domingo, 17 de diciembre de 2023

SOBRE "LO QUE LE PASA A SANCHEZ"

Sobre “lo que le pasa a Sánchez”. Creo que si se enfoca como asunto de psiquiatría te vuelves loco. Que nos centremos en las brumas de la mente y no de la política obedece sin duda a lo inconcebible que es su política, en cuanto se le ve la patita, para las sociedades que creen asegurada eternamente la democracia. Como si por otra parte hacerlo diera al matón un lustre inmerecido, porque la política “debería ser otra cosa”. Pero seguro que este pudor le mola. Al lograr que el foco se sitúe en su personalidad y psicopatía no sólo hincha su ego sino que logra que se desvíe la mirada sobre sus metas. En términos políticos Sánchez ha revivido y hecho operativo lo más negro de la tradición socialista que se creía desaparecido. Inspirado en la enseñanza de su musa, Pablo Iglesias, ha tenido el “mérito”, para gloria progre, de redescubrirla y de captar lo aprovechable que puede ser esta pócima tóxica siempre y cuando no se carezca de escrúpulos y determinación de hacerlo, incluso adaptando a ello la causa del socialismo y del izquierda en general.


Revertir la democracia liberal en “democracia popular/populista” cuenta con poderosos vientos favorables en la escena internacional, pero sobre todo requiere un “talante” y habilidades para las que está bien sobrado de natural. Creo que empezando por su instinto de pícaro sin escrúpulos, que a veces el perverso es de lo más clarividente porque vive de las debilidades morales colectivas. Ha envuelto la ponzoña en un frasco de perfume nadiveño para la opinión pública hegemónica en España, encantada esta de que la mentira la encarame a la cumbre de la causa buenista mundial. Como si además no fuera a tener consecuencias sobre sus vidas y bienestar.


Por desgracia el aprovechamiento de las debilidades político cívicas de la opinión publica y de la clase política constitucional le ha dado gran ventaja. Sobre todo en lo que a saber lo que quiere se refiere, mientras los contrarios han de cambiar con urgencia su disco duro y enterarse como sea de lo que este quiere.


miércoles, 13 de diciembre de 2023

EL CACHONDEO DEL FELÓN.

*Posiblemente los naturales escrúpulos de una sociedad que tiene a la democracia y el derecho por su paisaje natural no permitan calibrar el grado de podemización, ya podemismo integral al que ha llevado Sanchez al PSOE. Bastaría preguntarse cuanto cambiaría el presente panorama en esencia si en lugar de Sanchez el presidente de gobierno fuera Pablo Iglesias, detalles tácticos aparte y circunstancias como la psicología, el estilo, la retórica, los rituales grupales, los beneficiarios de la cornucopia clientelar Únicamente podría pesar la disposición de la U.E y USA a la complacencia, cosa de la que P.I no podría prescindir y le sería mucho más costoso conseguir.

*Sanchez ha entrado en una nueva fase. La del cachondeo y la abierta ufanía, creyéndose irónico y hasta bien gracioso. Que para creérselo se rodea de sus aplaudidores habituales y de relumbres marchitos que tiene por estrellas cósmicas. Puede que su desinhibida insania sea un mero reflejo psicótico, u obedezca en términos políticos a la necesidad de defenderse sobrecargando las apariencia. O puede también que ya se sienta triunfador, delirando en el centro del huracán y la vorágine, y alzado a la cumbre del promontorio donde rugen las olas. Pero se deba a lo que sea su aspaviento suena a una clara voluntad de chotearse del personal, a sabiendas de cada vez se le aguanta menos y produce más nauseas sólo verle.

No sé porqué pero sólo encuentro comparable sus entradas bamboleantes ante sus palmítocratas con las que hacía el personaje del futuro Fernando VII y su hermano Carlos María de Isidro en Bayona en la película de Sacha Guitry “Le diable boiteux”(sobre Talleyrand, 1948). Maneras estas de prestancia singular que obedecían a un cultivo de siglos, por lo que resultaba algo rumboso y hasta garboso; la de Sanchez parece la de un autodidacta complacido de sus talentos y nacido para gustar. Vamos un no poderse aguantar. Pero tienen en común el gozo de transmitir el don de las alturas.


domingo, 10 de diciembre de 2023

CUENTO DE NAVIDAD DE LA LUNA LLENA

Cuando la luna llena nuestro hombre se mira en el espejo para ver las orejas del lobo. Comprueba como cada vez están más crecidas y cara a cara con la luna le agradece que sólo a él le está dispensado tan milagroso espectáculo. Luego urde sobre la almohada los sueños que ha de soñar y que ha de hacer soñar al despertar. No admite un segundo que descansar, pues, para quien sabe lo que quiere, soñar no es descansar sino malcriar. En su idea sería crear, o sea hacer creer. Sólo admite segundones y tercerones, y que no cejen de pulular a su alrededor. Su mansión es su palacio y su palacio el hormiguero modelo del inmenso hormiguero que sueña ha de ser su país. En su Palacio cada hormiga se afana para recibir su felicitación, que es su felicidad. A cambio de decir lo que el soñador supremo ha soñado, pero como si fuera idea original. No sueño sería entonces sino verdad que ha de taladrar las mentes de crédulos e incrédulos por doquier.


Siempre con guión y sin guión el hormiguero siempre esta a prueba. Porque los guiones cambian de súbito y hasta pueden ser incomunicables. ¡Hay de quien no interprete bien lo oculto! ¡Hay de quien se atreva a pensar por sí mismo! Peor le va. Los más avezados en el aplauso creen que tienen la clave del punto justo. Pues el lobo del reflejo lunar siempre publicita en negativo. Su transparencia es por ello total, para quien lo ha pillado. Basta ver al negativo lo que dice, promete o solemniza. Incluso cuando publica en su nombre. Por ejemplo a la Tierra Quemada se la titula Tierra Firme.


Todo ello es en el fondo y en la forma fascinante. Tan fascinante como tremebundo. “Mysterium tremens y fascinans” es la fórmula más famosa de lo Sagrado consagrado por el gran pensador R. Otto. ¿Llega a tanto quien sólo se sueña a sí mismo? En cierta manera si soñar es ya crearse. Pero a pesar de todo eso no es humano. Fascinar estéticamente, es lo único concedido a los mortales.


¿Pero quien pudiera? Gran parte de su patrimonio y poderío más allá del BOE y la omnímoda propaganda en la que rinde su trabajo el hormiguero es su fascinación estética. Fascina a los suyos y a los estetas. A los suyos por su fuerza, ánimo, audacia, vileza y picardía victoriosa. Fascina porque los hace sentir vencedores, como si el Dragón vengador se tragara al Santo símbolo de la “derecha ultraderecha”. Que a todos hay que poner en su sitio. 

Pero tanto más fascina a quienes inspira sueños novelescos, como si fuera novela viva y coleante para una vida que se sueña novelesca por parte del novelista. Y novela que se sueña real por el protagonista lunar.

No seré yo quien crea que la fascinación estética que produce en A. Perez Reverte este resplandor lunar tenga que ver con la que por ejemplo fascinó a Jünger o Celine expertos en andar sobre las brasas, de la indignidad de una fascinación tan estética como totalitaria. Parece más bien inocente fascinación nietzscheana propia de un tiempo de sólo apariencias en que se tiene la democracia, siempre imperfecta y el regimen más perfecto, por fruto natural e inconmovible, sin que nada afecte a lo que pasa y todo valiese por igual moralmente. Como si el esteticismo, sea de la fascinación aristocrática por la voluntad de poder (o en su expresión menos ruda de la sofisticada virtú renacentista, o sea de la fascinación gregaria del hooligang, no fuera políticamente inocuo y  sólo un fantasma de la infausta fascinación totalitaria ya experimentada por la humanidad.


En los tiempos gloriosos del totalitarismo la fascinación gregaria era también estética. ¿Como concebir la grandiosa unidad en el temor sin la fascinación de la parafernalia de los espectáculos que expresan la “movilización total”? Incluso en las latitudes caribeñas se expresa este entusiasmo congelado, remedo del antiguo carisma.


Tenemos un dragón sin carisma y eso lo haría más fascinante. ¿Cómo sin carisma se puede engañar a todos en todo? (a todos los que le importa tener engañados). Es un talento inverosímil sin duda. Pero indica más la debilidad cívica de una sociedad festera y mal pensada para no tener que pensar. Dividida entre quienes la facilidad de la llegada de la democracia les hizo creer que la democracia es algo fácil y entre quienes piensan que esa facilidad enmascaraba un timo. Por eso tanta fidelidad y complicidad. La gran obra fascinante de que la grey fascinada se asome sin rubor a su negativo y se reconcilie con él. Primero ante todo la complicidad de los engañados en la utilidad del engaño . Después vendrá el amor carismático. Así procedió Stalin, de “más gris” a ser el “más amado”, y Trotsky quedó estupefacto.


No parece que nuestro Dragón busque ni necesite por ahora tal asalto al espectáculo, ni a dotarse de carisma alguno. Se guarda el carisma para sí, reflexiona ante el espejo. De alcanzar sus sueños le fascinará su imagen ante el espejo del plenilunio. Pero, ya pública esa imagen y acostumbrados todos a ella, es posible que sienta la necesidad de ser venerado carismáticamente, hasta en grandes parafernalias. Por el bien de la humanidad por supuesto.


lunes, 27 de noviembre de 2023

IRAK REVIVAL

Hasta ahora Sanchez había cuidado el flanco internacional y guardado las formas. Incluso le había dedicado sus encantos y encantamientos. Parece que resultaba esencial a efectos de apariencias democráticas y de utilidades financieras. La patada a Israel debería en buena lógica tener consecuencias. Mayores incluso que el desplante de Zapatero. Que no le haya temblado el pulso en pleno escándalo de la amnistía es bien elocuente. Tropelía tapa tropelía.

Pero lo último es que actúe a tontas y a locas. Su mente es un sacapuntas en perpetua efervescencia. ¿Cuenta con que Europa y todo Occidente se desentenderá de sus órdagos sin consecuencias? Lo que es mas grave: tal vez ya no le importe y esté dispuesto a arrostrar las consecuencias hasta el final. Ni apariencias ni pasta, que la mayor pasta es el poder. Lo más evidente es que con la finta de la “causa palestina”,Irak revival, puede recuperar la calle y despertar su opinión pública.. Al menos contrarrestando el clamor que se oye al otro lado del muro. Pasar de cercado a cercador. ¿Pero sólo es una maniobra táctica o un camino de no retorno ya resuelto?

Cierto que hay una diferencia:  estaba justificado responder a la invasión de Irak; no está justificado ponerse al servicio de la estrategia de Hamás que hace de los humanos su escudo. Pero eso es pecata minuta para los demagogos.


Dicho de paso: los formales no pueden admitir que los pícaros sean capaces de pasar de las menudencias a tomar la plaza pública por que “la gente se da cuenta”. Así nos va.


jueves, 16 de noviembre de 2023

LA AUTODETERMINACIÓN COMO VENGANZA

El derecho a la autodeterminación era una pieza clave del imaginario revolucionario de Pablo Iglesias. Como los programas comunistas antifranquistas copiaba el modelo soviético. Al igual que “la tierra” y “la paz”, atraían lo suficiente para conquistar el poder. Programa de transición lo denominaban los trostkistas. Una vez en el poder se liquidó a los burgueses nacionalistas y se convirtió dicho “derecho” en un lujo decorativo para gloria de la “democracia” soviética. El derrumbe del sistema revitalizó tal derecho, convertido en válvula de escape de las nomenclaturas dictatoriales, con las consecuencias conocidas.

Pero esto es otra historia. P. Iglesias se adaptó rápidamente a las veleidades separatistas nada más que vio la posibilidad de que que fueran la punta de lanza del “asalto al cielo”. Una vez que se abrazó con Sanchez se convirtió en el telonero de los independentistas dentro del gobierno, función que ha heredado la sra. Yolanda, con toda su ridiculez en contraste con el aire épico del ex inquilino de Galapagar.

¿Ha hecho suyo el Sanchez este modelo? Lo único evidente a estas alturas es que para nada Sanchez está atado a los independentistas. Es más lo que los une que lo que les separa, incluyendo la autodeterminación. El único problema es que si no está suficientemente preparada puede peligrar su supervivencia política y quizás su futuro penal.

 El sanchismo ha retomado el viejo mantra socialista (PSC) del federalismo asimétrico, para aderezar una Confederación integral sin disimulos. La “nación” catalana y la “nación” vasca de un lado y la española de otro. Y por supuesto con todas las que se quieran añadir. Pero con la particularidad de que esas naciones confederadas enviarán sus representantes al parlamento español para sostener al sanchismo, siendo intocables en sus fronteras. La masa sanchista podría admirar embelesada tanta convivencia. Las nueces son que en ese escenario la autodeterminación podría formar parte del sistema confederal o podría darse por supuesta en el hecho de que se acepta el sistema. Alternativa por la que parece suspirar el sanchismo, al menos de momento.

Dependería así el sanchismo de la “buena voluntad” de los independentistas, una vez que Sanchez no podría impedir que rompieran amarras dejándolo inerme ante el resto de España. Los sanchistas fantasean tanto de que nada de esto puede ocurrir, porque parte de su odio a la derecha, incluye el convencimiento de que los excesos nacionalistas son producto de la provocación de las derechas. De modo que el simple hecho de que gobiernen las izquierdas garantizaría la “integración” de los nacionalistas y su pacífica conformidad con la Confederación. Naturalmente plasmado con los retoques convenientes como el cambio de la forma de Estado…

Ahora bien hay signos de que su sanchidad puede ir más allá, según el odio patológico a la derecha que manifiesta ya descarnadamente. Disgregar España generalizando la autodeterminación sería sin duda el peor daño y castigo que sufriría la derecha y la mayoría de los españoles. Y Sanchez bien puede aprestarse a ello con sumo gusto le pase lo que le pase y pase lo que pase. Al fin y al cabo en buena parte de la izquierda se ha instalado la idea de que España es un país maldito que no merece existir. Y Sanchez ha aprendido mucho de Zapatero pero especialmente de Pablo Iglesias sobre este particular. En su delirio tendría el orgullo de pasar a la historia como el vengador que da su merecido a un país funesto.

Pero siempre quedaran las derechas para los vindicadores de la historia. Sólo hay que adaptar el diagnóstico de Marek Adelman «Cuando no haya más judíos en la tierra, seguirá habiendo antisemitismo». Aunque no quede un franquista siempre habrá antifranquismo.



viernes, 10 de noviembre de 2023

LA LLAMADA SANCHISTA A LA VIRTUD

 

Sanchez se la ha jugado al todo o nada, pero es demasiado pacata la idea común de que lo hace sólo para seguir en el poder. No descubro nada si digo que “seguir en el poder” significa para este sujeto saldar las cuentas históricas e instituir un régimen vindicativo. Por muy complicado que parezca ha visto la oportunidad, quizá la única de expulsar a la derecha de la historia y ganar definitivamente la guerra civil, esa que, convencido está, no puede acabar hasta que la izquierda no la gane. Ya está así en la senda de la virtud.


Pero dejando aparte la incógnita de la reacción de la U.E. se desliza entre dos precipicios sin garantías de que tenga agarraderas ante el mínimo traspié. Ha de confiar primero en que los separatistas no se lancen a la independencia por vía de referéndum antes de que no haya asentado su poder. La amnistía se los pone muy fácil. Y aunque quisieran, milagrosamente, conformarse con el caramelo de la Confederación que se les promete ¿cómo podrían resistirse a la presión de unas bases que ven la independencia a huevo? ¿como podrían frenar su pulsión natural? ¿Cómo podrían pasar de la subasta por quién pide más? Esos que tanto miedo tienen todos los separatistas que se les llame “botiflers” como las derechas y centro derechas a que les tilde de “fachas”.


El análisis común de dichos separatistas achaca el fracaso del golpe de Estado al vacío internacional, especialmente de la U.E. Ahora con el reconocimiento del gobierno español de la legitimidad del Procés y de su rebelión ¿cómo puede volverse Europa contra la vuelta del Procés? ¿en qué contradicción no entraría el Gobierno de oponerse a lo que ha dado por legítimo?


Pero también es una incognita cuan profundo sea el precipicio al que está expuesto ante lo que sea capaz el constitucionalismo, cuán profundo es el poder constitucionalista, del que la izquierda se ha desgajado.


La izquierda siempre ha contado con el dominio absoluto de la calle y la ausencia de reflejos combativos de la derecha. Además el dominio sindical les pone a cubierto del peor daño posible, la paralización del sistema productivo. Y la solidez de su poder mediático garantiza la cohesión y la adhesión de la izquierda sociológica, por muy ciega que esté.


Pero nunca se había producido un acontecimiento tan capaz de despertar a la España constitucional del limbo apolítico en el que suele dormir. Apenas lo insinuó un despertar la respuesta ante el discurso real contra el golpe de Estado. El miedo de las izquierdas a las derechas como si fueran “herederas del franquismo”, siempre ha sido impostado. El miedo a un doberman sin colmillos. Una fantasía para autolegitimarse como lo único democrático. Pero acaba siendo un miedo real en lo que tiene de miedo a perder el poder. Nada sería tan desasogante que convivir bajo ese espectro imaginario sin el que carecerían de identidad. Tal es el encogimiento doctrinal en el se han sumido.


La táctica sanchista de tocar a rebato en defensa del socialismo y del “progresismo” mientras se anula la Constitución no puede bastar para recuperar la iniciativa social y el favor de la opinión pública. A las izquierdas en este apretón sólo les queda el instinto de supervivencia. Hacer de verdugos como si fueran víctimas. Que los socios lo faciliten abriéndose a la senda confederal y a la anulación de la Constitución por la vía de los hechos, es en el fondo la esperanza sanchista. O por lo menos que esperen lo más posible a la independencia de iure. En este interregno “negociador” que se abre el sanchismo tiene que provocar algún desliz, agarrarse a algún clavo ardiendo, con el que sofocar preventivamente al constitucionalismo y hacer expreso lo que está ahora implícito, un Estado despótico antidemocrático por antiliberal. Sus bases y adherentes no pueden poner en peligro su futuro estatus por nada. Necesitan una victoria definitiva que culmine la recuperación de sus fuerzas. Para ello no le queda otra al sanchismo que implorar a sus socios mucha virtud y una mínima contención para no atragantarse con el banquete y dejar desnudo al anfitrión que se sueña Presidente (aunque no sepa de qué).



miércoles, 1 de noviembre de 2023

EL ENCANTO EUROPEO DE SANCHEZ

“Hacer de la necesidad virtud”, en jerga sanchista eso significa “hacer de la virtud necesidad”. En esa jerga en la que la inversión del significado lo soporta todo. Dicho esto “virtud” para su Sanchidad significa llevarnos por donde nos está llevando y además de la forma como lo hace. Por eso un gran error es atribuir a las circunstancias y no a los deseos y ambiciones la coyunda con el prófugo. Sus deseos y ambiciones son coincidentes en lo esencial. El Procés monclovita ha ido madurando tanto como lo ha hecho madurar su instigador con zarpa de hierro y mente de zorro.


Las circunstancias han propiciado una nueva fase, tal vez la decisiva. Hemos entrado en ese momento fetén para echar el Órdago. El momento más embriagador para quien la virtud es vivir en el vértigo y la deconstrucción. Del principio de la realidad al principio del placer. Ya nuestro Madurez puede darse a su placer más profundo, el que se deriva de poner al sistema en la diana. Mientras jugueteaba con la realidad, es decir con la incredulidad pública sobre sus propósitos, le sacaba punta a su señuelo favorito. Ese de que es un psicópata loco de poder. Nada disimula más su meta y política que los emplastos de la psiquiatría casera. Ciego de poder sí, pero de poder destituyente/constituyente según el patrón del radicalismo bolivariano. Este heredero y albacea sin tacha y sin escrúpulos de lo más perverso del socialismo hispano, no se ha creado de la nada, como tampoco su mentor ZP. Ahora ya pasa a presumir de lo que verdaderamente quiere. Seguramente se ha quitado un peso de encima, en lo que a psicología se refiere.


Al menos ya quien más quien menos admite que estamos en camino, se nos encamina, hacia una república bolivariana. Pero por desgracia la inercia de la creencia que la democracia es tan invulnerable como inmutable la órbita de la tierra alrededor del sol se resiste a esa evidencia, por mucho que Sz ya no se moleste en disimular. Es demasiado horroroso pensar que estamos dejados de la mano de Dios y en las manos del Diablo.


Dicho esto, para Sz. el flanco más peliagudo es la U.E. y USA. Lo ha cuidado esmeradamente con su visión de lince. Tanto que parte de la ventaja de la incredulidad sobre sus verdaderos propósitos. Así ha sucedido en España y es lógico que suceda en Europa. Pero con la diferencia de que para cualquier nación con mínimo asiento suena tan inverosímil que una nación se suicide y se desnacionalice, como que una comitiva de Extraterrestres llegue a la tierra para pasar con nosotros la Navidad. Si algo ha demostrado la política del s. XX es el gran poder de la incredulidad colectiva. Y Sz. ha demostrado ser un consumado maestro en el arte de aprovecharla.


El experimento de un sistema bolivariano en el corazón de Europa suena a algo antinatural, tanto que simplemente imaginarlo parece una extravagancia. Conforme al principio de incredulidad lo que procede es mirar para otro lado como se mira la cuestión de la emigración por ejemplo. Al fin y al cabo el mito de la España esencialmente disparatada entre sus rarezas lo “explica” todo.


Sólo corre peligro el velo de rasgarse si hay suficientes protestas institucionales y callejeras como para que tengan eco fuera de España. Si esto no lo para y logra encajar las piezas con sus socios, Sz podrá presentar su sistema bolivariano como una democracia ultraprogresista. El modelo mundial de la “nueva democracia”.


Porque a pesar de todo necesita que Europa mire hacia otro lado y a la larga le dé su placet, por minúsculo y condicional que sea. Está en juego la viabilidad moral y económica de su objetivo. ¿Tragaría la población española quedar fuera de Europa? No es baladí que la población española se sienta ante todo europea, incluso para muchos más europea que española. ¿Aceptaría la inmensa mayoría de la población que peligre su bienestar y prosperidad? Sin la ayuda financiera y sin consentimiento moral la aventura sanchista tendría que desembocar en una dictadura sin tapujos impuesta a todo trapo. Una dictadura vengadora de cárcel y exilios masivos. Parece demasiado riesgo, por mucho que lo pida el cuerpo.


Al menos como primera providencia lo más plausible es que Sz trate de insertar su felonía en la dinámica europea. Aun cuando la incredulidad comunitaria se torne en sospecha y mosqueo, véase asunto Hamás. Para lograrlo tal vez cuente con la carta del chantaje o de la zanahoria. Amenazando con que la quiebra de la economía española supondría un agujero negro de incalculables consecuencias para la U.E. Proponiéndose como interlocutor idóneo con los regímenes bolivarianos y neocomunistas, lo que podría verse como un servicio útil en las horas de tanta zozobra que padecemos los europeos.


Por supuesto todo depende de la deriva de la comunión socialcomunista separatista. Todo indica que el proyecto sanchista requiere de un “acuerdo de caballeros” con los separatistas, acuerdo consistente en que estos pospongan la proclamación de la independencia, con la protocolaria resurrección del Procés de por medio, hasta que Sz. logre y consolide una dictadura “progresista”. Sz. los necesita para ello tanto como estos a Sz para lo suyo. De lo contrario, de ponerse la directa hacia la independencia por anticipado, la tierra se tragaría al socialismo y el “progresismo”. Sz. tratará de convencer que la impaciencia es mala consejera, mientras los separatistas le dan vueltas a eso de que “ahora o nunca”. En este tira y afloja radica más de la mitad de la partida.


Pero esa es otra historia. A escala internacional se cierne la sombra de una nueva balcanización. Es un destino plausible según están las fuerzas desenganchadas. Si en Europa esto se tomara en serio habría dos posibilidades: la primera que se dé carta blanca a Sz para que modele España a su antojo, incluyendo la posible independencia de partes, con la esperanza de que de esta forma se frene la hemorragia, es decir haya un nuevo status sostenible ; la segunda ahogar las posibilidades de que Sz. nos balcanice a sabiendas de que esa sería la consecuencia inevitable de la aventura, poniendo su régimen en cuarentena.


Al fanático de la Moncloa le queda mucho encanto por exhibir en Europa y el mundo, llenar Europa de risas con motivo de los “locos” que hablan de dictaduras y otras bajezas. Por aquí el señuelo de la psicopatía todavía puede dar algo de sí, aunque ya se quede en coletilla de perplejos, mientras cueste sacudirse la incredulidad.


lunes, 9 de octubre de 2023

PERPLEJOS

                     Sanchez deja a su paso tanta perplejidad como impotencia e indignación. Por mucho que ya sea costumbre su camino parece incomprensible. En ningún manual democrático y de la moderna Europa cabe tanto desparpajo cancelador victorioso. Es como el Basilisco que paralizaba con la mirada. Así de atónita está media España. Sin salir de su asombro busca explicaciones en la psicopatía del personaje. Psicopatía de poder por supuesto. Para el sano sentido común es cosa de psiquiatras porque ¿qué sentido tiene poner patas arriba una sociedad de bienestar que sabe convivir sino está intoxicada?. 

 

                   ¿Pero importa mucho para los destinos de una buena parte del planeta que Putin o Maduro y tantos otros en todos épocas y por no extenderse sean psicópatas o no lo sean?. En nuestro caso paraliza sobremanera la resistencia a creer que el peligro de revocación de la democracia y del bienestar social sea real. Para despertar tendríamos que suspender la incredulidad y pensar que esto es posible.


                   Es posible sobre todo porque sobre todo media España cree en Sanchez. ¿Pero qué significa esto en esas mentes adeptas? Por de pronto que Sanchez "nos libra de la derecha". Ahora bien esto no es suficiente. Sanchez ha elevado la apuesta y su media España lo va siguiendo. No basta librarnos de que la derecha gobierne, sino del régimen que permite que la derecha llegue al gobernar alguna vez. Y tanto es el convencimiento que llega hasta ver en los separatistas y simpas del terrorismo socios útiles y respetables.


                Cuando en tiempos de Aznar la izquierda  entró en un estado de perplejidad paralizante, al disputarle Aznar el derecho a ser tan demócrata como ella, Zapatero tuvo la intuición de que el miedo de la izquierda a quedar postergada o incluso a desaparecer podía esgrimirse para su resurrección. Se dio cuenta de que en el inconsciente colectivo del socialismo las cuentas con el franquismo estaban por saldar.

               En realidad es un trabajo de ajustar cuentas consigo mismo. La necesidad de reivindicarse de su inoperancia contra el franquismo de carne y hueso. Ya que de psicología tratamos el socialismo ocultó su irrelevancia en la lucha antifranquista proclamándose el adalid de la democracia y el poseedor de la autenticidad democrática desde la transición. Esa fue la hazaña de Gonzalez y Guerra siempre en el convencimiento de que de esta manera no hacía falta cargar sobre la derecha con la infamia de que fuera franquista, bastaba dejar libre la sospecha de la perversión de su origen y dedicarse a eternizar el gobierno socialista de forma pragmática.

                     La izquierda española a partir sobre todo del arreón de Zapatero y de Podemos es modelo ejemplar de la tendencia que se va imponiendo en Occidente. Según esto la democracia es incompatible con la simple existencia de la derecha. Refuerza tal precepto en España que mientras exista la derecha existe el franquismo, pero no como un residuo testimonial. El franquismo sería la quintaesencia de la derecha. Sanchez ha intuido lo poderoso que es el miedo psicótico al franquismo en la razón de ser de la izquierda. Miedo inducido, sobra decirlo, debido a la necesidad de vivir contra Franco como si no fuera un capítulo cerrado de la historia. Y los suyos lo agradecen y premian al desvergonzado: “Acaba con el franquismo y haz lo que quieras”.

                     Ahora confluyen dos mentalidades socialistas unidas en la deslegitimación de la derecha. Para la tradicional se debe al PSOE el bienestar y los derechos de la democracia así como la rectitud de la transición. Son estos derechos y este bienestar el que pondría en riesgo la derecha de gobernar. Para la versión podemita del socialismo la transición y el actual régimen son la herencia franquista enmascarada. Son versiones contradictorias desde un punto de vista lógico, pero de antemano la lógica está excluida si prima el delirio y la visceralidad. Basta el fantasma de un enemigo común a la medida del delirio, contra el que proceder “heroicamente”.

                   No en vano Sanchez ha decantado al PSOE hacia la opción más dramáticamente radical. Con el lujo añadido de encomendar  el frasco de las esencias bolivarianas "a su izquierda", para que quien quiera ver que vea.

La perplejidad de la aventura sanchista es mínima con la que empieza a despertar que la masa socialista asista impertérrita no ya al derrumbe del régimen constitucional sino a la disgregación de España, como si fuera un triunfo democrático. De ser así ni siquiera el caso yugoslavo serviría de precedente del único suicidio colectivo de un pueblo y su nación que conoce la historia.


miércoles, 27 de septiembre de 2023

LA DICTADURA PERFECTA

 

El comunismo puede presumir de haber aportado a la teoría política dos novedades llamadas a perdurar en las más variadas circunstancias. Me refiero a la fetichización del Partido como órgano supremo de la historia y la humanidad, y por otra parte la invención de la dictadura perfecta. Es obvio que son extremos complementarios y convivientes en perfecta conexión. Es cierto que también el monstruo nazi puede disputar la autoría de estos inventos con argumentos sobrados, pero su derrota catastrófica impide que se pueda certificar su condición de dictadura perfecta perdurable casi eternamente. Por otra parte se ha demostrado que a pesar de sus aberraciones el comunismo cuenta con unas simpatías mundiales que nunca hubiera podido tener el totalitarismo nazi, aunque estén parejos en merecimientos. Y este extremo no es baladí. Cuenta mucho en la capacidad del comunismo de crear dictaduras perfectas.

Me voy a ceñir pues a esta invención que es al fin y al cabo es el destino al que se dirige el Partido fetiche. Fetichización que pasa de la idea a la realidad desde el momento que el Partido parásita y succiona el Estado y el conjunto de la maquinaria administrativa, a la que purga y domestica implacablemente. Este es el esqueleto de la dictadura perfecta, pero su músculo es la penetración capilar de la sociedad. El comunismo en el poder tiene la ventaja de contar con una base social fiel, a las duras y a las maduras, que, con independencia de su magnitud, asegura el manto de silencio del resto de la sociedad, a la que se anula con voces destempladas e intimidantes. Se dirá que es una minoría, pero eso no importa una vez que está conectada con la maquinaria del Partido-Estado. Su valor estriba en su activismo, su disposición a movilizarse haciéndose eco de las consignas oficiales, pero sobre todo de su disposición a infectar de sospecha y de miedo la atmósfera social llegando a todos los rincones. Con esta base puede sofocar o al menos neutralizar las circunstanciales protestas de la población oprimida deseosa de libertad, impidiendo que esto se acreciente de forma imparable. Como parte de esta base social ocupa un papel destacado los profesionales y pretendidos intelectuales, artistas, comentaristas … Por mucha que sea la depuración y persecución de este segmento su reemplazo está asegurado y con ello el embellecimiento del régimen y la demonización de cualquier viso de oposición. Este extremo sólo cuenta como guinda del pastel pero no deja de facilitar la cobertura moralista con la que las dictaduras comunistas se legitiman internacionalmente. Asistimos a la renovación bajo las más diversas máscaras de la simpatía por el Gran Hermano, una cobertura ladina e insidiosa que se gana a aquella parte de la opinión pública mundial sensible a la mala conciencia. La de ser partícipe por beneficiaria de un sistema que tiene por indeseable. En realidad las diferentes facciones y marcas comunistas contemporáneas con independencia de la conciencia de su extracción y de sí mismos nutren su fuerza de la explotación de la mala conciencia de quienes creen que el sistema al que deben su comodidad es injusto, sin que sea óbice para reclamar al Estado que satisfaga sus carencias y garantice todo el confort que sea preciso.


Es cierto que el derrumbe de la Unión Soviética y sus satélites parece contradecir esta presunta invulnerabilidad. Pero no está tan claro. Fue la falta de fe de la Nomenclatura en su poder de supervivencia, que no en la bondad del sistema, una vez que se demostró la superioridad del capitalismo en lo que a prosperidad social se refiere. El temor de que la población se diera cuenta y la incapacidad de controlar los movimientos nacionalistas que esta frustración provocarían determinó que los “Nomenclators” buscasen soluciones particulares al margen del sistema. Instalándose en sus restos. Pero nada asegura que de no claudicar no se hubieran perpetuado. Aunque la base social movilizable ya se había burocratizado, el conjunto de la población estaba lo suficientemente anestesiada en caso de que la maquinaria del Estado se pusiera en marcha para sofocar cualquier reclamación. El ejemplo de Cuba, de China y ahora de Venezuela es elocuente. Ahora Putin lo deja claro.


El comunismo cualesquiera que sean sus mutaciones tiene la gran ventaja de su condición mítica, sólo comparable al mito de la Revolución Francesa que predominó en el XIX. En Occidente se devaluó en la guerra fría, (revolución húngara, Praga..)pero esto sólo alcanzó a la vertiente institucional, al poder puro y duro soviético. Curiosamente los movimientos contestatarios reavivaron el mito pretendiendo separar la cruda realidad el socialismo real de su presunta bondad y belleza.


Las democracias liberales dependen de la efectiva buena fe. Por mucho que el juego institucional funcione con todo tipo de garantías, necesitan tener alma. Frente al comunismo carecen de mitos que animen el alma colectiva. Pero están asentadas sin mitos y esto es una gran ventaja, si hay capacidad para detectar y prevenir los factores erosivos. Las democracias liberales después de parecer el castigo por su complicidad con los nacionalismos chauvinistas tras la I GM, se han reivindicado y fortalecido casi como sistemas invulnerables al responder a la catástrofe de la IIGM con el nexo de libertad, derecho y prosperidad. Estados Unidos nos salvó al hacer esto posible. Porque fue una victoria frente al comunismo, una victoria sin mitos, como sin mitos se construyó la victoria contra el nazismo. Ahora el alma occidental sufre de mala conciencia. Se han podido gestionar los accesos de malestar con reformas. En esto consiste el sistema. Pero hay dudas sobre la confianza en el sistema al derivar el malestar en mala conciencia. Por ahora es un mal sueño del que despertamos siguiendo a lo nuestro.


¿Es posible un sistema democrático liberal y de derecho si la población que lo debe sostener tiene el alma partida? Es decir cuando para medio país, los más activos e irreductibles, no está en juego cómo ha de ser el sistema sino como “sobrepasarlo” o extinguirlo. Estamos en el envés de las condiciones de las dictaduras perfectas. En la hoja vulnerable del Estado de Derecho, aquello que no garantiza la mecánica institucional. El activismo contestatario se dirige a cambiar el régimen, y hasta ahora ha sido la fuerza que ha dictado las ideas. A cambiar incluso si al hacerlo se suicida. En la práctica la mitad del trabajo depende del orden de los factores. Sanchez precisa el apoyo separatista no ya para conservar el poder (¿el poder para qué?) sino para culminar su empresa bolivariana. Los separatistas tienen que confiar en Sanchez en el momento supremo. ¿Dará paso a la independencia entonces o traicionará por muy comprometido que esté con sus socios? Lo lógico es que todo quede para la inminente legislatura. Tomarse su tiempo para que todo se tense.

La otra mitad del trabajo tiene por objeto la calle. Hasta ahora ha funcionado. Pero los suyos pueden empezar a temer que perdida España y la democracia ellos también pierden. Es lo que los sanchistas que se precien han de evitar a toda costa sacando a los suyos a la calle.



jueves, 21 de septiembre de 2023

TRIVIALIDADES

 

* En una trinchera los “malos” gritaban ¡Paz!, ¡Paz! ¡tengamos paz!. En la otra trinchera los “buenos” respondían ¡Guerra! ¡Guerra!, ¡os vamos a exterminar!


Y los “malos” se preguntaban, ¿por qué somos tan malos? ¿por qué los buenos nos odian tanto si nada hemos hecho para que nos teman? ¿no somos además vernáculos? ¿será que ellos no son tan buenos?


* Pregunta a Sanchez: ¿el poder para qué?

Respuesta: esa pregunta sólo la hace un idiota.


* ¿para qué la independencia? Para salvar nuestra lengua y nuestra cultura

¿por qué hay que salvar esa lengua y esa cultura? Para conseguir la independencia.

¿y si fuera posibles salvarlas sin la independencia? ¡Botifler!

viernes, 15 de septiembre de 2023

BAJEZAS SECTARIAS

 

Para sus adeptos ser socialista en España es como ser católico o cristiano hasta entrado el XIX. Dado el mundo plural en que vivimos ha pasado de ser un instrumentos de representación a una secta en la que se encuentra sentido a la vida. Además tiene la misma ventaja de la antigua Iglesia. Por el hecho de entrar se entra ya lavado y purificado. Sobra un lavado de cerebro especial, basta con los rituales y ceremonias estatuidas y actos de obediencia debida. Con sus chivos expiatorios que de vez en cuando confirman las cohesiones. Lo decisivo es que fuera del “partido” la vida no tiene sentido.

Coincido en que el retrato de Nicolás Redondo es más que una expulsión una excomunión. Nada más terrible. Remedando a cierto politólogo de ingrato recuerdo,(K. Schmitt) manda el que decide quien sea el chivo expiatorio y además lo hace notar. Pobre del réprobo.

Al fin y al cabo nada une más a un secta que el convencimiento de que la secta son los otros y que el réprobo se ha llevado su merecido..

Los que han salido de una secta suelen vivir traumatizados el resto de sus días. Una mezcla de vergüenza por haber caído en esas manos y de temor de ser unos traidores. Mucho peor es todavía que ya fuera de la secta no se tenga conciencia de que la secta es una secta. En estos casos hay que tener mucho cuajo para no sentirse un traidor, en este caso al “Discurso del Método”. El manantial de estas inundaciones.


Cada vez más nos consolamos con que la historia pondrá a Su Sanchidad en su sitio, cosa en la que éste está de acuerdo.La discrepancia es cual es su sitio. La historia es al fin y al cabo el consuelo de los desesperados y el sueño de los fatuos y tiranos. Y Sanchez lo tiene claro: la historia se ha inventado para darle la razón.



domingo, 10 de septiembre de 2023

LAS CUENTAS SANCHISTAS

 

La estrategia bolivariana sanchista, es decir la de un régimen de apariencia democrática en el que la derecha quede erradicada y proscrita, cuenta con dos supuestos imprescindibles. Primero que los separatistas podrán ser cebados sin tope y sin que den el salto al referéndum y la independencia; lo segundo que a los separatistas les acabará interesando un régimen confederal de independencia fáctica en el que sigan aportando sus diputados para perpetuar una mayoría sanchista en toda España. Es de suponer que si Sanchez es renuente a avalar el salto a la independencia no se debe a motivos patrióticos o siquiera de vergüenza ante la historia. De llegar a esa tesitura lo más probable es que el PSOE desaparezca del resto de España, a no ser que preventivamente haya conseguido imponer una República bolivariana, su sueño húmedo. Un encaje de bolillos del más alto riesgo. Es lógico que, según la perspectiva sanchista, este temor ha de ser compartido por los socios separatistas, para quienes la desaparición del sanchismo los pondría en sumo riesgo.


Este cuadro paradójico del que por el momento extrae el sanchismo su energía carece sin embargo de la estabilidad de la que “disfrutan” las repúblicas bolivarianas. En el punto límite el interés del sanchismo choca con la vocación independentista en la que están envueltos sus socios. Estos fían su fuerza al apoyo maximalista de su población, para quien un acuerdo estable con “El Estado” por muy beneficioso que fuera sería una traición, desde el momento en que se les ha educado en que lo único aceptable es la independencia.


Es cierto que Sanchez está dispuesto a adentrarse en esas aguas pantanosas sin arredrarse. Pero las razones por las que cree poder salir bien librado nada tienen que ver con la lógica del juego de fuerzas que ha despertado. Es decir la de alimentar a la bestia para que se apacigüe, dándole todas las armas para que nos devore. Aquí sí que importa su psicología. Su aventura política le confirma que es invulnerable y que es capaz de conjurar lo mismo a sus súbditos como a sus socios. En el fondo no duda porque cree ciegamente en el mantra supremo de la izquierda. Ese según el cual los verdaderos separadores son las derechas y que los nacionalistas sólo quieren un Estado que les reconozca sus derechos y los deje en paz, es decir un Estado sin derechas molestas y “provocadoras”. Con que se denomine “plurinacional” se conformarían si se ha extirpado a los “separadores”.

Me abstengo de considerar la variante de la U.E. que sólo sería relevante si se desencadenan las declaraciones de independencia. En esto todo serían incógnitas. De momento Sanchez ha cuidado mucho de adormecer este flanco y parece que con buenos resultados para su causa de momento.

 

viernes, 4 de agosto de 2023

MAYO DEL 68 Y LAS VACACIONES DE SANCHEZ

Los retoños y singulares beneficiarios de la sociedad del bienestar que se construyó tras la II GM protagonizaron la más inverosímil revuelta edípica contra ese mismo sistema. Sin pretender revolución concreta alguna sino todas las posibles e imposibles a la vez, el acontecimiento dejó para la posteridad el sello indeleble del movimiento contestatario. Este émulo espontáneo y dicharachero de las vetustas revoluciones igualitaristas, se ha demostrado también el cantamañanas de la deriva contestataria de las izquierdas occidentales. Pero no en vano. La estela de este eco romanticoide fulminó estéticamente a la sociedad del bienestar a la vez que la aromatizaba de mala conciencia y de bellos desencantos. Desde entonces el ambiente moral de Occidente se llena de fragancias florales, vergüenzas semánticas y alardes escandalosos de golpes de pecho, entregados todos a un disfrute tan contumaz como sospechoso y mal avenido del Estilo de Vida Occidental.


El movimiento contestatario ha arrastrado a la izquierda convencional y desde Sartre a lo granado de la intelectualidad inquisitorial. La causa es la alternativa al sistema. Un híbrido contradictorio de desprecio moral de la sociedad del bienestar y de reivindicación permanente de igualdad de oportunidades para el máximo bienestar de todos los menos ricos. La contradicción entre lo a la vez denostado y reivindicado se sostiene sin dificultades porque es ley no escrita que basta como alternativa la proclama de que es necesaria una alternativa. Así como que también es ley escrita que los beneficios que logra el sistema son bienes naturales y las reivindicaciones derechos no menos naturales. En medio de esta indefinición creativa y rentable, sólo la emergencia ecologista ofrece una cierta cohesión política y, una perspectiva conjunta de poder para hacer política.


España se incorporó tarde a esta corriente neorevolucionaria por la razón obvia de que la democracia, la sociedad del bienestar y Europa vinieron de la mano, a modo de recompensa por la reconciliación entre los españoles. La refundación socialista guerracivilista de ZP obedeció a causas internas y en especial a la particular idiosincrasia de nuestra izquierda, pero con el aguijón podemita, se perdió la vergüenza de asimilarse al espíritu contestatario. Nada más grato que poder destapar el desprecio visceral a todo lo que oliera a derecha y reclamar ya para siempre la exclusiva de la legitimidad democrática.

Pero nuestra contestación goza de unas ventajas de las que carece la contestación occidental en su conjunto. Por encima de todo tiene una meta y un mito, en lo que el resto es bien deficiente. En la nevera los mitos revolucionarios canónicos la estela del Mayo del 68 no tiene más mito que el mismo Mayo del 68. Se ha adornado con la California hippy y la revolución sexual y psicodélica, en lo cultura; con especial pasión antiimperialista y tercermundista en lo político Es una mitología evanescente porque no conecta con una meta imaginable de toma del poder y de una nueva humanidad. Pero no es inocua pues tiene una energía mesiánica prácticamente inagotable.


Sin embargo en España contamos con algo “tangible”: el mito guerra civilista de la República y la meta de un Estado plurinacional sin derechas. Se basta y sobra para dotar de contenido a la épica de restañar la herida imaginaria. Aunque parezca contradictoria con la voluntad de continuar el aprovechamiento del sistema de bienestar vigente, la pasión de revocar la historia no admite tibieza una vez se ha despertado o ha resucitado y ha arrastrado a la no muy lejana izquierda bien pensante. Reclama sin miramientos ni componendas un buen lugar en el sol. Con tal bagaje fanático a la contestación hispana le ha sido fácil incrustarse en el corazón del palpito político, entre otras cosas porque siempre ha estado dentro más discretamente. A su manera “hace política” sin necesidad incluso de hacer componendas a la manera de los Verdes alemanes.


Sanchez es perfectamente consecuente y sincero cuando se proclama líder de “la mayoría social”. “La Triple Alianza” ibérica de la Triple Progrez, la  progrez consuetidinaria, la progrez anticapitalista y la progrez separatista.   No le basta el liderazgo de los socialistas y ni siquiera de los podemitas. Puede con todo y nada es más atractivo que la bajada a los infiernos. Trae lleno el zurrón de recetas abismales y de chuches para que su liderazgo sea tan dúctil y “generoso” como la ocasión merece. Como granítico e inclemente contra la derecha.

Pero también aportamos otra novedad. La de un presidente contestatario, que apunta a un régimen de tal cariz  y  que ha de ser tomado por Hombre de Estado, pero sin dejar de ser contestatario. No importa tanto para el consumo de la grey casera, sino para la reputación mundial del Frankenstein y el beneplácito o la vista gorda de los socios occidentales. Requiere mucho más manejo táctico que para las comedias caseras, pero hasta ahora se ha mostrado Sanchez bien sobrado en este menester. Está en juego la financiación externa que mantenga tantoa ilusión y la realidad del bienestar, como de la Causa. Es vital en todo caso la estabilidad internacional del proyecto.

No es moco de Pavo, como lo demuestran las súbitas “vacaciones” marroquíes. Porque Marruecos no sólo es nuestro vecino sino el vecino fiduciario de Europa y de todo Occidente. Pero Sánchez no se atreve a confesarlo y sólo lo muestra, como se dice en filosofía.


miércoles, 26 de julio de 2023

APUNTES POSELECTORALES AL BORDE DEL ABISMO.

 

Tan desalentador como los resultados electorales es el hecho de que el PP, y por extensión toda la derecha, parece incapaz de liberarse de la llave que lo tiene paralizado desde la emergencia de VOX. En términos estratégicos la campaña estaba planteada de forma inequívoca en torno a la legitimidad de la coalición frankenstein o la coalición de derechas. Sanchez lo asumió francamente y sin ofrecer dudas sobre sus intenciones. Para nada pidió el suficiente apoyo para evitar ir de la mano de los separatistas, ni por supuesto de los comunistas. Más bien los animó. Aunque no tuvo necesidad de hacer proclamas en positivo dejó bien claro que antes que PP/VOX cualquier cosa. Por si había dudas machacó hasta la extenuación que el destino del PP era gobernar con VOX, algo que antes de iniciarse la campaña lo daba por supuesto la opinión pública.


Como es notorio la estrategia del PP fue evitar ese marco de juego, soñando que el PSOE, que para esto sabe latín, lo iba a permitir. Ya se sabe pedir mayoría suficiente para evitar a VOX como en la Andalucía de Bonilla. Pero la carambola se ha demostrado irrepetible. Sanchez estaba apercibido. No se trataba de alertar contra VOX sino contra el pacto PP/VOX, una vez que la opinión pública, repito, tenía asumido que de ganar el PP sólo podría gobernar de esa manera.


El PP quería andar por una vía imposible. La de dejar en el limbo esa posibilidad. La dejar en la indefinición los pactos comunitarios. Creó que las contradicciones hubieran aparecido de todas las maneras, pero la intentona se frustró cuando se formó gobierno en Valencia. Inopinadamente, al desmontar el candidato valenciano del PP retirándose la coartada de que no se podía ir de la mano de un maltratador. La posterior astracanada de la Sra. Guardiola, que no se había enterado de que con el pacto valenciano los ascos a VOX no tenían sentido convirtió el resto de la campaña en un vaivén de feria, sólo disimulado por el viento a favor de los sondeos.


Mientras se afinaba la puntería en su contra el PP trató de convencer que sólo una buena mayoría podría impedir lo que parecía tener que caer en el túnel de los horrores. La defensa de lo único defendible, que una coalición de derechas era más legítima y beneficiosa que el Super Frankenstein, quedó escorada a la espera de los encantos exclusivos de Feijóo. Es evidente que así se dió pábulo, en el fondo se corroboró que Sanchez tenía razón. Que VOX es diabólico y lo que espeor que cualquier cosa es preferible a la influencia de VOX en un futuro gobierno.


¿Tuvo trascendencia electoral directa? Se contaba con que de antemano unos cientos de miles de socialistas mosqueados se habían extraviado del rebaño y que la mayoría de los votantes de Cs pasarían al PP sin problemas. Si la estrategia del PP dependía de esas capturas los resultados son descorazonadores. Pero si los sanchistas tuvieron éxito en su política de tierra quemada y de no hacer prisioneros hasta el punto de atraerse a puñados de “disidentes” atemorizados no pudo ser por la impúdica exhibición del espantajo de VOX . Esta era la cantinela inagotable y absorbente como música de fondo y superficie a todas horas, día y noche. Despistó la victoria apabullante de Feijóo en el debate porque la persona y el personaje Sanchez quedó por los suelos ¿pero su política? Entre la zarabanda que el depredador armó el fondo pasó desapercibido. No es preciso entrar en detalles pero una vez que Feijóo se sintió vencedor debió creer que era la oportunidad de librarse de la peligrosa tutela de VOX como si no estuviera en disputa otra cosa que un gobierno exclusivo del PP u otro con VOX.


Sin duda que la desesperación afinó la puntería sanchista, siempre dispuesto a todo antes que abandonar y perder. Y cuanto más intenso era el fuego enemigo más se ocupó Feijóo en apostar por lo mejor en lugar de lo bueno. Además del cierre de filas sanchista/nacionalista los dudosos y ausentes que constituían el objetivo del PP en todo momento y en este final de campaña especialmente debieron variar hacia Sanchez atemorizados por el fantasma de VOX… Porque todos daban por supuesto el acuerdo PP/VOX desde el principio, pero lo que siempre se tuvo por normal, pasó a ser ruinoso y maligno, el mayor mal posible imaginable.


Tuvo que conjugarse para ello la precisión embrujadora de la izquierda en el uso de sus poderes con la abstención del PP contra lo verdaderamente demoníaco, dando por supuesto que eso estaba descontado en la opinión pública, más allá incluso de las filas de la derecha convencional hasta afectar a la sensibilidad cívica de muchos socialistas de toda la vida. Bastando por tanto aparecer como “partido de Estado”, sin medir el favor que hacía a sus “enemigos, al dar a entender que el voto “útil” deslegitimaba tanto a VOX como al pacto con VOX.


La doctrina sanchista de que “conmigo y contra la derecha todo vale” ha dado a sus seguidores y votantes lo que más aprecian, seguir en el poder y en el contumaz trabajo de aplastar para siempre a la derecha. ¿Significa esto un cheque en blanco para el descuartizamiento de España? Hace alguna década esto era inimaginable. Pero ahora ZP/Sz tienen tan amasados y sectarizados a sus votantes y a sus seguidores, que ya todo parece posible. Pero como el trío de SZ/ZP/Pumpido se puede estrellar de dar el salto tienen que decidir si echar el Órdago y acabar la partida. Por lo que a los votantes se refiere es claro que a una parte no le divertiría, aunque otra ya sea cómplice. Pero ninguno de estos cuentan sino hay nuevas elecciones y sino hay una contundente reacción social que los conmueva. Las bases pueden ser más decisivas, pero está ebrias de satisfacción y confort. Difícil imaginar una reacción de dignidad, valor y lucidez, por esos pagos. Al menos una reacción que se anticipe y pueda reconducir la osadía sanchista. Así es al menos el primer reflejo pavloviano.


Pero bien mirado los resultados son sibilinos y es dudoso que el PSOE se sienta cómodo ante lo que se nos viene encima y se les viene encima. Tener que afrontar la contradicción que lo puede desahuciar y que ha jugado a postergar puede despertar de sus sueños de cigüeña satisfecha a más de un durmiente. Y no es grato estar en un sillón que puede volar en cualquier momento.


A Feijóo no le queda otra que emplazar a su Cainita Señoría a negociar una salida común para España y a Abascal a apoyar a Feijóo por sentido de Estado. Rivera rehuyó emplazar al bello flautista y todavía lo estamos pagando. Por supuesto ni el más iluso cree que se aceptaría este ofrecimiento y ni siquiera se vaya a considerar una pizca. En su inercia vencedora y deconstituyente el sanchismo cree que puede seguir alimentando con prebendas a los socios y postergar la decisión sobre el futuro de España “hasta cuando sea oportuno”. Pero lo que hasta el momento eran cesiones y ventajas lo tendrán los beneficiarios por embelesos para marear la perdiz. “¡Que ya es hora de decidirse y resolver el “conflicto”!”


Ya está aquí el muro de la realidad. Y para todos. Por poco que piense en algún momento la sanchidad sabe que va llegando la hora de la decisión fatal, aunque esté maquillada. Y ante la tesitura de poner a España al borde del abismo tiene que saber que su propósito se malbaratará si aparecen grietas públicas e indisimulables en el soporte socialista. <Dicho sea de paso puede que por esos lares quede poca convicción patriótica e incluso constitucional pero no es baladí ni artero el razonamiento de que si los separatistas consiguen su propósito el porvenir del PSOE en la España que quede no lo envidiarían ni los peores apestados. A falta de convicción el miedo razonable también cuenta. Claro que siempre puede llegar una República bolivariana o incluso castrista a salvar la Causa ¿¡?E incluso que algún sanchista se atreva a imaginar camelar a los separatistas con esa promesa como paso previo a su independencia, ¿pero los creen tan tontos?. Todo a su tiempo.>


Decía que el emplazamiento al pacto no merecerá si quiera la pérdida de un segundo por el receptor. ¿Pero no es verse ante esa tesitura de tener que negarlo y despreciarlo lo que más puede temer el gran cainita? Algo se está filtrando y sus voceros, por lo que observo, balbucean y responden con juegos de palabras (“¡qué gracia!,el que quiere derogar el sanchismo pide al sanchismo que se derogue” y demás ocurrencias por el estilo). Y los encomendados de la nomenclatura responden como Fernando VII, “todo se tramitará dentro de la Constitución”… “que para algo está Pumpido” debieran añadir.


El emplazamiento no puede parar lo que está en marcha, pero es vital para preparar la necesaria reacción que lo pueda parar, dejando patente de paso a su sanchidad ante la Comunidad europea, por si sirve de algo. Y que además la resistencia va en serio. Bien hecho tiene que ser un lastre para este Procés integral y definitivo, si se emprende, y un motivo de reflexión para muchos embaucados. En todo caso ahora el PP no puede obviar la razón de ser de la apuesta de Feijóo, convencer a los españoles de que Sz. va en serio y seguirá haciéndolo mientras pueda. Es decir que lo verdaderamente ruinoso y diabólico es el Frankenstein.


Se puede confiar pese a las oscuridades de la campaña en que Feijóo lo haga bien. El sabrá cómo. Parece entero y enterizo, y con ganas de aprender. Y por lo que a Abascal respecta es de esperar que aprenda a hacer buen uso de su sentido patriótico. Lo dice uno que modestamente cree que es mejor una derecha cobarde que una derecha dividida, pasado el revulsivo que esto ha podido significar. Porque España es muy rara y especial entre otras cosas. Pero eso ya no viene a cuento.

domingo, 23 de julio de 2023

EMPECINADOS ¿HASTA CUANDO?

Es de temer que la duda de la que depende nuestro porvenir vaya a seguir imperturbable. ¿Continuará la masa socialista tras Sanchez/ZP/Pumpido en el proyecto de un “Estado Plurinacional”? Lo peculiar del caso es que por esos lares no hay cuestión del asunto. Toda llamada de atención, ajena por supuesto, suena a letanía de rosario o a truco de vendedor de crecepelos. Mientras que puertas adentro unos ven esta consigna como como un ritual formalista para embaucar y tener callados a nacionalistas y otros como una apuesta que acabará poniendo a la derecha/ultra… en su sitio. Reconocer que la citada fórmula no reconduce nada, que no cura más enfermedad y agravio que los fingidos, reconocer que camufla el cuestionamiento de la nación, cuestionamiento bien consciente por lo demás...sería el elemental baño de realidad que pondría en sintonía al socialismo con la democracia, con la única democracia posible y verdadera. Y con una sociedad políticamente torturada que no puede “sincerarse” consigo misma.


Pero impera por ahora el dictado de la sordina y la ceguera: ¡esa cuestión no existe! ¡es un invento facha! ¡las fuerzas del progreso son las que son! Como la cuestión no existe, no cabe la respuesta ni la solución. Pero si existiera, y existe, sería preciso posicionarse: ¿estoy por la continuidad de España como nación? ¿me parece bien que se fragmente en un Estado Confederal y que se separe el que quiera? ¿justifica el credo “progresista” esta apuesta hasta sus últimas consecuencias? Consuela eso de que “mucho ruido y pocas nueces”, “al final todo vuelve a su cauce”, “quienes hacen separatistas son los verdaderos separadores”...etc Consuelo para la cómoda omisión. Cuesta creer que se omita el posicionamiento porque en la mente del socialista medio prime por encima de todo ajustar cuentas con la derecha y cambiar de posición vencedores por vencidos.

La proclama de Pumpido es una declaración inequívoca de intenciones anticonstitucionales, por si hubiera dudas. Su eficacia va pareja a la supervivencia del sanchismo en cualquiera de sus formas. Igual que la continuidad de Sanchez sería imposible sin el apoyo de la masa y del partido socialista, el desafío de Pumpido no podría ir a ningún sitio sin ese mismo apoyo. Con el empecinamiento socialista el escenario va a ser turbulento, sea cual sea el resultado de las urnas.



viernes, 21 de julio de 2023

LA LUNA Y EL TAPADO

Pumpido o el tapado más destapado. Fiel a K.Schmitt: tiene el po­der del Estado quien dispone del poder de decretar el estado de excepción. En este caso quien decreta lo que el Tribunal Constitucional decide. Que se pavonee de poder decidir lo que es ley y lo que no según su santa voluntad denota en este caso más confianza en sus fuerzas que temor.
¿Cómo neutralizar a quien está dispuesto a neutralizar y permitir lo que le venga en gana y a tener a España y a la Constitución bajo la espada de Damocles de un estado de excepción permanente, eso sí no declarado por ahora?
Negros nubarrones en el panorama: o su Sanchidad o crisis constitucional; o Constitución en estado crítico con Sanchez o crisis constitucional con Pumpido.
En el fondo dudo sobre quien de este tándem manda y está decidido a más, pero desconozco si importa mucho. Por ahora Pumpido se ha preocupado de advertirnos que en esta campaña nos estamos fijando en el dedo y no en la luna. ¿Nos advierte por invencible soberbia o porque quiere que nos vayamos haciendo a la idea y así todo será más sencillo? Me parece que es cierto, que sólo nos fijamos en el dedo
Buenos días.

 

jueves, 13 de julio de 2023

LA VERGÜENZA AJENA

 

De lo que puede quedar tranquilo Sanchez es de estar libre de suscitar vergüenza ajena. Si reparara en ello podría ensanchar si cabe su cuota de incombustible narcisismo, o lo que es lo mismo su cuota de felicidad. Valgan estas modestas observaciones por si le sirven de ayuda para seguir todavía más pagado.


Como es notorio la vergüenza es un sentimiento personal e intransferible que denota un sentido al menos suficiente de sociabilidad pero también de debilidad, de rebaja moral, del que están excluidos quienes considerarían ofensivo dudar de sí mismos y más que se dude de ellos por ahí. Es notorio también que en España se está a punto de cuadrar el círculo de forma inédita en el mundo, al menos el ajeno a la cultura hispánica, al darnos la institución de la vergüenza ajena. Debiera convocarse a los más exigentes psicólogos y psicoterapeutas para ofrecer alguna explicación plausible tanto del fenómeno en sí como de la singularidad hispánica. Pero están más ocupados en que no nos falte a nadie la autoestima que requiere la vida. Un aficionadillo como servidor sólo puede aventurarse con alguna sugerencia, partiendo por ejemplo de una intuición elemental que me viene ¿Por qué, por ejemplo, Tezanos podría suscitar dicho sentimiento y es imposible que lo suscite su amo?


En principio podríamos estar ante una variante peculiar de la compasión caritativa, tan católica, Pero en lugar de tener por objeto al necesitado, compasión que mueve a alguna ayuda, es una pena por la ridiculez o el desvarío del otro cuando esto afecta a valores asumidos. Cuando alguien está indignamente fuera de su papel y se obstina en ufanarse. Se reconoce su torpeza o bajeza moral,e incluso su indignidad pero no como definitiva, y se atribuye a alguna insuperable o circunstancial debilidad. También se puede ver como un mecanismo de defensa de una cultura especialmente proclive a la vergüenza pública. De forma que igual que ocurre con los ejemplos del mal o de la transgresión su contemplación purifica. Pero en cualquier caso se requiere una mínima familiaridad, un sentirse parte de algo común. De esta forma la gente avergonzada por la vergüenza que suscita el otro no sólo se puede sentir purificada de lo vergonzoso, sino también predispuesta a socorrer a quien estaría sufriendo por poco pundonor que tuviera.


Tezanos da la imagen del bien acreditado pícaro jactancioso, impagable patrimonio novelesco y vital común. Nos resulta tan familiar como servil. Pero nuestra cultura tiende a eximir a la servidumbre de responsabilidad , sin parar mientes de si es voluntaria o forzosa, sino la tiene por elemental debilidad o traviesa autobeneficencia. Podemos estar inclinados a relativizar la indignación o al menos hacerla compatible con una cierta compasión. Todos somos pecadores. A su manera el mismo Mefistófeles faústico de otros lares recibe del lector una cierta simpatía, la del pícaro que se enreda en los juegos de su amo, rebajando la maldad diabólica a fruslería y zascandileo. 

En este caso la proximidad es debida a la satisfacción del juego que todos llevamos dentro. En el caso del susodicho director del CIS sentimos alguna proximidad por   el perdido. En este caso por quien pudiendo ser alguien honorable según su oficio y cualificación se sacrifica servil por un plato de gloria según el gusto de la secta. Si esto no suscita nada de simpatía faústica, si deja un resquicio para la compasión enternecida.

Pero en el caso de Sanchez tal cosa es imposible. Con este no cabe familiaridad alguna, asunto que él mismo se ha encargado de dejar bien asentado. Rotos los puentes con lo común es imposible el más mínimo atisbo de compasión porque a la indignación que provoca se añade un profundo e invencible temor. 

Hasta no hace poco sus adversarios,( para Sanchez enemigos), tendían a verlo con cierta conmiseración y hasta displicencia. Un "psicópata" dispuesto a todo por el poder. Alguien vacío sin ideas ni ideología al que no le importa ir con unos o con otros...Pero ahora ya aparece algo más, más tenebroso. Lo que es. Un fanático paranoico que no sólo se siente dueño de la historia, sino comisionado por ésta. Esta manera de ir a por todas con algo más que un proyecto ideológico es lo verdaderamente temible que se está destapando.Algo que en el fondo descoloca porque vulnera el canon de lo posible en un Estado democrático. Pero ahí está y así se postula, sobrado de gestos e histrionismo.  Algo ante lo cual sentir vergüenza ajena sería irresponsable frivolidad.

jueves, 6 de julio de 2023

DEL SORPRENDENTE TEZANOS

Habría que tomarse a Tezanos en serio no por lo que es ni lo que hace sino por lo que significa. El acreditado columnista García Dominguez manifiesta su sorpresa de que el citado propagandista se inmole y asuma el descrédito profesional y personal a cambio de nada, crematístico, como parece. No menor es la sorpresa que manifiesta Girauta de que no le importe el ridículo y lo afronte donosa y conscientemente. Su indudable servidumbre hasta consumirse a la manera de las viudas hindúes por su Patrón, cualquiera que sea la suerte de este, puede tener los motivos psicológicos más indescifrables para cualquier observador, pero aunque así fuera y estos fueran muchos, resulta irrelevante para el caso.


En esta salida a la luz y la prosecución impertérrita de sus andanzas, como un asno con las anteojeras más opacas posibles, se destaca la tozudez de quien está dispuesto a encarnar hasta sus últimas consecuencias el Espíritu de Secta. Esta proverbial recreación pétrea sanchista del más flexible socialismo de la postransición ha concentrado toda la energía socialista enmascarada en la dedicación al mito de la Gran Causa progresista. Con la sectarización lo que puede significar esa causa se torna hermético, indescifrable, ajeno a cualquier posible razonamiento público mínimamente contrastable. Sólo los sectarios se entienden en un lenguaje cifrado, sino fuera que tampoco necesitan de tanto alarde mental. Bastan las muestras de fidelidad y la atención a la consigna y el mensaje.


Quien tiene que ocupar el rompeolas de la opinión pública ha de sobresalir en su espíritu hasta alardear del mismo como su mayor mérito. No puede tener mayor honor que estar dispuesto al sacrificio e incluso sacrificarse si llega el caso. Es de suponer que no siendo necio tiene que creer que lo está haciendo bien. ¿En qué puede consistir “hacer algo bien” o útil para un espíritu sectario convencido de ser un bautista de la Gran Causa?


Hay dos posibilidades: si es consciente de su desprestigio social y de la sorna que despierta su mensaje, como se supone que así debe ser, insiste por mor de al teoría del mal menor; reconocer el error significaría un mayor desprestigio no sólo personal sino sobre todo para la causa. Pero si no lo es acredita una fe extrema, la fe del sectario que sólo tiene parangón con la fe del carbonero que tanto admiraba Lenin. Aquí ya no hay hueco para la racionalidad. Todo lo sujeta la potencia de la secta, en la perspectiva de conquistar la complicidad del cuarenta por ciento del país iluminado por vínculos míticos de acreditada resiliencia. 

 

Desde el punto de vista de la fe del sectario no hay mayor honor que conservar la entereza de esos vínculos míticos y no puede ser de otra manera cuando la vida no se ha construido de otra manera, es decir para ese servicio. Y se resiste siempre que haya esperanzas de complicidad y de que la energía genésica de la sacrosanta comunión se demuestre indestructible. Los atrezos que se hacen pasar por las Grandes Causas animan a no pocos pobres diablos a tenerse por grandes espíritus, sin necesidad de tener que argumentar más en su desempeño que el de: “La Secta son ellos”. Y en eso queda todo: en ser un encomiable y honorable camarada,  merecedor más que ningún otro del reconocimiento de “los nuestros” a través de la inigualable complacencia del Gran Patrón.


jueves, 29 de junio de 2023

LA IDEA DE HUMANIDAD EN EL TIEMPO DE LA GLOBALIZACIÓN.

Avala que se hable de humanidad con sentido y no por ejemplo de “tigreidad” el hecho de que todos los humanos en nuestro ser profundo nos sentimos parte de la humanidad y que al mismo tiempo sea moralmente indiscutible que “nada humano me es ajeno” y no menos encomiable la solicitud hacia el prójimo. Primero que nada somos seres humanos y a partir de eso se diversifican las diferencias personales y grupales. Pero por contra las diferencias convertidas en desavenencias y en antagonismos son tan comunes y de tal calibre que sólo estamos ante una idea quimérica sin realidad sustancial alguna. Entre las incontables hipóstasis posibles es un aspirante a ocupar el podio más selecto del fetichismo intelectual e incluso moral. Como si no fuera más que un ejemplo preclaro de lo ajenos que son el mundo de las esencias platónicas y la cruda realidad sensible. Es evidente también que la idea de humanidad y el humanismo que la suscribe son, cuanto menos en parte, productos culturales e históricos bien aquilatados por doquier aunque porten preferentemente el sello de “una parte” de la humanidad, paradoja universalmente reconocible que no permite dar un carpetazo a la disquisición. Porque no es baladí que las grandes empresas en principio de Occidente, desde el monoteísmo y Grecia, hasta el progresismo contemporáneo se hayan hecho en nombre de la Humanidad, hasta la entrega fatal al absoluto del “hombre nuevo”, pero no como consigna retórica sino con veleidades históricas de consecuencias de alguna forma edificantes y de otra monstruosas. Una vez que el ideal humanista ha animado la apuesta por un mundo a la vez justo y feliz para todos los humanos las catástrofes materiales y sobre todo morales del siglo XX, culminadas en los totalitarismos comunista (pseudo humanista) y nazi (abiertamente antihumanista) han conducido a la grieta fe en la humanidad como trasfondo de un implacable colapso ideológico y moral.

Sobrevive la idea de la humanidad en términos morales al cobrar forma el canon de los derechos humanos. Como es, o así se pretende, un orden transcendental, por tanto incondicional y universal, que puede enmarcar todos los proyectos beneficiosos para la concordia humana, podría significar la recuperación de la fe en la historia común. Pero no es difícil advertir lo que tal empeño neohumanista debe a la necesidad de defenderse de la persistencia amenazante de la deshumanización. Si algo ha quedado manifiesto de las experiencias utópicas que fueron tomadas con toda seriedad es el hecho de que la humanidad ha de convivir con su peculiar mal, la maldad intrínseca que es la deshumanización, de una forma estructural y no sólo circunstancial o episódica. Frente a la evidencia de la proclividad deshumanizadora de las pulsiones anónimas que todos compartimos, la pasión religiosa de librar al individuo del mal parece quedar en un anacronismo en los márgenes de la historia.

En esta mezcla de pretensión regenerativa de la humanidad común y de defensa frente a la deshumanización el canon de los Derechos Humanos encarna la idea regulativa de humanidad (Kant) a la vez que la decantación de la idea de la Humanidad hacia la condición regulativa y no constitutiva o fáctica en un sentido escatológico. La novedad de que tal canon esté filtrado y a la vez comprendido en la regulación político administrativa del orden internacional, bien como autoridad espiritual inspiradora o bien como compromiso ejecutivo del sistema legal, da la apariencia de institucionalización y por tanto de una estabilización duradera de la que depende el viento de la historia. Es como si al ideal kantiano de un Gobierno federal universal que garantizase la paz entre los pueblos, único ideal sensato desde una perspectiva liberal todavía crédula en el poder ilimitado de la racionalidad, le sucediese el compromiso mundial por un marco jurídico moral humanitario sin otra garantía que el predominio a escala mundial de los estados fieles interiormente al ideal regulativo de los DDHH., o en su caso de una opinión pública global sensibilizada.

Si el avance en la humanización consiste fundamentalmente en el avance en la defensa de la deshumanización, pudiera parecer que en cualquier forma son términos equivalentes y nada más lejos de la realidad. Porque lo primero equivaldría a unos ciertos máximos y lo segundo a no caer por debajo de ciertos mínimos. Hay como una maldición histórica de que lo primero es demasiado peligroso, aunque sea moralmente necesario, y lo segundo recorta las más queridas aspiraciones del ser humano. Por eso para un occidental la moral oriental es conformista y para un oriental la moral occidental es infantil.

La oscilación entre la regeneración humanizadora y la protección de la deshumanización es una situación de impasse moral en contraste con la efectiva e irreversible globalización del planeta. Más que una danza acompasada entre el neohumaniso ético y la inquebrantable voluntad de dominio de la tierra, se vislumbra más bien la insuficiencia configuradora de la eticidad. De hecho la globalización se asemeja más bien a un automatismo de estructuras inabarcables y además monstruosas que a una creación compartida. Como si los dos grandes poderes de lo humano, la institucionalización y la creación, fueran extraños o incluso capaces de bloquearse mutuamente.


La globalización corresponde de forma fáctica, constatable, a la materialización de la civilización científico técnica a escala planetaria y a un sesgo cultural complementario fruto de las ventajas y posibilidades que ofrece tal civilización a la expresión de los impulsos humanos. De esta forma hay una conexión esencialmente pulsional que atraviesa todas la culturas tradicionales dando lugar a un solapamiento entre la cultura global “técnico pulsional” y las culturas tradicionales, en un grado de vigencia y de caída en lo residual variable, donde es imposible separar y discernir lo que hay de sinergia y de mutuo bloqueo e incluso degradación. Pues cada cultura particular tiende a adecuarse a la cultura global a la vez que resistirse, en un esfuerzo más emocional que esclarecido, mientras que la cultura global alimentada fundamentalmente por las consecuencias desconocidas del ímpetu de las relaciones anónimas entre los humanos, toma sobre sí el canto de las sirenas particulares de todo tipo que llenan todo el universo global, como si de un inmerso zoco cultural se tratase.

Desde esta perspectiva nos incomoda la idea de Humanidad, por lo que tiene de vanidosa entelequia y por contener la mayor verdad que acerca al hombre a la divinidad. En la tesitura de prescindir de ella, más bien arrojarla al estercolero de los sueños vacíos, o de revitalizarla como promesa divina sin la cual no podemos ser, se desliza la permanente tarea de desentrañar lo que esa misma idea dice de sí.


¿VERANO AZUL O "AS BESTAS"?

Que al Verano Azul le haya invadido inopinadamente una plaga de insociables mosquitos, no es achacable a la desventurada aventura de la Señora Guardiola. Ésta ha quedado varada como un delfín con el radar recalentado. Que no tenga suficientes luces no debería ser un pecado y normalmente no se nota, máxime si se pueden exhibir otras prendas que dan el pego. Pero es un problema si el motor se gripa o se acelera desbocado y te crees que la carrera va viento en popa según lo previsto.


Se gripó porque se esfumó la coartada del Verano Azul como por arte de magia. La coartada era la imposibilidad de acordar con un partido que presentaba en primera posición de la C. Valenciana a un agresor de género. Lo que valía para Valencia servía de pauta y guía para todos, según insinuó el Chanquete más guay. ¿Pero quien podía imaginar que el réprobo no se atrincherara y se retirara gentilmente? A primera vista un éxito de la férrea trinchera de las lineas rojas. Sí pero…con el retiro ¿qué razón puede haber impedir el pacto? Consumado este en Valencia, donde por cierto era de extrema necesidad y conveniencia, ¿qué razón hay para no extenderlo?


Era elemental que lo de Andalucía y Madrid no se podía repetir, al menos mecánicamente. En estos casos el PP se despegó de Vox sin necesidad de hacer caso del mismo, porque el mismo Vox se iba desacreditando ante los suyos y la urgencia antisanchista era demasiado poderosa. Pudo así recogerse los beneficios del miedo a “la ultraderecha” que fue el santo y seña de toda la izquierda. Esta dejación electoral es impensable en las elecciones generales donde Vox puede presumir de marca entre los suyos. A la cúpula de Verano Azul sólo le cabía, sino quería ni despistar mareando la perdiz ni comprometerse con los únicos y legítimos pactos posibles habilitantes, jugársela a la promesa solemne de que sólo gobernaría con mayoría absoluta o con el beneplácito del socialismo podemita. Como este no puede dejar de ser podemita de la noche a la mañana y ni siquiera puede aparentarlo con mínima solvencia, ni tiene ganas por supuesto, tendría que quedarse sin nada a cambio de pasar heroicamente a la historia...de los necios.


Paradójicamente la única posibilidad de atraerse a los socialistas avergonzados o pasmados que andan sueltos del rebaño sin rumbo es emplearse a fondo en sacar las vergüenzas del encanallador de la vida pública. Igual no se contrarrestaba plenamente el efecto de la “alerta antifascista” en ese personal, pero hay razones en favor de que “la alerta antiseparatista y anticomunista” puede ser suficientemente disuasiva y desde luego más que la tan sobada patraña del gran embaucador. Con el pequeño detalle de que lo que se alerta contra Sanchez es de verdad y se puede argumentar fácilmente. Como también se puede demostrar que si este vuelve a resucitar su monstruo no habrá confesión que valga.


Fiarlo casi todo a quedar libre de las asechanzas sanchistas y a no dar pie a que se diga lo que este quiere que se diga, deja a éste con toda la baraja marcada y con el derecho a inspeccionar el reparto de las cartas. Cuando por contra es tal la vergüenza que el majadero hiperpodemita debiera pasar que no pudiera dar un paso o levantar la voz sin tener que arrodillarse y pedir perdón. Pero en lugar de ello si consigue una segunda oportunidad será definitiva y el señor Feijóo no podrá encontrar mejor refugio que la aldea de “As bestas”.


Ante eso los de Verano Azul está obligados sin tener ninguna vocación, preparación ni sospecha, a entablar una batalla en la que no se reparten precisamente caramelos. “No nos metimos en política para tener que sortear las malas artes, una detrás de otra”. Sí pero tendrán que apechugar que el mundo también puede ser muy feo y muy malo. Que arremangarse no tiene por qué hacerse tirando a la basura, el empaque, la discreción y los buenos modos que insinúan solvencia.



miércoles, 21 de junio de 2023

CUENTOS MÁGICOS

 

Inauditas historias extremosas.


*Erase una vez un centro oncológico cuyos pacientes expuestos a una violenta metástasis recibían un tratamiento bien acreditado científicamente con pleno éxito. En las puertas de recibir el alta la Jefa del pabellón les animó a dejar el tratamiento por sesiones de Magia Simpatética con el entusiasta alborozo de sin numero de aprendices de brujo y la mirada vacía del director del Centro.


*Mientras que la comunidad de psicólogos y psiquiatras anda convulsionada ante el experimento de si el mayor experto acreditado en Magia Simpatética habiendo engañado en todo a todos, una vez descubierto por casi todos podrá seguir engañando con parecido éxito, al menos lo suficiente para seguir aplicándose a sus conjuros. Terrible experimento que de tener éxito acreditaría el poder casi invencible de las artes ocultas.


domingo, 4 de junio de 2023

APLAUSIMETRO Y CATARSIS

El pavor catártico que inspiraba a la Ciudad la caída del héroe tenía que ver con la compasión por el héroe pero no menos por el temor a verse arrastrada toda ella a la ruina, pues no en vano el héroe era su representante y protector. Como es sabido Aristóteles atribuía tal caída a la ceguera con la que el destino o los dioses castigaban la soberbia del héroe.


En nuestra polis real los tiranos suelen creerse héroes protectores. Pero, sin poder evitar vivir con el temor al castigo, están predispuestos a sufrir todo tipo de alucinaciones y reacciones compulsivas e imprevisibles. En realidad estos sufren de una doble distorsión patológica de la que por lo común los héroes míticos estaban exentos. Me refiero a que de un lado creen que su poder es debido a su carisma o a virtudes carismáticas capaces de suscitar una adhesión incondicional. Por otra parte temen ser objeto de asechanzas y conspiraciones más peligrosas cuanto menos aparecen en la superficie. Es decir un matrimonio cenagoso de fanfarronería y paranoia.


Igual que Cronos devora a sus hijos porque cree que estos serán igual que él, el Tirano totalitario teme la envidia y el afán encubierto de poder de los suyos, porque en el fondo barrunta que tal haría si estuviese en la situación de sus adeptos. Su obsesión consecuente es la exigencia de mandar con el amor incondicional de sus súbditos, no bastando la obediencia por temor o siquiera por conveniencia y respeto. Amor a sangre y fuego que lo pondría al borde del precipicio sino pudiera recurrir a purgas y escarmientos periódicos. De hecho consigue, en una obra primorosa de control y aprovechamiento de su paranoia, que la neurosis se instale en la población, incapacitada ya para distinguir su miedo real de su forzada libranza amorosa.


Pero no es lo mismo un sistema hermético donde la población está sujeta a un poder total patologizado, que un sistema clausurante todavía poroso porque no ha culminado en poder absoluto y tiene que sortear las corrientes que atizan las sociedades abiertas. En nuestro caso Sanchez ha sucumbido a la tentación de que la adhesión de los suyos es por amor y carisma, cuando en realidad se debe a que les ofrece la seguridad de la victoria sobre el “gran enemigo” del progreso, o lo que es lo mismo la garantía de un poder socialista perenne. La excitación y reverdecer de las más bajas pasiones guerracivilistas viene a ser la prueba de este pacto de poder eterno.


A diferencia de los tiranos establecidos en el poder, el nuestro, que sólo estaba instalado en la provisionalidad del poder, dormía sin el miedo al castigo de los suyos ante el éxtasis del que disfruta quien se ve aupado y elegido venciendo cualquier “resistencia”. En tal euforia no resulta imaginable que se le pueda segar la hierba bajo los pies, ni siquiera que a nadie se le ocurra.


Si la euforia amordaza la irrupción paranoica , en mayor medida incita a creer que no son tanto los triunfos sino la virtud personal el detonante de la adhesión, hasta el punto que esta es sobre todo amor y admiración. Pero el barrunto de que su destino depende de sus triunfos y “resistencias” se ha abierto paso abruptamente con estas elecciones locales insidiosas y ha desencadenado el inevitable mecanismo paranoico, destinado tanto a estabular a los fieles como a castigar a los infieles, de dentro y de fuera. En un proceso en el que ya se torna indistinguible esta separación que permite cómodamente asignar amigos y enemigos.


En esta coyuntura la idea de que Sz sólo busca el poder a toda costa debiera matizarse. Si por posibilidades de mantener el poder o cuotas apetecibles de poder se tratara parece lo más racional y realista que apostara por encabezar una especie de refundación tenuamente “socialdemócrata” que sino aseguraba revalidar gobierno podía derivar en una oposición provisional y quien sabe si prometedora dado el panorama sombrío que se avecina.

Pero sino ha sido así es porque su afán de poder es indisociable de su podemismo, una vez consumada su podemización. Hay que otorgarle este punto de convicción que acelera su furia vindicativa y sus temores paranoicos.


Hasta ahora ha sabido sacar provecho de su innata impulsividad al estar dotado de un fuste maquiavélico tanto o más poderoso. No se olvide que esta ha sido su formación política y cívica en el terreno propicio que sembró ZP. Su única y suficiente formación que se agranda y exacerba ante la incapacidad de su adversario, esa derecha tan denostada, de comprender o incluso concebir este tipo de personalidad y de mañas políticas. Cosa que ya viene de los tiempos de Carlos V y Francisco I de Francia, en caso de que el primero fuera de “derechas”


Es muy posible que la salida provocadora, con la guinda del discurso y perfomance coreana con la que expone sin tapujos su auténtica voluntad, ya fuera una opción planeada si se confirmaban los indicios fatales. Pero incluso en ese caso la impulsividad ha hecho trizas a los resortes maquiavélicos que lo han elevado a las cumbres. Sin que esto sea impedimento para creerse consumado maquiavelista con su provocación electoral.


Su problema es que ya la sociedad española en general tiende a escamarse de tanta audacia y empieza a ver tras ella necedad, pero sobre todo mala fe.


Mientras que además los suyos se han dado cuenta de bruces de lo podemizados que están y que han de mirarse en el espejo de un horizonte podemita. Y lo que es peor que el apasionamiento guerracivilista no es más que un subterfugio para podemizar España.


A “todo o nada” se la juega la horda impulsiva sanchista , confiando sobre todo en que, de una vez por todas y sin tapujos, la honorabilidad socialdemócrata y constitucionalista se metamorfosee en fiel convicción chavista y ¿por qué no? simpatía separatista. Porque a pesar de todo Sanchez cree que se le sigue porque lo vale y porque tiene razón y es inmune al desaliento, y además con fortaleza para ganar.