que protagonizó el Coletas sin ninguna vergüenza, se reacciona automática y por instinto, con poco claro que se tenga tamaña barbaridad, aunque el tema no esté en el guión. Pero como sus mayores llevan decenas de años de perfil sobre lo que somos y de donde venimos, y sobre si somos algo o alguien y algunos, pues a lo mucho a alguno se le habrá ocurrido pensar “¿de qué habla éste?”. Y con suerte algún ilustrado del público caería en la cuenta, al oír al digno y enterado presentador.
Enfrente, PI que, a falta de cultura y de historia, le sobra intuición para “deconstruir”, ha oído campanas de Andalucía y saca punta, sin importarle si su cuento es verdad o patraña. Y además se lo cree, porque así si es si así interesa, y que lo que no mata engorda. Cuenta con que puede ser todo lo osado que quiera, que los demás no tienen más idea y además para nada les interesa meterse en berenjenales tan raros y ajenos a “los problemas de la gente”.
El sentido de nuestro pasado reciente e inmediato no cabe en los protocolos ni en los guiones electorales, se trae mamado. Si no es así los aspirantes más sanos se quedan en simples loritos, para quienes la campaña se divide entre lo serio y lo divertido. Lo serio es soltar pildoritas ante cualquier problema como en urgencias, o como quien se presenta a las oposiciones que ha de estar a la altura de lo que el tribunal quiere oír. Lo divertido es telesubir en globo y demás lindezas que tanto “humanizan”.Y mientras sin tradición común a la que agarrarse, sin hierba bajo los pies. Que, como aproximadamente decía el poeta, nada vale ni existe sino lo cantan los poetas.

martes, 8 de diciembre de 2015

¿EL PROBLEMA SON LOS PROFESORES?


El profesor Marina tiene el mérito de hacer visible la gravedad del problema de la educación y la necesidad de afrontarlo de verdad, pero me temo que se equivoca en el diagnóstico, al pensar que la causa es la escasa competencia del profesorado y la endeblez de los métodos pedagógicos o de la administración de los centros.
Cierto que no existe una adecuada formación de la capacitación pedagógica, que los sistemas de selección del profesorado son muy deficientes, que lo mismo para la actualización didáctica, o la carrera y la motivación profesional. Hay mucho que corregir y mejorar, pero nos equivocamos si creemos que esto ocurre en una medida muy diferente a otras profesiones, cada una con sus singularidades.
Cierto que el trabajo de la enseñanza es muy delicado y requiere algo de arte, además de buena artesanía y profesionalización, pero en ningún otro trabajo la eficacia del mismo está tan inmensamente comprometida por las “condiciones ambientales”, las instituciones y la actitud de la sociedad. Por encima de cualquier otro, este trabajo requiere sobremanera que las circunstancias sean propicias.
Este es a mi modo de ver la madre del problema. En nuestro caso la labor docente se realiza en una tierra baldía o bastante yerma y esto se sigue, a lo que parece, sin afrontar, y lo que es peor sin percibir.
Es la tierra yerma de una educación devaluada, porque por sistema está regalada.
No para de decirse que hay entre un veinte y un treinta por ciento de abandono escolar antes del bachillerato. Pero esto es la punta del iceberg. El nivel medio, se rebaja para que sea fácil llegar a la nota y aún así buena parte de los que aprueban no alcanzan ese nivel ya rebajado. Únicamente, y hablando en general, no pasan las calamidades, pero estos si tienen constancia acaban pasando, sin dejar de ser una calamidad.
Los profesores pueden tener la culpa o su parte de culpa, pero los padres y la administración, sea la que sea, ejercen una presión, que puede ser decisiva, a quienes suspenden “más de la cuenta”. Es una presión que aunque no se ejerza caso por caso planea incansablemente. En todo caso se sabe que el problema no es ser licenciosos con el aprobado, sino rigurosos. Claro, unos enseñan mejor otros peor, pero ya se toma por obvio que a muchos suspensos mal profesor, lo que no está tan claro.
El pueblo español apenas está empezando a rectificar la errónea creencia de que los títulos superiores habilitan de por sí para el futuro profesional y que los medios son índice de una menor valía y competencia personal. La devaluación de la formación profesional, hasta convertirla en una especie de reserva para los desesperados, se acompaña de la correspondiente devaluación de las enseñanzas medias y de la Universidad. Todavía muchos sociólogos y expertos psicopedagogos consideran meritorio que la mayoría de la población tenga estudios superiores, como si fuera sinónimo de preparación y de oportunidades. Así como de la misma forma se da a entender que la enseñanza profesional o de grado intermedio no es tan valiosa. 
Pero en el mundo que estamos lo que cuenta es la calidad de la formación y el equilibrio entre ésta y la potencialidad del sistema productivo. Cierto que nuestro sistema productivo, poblado de pequeñas empresas de escasa cualificación, favorece poco una sana conexión con el sistema educativo, como por ejemplo ocurre en Alemania, pero aun así se pueden construir puentes entre ambos.
También hemos renunciado a acreditar la enseñanza media, convirtiéndola casi en un mero trámite para la Universidad. Aun así, lo único fiable de nuestro sistema educativo es la selectividad, no porque esta sea especialmente rigurosa y acertada, sino porque su simple existencia ya obliga a que el curso de acceso funcione en alguna medida, rompiendo la inercia acomodaticia de todos los cursos anteriores.
Es un gran error por ello fiar la mejora de la enseñanza a la habilidad y competencia personal de cada profesor en su clase, pues la labor de éste está sometida a la presión, invisible pero bien efectiva, que sufren las paredes del aula. Los jóvenes no van a apreciar la cultura y la preparación, en general por el esfuerzo que haga el profesor, esto sólo llega a unos pocos, a no ser que el profesor sea un mago, sino por los incentivos externos. Si estos no son poderosos el joven se acomoda y el profesor se acomoda a esa comodidad. Un incentivo elemental es que la educación tenga valor, que la preparación, sea para la vida o para la cultura, sea de verdad y no un simulacro con el mismo valor que un billete de lotería.
Además de este ninguneo a la formación profesional y la banalización de la enseñanza media, la señal más evidente de cuan profundos son los errores que atenazan a la sociedad y por ende a la clase política e incluso a la intelectualidad es el pavor que despierta la mención de la reválida. Igual que la palabra selectividad es uno de los tabús más aborrecidos del imaginario social.
Seguramente porque se tiene por un peligro para el logro de lo único que se pretende, un título de prestigio. O porque a esto se añade la mentalidad igualitarista que nos paraliza, especialmente a los presuntos beneficiados que son los más desfavorecidos. Estos son lo que primero perciben lo devaluada que está la educación y que esta "no sirve para nada", razón por la cual no encuentran por ahí ninguna vía de mejora, ni motivo para esforzarse y abandonan por su cuenta a la primera oportunidad.
Pero dejando al lado las causas es obvio que sin reválida, sin un control con pruebas que organice o regule el Estado, no hay garantía alguna de que las notas sean reales y de que todos los estudiantes estén medidos por el mismo rasero y accedan al nivel superior con la formación que necesitan. Y es evidente que sin ello tampoco hay modo de empezar a medir el rendimiento del profesorado, ni este puede contar con una referencia mínimamente objetiva de su labor.
Me sorprende que, yo sepa, nada de esto le parezca problema al Sr. Marina y que cuando se proponga el pacto de estado como gran solución nadie se atreva hacer ver a la sociedad que si la educación no vale los títulos valdrán todavía menos.
Dicho lo cual, respetando siempre la gran complejidad del problema de la educación y la autoridad que a este respecto se merece el Sr. Marina. El simple hecho de conseguir que la problemática educativa no sea sinónimo de las clases de Religión, las inversiones y los medios, o el cheque escolar ya sería un gran avance.
Por supuesto la “dimensión territorial” y la enseñanza de la historia común es otro problema de grueso calibre, pero también es bueno no mezclarlo con lo anterior.

viernes, 4 de diciembre de 2015

DE NIÑOS Y ADULTOS EN CAMPAÑA


Es verosímil que los altos estados electorales tengan que dilucidar como paso previo al plan de campaña si hay que tratar a las gentes del pueblo como adultos políticamente o como niños.
Se parte de que la tradición instaurada por el bipartito ha convertido al público en un niño al que se ha hecho creer que es un adulto. Pero la emergencia de los emergentes hizo temer que hubiera que hablar de política en serio, afrontando los asuntos calientes en su gravedad debida, ante el hecho inevitable de que el niño se ponga en plan de adulto. Lo que obligaría a pensar en algo, en algo distinto al menos de los tópicos y las gracietas.
A ello se añade que la gravedad de la rebelión nacionalista catalana, la yihad y la defensa nacional el capitalamigismo que ha estallado con Abengoa, el totalitarismo bananero..., además de los asuntos sempiternos como la corrupción, la justicia, la educación ….tendrían que pesar por sí mismos en la conciencia del pueblo, sin que nadie tuviera que apremiarlo. Al contrario, abonaría que los políticos se sintieran apremiados por el pueblo.
Pero esto no sucede o sucede en muy escasa medida. En estas los primeros escarceos electorales han traído la sorpresa, relativa al menos, de lo que disfruta el pueblo siendo tratado infantilmente en el sofá ante la tele. La misma Carmena encuentra su gusto y tal vez vocación particular en tratar a los madrileños como parvulitos y por lo que se dice recibe a cambio mucho agradecimiento y comprensión. Y no digamos lo bien sintonizado que anda don Pablo, ya experto en cantar nanas a los de la tercera edad.
No pocos asesores y aspirantes deben mosquearse, sino será que en realidad el público se comporta como un sádico que disfruta poniendo a los políticos en ridículo, so pretexto de conocer su lado humano. Pero aunque así fuera todo indica que lo más prudente es pasar por el trago a la espera de que el público se enternezca. Y además los protagonistas se lo pasan guay.
Se dirá que cada partido tiene su estilo y su discurso, que unos tratan al público como un niño y otros como adulto. Pero en esto lo que cuenta, como en todo lo referente a la sociedad de masas, es el término medio, el ambiente y el tono general, la mercadotecnia en suma. De descuidarlo se corre el peligro mortal de salirse por la tangente en plena campaña. Así lo que no se puede obviar es que un público acostumbrado a que todo tiene que ir bien, sin sacrificios, ni molestias;que si algo va mal es culpa de “los políticos” y no de las políticas que estos siguen; que en suma los asuntos de gobierno y del bienestar común es cosa de “los políticos” y no de política, no puede afrontar nada en su gravedad de golpe y porrazo.
Por eso lo más probable es que todo transcurra en el escenario de las sensaciones y de las fantasías, no en el de las ideas y argumentos. Que los políticos como los publicistas han de crear sensaciones y que así la gente lo agradece. Y mejor no tener ideas, es decir una percepción de la realidad en su crudeza, o en lo que esta tenga de crudo, no sea que se comuniquen y se fastidie la campaña. En este sentido Rajoy podrá presumir de que, si sale derrotado, lo hará con las botas puestas, las botas del pasotismo en su versión conservadora, que aquí no pasa nada y que nadie se va a tener que molestar para nada. Porque el que venga detrás si viene alguno no tendrá otras botas que calzar.

domingo, 29 de noviembre de 2015

LAS BUENAS FORMAS


Vaya por delante mi entusiasmo por los gustos culturales filosóficos del líder podemita. Imagínense mareas podemitas enarbolando la “ “Ética” de la Razón práctica” (o como se llame) en grandes manifestaciones por la Paz Mundial y el amor entre todos los “humanes”, (como dice el filósofo Mosterín para significarnos entre los animales), en lugar del “Libro Rojo” o ni siquiera el “Libro Rojo del cole” o las obras completas de Chaves y Maduro, que deben estar al caer, con suerte.
Pero a lo que más me preocupa. Todos coinciden en que el disfraz socialdemócrata de moderada centralidad del líder podemita pretende seducir al público socialista habitual. Se ve como algo obvio y hasta natural, pero debiera mover a cierta perplejidad.
Porque en primer lugar, quien mas quien menos de este espectro sociológico sabe, sin necesidad de bucear mucho en lo profundo de su alma política, lo bien encastados que están los lideres podemistas en el chavismo, madurismo, castrismo y cualquier bananismo totalitario que se precie. Y que si pudieran hacer lo que quisieran no les temblaría el pulso.
Porque en segundo lugar y a pesar de eso les mola el susodicho, no por lo que aparenta o quiere aparentar, sin mucha convicción y con gran desgana, dicho sea de paso, sino por lo que verdaderamente es y así se sabe.
Pero sin embargo no le votarían sino aparentase ser lo que no es, o por lo menos así parece. Es que ahora queda mas lustroso Kant que Lenin, Trotski o Mao. Y no digamos Olof Palme comparado con el mismísimo Fidel.
No es tanto así Don Pablo quien necesita aparentar, sino cierto público el que necesita que se les aparente. Hay que quedar seducido, pero con buena conciencia y sobre todo buenas formas. Así Doña Ines sabía de la catadura del truhán seductor, y lo que deseaba en verdad del mismo, pero no caía rendida y engañada por los versos y susurros a la luz de la luna trianera, sino por que los versos escénicos la hacían respetable. “Me despojo en cuerpo y alma pero respetablemente”, seguramente pensaría si supiese su intención.
A los socialistas les tienta del podemismo que parecen ser lo que ellos, los socialistas de toda la vida, siempre les hubiera gustado ser sin haber podido. Lo que estaba oculto en su armario político, si se permite la vulgaridad. Pero a la mayoría, que son gente educada y que se siente demócrata de verdad y de toda la vida, además de social..., seguramente les daría vergüenza llegado el caso saberse responsables de haber alzado a un tirano de coleta en pecho. Por lo menos muchos todavía tienen aprensión.
Más allá de esta empanada psicopolítica se alumbran otros detalles de interés. También el Próces catalán descubre especímenes que abundan en lo mismo en lo mismo: la convicción generalizada de que las tomas de posición política que uno haga no afectan a la vida y el interés personal, ya no digamos social o general.
Cada vez estoy más convencido de que sucede lo contrario de lo que dice la teoría o incluso el sentido común. Veamos algún caso.
Se dice que los votantes de la CUP o una buena parte de ellos, bien lejos de guardar parecido alguno con los verdaderos anarquistas cuya herencia invocan, pringados de sudor, descamisados y con un par de alpargatas por año, son mas bien yuppies, ejecutivos junior y enteradillos a la manera de los jóvenes aunque sobradamente preparados. Pues bien estos reclaman un mundo que de existir de verdad les haría huir despavoridos a donde quedase alguna sombra de multinacional prestigiosa.
Seguramente los que quieren ser seducidos por los podemitas, no los de recio abolengo crecidos en las capillas universitarias, son honrada clase media, con todos sus incontables grados y matices, que se pirran por los Black Friday, tanto cosmopolitismo nos honra, aunque despotrique de ello a poco que se ponga una tertulia a tiro. En el fondo no nos lo pasamos mal, pero la bella conciencia dice: el sistema es un desastre, tanta injusticia e insolidaridad es insoportable.
Para el que se desahoga con su voto y utiliza este como instrumento para quererse a sí mismo, la sociedad y los procesos políticos son una película en la que por un momento cree poder ser protagonista o incluso actor principal, haciendo gala de cabreo y justa indignación. Pero en la idea de que una vez la película acaba y todo sigue igual. O incluso más aún, todo puede cambiar como se decía en el Gatopardo, pero uno seguirá igual..de bien.
Pues que siga la función, siempre que se guarden las formas.
Posdata. Tenga éxito o fracase don Pablo Iglesias se le debía agradecer su esfuerzo por disfrazarse de buenas formas, señal de que las miserias a las que obliga la toma del poder no desdicen la buena crianza.

domingo, 15 de noviembre de 2015

ASERTOS Y DUDAS SOBRE EL ISLAM Y EL ISLAMISMO.


Ante la monstruosidad de París y las incertidumbres y horrores en los que estamos es inevitable el debate sobre la relación entre la doctrina islámica y el extremismo fanático terrorista islamista. Creo que al respecto habría que tener en cuenta algunas consideraciones elementales. Pero sin entrar en harina, para lo que no estoy nada preparado.


1º.-La religión islámica es una identidad colectiva, como lo fue la cristiandad hasta el siglo XVII, identidad que sus seguidores tienen por innegociable y que constituye además la identidad predominante en todas las sociedades musulmanas. De esta forma la posible evolución a la democracia o hacia el enfrentamiento con la misma se hará colectivamente y con la tendencia a englobar al conjunto del mundo islámico. Aunque naturalmente esto puede tener muchas excepciones y diferencias.

2º.- Desde un punto de vista doctrinal esta religión carece de los suficientes impulsos internos para evolucionar por sí misma hacia la democracia o la secularización. Que así haya sido hasta hoy no es por casualidad o por la existencia de circunstancias desafortunadas.

Sin embargo contiene suficientes elementos internos para adaptarse a la democracia y a la secularización, aunque sin que eso evite zonas de conflicto y hasta de resistencia, especialmente ante el problema de la mujer. Hay experiencias y realidades históricas que lo avalan.
Conjeturo que esto es posible pese a que la mentalidad y filosofía muslin es en gran medida refractaria con el valor de la libertad individual, que está en el fundamento de las democracias y de los Estados de derecho.

Pero por contra, sigue la conjetura, su humanitarismo, al menos potencial, facilita su acercamiento a la doctrina de los derechos humanos. El tema es vidrioso porque es la madre del cordero, sobre todo lo que se refiere a la mujer.

3.- También desde un punto de vista doctrinal la religión islámica admite varias interpretaciones, en favor de la moderación o la radicalidad e incluso el extremismo más cruel.

Desde la guerra de los seis días sólo ha cuajado la interpretación radical, en parte por razones históricas obvias y en parte en favor de la corriente a la que impulsa la lectura directa del Corán si se hace caso omiso de su espíritu humanitario.

Por su parte la interpretación moderada, que podría avalar la adaptación a la democracia y la asunción sincera de la doctrina de los derechos humanos, no ha alcanzado la expresión intelectual suficiente, aunque existan intentos valiosos. Y en relación con ello tampoco ha generado ideologías colectivas moderadas y abiertas, mínimamente consistentes y aceptadas.
Esto puede guardar relación con hechos tan dispares como la exclusión de la revisión crítica, la dificultad intrínseca de las sociedades islámica para que se creen élites independientes y el devenir histórico que ha convertido la frustración ante Occidente en hostilidad abierta.

El tema es inagotable.

4º.-En consecuencia las únicas ideologías activas y atractivas son las radicales, mientras que la inmensa mayoría busca la adaptación o simplemente se adapta, al mundo occidental, pero sin convicción y con zozobra. Es así que invade a las colectividades islámicas, salvando todo lo que haya que salvar las distancias, una atmósfera mental semejante a la que conocemos en el País Vasco o Cataluña. Los moderados oscilan entre la pasividad, la aceptación y la simpatía hacia los radicales, en tanto que sólo adquiere expresión pública independiente el radicalismo y sólo resulta admisible la opinión que lo avale.

5º.- Siendo realistas en suma: cabe tener esperanzas de que se vaya asumiendo el valor de la libertad individual si previamente hay adaptación sincera, no instrumental, a la vida en libertad y a los derechos humanos. De la misma forma que cabe temer que siga predominando la interpretación radical si las colectividades islámicas no generan sus propios anticuerpos y son capaces de aceptar que la adaptación a la libertad es valiosa en sí misma.
Como es fácil comprender alcanzo como mucho a plantear dudas, ninguna respuesta.

jueves, 12 de noviembre de 2015

LO PROPORCIONAL


En el clímax inicial del Procés nos hemos encontrado con la sorpresa de un hallazgo llamado a enriquecer sobremanera la jerga política: lo “proporcional”, “se actuará con proporcionalidad”. Además tiene la virtud de hacernos ver que tal es el signo de los tiempos, la proporcionalidad.

Más allá de lo obvio no es fácil acomodarlo semánticamente. Comparte algo con los términos tradicionales: lo justo, lo correcto, lo oportuno, lo conveniente, sin inclinarse preferentemente hacia ninguno, ni destacar algo propio y exclusivo. Tal vez ahí esté su gracia, se puede adaptar a todo ello y sobre todo dar a entender que corresponde a lo que en cada caso más gusta.

En términos prácticos parece más sencillo dar con su sentido, en el contexto concreto que estamos y del que nace. Se trata de cumplir sin molestar, o molestando lo menos posible. Que se haga lo que hay que hacer, pero nada que pueda mover a reacción callejera de los presuntamente agraviados, ni a escándalo internacional. Y si no hay más remedio que hacerlo, que no quepa la más mínima duda de que no se tiene otro remedio.

Estamos ante un juego en el que se disputa quien aparece como provocador. Pero en esto rige la desproporción. Los verdaderamente ofendidos, la ciudadanía española ni se manifiestan ni da a entender que lo vaya hacer , y por tanto su indignación, hay que suponer que se tiene, no ejerce presión, al menos explícita, que es lo que más nota el político.  La ciudadanía que ofende o parte importante de ella está dispuesta, o así parece, a hacerse manifiesta a la más mínima, que en este caso al sentimiento de estar agraviados se llega al manifestarse y no a la inversa, que uno se manifiesta por sentirse agraviado.
Como hay que evitar a agraviar a quien se manifiesta agraviado y esto sólo es una parte, actuar proporcionalmente equivale a restablecer el orden siempre que eso no motive un mayor desorden.
Lo asombroso es el empaque con que los promotores y afines de la idea, dan la seguridad de que se tiene la varita mágica. De que todo se ha de resolver automáticamente con la misma precisión que un penalty tirado por Maradona o Cruyff.
El hallazgo tiene algo de balsámico para una gran mayoría de la población. Promete medidas sedantes limpias y sin trauma alguno, ni operaciones, ni cirugía, un dulce despertar del sueño con nana para volver a dormir a en paz.
Pero algunos pueden torcer el ceño al recordar por ejemplo lo que pasa en la escuela, que quien má quien menos está muy escarmentado. Leyes y protocolos impolutos, una dirección impecable,pero cada profesor lo ha de tener claro, con el gamberro no hay que pasarse que la clase se solivianta o si la clase se solivianta.

Quizás sea el destino de nuestras democracias. Los que quieren vivir en paz están en casa a la espera de que llegue el que lo tiene encomendado funcionarialmente, las minorías audaces pueden tomar las calles y usufructar la atmósfera pública una temporada, para volver luego las aguas a su cauce. Pero aquí esa minoría tiene a su cabeza una Institución convencida, con razón o sin ella, que a la Institución, que debiera proteger a la mayoría por ser de todos, le va a pesar mas molestar que tragar. Y ya las aguas han rebasado el cauce hace mucho tiempo sin que esté claro que no vayan a más.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

MAS ANTE LA VANGUARDIA


¿No estaba cantado que la abrupta proclamación de la independencia y del desacato a la legalidad iba a provocar el ascenso electoral de los partidos constitucionales y constitucionalistas más hostiles al Procés?
Cabía esperar que la desautorización a la independencia express por las “plebiscitarias” hiciera que los separatistas “oficiales” de Juntsí dejaran todo en suspenso a la espera del gobierno más favorable posible de “Madrit”, un gobierno PSOE/PI o el PSOEZPI que facilitase una salida como un primo-referendum.
Pero si esta posibilidad ya era lejana, con la insurrección parlamentaria parece imposible.
Como es de suponer que, por mucho que vayan a su bola, esto lo tendrían en cuenta, pues lo ve un niño, ha pesado más el interés del Mas-tuerzo de congraciarse con los ácratas de la CUP, para ver sí cuela, junto con la sensación abismal de toda la camada nacionalista de que por ningún motivo cabe detención alguna, una vez que se esté en el “ahora o nunca”.
Pero al desmadrarse no sólo propician un gobierno hostil e incluso obligan al PSOE a patrocinar la unidad de España para no quedar descolgados, también quedan expuestos a que se les aplique la ley sin contemplaciones, como ocurriría en cualquier democracia sin complejos, aunque esto es improbable.
En cualquier caso si su buena suerte depende en un noventa por ciento de la debilidad de “Madrit”, se han metido a fortalecer a “Madrit”, aunque este no quiera o no esté mentalizado para disfrutar del regalo.
Ante esto, el rompedor editorial de la Vanguardia-Juliana: Rectifiquemos. ¿Estamos entonces ante la defección de la Vanguardia? ¿es un indicio de que la burguesía nacionalista acomodada, a la que Mas amenaza dejar huérfana, despierta de su embeleso y se palpa la cartera?
Supuesto que así fuera o que al menos esta sea la tendencia natural, el Proces sólo podría seguir adelante convirtiéndose en un trifulca insurreccional.
Aunque las élites que han organizado el fregado estuvieran dispuestas a encabezar la insurrección y la desobediencia general provocando la aplicación de medidas “represivas” para movilizar a sus huestes ¿Estarían dispuestas a seguirlos quienes en su inmensa mayoría viven confortablemente y que en el fondo adivinan que no vivirán mejor “desconectados”?
Nada mola más que las coreografías callejeras ¿pero quien pierde más con la rebelión callejera?
Sería el mundo al revés.
Las clases populares urbanas hostiles o reacias por activa o por pasiva a la rebelión y la desobediencia. Su único apoyo leal en principio los burgueses y payesos acomodados de los pueblos. Como en la carlistada del XIX.
Pero todo es posible, de tocar la gloria no les queda otra y además controlan todos los canales institucionales y los nudos y la atmósfera de la sociedad civil. ¿Cómo desaprovecharlo? Es muy posible que en su burbuja sean objeto propicio de las peores tentaciones.


lunes, 9 de noviembre de 2015

¿A QUIEN TEME RAJOY?


Aseguraba Margallo que Rajoy contempla todos los escenarios posibles y de forma concreta. Lo más probable es que, ya declarado el golpe, los escenarios, los papeles, se le suban por las barbas.
Hay que comprender que en estos tres años pensaría de buena fe que el soufflé se desinflaría por sí solo y pelillos a la mar, que todo no era mas que un teatrillo. 

Ahora que no hay más remedio que tomarlo en serio, al menos ante la gente, “¿qué hacer?”, “¿hacer o parecer hacer?”. 

Lo proporcional a un Golpe de Estado en toda regla y además en directo, sería abortarlo de raíz, y neutralizar a los facinerosos, máxime cuando es por sí mismo una afrenta a la dignidad colectiva (¿qué dirán de nosotros nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos?). Pero no es mucho apostar que para don Mariano tanto no toca y lo proporcional sería desproporcional. Con recurrir recurrentemente es suficiente. Incluso si no se elige President, igual se para el tiempo, al menos hasta el 20D, que es lo que cuenta.

¿A quien teme Don Mariano?

Cómo de una lectura generosa de la Constitución resulta imposible que pueda haber un presidente de Gobierno cobarde, sería como tener un Papa ateo, sus temores no deben ser de carácter, ni de convicción, ni siquiera por deformación, sino por algunas razones, aunque estén equivocadas. Estas razones avalarían los siguientes escenarios, al fin y al cabo, si atendemos a la observación de García Margallo, escenarios del miedo:

-que la intervención del Estado saque a la calle a las masas separatistas, el mundo se alarme y la Comunidad Internacional obligue a un referéndum ante el caos reinante.

-que las masas de izquierda, únicas que en España se movilizan por algo pero siempre contra los gobiernos de derecha, también se movilicen, reprochando a Rajoy la responsabilidad del desaguisado por no haber negociado ni dialogado.

-que al actuar como es debido el público de derechas, los suyos, caiga en la cuenta de que no había hasta ahora control, que pasaba algo cuando se le decía que no pasaba nada, y que le haga responsable de haber permitido llegar a este extremo y a tanta molestia ya en Navidad. 

-que en conclusión si hace algo todos se lo reprochen por lo mismo y lo contrario, y que si no hace nada igual no se nota.

Y frente a estos temores podría ser que, bien pensado, de verdad “no pasase nada”, por mucho que pasase, mientras los EEUU, Alemania, Francia, Rusia...etc, no reconozcan a Cataluña como Estado independiente. Como hay que esperar que eso no ocurra, tocar madera, él mismo haría acopio de valor y aplomo para seguir apareciendo ante la opinión pública como la garantía de que aquí no pasa nada y podemos dormir tranquilos. Y además que el Barça, pase lo que pase, seguirá en la Liga, faltaría más.

Aunque es posible que no tenga miedo por nada, sino que aún crea que la comedia continua y esto no es más que otro acto. ¿No ha sido todo una comedia hasta ahora? ¿por qué no ha de seguir siendola?. Todo es cuestión de acostumbrarse al sueño.

viernes, 6 de noviembre de 2015

EL COMPAÑERO MILITAR


Algunos analistas interpretan el fichaje de Rodriguez (todavía no Zapatero) como un intento  podemita de ser o aparentar centralidad y moderación , y auguran incluso el posible efecto beneficioso del general sobre sus conmilitantes. Algunos incluso aventuran los efectos benéficos que un "militar de prestigio" en ordenar los desvaríos de estos jovenzuelos aguerridos. Como si por esencia no pudiese haber militares radicales y de vocación totalitaria izquierdista, aunque lo sean discretamente según las circunstancias, más en un país donde el totalitarismo de izquierdas se percibe con bastante amabilidad e incluso se toma por democracia consecuente.

Pero es obvio que la estrategia de Podemos no es romper nada, sino alcanzar poder, y no sólo gobierno. Necesita que las bases sean comprensivas y no se dejen llevar por la ansiedad, que los buenos tiempos llegarán con un poco de suerte. Seguro a que a don PI le interesa más hacerse con los resortes ligados a los poderes fácticos que aventurarse más allá de algunos alardes simbolistas. Ya lo ha demostrado con tantos periodistas mediáticos. El ejemplo de Chipras, quien después de hacer lo contrario para lo que embarcó a su pueblo, sigue contando con la confianza de este , es elocuente. Se dirá que ZP no tuvo tanta suerte, pero los suyos no comprendieron que España estuviese en una situación crítica, después que se les contara que esto era jauja.

El mensaje de PI parece claro: ved que fuertes y solventes somos que hasta los del Estado Mayor se nos ajuntan, y así vendrán muchos más. Más acá del simbolismo y de lo que tiene de show, es difícil imaginar que ZP no tenga nada que ver. En pura táctica ,esta evidencia del vaciamiento y la inutilidad de Sánchez no puede dejar a los suyos indiferentes y la sombra de ZP se hace alargada.

¿Está ZP por el vaciamiento del PSOE y preparando su metamorfosis podemita? Lo que está claro es que no le incomoda la insustancialidad de Schz pero sí teme que el podemismo se torne insustancial. Al fin y al cabo se demuestra que Podemos emprende abiertamente, o así lo parece, lo que ZP hacía con disimulo, y que ZP se debe sentir resucitado en PI.

jueves, 5 de noviembre de 2015

ESTAMOS PERDIDOS


“Conscientes en su fuero interno de que el resultado del 27-S no legitima su hoja de ruta, Sánchez (presidente dde expuso sin inmutarse que los partidos independentistas deben seguir actuando como si la independencia fuera cuestión de horas, como si estuvieran plenamente legitimados para culminar el proceso. “A partir de ahora lo que tenemos que hacer es hacer actos de soberanía, dar a entender que la cosa va en serio para forzar la situación”. Cuando le preguntaron qué entendía él por “forzar la situación”, contestó que de lo que se trataba era de obligar al Estado a reaccionar. Reconoció que al independentismo le iría de perlas que el Gobierno aplicase el artículo 155 de la Constitución, pero admitió que no lo veía probable porque entonces “el Estado estaría perdido” ante la comunidad internacional.
El objetivo secesionista es forzar la mediación internacional para resolver ‘el contencioso’(J. Sanchez presidente de ANC, según Ignacio Martín, Provocación y deslealtad, El País 4-Nov- 2015)

Según se desprende de los planes de los golpistas el Estado, mueva la pieza que mueva en esta partida de Ajedrez, está fatalmente perdido. Dicen que esperan el 155 para movilizar las masas y ante el estado de caos que las autoridades de la comunidad internacional obligue al Estado a permitir un referéndum.
Así también parece que lo comparte en el fondo el Gobierno de la nación, para el que de boca de su ministro del Interior “el desfile de la GC por la diagonal”sería sería un acto de provocación que todos los separatistas esperan, y por tanto inconveniente e improcedente en cualquiera ocasión. Como la medida destinada a evitar el daño está destinado a provocarlos inevitablemente, mientras que de no aplicarse el daño ha de producirse de forma no menos inevitable, no queda más que entrar en la rueda de recurso-pronunciamientos judiciales- desobediencia etc Se podría llegar incluso a aplicar el 155 a sabiendas de que seguirá la desobediencia y luego se recurrirá la desobediencia, acompañado todo eso sí de un buen akelarre de masas. Si este escenario se sustentase en la realidad y fuese protocolario para cualquier gobierno que venga no queda más remedio que prepararnos para un escenario que técnicamente se puede considerar de DOBLE PODER, posiblemente duradero y de resolución incierta: se proclamará la independencia y se pondrán en marcha las estructuras de Estado y las fórmulas pertinentes de “desconexión”; por su parte el Estado recurrirá, desconocerá la independencia y la legalidad de las medidas de la Generalitat y solicitará la Comunidad Internacional que no reconozca una medida unilateral e ilegal. Ambos además reclamarán la obediencia debida a los ciudadanos catalanes. Como estos en casi todo obedecen a la Generalitat, pero como las llaves de los depósitos financieros todavía las tiene el Estado, se supone que la batalla se centrará en el esfuerzo de la Generalitat por arrebatar esas llaves o hacerse con vías alternativas para controlar las haciendas, pensiones..etc Puede darse incluso el colmo de que el Estado surta de recursos para atender los servicios y prestaciones sociales y que la Generalitat los gestione para reforzar sus estructuras de Estado. Habrá que hartarse entonces de mucha paciencia por que por una parte no es previsible que, por simple vergüenza histórica, ningún gobierno español reconozca así la independencia. Pero por otra tampoco lo es que la sociedad catalana reaccione y se revuelva contra esta tara; que la comunidad internacional, autoridades europeas, admita enseguida las reclamaciones independentistas y que la sociedad española reclame una intervención expeditiva, por muy legal que fuera. Tendríamos a unos a la espera de que el Estado y la sociedad española se hagan a la idea y que la opinión pública mundial y la comunidad internacional tome cartas en el asunto; otros esperando que el Procés se desangre y la gente camelada por el independentismo se canse de tomar la incomodidad y la miseria como un acto de heroísmo y de sacrificio patriótico. Esto puede ser en cualquier caso un desagradable cuento de Navidad a la espera de que los planes de unos y los acongojos de los otros se materialicen, pero no me digan que a los políglotos no se les haría las boca agua ante fenómeno político tan inédito. Y no digamos a los tertulianos y medios, lo que tendría para hablar.

jueves, 29 de octubre de 2015

RAJOY ANTE EL ÓRDAGO


Rajoy hasta el momento puede contar con el beneficio de la duda, pero los golpistas ya han acortado el tiempo hasta el mínimo para tener que decidir, y de paso que de esa forma podamos juzgar el valor de nuestro Presidente. Han decidido lanzar el órdago y, por mucho que se pretenda, estamos en el punto que no se puede obviar el envite. El problema no es lo previsible que esto pudiera ser, sino el tener claro que tarde o temprano habría que afrontar el trago. Y es dudoso que este horizonte estuviera en la mente de Rajoy. La “solución” de Rajoy ha sido la habitual que tiene en su manual protocolario: los problemas se resuelven dejando que quienes los provocan se agoten, sobre todo si estos problemas contravienen el sentido común. Lo ha dicho en su plasma: “la democracia es el imperio del sentido común..” Es la mentalidad del chico aplicado y de buena familia: lo que debe ser, es. Pero hasta el más fiel marianista tiene que reconocer que a Rajoy el Procés y su marcha le resulta incomprensible. Lo que debería agotarse es cada vez más inagotable. La receta de no molestar y “laissez faire , laissez passser”, no parece en este caso un remedio expeditivo. No ha metido la pata pero en este caso es cada vez más evidente que hacía falta algún signo de que se está al loro. Reina en las huestes secesionistas la idea de que todo es jauja, que el Estado, el tan temible y opresor Estado central y centralista, es en realidad una ONG de “camastrones” aburridos empeñados en aburrir a los aburridos. Aunque es cierto que en lo fundamental no ha cedido ( no ha concedido el concierto, ni el derecho a decidir, ni lo que viene a continuación), a lo que parece para don Mariano ser sensato es no provocar. No tenía otro remedio, pero seguro que teme que incluso no ceder parezca una provocación. Los teóricamente provocables no por ello se amansan y reflexionan, aún se excitan Mas, como se excita el gamberro provocador cuando no se le hace caso. Pero los provocados de verdad, los que se sienten catalanes-españoles o simplemente demócratas, son presas de la desmoralización y de la desprotección. Fuera de Cataluña los españoles lo toman todo por un teatrillo. Sólo el arrastre de última hora de C,s ha permitido salir del KO por la campana. Es imposible evaluar la magnitud del daño: si daña más no provocar a los que se sienten permanentemente provocados, incluso más si no se les provoca, o tranquilizar a quienes están pisoteados, haciéndoles que esto no es más que un jugar a hacerse cosquillas.
Pero lo más temible de Rajoy no es la eficacia o ineficacia de su receta, sino que no está mentalmente preparado para concebir otra. Se cree que el enfrentamiento civil y el riesgo de ruptura de la unidad de España es metafísicamente imposible. Al igual que a Chamberlain, a nuestro chamberliño le sorprende lo obvio, le sorprende que hubiera gente con poder, como en un caso Hitler en el otro Mas y Cía, que pudiera ser tan mala hasta el punto de machacar el sentido común, no por un calentamiento momentáneo, sino por sistema. Seguro que a don Mariano, sin poner en duda su patriotismo, no le molesta tanto la situación en sí por los males que pueda traer, sino lo desbarajustada de la misma, el hecho de que le parezca incontrolable, según su manual y protocolo. Le traicionó el subconsicente cuando parece que dijo: esperemos que no se hable de Cataluña en las elecciones. Había aprendido que la política es un negocio de gente civilizada, aunque algunos de esa gente estuviese equivocada o viviese en la fantasía. Como esa idea de fondo la comparte con la mayoría de la sociedad y de la opinión pública, se ha reforzado y repantingado en ella, mientras que al hacerlo ha reforzado a la opinión pública en su creencia. Como no se puede decir nada claro y sólo cabe decir medias verdades, la aparente pachorra es la superficie de la angustia de quien, por encima de todo, teme no ofender ni provocar, no sea que se le achaque la responsabilidad de lo que pasa. Rajoy, al disponer del poder y del gobierno, está en una situación ideal para liderar la desarticulación del peor peligro que ha sufrido la democracia y España en casi dos siglos, aparte la Guerra Civil, y tiene suficientes instrumentos para hacerlo, siempre que se atreva a poner al pueblo ante la realidad. Sin duda que eso le reportaría inmensos réditos electorales,... pero sólo si hace lo que debe sin pensar en las elecciones. En pura lógica, si los secesionistas han precipitado el Golpe, pasando de esta posible consecuencia y contra toda lógica táctica, obedece tanto a sus contradicciones internas (encaje de CUP, salida a Mas y Pujo..etc) como al sentimiento de impunidad y de desprecio que en sus filas se ha creado no ya sobre “Madrid”, sino sobre el poder de “Madrid”.
No se puede dudar en apoyar a nuestro Presidente, pero hay motivos para dudar que se quiera dejar apoyar y sobre todo que su mente y voluntad se ponga en sintonía con la realidad. Porque la realidad a sintonizar no es el peligro de perder las elecciones y el Gobierno, sino el de que se pierda España. Al fin y a la postre, como humanos que somos, siempre podemos cambiar, pero los hábitos y esquemas mentales adquiridos nos empujan con mucha fuerza para que no nos salgamos de ellos. De acuerdo con ello hay razones para pensar que a Rajoy le preocupa más asesorarse convenientemente para evitar recurrir a lo inevitable, que para afrontar lo inevitable. Pero igual las apariencias engañan y todo está de verdad bajo control.

martes, 27 de octubre de 2015

HACIA EL DESENLACE


Me esperaba que hasta las generales los separatistas iban a guardar las formas a la espera de como acometer al nuevo gobierno y aprovechar sus previsibles debilidades y contradicciones. En pura táctica declarar iniciado el Golpe de Estado, tal como se ha hecho hoy mismo, después de que la mayoría no haya apoyado el Procés y ante la perspectiva de que los españoles apoyasen a quienes más garantías pueden ofrecer de hacerle frente, parece un despropósito. Pero aquí no parece contar mucho la táctica y se tienen muy creídos eso de que la tierra es para los audaces. Una vez recuperado el aliento parece imposible contener la calentura. Ante ello lo normal sería que los españoles cierren filas y todos los partidos constitucionales lo hagan también, unos por convencimiento y otros porque no tienen más remedio. Eso es lo normal, pero los españoles somos tan raros en materia política y la clase política, la biparitidista sobre todo, carga con tal vicio y modorra, que puede pasar cualquier cosa. En cualquier caso, por seguir un hilo lógico, parece por una parte que la necesidad de incorporar a la CUP al Procés y ésta de incorporarse sin hacer el ridículo, y por otra parte la brusca aceleración de las pesquisas del tres per cent, han convocado a los sediciosos a dar un golpe de mano. Con ello además Mas mejora sus posibilidades, o al menos la de delegar en otro de su colla. Pero esto ya es desde hace tiempo irrelevante. Ante este “desafío” habría que agradecer a nuestras autoridades y políticos que llamasen a las cosas por su nombre: a los secesionistas “secesionistas”, a los separatistas “separatistas”, a los golpistas “golpistas”. Que expliquen a los españoles que está pasando algo y muy gordo y que no estamos ante un “reality show”. Por algo se empieza. Igual si lo hacen se empiezan a convencer ellos mismos de que lo que pasa es de verdad. Luego se podrán convencer de sus obligaciones y sobre todo de que están perfectamente legitimados para cumplir con ellas.

lunes, 26 de octubre de 2015

LA TRANSFUGA A LA DERIVA


Se ha puesto el acento en el transfugismo y en los azotes que atizaba la Sra. Lozano al PSOE por la corrupción para mostrar la incoherencia de Sanchez. Pero lo que más me asombra es la movida que ha organizado Sanchez para hacerse con un personaje que además de lo anterior es bien mediocre o irrelevante, políticamente hablando. Se parece a Florentino y otros, que antes que echar mano de la cantera fichan extranjeros sin nombre ni categoría alguna, que son a lo sumo tan promesas como los de la cantera, por eso de que hay que ilusionar a los catetos. Sanchez se ha lanzado a armarla como si hubiera fichado a Sabina, o al Juez Pedraz, aunque no tengan nada que ver, ya me entienden. Debía soñar con emular a Gonzalez con Garzón y se ha quedado con quien sólo puede presentar como aval su valor para machacar a quien como Sosa Wagner pedía un proyecto más grande para España que el que podía ofrecer UPyD por sí solo.
¿Piensa Sanchez de verdad que es un buen fichaje o es lo único que tiene al alcance de su mano? ¿Cree que con un par de días en primera o segunda plana ya vale la pena? ¿O todo se resume en eso de que: ¡Vean Vds. si vamos a ganar que hasta esta Señora se sube a nuestro barco¡? . ¿Hay prueba más evidente de la devaluación de las acciones del PSOE y de Sanchez?
Sin duda que la maniobra levanta ampollas en la militancia socialista normal. ¿Tan malos somos que tenemos que buscar en los saldos? Algunos sin duda pensarán lo peor: seguramente  Sanchez es el retrato fiel de lo que somos y así nos puede ir.  Algunos tan sutiles dicen que esto es para tender puentes hacia el centro, como si la Sra. Lozano fuera una especie de Clara Campoamor. Será que anda por detrás Bono, por decir algo. En algo acierta Sanchez: no hay mejor sitio para un tránsfuga irrelevante que un barco a la deriva.

viernes, 23 de octubre de 2015

DESPUÉS DEL TAPEO


Según se dice el tapeo de Ébole con Rivera e Iglesias inaugura una nueva forma de hacer política...mediática, que es media política por lo menos. No sólo por el escenario, el bar como ágora, en tiempos del botellón tendremos “debate”/botellón. También a lo que parece el formato. Una especie de trhiller. Lo siguiente, el videoclip.
Han pasado unos días y hay que ir al grano. El tapeo, independientemente del ganador, demostró que en cuanto a táctica inmediata, ambos buscan lo mismo: ligar con Sanchez, cada uno desde su personalidad. No está claro si ve a Sanchez como un primo a la manera de Carmena, o como el Senescal que guarda las llaves del Castillo y al que rendir pleitesía. Auque no lo parezca en este caso el podemita parece que sabe más lo que quiere.
Rivera trató de gustar a la izquierda e Iglesias parecer más de centro. Le resultó más cómodo a Rivera, se nota que el coleta no domina ese argumento. ¿Por qué contra lo que desean los suyos Pablemos no se atrevió a tildar abiertamente a Rivera de derechista y “facha” heredero del PP? No sólo porque ante el público en general sería poco creíble, Iglesias no es tonto, sino porque tendría que acentuar su imagen radical y todavía piensa en auparse sobre el PSOE. Su única meta es el gobierno a través del PSOE. Le pierde la fe en su destino. El efecto Rivera ha desplazado el centro de gravedad hacia el centro, aun a costa de sembrar dudas entre la derecha sociológica. Por su parte Rivera obvió la censura a la vocación totalitaria a P. Iglesias porque “no toca”, ni procede para ganar la simpatía de la izquierda en general. ¿Tal imagen obedece a algo circunstancial o a un proyecto más definido? Como Rivera no es de izquierdas, me parece, debe creer que el centro-centro se come más con la izquierda que con la derecha. También lo creía así Suarez. Creo que todavía es pronto para esperar un perfil más definitivo. Desastroso sería transigir y acomodarse a los mitos de la izquierda. Si piensa en corregirlos, necesitará tener las ideas muy claras y más votos que el PSOE. Esperarlos del caladero de la izquierda parece quimérico. Pero hacer de bisagra del PSOE es condenarse a palmero, primer paso de la inanidad. La contradicción es clara: no se puede gobernar este país sin caer simpático a la izquierda, o lo menos antipático posible... Pero sólo se puede acceder al gobierno para regenerar en la medida de lo posible con los votos del público de derechas o buena parte de ellos.

miércoles, 21 de octubre de 2015

APOCALIPSIS


Apocalíptico anda Bergoglio. Da la impresión de que la humanidad sólo camina hacia la ruina y tal vez hacia el mal y la perdición. Sería mala noticia para tantos siglos de cristiandad y de predominio de la cultura cristiana en el planeta. Si tan convencido está, tendría que preguntarse ¿qué hemos hecho mal? ¿la descristianización lo explica todo? No es que estemos progresando hacia un mundo mejor por qué sí, pero cuesta pensar que no se tenga más sentido de la justicia, la libertad y la igualdad que en los siglos que nos precedieron, o que al menos estos valores no anden más extendidos, cosa de la que el cristianismo tendría que estar orgulloso por no carecer de protagonismo. Por ende es cierto que igual que la globalización es un proceso inevitable motivado por el afán de confort en todo el planeta y por la generalización de la división del trabajo, tal vez lleve a crear mas problemas de los que la humanidad es capaz de resolver. Pero es parte inevitable del crecimiento de la humanidad. ¿Todos los males son producto de la idolatría del dinero y el beneficio? ¿el afán de beneficio no tiene nada de beneficioso para la prosperidad general tal como pensaban los calvinistas o incluso la Escuela de Salamanca? ¿tiempos felices cuando se prohibía la “usura”? Porque no sólo da a entender que todo se dirige hacia el mal sino que la Iglesia tiene el remedio...terrenal. ¿No sería mejor reconocer con toda modestia que tampoco la Iglesia tiene recetas mágicas, porque tampoco existen? ¿No sería más propio animar a profundizar en la cultura política en cada sociedad y a la unidad entre las naciones sobre la base del respeto de los derechos humanos? No son recetas pero es imprescindible.

viernes, 16 de octubre de 2015

¿INTERESA HABLAR DE CATALUÑA EN LAS ELECCIONES?


El aquelarre de Mas en su “procesamiento” además de ser un acto de vanidad ante los suyos, como humanos que somos cada uno tiene su corazoncito, suena a quema de naves para agenciarse por las bravas a los de la CUP. ¿Se van estos a atrever a dejar al héroe nacional en la estacada? De paso se recobra la moral de las huestes, que deben estar algo desconcertados. ¿Pero qué efecto puede tener esta exhibición inagotable de chulería en toda España? ¿Le importa algo a Mas y Cía? ¿importa algo? Para gustar a los antisistema ultranacionalistas, Mas no ha dudado en proclamar que de ser inhabilitado no lo acataría. ¿Está entonces dispuesto a llamar a la Intifada? ¿considera simplemente que “Madrid” no se atrevería reaccionar incluso ante el colmo del desacato?
Si la opinión pública española tuviera la sensibilidad que un asunto de este tipo merece, estaría ahora presa del escándalo. No parece que esto pase, todavía se piensa que esto es un sueño y no hay muchas ganas de pellizcarse. Pero ya la maquina chirría y en España es cada vez más complicado dormir en paz ante este botellón que amenaza con plantarse en la puerta de casa y hasta meterse dentro. Uno piensa que a Mas le convendría guardar ciertas formas, pero al parecer ya no le es posible hacerlo. En la medida que aspira en serio a la independencia, y sólo puede jugar esa carta con los suyos, tiene que agitar a su parte y enfrentar entre sí a la población catalana, acoquinando a media Cataluña. ¿Pero no tiene también que confiar en que el Estado se retraiga y no se atreva a cumplir con su obligación si el golpe se consuma?. La cuadratura del círculo, pero como España es peculiar aun puede confiar en que las elecciones generales en España le sean lo más favorables a su causa. Que suba un gobierno para el que antes que cumplir la ley, hay que evitar el escándalo.¿Favorecen estas demostraciones, que muchos jóvenes y no tan jóvenes deben confundir con un videoclip de un concierto de rock, una disposición favorable de la opinión pública en toda España? ¿Le tenía que importar algo, repito, a los golpistas? Tal vez no, pero uno de los posibles efectos del Procés y de estas postrimerías sería el despertar de la opinión pública española sobre la gravedad del asunto, herir el orgullo de la mayoría por muy anestesiado que esté. Pero también y de paso ponérselo muy difícil a quien en las elecciones o después de ellas pretenda evadir su responsabilidad para hacerle frente.
El problema es: ¿interesa hablar del Procés?. Veamos más en detalle.
Pese a la inmensa calamidad que supone que casi la mitad de los catalanes se incline por la independencia y sobre todo que una buena cantidad de ellos lo haga con la voluntad de no volverse atrás, las “plebiscitarias” han traído un cambio en la percepción del problema catalán o al menos inicio de nueva percepción en la opinión pública española en su conjunto. Si eso es así habría que estar atentos al efecto que pudiera traer consigo en los posicionamientos e inclinaciones políticas de los españoles, así como en la táctica de los partidos nacionales.
En Cataluña ya no se puede impunemente hablar de todo el pueblo catalán como un todo separatista y sobre todo se ha hecho patente que todavía la mitad se resiste conscientemente. Pero los cambios mas significativos afectan al conjunto de España. Ideas que se tenían por cuentos y leyendas propias de conventículos cavernícolas “separadores” se van haciendo moneda corriente. Así en primer lugar la evidencia de la persecución que sufre lo español, la manipulación de la historia y de los signos comunes de identidad, el odio como verdadero motivo para la separación antes que cualquier motivación racional. Se evidencia que incluso la apelación al interés económico y a las presuntas ventajas que tendría para los catalanes la separación es un patraña para atraer incautos. En otro orden de cuestiones, cada vez se sostiene peor el mantra de que el auge independentista es la reacción ante la ausencia de diálogo y el cerrilismo de Madrid, especialmente la derecha. Se le puede achacar al gobierno pasividad y hasta abandonismo ante la actividad golpista que urden y alientan las instituciones catalanas, pero difícilmente que estuviera en su mano ofrecer pactos o soluciones que movieran a la lealtad a los nacionalistas o siquiera a que cediesen en sus pretensiones separatistas. Pocas dudas pueden ofrecer ya el ventajismo y la deslealtad sistemática de las élites nacionalistas. Por último tampoco queda muy bien parada la consigna usual en la clase política de “que no pasa nada” y que esto no es más que un teatro, que acabaría con más concesiones fiscales o más pela. Enfrentarse a movimientos fanatizados es muy duro, pero sobre todo es algo difícil de conllevar, porque socava el cómoda vegetar en un orden político que se tiene por inmutable. Ni siquiera la invocación del imperio de la ley da confianza por sí mismo, habida cuenta de que el Procés se ha inflado al hacer gala del desprecio a la ley.
Parece deducirse de forma inmediata que cualquier gobierno constitucionalista tendría toda la legitimidad moral para abortar con la ley en la mano cualquier veleidad independentista, pero sobre todo que no tiene difícil evadirse o sortear esa obligación sin gran coste. Los primeros sorprendidos y que reclamarían contundencia serían los altos altos gobernantes europeos, Europa menos que nunca está para bromas.
¿No es otra consecuencia que el margen para una “tercera vía” es muy escaso y difícil de imaginar?.¿no es cada vez mayor el descrédito de esta entelequia? ¿No se ven obligados los que por ella apuestan a tener que silenciar sus objetivos y medidas concretas?.
La consecuencia de todo ello cae por su peso. En cualquier caso ni al PP ni al PSOE les interesa que ni ahora ni menos aún en la campaña electoral se hable de Cataluña, como tampoco les interesaría hacerlo a los independentistas hasta que acaben las elecciones. El PP no podría competir en esto con A. Rivera y el PSOE tampoco puede insistir en la matraca del federalismo, en realidad confederalismo si entiende lo que propone, sin hacerse sospechoso de las peores intenciones. Tampoco los independentistas no pueden ofrecer a los partidos nacionales argumentos para que si tuviera que hacerse se interviniese la autonomía, salvo que estén convencidos que pueden sublevar a la población y triunfar. Pero el asunto catalán va a pesar para la elecciones más de lo que estos quisieran, no por nada sino porque el problema existe y todo ha llegado demasiado lejos para que se pueda tapar. Sería una irresponsabilidad mayúscula hacerlo. Es de presumir incluso que de los resultados de las elecciones va a depender mucho la evolución de la opinión pública y del estado de ánimo de la sociedad catalana. Para muchos catalanes, visto el peligro existente, no es lo mismo verse respaldados por el Gobierno de Madrid, que dejados de la mano de Dios.

martes, 13 de octubre de 2015

LA OPORTUNIDAD DE LA FIESTA NACIONAL


REPRODUZCO ESTE ARTÍCULO DE ANTONIO ELORZA CON EL CORRESPONDIENTE COMENTARIO.

El Correo
ANTONIO ELORZA
EL GENOCIDIO HISPANO
Una cosa es poner en tela de juicio la pertinencia del 12 de octubre
como Fiesta Nacional y otra satanizar dicha efemérides, tal y como ha
hecho la alcaldesa de Barcelona.
Solo por el peso de la mentalidad nacional-católica en la política
española del siglo XX puede explicarse que el 12 de octubre fuese
declarado día de la Fiesta Nacional. Lo curioso es que tal decisión no
fue tomada por el régimen de Franco, sino que correspondió al Gobierno
socialista presidido en 1987 por Felipe González. El razonamiento de
base no carecía de sentido: en 1492 había tenido lugar la conquista de
Granada y a la consiguiente «integración de los reinos de España en una
misma monarquía» siguió su proyección exterior de naturaleza
«lingüística y cultural» con la expedición de Colón y el descubrimiento
de América.
No obstante, si bien el marco de tal declaración no era ya
nacional-católico, la presencia de valoraciones abusivas –la unión de
Coronas de los Reyes Católicos– y la ausencia de otras dimensiones
fundamentales del episodio, ejemplo del hecho mismo de que el
‘encuentro’ como entonces decían no fue tal, sino una conquista,
denunciaban un peso excesivo de concepciones histórico-políticas que ya
hubieran debido quedar superadas.
Fue el tono general de los preparativos para la conmemoración del que
debía ser annus mirabilis del quinto centenario, que yo pude contemplar
de cerca desde mi calidad de representante de Comisiones Obreras en la
Comisión Nacional encargada del mismo, donde sin duda por precaución los
representantes de la profesión histórica como tales, o de la propia
Academia de la Historia, habían sido previamente excluidos. Y en la cual
se registraron peripecias hilarantes, tales como la iniciativa de traer
representantes de las comunidades indígenas para así mostrar que los
reyes de España habían sido sus protectores, por contraste con las
burguesías criollas. El espectáculo de la carabela colombina que volcó
al entrar en el agua, subrayado por el denuesto pronunciado por Luis
Yáñez, fue un símbolo de tales desaciertos, a los que debe asociarse a
mi juicio la elección del 12 de octubre para la Fiesta Nacional.
Además, siendo de sobra conocida la raigambre reaccionaria del Día de la
Hispanidad, con un presbítero integrista y euskaldún, Zacarías de
Vizcarra, como promotor inicial desde Argentina, y otro vasco entonces
tradicionalista, Ramiro de Maeztu, en calidad de difusor, la misma
hubiese debido ser tenida en cuenta antes de dar por buena tal
vinculación. El 12 de octubre, lo mismo que el año 1492 en conjunto, sin
olvidar la expulsión de los judíos en su curso, tenía sobrados méritos
para ser considerado un lugar de la memoria decisivo en nuestra
historia. Pero excluyendo la carga de nacional-catolicismo que la
explicación gubernamental de 1987 intenta sin éxito olvidar.
Existían otras fechas como alternativas posibles para la Fiesta
Nacional. Ahí estaba el 2 de mayo, la insurrección de la capital de
España contra la ocupación francesa por las tropas de Napoleón. Un
levantamiento hecho en nombre de la nación y cuya motivación de
independencia fue reconocida por los propios invasores ya el 10 de mayo
de 1808. Entroncaría además con otras fechas gloriosas en las luchas por
la afirmación nacional, y ante todo con el 4 de julio adoptado en
Estados Unidos, porque ese día en 1776 fue aprobada la Declaración de
Independencia. En 1987 aún no habían entrado en escena historiadores
carentes en este caso de documentación, pontificando sobre el mito de
una Guerra de Independencia que nunca habría existido.
Ahora bien, una cosa es poner en tela de juicio la pertinencia del 12 de
octubre como Fiesta Nacional y otra satanizar dicha efemérides, tal y
como acaba de hacer la alcaldesa de Barcelona: «Vergüenza de Estado
aquel que celebra un genocidio», ha dicho. Tal exabrupto corre además el
riesgo de ser seguido, y ya ha tenido un primer eco en Cádiz.
De entrada cabe admitir que la opresión y las prácticas de
aniquilamiento de las poblaciones indígenas fueron una constante en la
historia del colonialismo. La salpicadura de crímenes contra la
humanidad ha tenido lugar en nuestro caso desde la conquista del Caribe
y en cuanto a la colonización de otros países europeos, a partir de sus
primeros pasos hasta el exterminio de los hereros por Alemania, la
drástica reducción de las poblaciones indias en Estados Unidos o, de
manera trágicamente ejemplar, la política de depredación y
aniquilamiento llevada a cabo por Leopoldo II de Bélgica sobre el
llamado ‘Estado Libre del Congo’ en torno a 1900.
La calificación de ‘genocidio’ exige, sin embargo, algo más que la
existencia de crímenes. George Bush Jr. cometió un innegable crimen
contra la humanidad al invadir Irak con el resultado de decenas de miles
de muertos, engañando además a la ONU, pero no pretendió acabar con la
población iraquí. No fue un genocidio. Sí fue un genocidio, en cambio,
la mencionada explotación del Congo por Leopoldo II, pues la conquista
iba dirigida desde el primer momento a imponer una esclavización
generalizada a efectos de maximizar los beneficios. Léase ‘El sueño del
celta’ de Vargas Llosa.
En el caso de la conquista de América, la proliferación de prácticas
criminales llevadas a cabo por los españoles, en su búsqueda del poder y
del oro a toda costa, no pueden ser ignoradas. Solo que se inscriben en
un cuadro más complejo. Falta la ideología previa orientada hacia el
exterminio y también la conspiración para llevarla a cabo,
características imprescindibles para la calificación de genocidio. Y ahí
están las Leyes de Indias como instrumento de la Corona para evitar los
abusos del régimen posterior a la conquista, y ahí están los ensayos
logrados de denuncia y reconducción del proceso, de Las Casas a Vasco de
Quiroga. A modo de balance, nada de lo que estar orgulloso en ese campo
y mucho que denunciar. Pero, salvo que convirtamos los conceptos en
cajones de sastre de donde extraer anatemas fáciles, genocidio no.


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Hasta aquí el Sr. Elorza.
No sé si la defensa del Sr. Elorza de que no hubo genocidio, sin duda que tan modosa como prudente, aclara más o confunde, cuando da a entender que no fue la cosa tan burda como asevera alguien tan lúdica pero no tan lúcida como la alcaldesa de Barcelona, pero que había algo de verdad en el fondo. Que los conquistadores, no hay que andarse con eufemismos, perseguían poder, gloria y sobre todo riqueza, que se sojuzgaron culturas nativas e incluso imperios con apreciable grado de desarrollo técnico e incluso moral en algunos aspectos, que se impuso la conquista por la fuerza de las armas y la violencia, es cierto. Tanto como que se construyó una nueva cultura mestiza, se integró a los pueblos indígenas a una civilización mucho más desarrollada y a una cultura más humanitaria, tomando cuidado por protegerlos de los colonizadores, se creó un orden social estable y en general próspero para su época hasta la independencia...etc
Es cierto que “Falta la ideología previa orientada hacia el
exterminio y también la conspiración para llevarla a cabo,
características imprescindibles para la calificación de genocidio.”
Pero no se debió sólo a eso que no hubo una política genocida, sino porque además se pretendió la integración a la civilización cristiana, cosa que se cuidó especialmente , se hizo normal el mestizaje en sus más variadas formas, dentro de una extrema jerarquización y de manifiestas injusticias sociales, propias del antiguo régimen. ¿Se puede negar que la nueva cultura absorbió y se fundió con los restos de las culturas indígenas, instaurando una idea universalista de la dignidad personal, sin la que la cultura hispanoamericana actual sería incomprensible?. Lo digo por si habría que tenerlo en cuenta cuando dice: “A modo de balance, nada de lo que estar orgulloso en ese campo
y mucho que denunciar”, lo cual es cierto si se refiere a los desafueros criminales que tanto abundaron, pero ¿sólo existió eso?. Seguramente cualquier país que como España hubiera sido capaz de crear una nueva civilización de tanta riqueza material, moral y cultural, estaría muy orgulloso de celebrar ese acto como su fiesta nacional y su mayor timbre de gloria, asumiendo los delitos e iniquidades que también cometieron los suyos. Todavía los italianos tienen a Roma por su mayor timbre de gloria, cosa que los latinos podemos compartir, a pesar de que bien pudo destacar en la historia de la humanidad
como escuela de crueldad.

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sábado, 10 de octubre de 2015

UN DILEMA MORAL EN EL PAÍS VASCO

Expongo un comentario del blogero Carlos Lopez aparecido en el blog Argos de Santiago Gonzalez a propósito de la política del PP en el País Vasco y del caso de Arancha Quiroga.
Luego hago un comentario, al que hace referencia el título.



Carlos López dijo:
Sobre ETA y Bildu.
ETA es unos objetivos (Eskualo Herria independiente y, quizá, sozialista), unos medios (la violencia y el miedo físico), una organización (que incluye comandos, partido político-HB, organizaciones varias para atender a presos, defensa judicial…, grupos locales variados…) y una población que le apoya (como un 15% en la CAV, algo menos en Navarra e imagino un 5% en el resto de España)
Bildu es la sucesora de HB como partido político. Que va mutando de nombre como un virus para esquivar la vacuna legal.
¿Qué es el fin de ETA? Es el fin de los medios criminales. Nos guste o no la población que les apoya seguirá ahí. Un partido al que votarán, seguirá ahí. Grupillos locales de movilización seguirá habiendo y una cierta estructura que les coordine. Y los objetivos podrán seguir siendo todo lo disparatados y negativos que quieran, como hace la CUP.
¿Nos acercamos al fin de ETA? Pues creo que es obvio que sí. A través del Estado de Derecho (detenciones, presos…) más que de la política (reprobación general, unánime). Pero es que el camino de la reprobación política, el que desarrolló Aznar, tiene bastantes problemas de eficacia. Se vio que PNV e incluso PSOE (Nicolás Redondo fue la excepción) se ponían en contra. Y en cuanto disminuyó la fuerza del PP todo el tinglado se desmontó en un caos de odios y reproches, ese sí que general.
¿Puede el PP desplegar la reprobación unánime por la fuerza? No. Esa es la realidad. Puede acabar con ETA por la fuerza del Estado de Derecho y lo está haciendo. Puede mantener un discurso correcto y positivo y lo está haciendo. Pero también está en su derecho de no intentar una vía que tan solo le enfrentará a PNV y PSOE sin producir otro efecto que que estos se pongan a hacer campañas favorables a HB (recordemos el caso Otamendi, lo que sería un masivo free Arnaldo Mandela o lo que sea)
¿Qué pasa hoy día? Pues básicamente que el PP está acabando con ETA y sufriendo una salvaje campaña de medios en contra que no dudan en utilizar el tema. Aprovechar la campaña de enfrentamiento que en su día potenció Aznar para lanzar a parte de los simpatizantes del PP contra la actual dirección del PP. Lo que antes Aznar lanzaba contra PSOE y PNV ahora se lanza contra el propio PP. Y es que hay temas que quizá no conviene tratar así.


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Entiendo su zozobra don Carlos que en gran parte comparto. Pero mal hacemos si camuflamos la realidad, presentándola a medias. Veamos. Anulación de ETA a cambio de ventaja política y sobre todo de legitimación política para los filoetarras y su discurso: derrota militar, victoria ideológica. En lo político todo a la espera del desenlace del Procés. En el otro lado un PP marginado en la sociedad vasca, fundamentalmente a consecuencia de hechos tan diversos como los efectos del terror y la fraternidad nacionalista, la implacable política social-cebrianita de cordón sanitario en toda España, y algunos errores propios al verse expuestos a la marginación. Lo que es peor: ¿quién defiende con un mínimo de influencia y garantía los valores constitucionales en el PV? Estamos a la espera de la complacencia y buena voluntad de los nacionalistas “moderados”. Reconocerá que la posible maniobra de A. Quiroga, desconozco si con el beneplácito de Rajoy aunque supongo que este anda a la espera a ver qué pasa, no va tanto a legitimar a ETA sino a legitimarse ante quienes mandan política y sobre todo ideológicamente en el PV, los nacionalistas y también los filoetarras. El precio es muy alto, sobre todo porque se refiere a lo ideológico, o como se suele decir a “los principios”. Es dar por bueno que ha habido “conflicto” y que tras el conflicto viene la “reconciliación”. Fue la fórmula de la transición, o en Irlanda. Pero en estos casos había dos bandos civiles irreconciliablemente enfrentados, con armas o sin ellas. En este caso es un bando que además ha cobrado abundante ventaja social y política con el terror, frente al Estado, el derecho y la democracia. Cierto que enfrente no ha habido la claridad y firmeza que hubiera hecho falta, pero se ha resistido heroica y ejemplarmente sin contravenir el derecho, salvo alguna excepción castigada y reprobada. ¿Vale la pena hacer esto desde el punto de vista político? ¿se librará el PP del estigma al que lo condenan los socialcebrianitas y todos los nacionalistas? ¿conseguiría una mejor posición política entre sectores moderados? Admito la posibilidad, aunque me parece improbable. Admito que la sociedad vasca quiere mirar para otro lado y “pasar página”. Admito también que carecemos de intelectuales que, como Camus en su tiempo y país, enarbolen el discurso ético con tal claridad y contundencia que puedan avergonzar no sólo a los nacionalistas, sino también a la socialcebrianocracia. Admito incluso que de conseguirse romper el hielo y penetrar en esos sectores moderados, podría minar lentamente en algo el discurso hegemónico nacionalista. Aunque es no llegaría para desenmascarar el falso “conflicto”. No sé cual es la solución en términos políticos, pero por muy molesto que sea, el PP se encuentra ante un dilema primero que nada moral, y para más INRI desde el momento en que en el PV, y en general contra ETA en toda España, ha enarbolado la bandera ética. En lo que seguramente comulgo con Vd. es en el hecho lamentable de que seguramente los socialistas, que tan cruelmente también fueron víctimas, parecen haberse escaqueado de tener que afrontar ese dilema. Pero insisto, dudo que vayan a limpiarse del estigma, y que se aprecie por esos lares más la Constitución y el Estado de Derecho. Ni siquiera en treinta años de transición la derecha se ha librado del sambenito de “facha” y todavía vive con esta congoja. A veces vale la pena soportar la cruz con entereza y orgullo. La democracia ha sido derrotada ideológicamente pero no todavía moralmente, al menos mientras todavía se sea capaz de distinguir entre el bien y el mal.

jueves, 8 de octubre de 2015

DE VALORES Y BIENES


En la tertulia de C. Herrera el afamado periodista S. Sortres se armó un lío, en realidad dos, sobre el sempiterno problema de la nación y de los valores..etc, aunque el asunto no fue motivo de debate ni llamó la atención de la tertulia. Lo traigo a colación porque si en esa cabeza se puede apreciar cierta fatiga, ya me dirán Vds. hasta donde pueden llegar la melopea que hay en la cabeza de P.Sanchez. Si no entendí mal, mostraba su desconcierto el Sr. Sortres por la alusión a los nacionalismos de los grandes líderes europeos y el peligro que pueden suponer. Un somero vistazo histórico nos permite dar cuenta de tres clases de nacionalismo en Europa. Los que surgieron a comienzos del s. XIX y que dieron lugar a las naciones modernas. Eran en lo fundamental de naturaleza integradora, frente a los privilegios y desigualdades localistas y feudales, y buscaban un tipo de unidad basada en la aplicación y extensión de los valores civiles y liberales. En segundo lugar los nacionalismos imperialistas y chauvinistas que precipitaron a Europa fundamentalmente a la I GM, (creo que las causas de la II GM tienen más que ver con la irrupción de los totalitarismos y la debilidad de las democracias liberales). En tercer lugar los nacionalismos separatistas de claro signo desintegrador y que en gran medida pretenden retrotraernos a épocas premodernas. Es claro, y estaba bien traído, que Merkel y Holland criticaban los rebrotes del nacionalismo chauvinista y advertían contra los desintegradores. Como no menos claro es que los nacionalismos civilistas ya no tienen sentido como tales sino como puentes de tránsito a la futura patria civil de los europeos que ha de ser la Unión Europa. Pero verdadero desconcierto y hasta confusión mostraba cuando proclamaba que su verdadera patria no era la nación sino la libertad, la igualdad, etc..diciendo que por ejemplo tenía mas en común con un liberal francés, podría ser también chino, que un comunista español. Intelectualmente no cabe duda, pero Vd. no es corresponsable con el francés de lo que decida Valls u Holland, y lo es con el podemita de lo que se decida en España. ¿Pero que es un valor o cualidad cualquiera sino es propiedad de algo?. La libertad o la igualdad no existen en sí mismo, existen personas libres o iguales, como también naciones libres o naciones que no son libres. No existe la blancura en sí, sino sabanas blancas, nubes blancas o paredes blancas...etc Una cosa es el VALOR, que es un cualidad y otra el BIEN, que es el portador de esa cualidad. Y en nuestro caso ¿pueden existir ciudadanos libres en una nación donde no exista la libertad? O mas aún, frente a ciertas irreflexiones, ¿pueden existir individuos libres sino existe un estado que proteja y garantice la libertad? ¿sino existe una comunidad política? ¿se puede defender la libertad sin defender la nación o la entidad política en la que esa libertad se puede ejercer? Eterno debate entre Platón y Aristóteles en el que se metió por medio Ockam, creando tal confusión que nos lleva a lo opuesto de lo que el celebre nominalista pretendía, al platonismo irreflexivo. Siempre he pensado que la filosofía se ha tomada demasiado poco en serio y que además la hemos enseñado y aprendido irreflexivamente, es decir sin sacarle punta.

lunes, 5 de octubre de 2015

LA POLÍTICA SEGÚN RAJOY


El problema de Rajoy no es tanto su tancredismo sino su concepción paquidérmica y paternalista de la política, de la que aquello es un llamativo reflejo. Y habría que preguntarse como es posible un tipo de liderazgo así en un partido político aparentemente moderno. Si la política fuera lo que Rajoy se imagina que tiene que ser, su balance sería aceptable o pasable, aunque mejorable, habida cuenta de lo ásperos que son estos tiempos. Pero no quiero tratar de ello en este punto. Me quiero fijar en que, desde su concepto, puede presumir de que su aval es la competencia, pero haría bien en ir haciendo los bártulos por incompetente para manejarse ante lo que la política es verdaderamente, por lo menos en parte, aunque no fuera lo que tienen que ser. Concibe la política de forma análoga a la de quienes todavía piensan que el matrimonio de los hijos es negocio de los padres, que para eso entienden y tienen experiencia de la vida. Se ha tomado literalmente la expresión de que la política es la gestión de la “res publica” y quizás sin ser consciente de ello quiere emular al filosofo rey de Platón que debía, según el padre del pensamiento occidental, gestionar los asuntos públicos sin más necesidad de dar cuenta que a su conciencia. Que para eso estaba dotado del conocimiento preciso, igual que un médico se encarga de los enfermos por su preparación y destreza. Así la política sería un negociado de asuntos comunes que hay que resolver y si se puede explicar. Pero está el factor humano, el hecho de que el político actúa por representación, cosa que no le ocurre al médico, ni al arquitecto, ni al jefe de cualquier negociado. La opinión pública resulta para la mentalidad paternalista, o simplemente para quien no reúne las dotes por lo que sea, un molesto intruso del que sólo cabe esperar ruido al manifestarse, o todo tipo de perturbaciones e incomprensiones. Pero Rajoy es muy tenaz especialmente en su convencimiento de que a pesar de ello y con estas veleidades, la gente en el fondo piensa como él y se rige por el sano sentido común, de modo que al final de tanta travesura, cuando ya se hayan muchos desfogado y en la hora de la verdad, la gente dejará de jugar con las cosas de comer. Pues tan cierto que no sólo de pan vive el hombre, lo es que los asuntos espirituales pertenecen a otros negociados. Se le olvida sin embargo que también de política vive el hombre en nuestros días.
Se confunden los términos cuando todo se reduce a un problema de comunicación y de pedagogía. Con estos términos se camufla lo importante, la falta de liderazgo. Esta falta tiene que ver sin duda con la personalidad del líder pero es parte de un sentido burocrático y funcionarial de la política común a nuestra clase política y de la partitocracia, y que en la derecha se agrava por su complejo proverbial ante la izquierda. Estamos pues ante una concepción del liderazgo que supone que este se ha de ejercer pero sin que se note, como se supone que debe ser un buen arbitraje en un partido de fútbol. Más allá de la componente psicológica subyacen varias ideas motrices: Que el status quo montado desde Aznar es inmutable tanto en la configuración de fuerzas como en la disposición de la sociedad, de modo quei si alguna vez las aguas se desbordan ya volverán a su cauce; que la derecha sólo puede ganar no perdiendo; que al público más que convencerlo, no hay que molestarlo ni alarmarlo. La experiencia del Proces es sintomática. Rajoy nunca ha creído que Mas pretendiera liderar la independencia en serio, mientras que la salida de la crisis y el aislamiento internacional desinflarían el soufflé por sí solo. Aunque para ello no debiera mostrar celo alguno en hacer cumplir la ley una vez que la dedicación al Golpe de Estado de las instituciones catalanas era vevidente. Y cuando la única alternativa que proclamaba era el cumplimiento de la ley. Puede alardear de que su proclama general de que no pasa nada, ni puede pasar nada, haya tenido efecto, pero sólo el esfuerzo movilizador de C,s ha evitado, por ahora, la catástrofe, cosa que nunca reconocerá ni comprenderá.
La complejitis y el sentido burocrático de la política pueden ser el abono de un acomodacionismo que se traduce en el descuido del tablero político, la extremada dificultad para evaluar las fuerzas en juego, identificar correctamente el adversario y comprender lo que más duele, y prever las tendencias en la opinión pública. Así cuando se tienen estos hábitos lo importante no es tanto el fortalecimiento propio sino el debilitamiento del adversario cogiéndole en sus aparentes contradicciones. Se ha engordado a Podemos para dividir a la izquierda, pero a costa de poner al sistema entre la espada y la pared. Se está a la espera de la complacencia caritativa de los medios dominantes a cambio de endulzarlos y adularlos. Cierto que coincide con la izquierda en ser ambos puntillosos en extremo. Pero mientras la izquierda lo es porque domina el arte de sacarle punta a todo lo que haga la derecha y no da puntada sin hilo, la derecha marianista lo es por pasar de puntillas por todo, no sea que pueda pisar algún charco. Es como si unos estuvieran formados por el Lazarillo de Tormes y los otros por el Padre Coloma.
No es fácil adivinar cuanto influye esta mezcla de confianza ciega en el sentido común del pueblo, que parece una versión secular de la confianza en la Providencia, y de sentido funcionarial y acomplejado de la política, que tanto estanca la mente, en la abundancia de meteduras de pata, fallos de comunicación, silencios clamorosos, y sensación de apatía que en suma desprende el liderazgo espiritualmente ligth marianista.
Lo paradójico es que no vendría mal a España una dosis de la forma de entender la esencia de la política que tiene el Sr. Rajoy, en lo que esto tienen de sano y en la medida que ello pueda coincidir con el deseo expresado por Ortega, cuando pedía que los españoles y sus políticos nos dedicáramos a ocuparnos de “las cosas mismas”. Pero nada más complicado cuando el pueblo español o bien da la espalda con displicencia a la política o se entrega a la misma, cuando lo hace, de forma trascendente, como si asistiese y fuese a la vez el actor de un Auto Sacramental, en el que las fuerzas del bien y del mal se disputan su alma. Esto significa que para que se coja gusto “a las cosas mismas” y no tanto a los actores y sus papeles, se precisan buenos actores. Para más INRI da la impresión de que Rajoy no sólo tiene un guión y lo sigue al pie de la letra, sino que lo hace con la convicción de que todo tiene que estar escrito literalmente como en los contratos notariales. Cosa nefasta cuando los tiempos son de leer entre líneas y de comprender lo no escrito, lo que sobre la marcha cambia, que es posiblemente lo que más cuenta ahora.
Como se habrán dado cuenta no he mencionado nada relativo a proyectos o programas. No está claro si nuestro presidente los tiene o no los tiene, como tampoco está claro que, por tenerlos o no nominalmente, se tenga más éxito o menos. Pues no es el proyecto lo que da el liderazgo, sino el liderazgo lo que hace creíble el proyecto que se lidera y sobre todo demuestra que se tiene. Lo único claro es que en determinados momentos la gente necesita creer, más que en un proyecto determinado, en que existe algún proyecto y fuerza para liderarlo, esa es la parte no escrita del contrato entre los políticos y los ciudadanos.