*Poco se puede dudar de que la alternativa de Sz es convertir a España
en la Argentina (peronista, por supuesto) o en la Venezuela castrista
de Europa. Obvio contar la diferencia. Es de suponer que apostará
en primera instancia por lo primero. La “Nueva Venezuela”
supondría la salida de la U.E. Ante la incertidumbre que traería
consigo este absoluto bolivariano ¿ sería factible una Argentina
peronista? Ha tanteado en estos diez años la capacidad de
resistencia democrática de España y está reconfortado. Esta parece
a todas luces insuficiente para frenarlo. Pero necesita vitalmente a
Europa, para legitimarse internacionalmente y para cubrirse
financieramente. Sin esto último podría decepcionarse el electorado
socialista que todavía cree en el socialismo porque trae la
prosperidad y que por eso le vota. Esa porción echó al “Zapatero
de los recortes”, y Sz. lo tiene muy en cuenta.
Por supuesto va a
por el poder judicial y amordazar a cualquier medio libre. Lo hará
con o sin el consentimiento de Europa, pero buscará este
consentimiento, o al menos la abstención. El rechazo lo pondría
ante la tesitura de hacer buena la solución venezolana castrista. No
serán ataduras morales o cívicas lo que se lo impida, por supuesto.
Únicamente podría preocuparle que los suyos temieran por seguir
disfrutando de la prosperidad a la que están acostumbrados y se le
volvieran en contra. Naturalmente es poco verosímil porque sólo se
darían cuenta ya tarde, pero cabe.
En esta ecuación
queda por despejar la incógnita de USA/Marruecos. Parece imposible
hacerse una idea al respecto, ni cuanto puede pesar, ni hacia donde
va. Sería gracioso que Sz se alzara en líder de la causa
palestino-islamista mundial y al tiempo siervo del muro marroquí a
la expansión fundamentalista. Pero con no pocos desafíos se ha
atrevido.
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*Por desengrasar no
está mal un comentario de Dostoievsky sobre un episodio del Quijote.
Son palabras luminosas.
“El hombre
fantástico, persuadido hasta la locura de la más fantástica
ilusión que imaginarse puede, ve se de pronto asaltado de la duda
que amenaza dar al traste con toda su fe. Y es notable que lo que
motiva esa duda no sea la incongruencia de su locura naciente, ni la
descripción de aquellos caballeros que corrían aventuras por el
bien de la Humanidad, ni el desatino de los sortilegios de los magos,
que refieren esos libros “tan fidedignos”, sino algo
completamente secundario, lo que bruscamente suscita su duda. El
hombre fantástico siente de pronto el ansia de realismo. No le
desconcierta el hecho de que súbitamente queden tropas enteras
encantadas. ¿Oh, eso no le inspira ninguna duda! ¿Cómo habrían
podido demostrar su heroísmo esos caballeros magníficos, si no se
hubiesen tenido en trances tales, sino hubiesen tenido gigantes y
hechiceros malignos envidiosos de su grandeza? El ideal del caballero
andante es tan alto, tan bello y útil, y de modo tal se ha apoderado
del corazón de don Quijote que hace imposible renunciar a la
creencia incondicional en él, pues eso equivaldría a traicionar el
deber y traicionar el amor a Dulcinea, y a la Humanidad.(…) No, lo
que le desconcertaba era sencillamente...una consideración del todo
punto exacta, de todo punto matemática; la de que por más poderoso
que un caballero fuese, espada en ristre, a descargar mandobles a
diestro y siniestro, había de ser le con todo imposible vencer un
ejército de cien mil hombres en el espacio de unas pocas horas, y
aunque fuese en un día y, además no dejando con vida a ningún
enemigo. ¡Pero así se dice, no obstante, en esos libros
fidedignos! ¿Se tratará de una mentira? ¡Pero si eso fuese
mentira, todo lo demás lo sería también! Pero ¿como salvar la
verdad? Y he aquí que para salvar la verdad idea él otra ilusión,
dos, tres veces más fantástica, ingenua y disparatada que la
primera: imagina cien mil hombres hechizados con cuerpos de moluscos
que la aguda espada del caballero puede traspasar con facilidad y
rapidez diez veces mayores de las que consistirían cuerpos de
hombres corrientes. De esta suerte queda satisfecho el realismo,
salvada la verdad y puede él seguir creyendo tranquilamente en la
ilusión primera y máxima, y todo esto gracias a la ilusión
segunda, mucho más absurda todavía, concebido por él sencillamente
para salvar el realismo de la primera” (Fragmento De una carta a su
sobrina Sofía Ivanova a raíz de terminar la primera parte de El
idiota, 1868. El Quijote desde Rusia. Visor Libros)
Luego continua
Dostoievsky explicando su aplicación a la vida de todos.
Tan profundo y
sabroso fragmento es también muy resbaladizo. Hay que tratarlo con
mucho sosiego. Pero también es obligatorio hacer algún comentario
en agradecimiento de tanta clarividencia.
Desde luego Sz. se
cree en el fondo Don Quijote, pero no puede serlo y lo sabe. Sería
más bien un Ricardo III, cuyo campo de juego no son las intrigas
cortesanas, sino la intriga con la opinión pública y las
instituciones democráticas. El Marco Antonio retórico shakesperiano
se le parece pero el romano tenía una parte de nobleza.
Sz. sería más bien
el negativo del Quijote. Sólo se engaña por la necesidad de
mantener su fuerza social bien engañada. Sino creyera sus mentiras
enloquecería, pues no puede hacer otra cosa que mentir. Pero sin
poder borrar sus mentiras no podría seguir mintiendo y lo perdería
todo. Veamos algunas particularidades que saltan a primera vista:
-Sz. no cree en sí
mismo porque tenga profundos y nobles ideales. Cree tenerlos porque
no puede dejar de creer en sí mismo hasta el fanatismo.
- Sz sólo puede
creer en sí mismo si cree tener fuerza o cree poder alcanzarla.
-Sz sólo se puede
sentir fuerte si tiene por segura la fe de los suyos. Entonces la fe
de los suyos será la fuerza de Sz., y la fuerza de Sz será la fé
de los suyos.
-La fe de los suyos
depende de que que crean verdadero a Sz. Pero como, ya predispuestos,
están dispuestos a creerlo verdadero una vez ha conquistado su fe,
hay que llenar las grietas con nuevas “verdades”. Por ejemplo:
+Primero que la
derecha/ultraderecha es franquista y antidemocrática; que sólo la
izquierda es legal y democrática. Segundo que este monstruo
franquista sólo busca el poder por medios torticeros e inicuos.
Ahora que “van directamente a por mí, es decir a por nosotros, y
acabamos con ellos o acaban con nosotros”. Lo cual implica además:
+Que este monstruo
no tiene nada de “molusco” sino que son inmensos gigantes que
parecen molinos, contra los que vale lo que haga falta.