viernes, 23 de octubre de 2015

DESPUÉS DEL TAPEO


Según se dice el tapeo de Ébole con Rivera e Iglesias inaugura una nueva forma de hacer política...mediática, que es media política por lo menos. No sólo por el escenario, el bar como ágora, en tiempos del botellón tendremos “debate”/botellón. También a lo que parece el formato. Una especie de trhiller. Lo siguiente, el videoclip.
Han pasado unos días y hay que ir al grano. El tapeo, independientemente del ganador, demostró que en cuanto a táctica inmediata, ambos buscan lo mismo: ligar con Sanchez, cada uno desde su personalidad. No está claro si ve a Sanchez como un primo a la manera de Carmena, o como el Senescal que guarda las llaves del Castillo y al que rendir pleitesía. Auque no lo parezca en este caso el podemita parece que sabe más lo que quiere.
Rivera trató de gustar a la izquierda e Iglesias parecer más de centro. Le resultó más cómodo a Rivera, se nota que el coleta no domina ese argumento. ¿Por qué contra lo que desean los suyos Pablemos no se atrevió a tildar abiertamente a Rivera de derechista y “facha” heredero del PP? No sólo porque ante el público en general sería poco creíble, Iglesias no es tonto, sino porque tendría que acentuar su imagen radical y todavía piensa en auparse sobre el PSOE. Su única meta es el gobierno a través del PSOE. Le pierde la fe en su destino. El efecto Rivera ha desplazado el centro de gravedad hacia el centro, aun a costa de sembrar dudas entre la derecha sociológica. Por su parte Rivera obvió la censura a la vocación totalitaria a P. Iglesias porque “no toca”, ni procede para ganar la simpatía de la izquierda en general. ¿Tal imagen obedece a algo circunstancial o a un proyecto más definido? Como Rivera no es de izquierdas, me parece, debe creer que el centro-centro se come más con la izquierda que con la derecha. También lo creía así Suarez. Creo que todavía es pronto para esperar un perfil más definitivo. Desastroso sería transigir y acomodarse a los mitos de la izquierda. Si piensa en corregirlos, necesitará tener las ideas muy claras y más votos que el PSOE. Esperarlos del caladero de la izquierda parece quimérico. Pero hacer de bisagra del PSOE es condenarse a palmero, primer paso de la inanidad. La contradicción es clara: no se puede gobernar este país sin caer simpático a la izquierda, o lo menos antipático posible... Pero sólo se puede acceder al gobierno para regenerar en la medida de lo posible con los votos del público de derechas o buena parte de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario