lunes, 20 de junio de 2016

TALANTES POPULISTAS


No puedo resistirme a mentar la sospecha en la que me confirma la singular incomodidad de Sanchez por el sospechoso DeGea. 

Si algo caracteriza a Sanchez no es tanto, como se cree, su afán gobierno a cualquier costa, cosa que también, sino su esponjoso mimetismo de lo más vulgar de la izquierda, la disposición a babosear en la subcultura de “las bases”, esas que, dejadas de las manos de Dios acaban prendadas con el discurso del Coletas y de Zapatero. A estas bases las obsequia sin remilgos con un servicial “así pienso yo también”, tanto más cuanto menos se lo vayan a agradecer.

Y esta última anécdota del Insustancial, de este anecdótico que va a decidir nuestros destinos a no muy tardar, incide en una diferencia, entre otras muchas, entre nuestro populismo izquierdoso hispano y el populismo emergente de extrema derecha continental y atlántico, que tiene en Trump su blasón.

Ambos detestan las élites y el stablishment y se ofrecen a sustituirlas.

Pero los del norte protestante, porque, entre otras cosas, pretenden liberarse del cilicio mental de lo políticamente correcto: “Dejadnos vivir como bribones, y malhablados si así lo queremos, ya nos tenéis hartos”.

Aquí los nuestros quieren purificación y mortificación como Torquemadas redivivos: “vais a saber lo que es pensar correctamente, codiciosos fachas insolidarios”.

Porque a lo que se ve los españoles todavía no somos suficientemente correctos. No sólo tenemos que hablar por eufemismos, a lo que ya nos vamos acostumbrando, sino que nos lo hemos de creer y hacer méritos para demostrar nuestra inocencia.

El viejo macarthismo ha encontrado su versión meridional en la beataría progre. Tan es así que Sanchez no espera a mayores aclaraciones judiciales. Con la sospecha basta, si la causa lo merece. El ciudadano no sólo ha de parecer virtuoso, ha de demostrar que no es vicioso, que la sospecha no está justificada.

¿A eso se refería Rajoy cuando mentaba a la Inquisición?

viernes, 17 de junio de 2016

VUELTA AL PRINCIPIO, PERO EN PEOR


Ahora ya entramos en que lo grotesco es verosímil. ¿De acuerdo con su doctrina permitiría Rajoy un gobierno podemita si Podemos fuera el ganador con más diputados? Como buen caballero tendría que cumplir su palabra y para que nos fiemos tendría que proclamarlo a los cuatro vientos ahora que todo puede pasar ¿o no?

Pero seamos positivos. Como parecía estamos en camino de volver al punto de partida, con el agravante de que Podemos atisba formar gobierno o empoderarse de la izquierda. Tan es así que alguien tan conspicuo como Maruenda hace de la necesidad virtud y pone su atención en “lo positivo” del “rejuvenecedor” fenómeno podemita. Pero se pongan como se pongan, igual que al principio, es decir al final de las primeras elecciones, no hay más solución que Mariano y Pedro se aparten para que haya alguna solución posible. ¿Cuantas elecciones son necesarias para que quienes lo tengan que entender lo entiendan?

Se está demostrando que puede más el miedo a que siga Mariano que el miedo a que venga el Coletas. Los estrategas del PP podían soñar lo contrario y que Mariano multiplicaría sus panes por el justificado miedo al podemita, pero en la sociedad se ha instalado tal odio a Rajoy que gana más aquel a quien se le tiene por más enemigo.

La proclama de Rivera de que “nada con Mariano” es una novedad, porque se ha vuelto a mojar como si el pacto con Sanchez pudiera resultar una alternativa viable. Su apuesta está en parte justificada porque, con justicia o sin ella, cuanto más siga Mariano, más engorda Podemos y la izquierda en general. Pero no se le debe ocultar la obviedad de que la salida de Rajoy sólo tendría sentido si le acompañara la salida de Sanchez, o viceversa. Aunque tal vez espere Rivera que de esta manera se atraerá votos del caladero socialista, sería tan pecatta minuta, que cuesta pensar que obre de esta manera por este propósito.

Parece más bien que Rivera ha elegido la tortuosa senda de liderar la derecha haciéndose fuerte primero en el centro izquierda, ejercicio tan atrevido y arriesgado como ganar Roma atravesando los Alpes, algo que en principio no está mal visto. Porque no es una extravagancia confiar en que el votante medio de derechas vea, a su debido tiempo, con buenos ojos un acuerdo con el PSOE. ¿No lo ofrece Rajoy a sabiendas de que con él no es posible y sin él veríamos? En las actuales condiciones nada sería mejor si así se salva España, y, lo que es lo mismo, si el PSOE se regenera y se torna un partido serio y leal, empezando por ofrecer la cabeza de Sanchez. “¿Tan largo me lo fiais?” Se encuentra así Rivera en la paradoja de que sólo puede prosperar en votos por su izquierda si sigue la sangría podemita en el PSOE, mientras que sólo puede tener futuro si el PSOE se regenera, es decir se despodemiza radicalmente.

Por su parte los estrategas del PP todavía pueden soñar con que un PSOE descuartizado se avendría a permitirle gobernar, pero cuanto más se enreden con Mariano menos son las posibilidades. Tal vez lo sepan y piensen que no puedan hacer otra cosa, pues todo ha llegado a tal punto que, de soltar lastre, su público escaparía despavorido. Los desesperados, Mariano y Pedro, se agarran al clavo ardiendo de que sólo hay que resistir hasta que el otro no pueda aguantar, mientras el monstruo sigue creciendo.


martes, 14 de junio de 2016

EL ÚNICO DEBATE. IMPRESIONES Y PREGUNTAS


Todo el debate ha estado marcado por el hecho de ser el único debate. Pero tuvo más gracia de la que cabía esperar.

La enhorabuena a don Mariano. Ha conseguido que el irrelevante Sanchez/PSOE tenga que decidir en nombre de quien se hace el harakiri. Es de perogrullo pero inobjetable: todos vamos a depender del Irrelevante, cuando este consume su irrelevancia.

Creo que el pacto Coletas/PSOE depende de una incógnita a despejar: ¿habrá referéndum o pre-referéndum? ¿serán capaces de encontrar la fórmula Colau e Izeta? Silencio en el debate.

¿Conseguirá pese a todo Sanchez rentabilizar la lástima que está produciendo? Sería una sorpresa,pero es su única baza. Ya se sabe que a los españoles lo que más nos motiva después de la envidia es la piedad y la caridad. Aunque de transformar la lástima en voto se vulneraría un principio básico de la motivación electoral: que el votante quiere sentirse ganador.


Como bien dicen los analistas este debate no va a mover ningún voto, ¿sólo eso? Rivera seguirá denostado por el votante del PP, pero cuando este votante medio se canse de seguir apañado y de tirar de orgullo de partido y sienta la necesidad de un líder de verdad ¿no volverá la vista hacia Rivera?, ¿existe algún líder comparable en la derecha española, ahora que parece haber puesto punto final al colegeo? Por mucho que los suyos alaben a don Mariano y se agarren a su parsimonia y aparente solvencia, puede corroer el gusanillo: ¿por qué Rajoy no ha puesto al Coletas en su sitio como ha hecho Rivera? ¿no es capaz o hay algo más?

¿Qué sentido tiene el pacto de no agresión de Rivera hacia el PSOE? Ahora parece obvio que le cercena la antipatía del votante del PP y da argumentos a su cúpula. También parece obvio que la expectativa de un gobierno centro-izquierda está amortizada. Se me ocurren algunas hipótesis explicativas:

-que todavía cree que puede impedir que el PSOE se vaya con Pablemos. Pero esto sólo sería posible si Cs y PSOE suman para gobernar o casi.

-que el voto por la derecha está cerrado y cauterizado, mientras que habría qué pescar en el caladero del PSOE.

-que la inmensa mayoría de la población identifica la corrupción exclusivamente con el PP y viceversa y no hay que llevarle la contraria.

También es una incógnita si el antimarianismo de Rivera es una opción estratégica para liderar la derecha a medio plazo o responde a la expectativa, por lo que se ve ingenua, de que el público del PP se quite a Mariano de encima, para abrir la posibilidad de un gobierno de coalición constitucional. Por ahora sólo está excitando en el PP el orgullo de partido hasta la muerte. Algo perfectamente previsible.

Apostilla: No sorprende la disposición de los “líderes” a pasar sobre ascuas por la realidad en la que estamos, en estos tiempos son el reflejo del público.

¿El público? Tan buenista como siempre. Todos le dicen lo que quiere oír. “Cambio”, pero aquí no pasa nada.

viernes, 10 de junio de 2016

LOS PODEMITAS EN LA INTIMIDAD


En la demagogia al uso se denomina metáfora a la sublimación de la patraña. Los diseñadores podemitas obsequian con un producto metafórico, es decir de catálogo urbanita poético, para festejar por anticipado su gloria. En verdad las metáforas explícitas y conscientes son bastante burdas: “con nosotros viviremos como en Suecia”, “hagamos la República de nuestra casa” “no sólo los periodistas, las grandes cadenas, los actores, catedráticos y jueves...etc hasta las multinacionales se nos postran”...etc.

Pero es mucho más poderosa la metáfora subliminal de la imaginación poética inconsciente. El catálogo es sobre todo un homenaje de los papás podemitas a su público medio, éste que se ha hecho eco del “estado de emergencia” y del sufrimiento de los débiles y marginados, como si fuera propio, pero sin sufrir merma sustancial de la comodidad que otorga el sistema. Así los podemitas se exhiben en la intimidad de su hogar ideal, el hogar de los suyos, que no es una chabola, un edificio cochambrosa de oKupas, ni una cueva troglodítica. Es más bien una versión funcional y consumista, algo ramplona en verdad tal como corresponde a los nuevos tiempos, de los recogidos ambientes que pinta Vermer Defeld con su delicadeza y encanto. “Así somos todos los futuros mandarines y redentores, no debemos avergonzarnos”, “por mucho que la sociedad y el sistema sean un desastre, venimos a “ajusticiarlo” con toda delicadeza”, “desde nuestra comodidad es nuestra obligación”.

Se dirá que la imagen contraviene lo del partido de los descamisados. Nada de eso, todo es compatible, pues las palabras (vanas) hacen el mundo. Pero precisamente cuando parece que sólo queda recoger la cosecha mediática, hay que olvidarse de preguntas incómodas como podrían ser: “¿Qué pasará si ganamos?” “¿tendrá el Estado para pagarnos la nómina o la pensión?” “¿tendremos veinte o sesenta alumnos por aula?” “¿quedarán empresas para pagar salarios decentes o siquiera indecentes?” “¿hasta donde llegarán las colas en la urgencias y en los hospitales?” “¿cuantas camas tendremos que atender por habitación en el hospital?” “¿nos cansaremos de tanto coletas en las teles?”...etc Ante ello hay que tener claro: “Votemos tranquilos que la comodidad no es por el sistema sino a pesar del sistema”, “seguiremos viviendo igual y además el mundo será feliz por nuestro esfuerzo y sacrificio”.

miércoles, 8 de junio de 2016

DE PEDIGRÍS SOCIALDEMÓCRATAS


Ahora que el Coletas se hace el polibariano bueno convendría desmitificar algún tópico. Así por ejemplo el de que la “conversión” socialdemócrata de este susurro de la revolución tiene por fin ganarse a los tibios de la socialdemocracia de toda la vida. Creo más bien que no necesita mucho para seguir ganándoselos porque son tibios a su manera, es decir sin dejar de ser radicales. Más bien se cuida de que los tibios/radicales socialdemócratas de toda la vida voten sin mala conciencia, con la conciencia tranquila de no cometer una traición contra el padre o la madre.

El tópico es que el votante socialdemócrata de toda la vida es moderado, constitucional, le gusta la prosperidad, Europa, la unidad de España y estas cosas. No menos tópico es que el partido o su élite al radicalizarse y entrar en confusión se aleja de sus bases y de sus votantes naturales.

Temo más bien que, con el paso del tiempo, el votante socialdemócrata se ha ido haciendo moderado y radical, constitucional y republicano de toda la vida, por la unidad de España y por el Estado plurinacional, por el rigor y por tirar la casa por la ventana, por el desarrollo y por atornillar a los empresarios, por Europa y por no cumplir con Europa, por la educación pública de calidad y por el aprobado general e igualitario.... y tantas más cosas como estas. Pero no por casualidad. Esta base social y del partido no ha hecho más que dejarse guiar por sus élites y estas dejarse guiar por el instinto natural del “pueblo”, es decir la mentalidad profunda labrada históricamente de los suyos.

Así las élites socialistas no se alejan de sus votantes porque ellas sean incoherentes y sus votantes coherentes, sino que estos se alejan porque la podemización permite vivir en la incoherencia sin hacer cuestión de la misma, sin la molestia que supone ser consciente de la misma. Pues ya seguir al PSOE va comportando esa incomodidad de vivir sin vivir en sí. Y Pablemos, atento como es su deber, les hecha cualquier capote que haga falta.

viernes, 3 de junio de 2016

EL PÍCARO ANTE LA MONCLOA


Me refiero, como bien suponen, a Pedro Sanchez: Igual que el PSOE está en camino de ser triturado, como Convergencia, por su copia radical, el muy pícaro Sanchez maniobra, como lo hizo el Astut Mas en relación con la presidencia de la Generalitat, para saltar del descalabro a la tabla de salvación de la conquista de la Moncloa. Cree que la fortuna ha dispuesto las piezas para que lo que debiera ser motivo de vergüenza se torne apoteosis. Su plan concreto, no un futurible, es un gobierno frentepopulista “accesible” y para ello suplica a Podemos.

Tarea hercúlea sin duda. No conviene olvidar que el “gobierno del cambio” no se consumó por la negativa de Pablemos, a lo que ayudó el placaje de Rivera, pero de forma más ligera. El Coletas priorizó el “zarpazo” y la unidad con las confluencias separatistas, en bien de mantener viva la llama de una dinámica “revolucionaria” o, según dicen, “constituyente”. 

Sanchez ha elegido trivializar la amenaza del zarpazo y la esencia totalitaria de Podemos. Queda la duda de si lo hace así para alcanzar el gobierno a toda costa, y luego veremos, o si no lo denuncia porque no cree en la naturaleza totalitaria de los podemitas. Dejemos esto de lado ahora. El caso es que se limita a confrontar con Podemos en lo accidental e insignificante, para concentrarse en la crucifixión del PP. Ante todo hay que crear una atmósfera de potencial unidad de izquierdas. La madre del cordero es una fórmula de referéndum aceptable por los nacionalistas y algunos barones recalcitrantes. Que en política la cuadratura del círculo es posible si el pueblo traga.

Pero inopinadamente  la buena fortuna se puede torcer y le toca bailar con los ERES. Mucho temple se necesita. No se puede invocar, sin sonrojarse al menos, la corrupción del PP, argumento estrella, para justificar la negativa absoluta al pacto de gobierno entre demócratas o siquiera de dejar gobernar. Pero se sonrojará lo que haga falta, aunque, como sucedió en Cataluña con el asunto Pujol, el máximo beneficiario de esta vergüenza sea la copia radical podemita. 

¿Tendrá agallas la dirección del PSOE de salvar su honor denunciando por su parte la corrupción podemita? Lo más probable es lo contrario, teniendo en cuenta que Podemos se encuentra ante la alternativa de forzar el escarnio del PSOE o de dejarlo respirar para imponer las condiciones de gobierno más favorables. No puede hacer sangre del PSOE si lo necesita para auparse al poder sobre sus espaldas, con el riesgo añadido de que, de sentirse completamente acorralado, el PSOE se revuelva contra la franquicia bolivariana.

Así discretamente Sanchez tiene razones para no incordiar a Podemos a la espera de que un enfriamiento le permita salir vivo. Incluso puede contar con la carambola de que, con el destape de los ERES, el Patriarca Felipe parece más dispuesto a adaptarse a la podemización del PSOE y a no poner chinitas en los Zapatos. Siendo así, la discrepancia sobre el apoyo a los encausados resulta a este respecto irrelevante. Lo único claro de todo el embrollo es que si el PSOE queda tras Podemos la formación de gobierno será una ruleta rusa en la cabeza de los españoles y que si se conserva su posición tendrá que pedir árnica a los podemitas, lo que es lo mismo.

Si el plan del otro pícaro, el que no está ante la Moncloa porque la ocupa en funciones, ha sido desmontar al PSOE y de paso pegar un buen arañazo a Cs, no le puede ir mejor. Hay que reconocerle su temple de verdadero jugador, el que está dispuesto a jugárselo todo en nuestra cabeza a la ruleta rusa, teniendo casi todas las de perder. ¿Será capaz de convencernos, como pretende, de que tiene, que tenemos, todas las de ganar?.