domingo, 30 de noviembre de 2014

RAJOY EN CATALUÑA


¿Se arremanga Rajoy para recuperar el tiempo perdido?
Todos sabemos que sin la movilización de la Cataluña no independentista será imposible evitar lo inevitable, pero el pulso continúa muy bajo, máxime con el cortocircuito del PSC-PSOE. La incógnita es Podemos. Creo que está a la espera de ver como sienta en el resto de España el Procés, una vez que los españoles tomen en serio la posibilidad de la secesión.
Sólo y en carne viva Rajoy tiene que decidir el norte de su discurso. O movilizar a la opinión pública para que lo respalde cuando llegue lo inevitable, o ejercitarse en el Nirvana a la espera de que los nacionalistas “se cuezan en su propia salsa”, como dice Leguina. Creo que no lo tiene claro, pero ya descarta su mantra favorito, que comparte con la mayoría de españoles: que “alguien” dentro de Cataluña parará los pies a los que han enloquecido y que el seny retornará por sí mismo. No sólo avala esta desazón la rebeldía manifiesta de Mas, sino también la indiferencia con que la sociedad catalana ha reaccionado públicamente ante el escándalo Pujol. Los nacionalistas, es decir “los suyos”, porque no admiten “injerencias”, ni perturbaciones que “distraigan” el Procés; los pro-España, porque están paralizados, confundidos y carecen de canales. Con todo me temo que la estrategia no es sólo como frenar el desenlace fatal, sino qué hacer si tiene lugar. Es obvio que el discurso depende a fin de cuentas de que se resuelva esa incógnita, porque enfrente tienen muy claro lo que van a hacer. Pero la eficacia del discurso va a depender también del valor del mismo. Por ahora el “aquí no pasa nada”, “esto no va a ninguna parte” se ha interpretado en Cataluña por los ciudadanos pro-españa como: “no hay nada que hacer”, “sálvese quien pueda”; y en el resto de España como: “vaya tabarra”, “que nos dejen en paz”...
Pero todo va muy deprisa y en el horizonte se perfila “Posemos”, por ahora como convergencia de gobierno. Aunque el PSOE le pone imaginación y espera que todo quede en PSOEmos ¿Es posible imaginar mas leña y combustible en el fuego si esta “convergencia” de izquierda coincide con el desenlace del Procés? Siendo esto previsible, el PP se equivocaría si espera réditos de agitar este “fantasma”. Quizás para evitarlo o menguarlo fuera lo mejor tratar de desactivar el discurso del PSOE, tan viscoso respecto a Cataluña y tan confortable respecto a Podemos.

EL PEQUEÑO AMIGO


Bochorno, esperpento, delirio…pero también un destello de genialidad, aunque sea la genialidad de la que es capaz un majadero. No me refiero a las dotes picarescas del “pequeño Nicolás”, a la habilidad con la que ha bailado entre las cloacas del Estado y se ha hecho un nombre y un hombre en el epicentro del “capitalamigismo”, a su precocidad en dominar las artes oscuras del “maquiavelismo”..etc. Tampoco vale la pena insistir en la pestilencia y cutrez que se respira presumiblemente en el mundo de los altos manejos. Con independencia de cual fuera el uso y la posición que ocupa en las miserias del poder, y no hay poder sin miseria del poder, todo apunta a que este neófito ha inventado una figura inédita: la del mediador conseguidor profesional. El “amigo” profesional. El “capitalamigismo” se sustenta en una red de conseguidores dedicados afanasomanente a gestionar licencias, calificaciones, permisos, comisiones, subvenciones y pericias sombrías de todo tipo, pero da la impresión de que son “funciones” asignadas a cargos y dirigentes influyentes, que ejercen como parte de sus ocupaciones generales. El PNic. habría liberado esa ocupación de las labores particulares que se puedan tener como concejal, secretario local, etc, etc, para crear una “profesión” semejante a la del intermediario en tantas esferas de la actividad económica.. En la "econopolítica" con este caso ya los favores no se intercambian directamente entre los interesados, sino que se pueden gestionar con este amigo de todos, altamente especializado y con más tentáculos que un pulpo, de una forma más aséptica y más rápida, multiplicándose de esta manera los servicios. Lo que esta “profesión” tendría de novedoso y original es el hecho de que se ejerce en terrenos prohibidos e inconfesables, de modo que quien la ejerce es como un espía que se ha de revelar desde la penumbra. Su crédito y capital es eso de “ya se sabe que este viene de...”. Notorio y oculto a la vez,  deambula entre lo pre-sabido y lo por saber.
 Legalizar una “profesión” de este porte conculcaría los cimientos elementales de la democracia, es decir la confianza elemental entre los ciudadanos y sus representados. El público del fútbol acepta que su club esté en manos de poderes ajenos siempre y cuando se conserve la marca y tengan la expectativa de los triunfos soñados, pero lo último que le cabe a un ciudadano es que sus asuntos sean objeto de mercadeo a la vista de todos. Si son objeto de mercadeo al menos que no se sepa o se sepa lo menos posible. Por eso como el caso demuestra esta arriesgada figura siempre ha de estar al filo de la navaja y no sólo porque lo tiene difícil para hacerse una cobertura en la Seguridad Social, por ejemplo.

viernes, 21 de noviembre de 2014

TODO POR MI PARTIDO ¿POLÍTICA O PSICOLOGÍA?


Sra. Rosa Díez: no quisiera echar leña al fuego de su hoguera, con perdón de la hoguera, pero creo que comprender las “razones”* de su posición requiere del más exquisito paladar del mejor Gourmet y de la más fina capacidad de análisis de los más duchos politólogos ¿Son por eso los líderes de Podemos los más capacitados para comprenderla? Por lo que tienen de “politólogos” claro. ¿Les pedimos un “estudio” con beca?
*Una muestra. Irene Lozano ha rechazado la elección de los candidatos y de los líderes comunes con Cs. por ser una propuesta “maximalista” y también ha defendido que no se trata de “repartirnos los puestos en las listas”. Si de elaboración de listas se trata ¿acaso quería proponer un sorteo entre quienes se presenten?

La enfermedad del partidismo a toda costa y por encima de todo ofrece dos perfiles. Uno es la tendencia común a confundir el bien del Partido con el bien común, cosa natural porque al fin y al cabo cada Partido es en su origen, o debiera serlo, un proyecto para el bien común. De ahí también la virginidad de la que gozan al inaugurarse. La otra tendencia, hasta cierto punto también natural, es la de creerse siempre con la razón y ser por ello imprescindible. Inconscientemente esto siempre lleva creer que la marcha de las cosas camina en la dirección del interés del Partido aunque circunstancialmente hayan reveses y tropiezos. Por desgracia en España nuestra clase política si algo tiene en común es la de formarse en la escuela del partidismo, que en nuestro país es la versión secular de la fidelidad debida a la Iglesia. Hace falta mucha altura de miras y de claridad mental para distinguir en cada caso la lógica y el interés del Partido del bien general y la marcha de las cosas. “Habilidad”, como dicen los psicólogos, que no abunda en estos lares por el arraigo de esta cultura.
Hay decisiones nefastas que pueden arruinar las obras más meritorias. En muchos de estos casos no es fácil discernir lo que hay de error y de sometimiento a las inclinaciones personales. Aunque todo puede cambiar en este mundo, da la impresión de que el proyecto de Rosa Diez, al menos en lo que tiene de proyecto partidista, ya ha tocado techo y está rebotando entre las paredes en que se haya estancada. Es algo bastante injusto porque ha apostado por cuestiones capitales que la izquierda ha pisoteado y la derecha ha desdeñado, para que no se diga. No menos injusto es que, bajo sus pies, Podemos capitalice la lucha contra la corrupción porque, como da entender, promete que rodarán cabezas. Pero en política no hay justicia, aunque sólo cabe la justicia si triunfa una política justa, que de eso se trata.
Lo cierto es  que Rosa Diez no ha podido librarse de sus limitaciones originales que son de diverso orden.
- Para la gran masa socialista es una traidora y nunca se lo perdonarán aunque baile sevillanas.
-Su ascendencia partidista es ajena a ningún movimiento colectivo. En este sentido es vista como una opción de intelectuales o de entendidos ajena a la bolsa del gran público. 
-Nació, con razón o sin ella, con la impronta de partido bisagra, cosa que si primero generó expectativas, la enredó, con la irrupción de Podemos, en las redes de la “casta”. 
Por lo que a su imagen personal, su liderazgo no ha podido sacudir el sambenito de estar movido por la ambición de poder, por muy duro que esto suene. 

Es humana y políticamente comprensible que se rechace fundar un nuevo partido o una coalición electoral como menos a través de elecciones primarias. Se necesitaría altura de miras y eso no abunda. Pero el caso es que también se desaprovecha una gran ocasión, posiblemente irrepetible, de irrumpir en la escena política contrapesando el peso mediático y tal vez social de Podemos. Seguramente al PP y al PSOE tampoco le interesa animar esta posibilidad. Es muy discutible que haya diferencias programáticas tan sustanciales que lo justifiquen, máxime cuando los programas son guías que, en el mundo de la democracia mediática, respaldan la dirección de una política y la forma de dirigir, pero no pueden ser el dictamen de un notario o el cuadro de respuestas de un ordenador.
Pero sino soñaba con grandezas no era previsible tanta pequeñez. Ni siquiera coaliciones locales para los ayuntamientos. Como si el “sindrome del aparatchtik”, “todo por Mi partido”, fuese proporcionalmente mayor cuanto menor es el partido que lo sufre.
Un huérfano político que lamenta escribir esto.


martes, 18 de noviembre de 2014

LAS PATATAS CALIENTES


Estamos desgraciadamente en la etapa en que criticar a Podemos y poner de manifiesto sus manejos, si no se mueven otros vectores del mercado político, convierte a quien lo haga en sospechoso de los más oscuros intereses. Pero aún así es bueno que Errejon tenga que empezar a gastar de la fe de los suyos y de los que no quieren saber nada que la contradiga. Un síntoma de los estados de ánimo y de opinión: El mismo Alejo Vidal Quadras presentó a Podemos, en la tertulia deJulia Otero la semana pasada, como un partido potencialmente “regeneracionista”, “si olvida, eso sí, sus tentaciones totalitarias” o algo parecido. Podría ser una bendición para la democracia, vamos.
Pero el escenario político que haría posible el triunfo de Podemos depende en gran parte de la posición del PSOE. Le ha caído la patata caliente que a la vez nos está quemando a todos. Parálisis mental del PP y evanescencia equidistante del PSOE. ¿No tiene otra cosa mejor Rosa Díez que consumirse en la melancolía de lo que pudo haber sido y no fue de no ser por Podemos? ¿No serían acaso unas primarias entre Rosa Diez y Albert Rivera para fundar un partido regeneracionista una magnifica oportunidad para hacer frente a Podemos y dar una alternativa al bipartidismo?


Entre los escenarios posibles el más probable es que el PSOE tenga que decidirse por un acuerdo con el PP o con Podemos, con lo que va a estar en juego no ya el futuro gobierno sino el futuro de la nación y del Estado. Podemos está decidiendo si adelanta un programa inmisericorde para zamparse a la vez a IU y al PSOE o se aggiorna la fachada para facilitar el acuerdo de gobierno con este último. La inercia inveterada que lleva al PSOE a deslegitimar por sistema al PP no sólo pone en riesgo fatal el futuro de Cataluña sino que empuja al PSOE hacia la orilla de Podemos. Es de temer que el PSOE carezca de la necesaria claridad ideológica para hacer frente al totalitarismo de izquierdas, máxime si este se disfraza de populismo e incluso de regeneracionismo y sufra en sus entrañas la tentación de ajustar cuentas sin tapujos con la “otra España”. Que no tengamos que pagar la incapacidad del PSOE de modernizar su discurso.
Quien piense que el PSOE quiere en serio una reforma constitucional para resolver el tema catalán se equivoca, tal como este partido también advierte. Sabe que no tiene nada sustancial que ofrecer y sólo busca evitar aparecer como socio de la derecha, para hacerla responsable de lo que pase en Cataluña. Parece que mientras no sea vea obligado a concretar sus propuestas podrá mantenerse en la “equidistancia”. ¿Puede hacerlo indefinidamente? Aunque ahora trate de escabullirse de sus responsabilidades, tarde o temprano va a tener que decidirse ante lo inevitable en Cataluña o ante Podemos. Y es que tan irresponsable es proponer reformar la Constitución o federar España sin decir en qué consiste esto, como hacerse los locos ante lo que significa Podemos...
Desconozco si el PP puede hacer algo más para condicionar en favor de la democracia y de España la decisión que fatalmente ha de tomar el PSOE si previamente no lo engulle Podemos. Pero sería fatal para todos que se tomase este asunto como una oportunidad para aprovecharse del embarazo del PSOE. Reconozco que no es fácil hacer frente a la táctica dilatoria del PSOE cuya oferta más concreta de “reforma constitucional” sería formar una “comisión constitucional” dedicada al “estudio” de las posibles reformas, pero en este momento el puro rechazo de la necesidad o la oportunidad de proceder a alguna reforma desgastará por igual a todos los partidos institucionales.
¿Cómo es posible que en esta situación crítica Rosa Diez siga rechazando un acuerdo sólido con Cs? ¿Se da cuenta de la responsabilidad que está contrayendo? No entiendo tampoco el poco interés que muestran los tertulianos y los medios ante algo tan lamentable ¿No serían acaso unas primarias entre Rosa Diez y Albert Rivera para fundar un partido regeneracionista una magnifica oportunidad para hacer frente a Podemos y dar una alternativa al bipartidismo? ¿No serían además estas primarias el foco de la atención pública, atención imprescindible para contrarrestar al nuevo totalitarismo? La patata caliente tiene pues muchas patatas calientes.

viernes, 14 de noviembre de 2014

MINORÍAS PERTINACES

Comentario en el blog Argos de Santiago Gonzalez:



Me sorprende el quijotismo del que hace gala Martín Villa manifestando su intención de declarar ante la Juez argentina. No entiendo de Derecho y jurisprudencia, y respeto sus motivos personales, pero al obrar así ¿no justifica el supuesto derecho que se otorga esta Juez a incriminarle?


Repasando el blog de ayer comparto la impresión de psykoaktive

“permítanme discrepar sobre si el 30% es minoría y mis razones sobre mi pesimismo. Yo creo que un 30% es un gran porcentaje de la sociedad, más que suficiente para realizar un cambio social.
Este artículo apunta (que no prueba) hacia esta tesis. El artículo se llama “Minority Rules: Scientists Discover Tipping Point for the Spread of Ideas”, que se puede traducir como “La minoría manda: Científicos descubren el punto de inflexión para la difusión de ideas”. La primera frase del artículo lo deja claro (negritas mías): “Cuando sólo un 10 por ciento de la población mantiene una creencias inquebrantable, esa creencia siempre será adoptada por la mayoría de la población”
Cosa que lleva a pensar que la independencia catalana es más posible de lo que parece. Pero no creo que haga falta un congreso científico ni siquiera un modesto estudio científico para saber que los cambios históricos los hacen las minorías alterando a su manera el Status Quo...pero siempre y cuando la mayoría no oponga resistencia. Esto se puede deber en algunos casos a que piensa que sus intereses coinciden con los de la mayoría o no entran en conflicto, pero en otros casos esos intereses son bien contrarios y no hay reacción alguna. En el caso de Cataluña y del conjunto de España es notorio frente a la minoría nacionalista. Y para explicar esto sí que sería necesario un congreso de científicos y sabios. Desde mi ignorancia y perplejidad sólo se me ocurre sugerir dos motivos:
-que la mayoría silente confía en que las instituciones se sobran y bastan, más aún si las instituciones gobernantes difunden sistemáticamente ese mensaje.
-que no confía en sus propias razones ni por tanto en sí misma, en una especie de síndrome de Estocolmo colectivo. Como se haya llegado a eso y si es inevitable haber llegado a tal es otra cuestión.

jueves, 13 de noviembre de 2014

¿ANTE LO INEVITABLE?


Visto que el escándalo de los Pujol no ha provocado la reacción de la masa no independentista, ni la retracción de la masa nacionalista, y visto que Mas se ha burlado a gusto de nuestro Presidente y de todos los españoles, ¿se ve obligado Rajoy, según da a entender en su comparecencia, a preparar y a ganarse a la opinión pública ante lo que parece inevitable? Si así fuera estaríamos por lo menos pisando el suelo de la realidad.

Desde esta perspectiva el 9N, pese a todo, habría traído dos novedades esperanzadoras, que pueden tener su calado. Empiezo por el hecho de que la práctica totalidad de la opinión publicaDA y buena parte de la clase política ya empieza a creer que la independencia va en serio y que Mas está dispuesto a todo. Ello no obsta que para algunos siga siendo “inviable”, pero cualquiera que sea el diagnóstico no son lo mismo unos bolos, tal como se pensaba, que la final al todo por el todo que se está jugando de verdad. Quisiera pensar que, en consonancia con ello, la intervención de Rajoy tiene de inédito la pretensión de disputar la opinión pública a los nacionalistas, entrando en el terreno de la propaganda y la contrapropaganda, como se suele decir, “haciendo pedagogía”. Está por ver que la opinión pública empiece a reaccionar y a sacudirse la orfandad ideológica en la que se ha visto sumida, tanto en Cataluña como en el resto de España. Es de esperar al menos que el “aquí no pasa nada” y el “que hagan lo que quieran, que me dejen en paz” pase a mejor vida. Pero es de temer también que el PSOE siga poniendo sordina responsabilizando al “inmovilismo” del gobierno. Curiosamente da la impresión de que, presa de su vacua equidistancia, la izquierda prefiere no enterarse de lo que amenaza a todos y de la amenaza que se cierne sobre ella en particular, de triunfar el independentismo. Igual sería necesario que Rajoy intentara desmantelar la coartada federalista del PSOE, forzándolo a que concretara sus ofertas de reforma constitucional, y comprometiéndose a aceptar las que salvaguarden nuestra libertad e igualdad. Porque es preciso que los partidos nacionales, entre los que incluyo al PSOE, vean allanado el camino para disputar la opinión pública al nacionalismo y para contar con el apoyo de la ciudadanía en vistas a las medidas que tarde o temprano probablemente serán preciso tomar en defensa de la Constitución y la unidad de España. En todo caso mientras no se lleve el debate a la opinión pública en los términos reales en los que el problema está planteado, los nacionalistas seguirán llevando la iniciativa.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

LAS IDEAS SIMPLES


A propósito de la sorpresa de Arcadi Espada por ser considerado “facha”, traída al caso por el Blog de Santiago Gonzalez.


Lo que desconcierta del discurso político es su extrema simplicidad, que lo hace tan impermeable y compacto como una tortuga. Me refiero claro está cuando este emerge de ideas o mejor creencias enormemente simples y simplificadoras que se cuidan por interés político, pero que también hipotecan el proceder de quienes están poseídos por ese discurso, una vez que prenden en las masas. Estas creencias simples se tornan en creencias-fuerza que soportan esas alambicadas construcciones ideológicas, que no son más que un concentrado de sentimientos y vagas intuiciones, en las que la gente se siente a sus anchas creyendo tener la clave del mundo. A la izquierda le resultó cómodo el discurso de patrimonializar los valores democráticos y no dudó en sumar a los nacionalistas presentándolos como parte de las fuerzas democráticas e incluso constitucionalistas, a costa sin duda de la relativización, cuando no desprecio, de la idea de la unidad de España. Este es el foco de la plaga mental que sufre la sociedad española y tiene muy difícil arreglo, porque la izquierda no puede cuestionar ese discurso “fundacional”. Por supuesto hay mejores y peores creencias simples. Pero quiero llamar la atención sobre el hecho de que las malas creencias simples, cuando se convierten en dañinas ideas-fuerza, infectan al mundo intelectual, con la paradoja de que sólo pueden ser desmontadas si se empieza por la crítica intelectual, como un cáncer sólo se puede curar si el diagnóstico es acertado. Me temo que en este extremo la confusión que reina en el mundo intelectual es tanta o mayor que la que reina en el pueblo llano, que ya es decir.

lunes, 10 de noviembre de 2014

TODOS CON RAJOY ANTE EL ESPEJO


Se achaca a Rajoy permitir una ilegalidad flagrante, lo que es un hecho inobjetable, pero además ha caído en lo que quería evitar a toda costa: nos ha puesto a los españoles y a sí mismo ante el espejo. En este se muestran las dos ficciones con las que estamos embaucados: que el Estado de derecho rige con normalidad en toda España, además de ser inexpugnable, y que el Procés es una comedia con la que Mas sólo quiere ocultar sus vergüenzas o huir hacia adelante. La burla manifiesta de la ley no ha sido más que la escenificación y culminación de la norma con la que la Generalitat se ha regido desde hace mucho tiempo. Ha cumplido si convenía y nada ha pasado cuando, por ejemplo, se ha tomado a cachondeo las leyes sobre el aprendizaje en castellano dentro del horario escolar. Por su parte Mas ha apostado hace tiempo por proclamar la independencia y ahora le preocupa más Jonqueras que Rajoy, para ser el primer President. Cosa para la que, por cierto, tiene más bazas de las que “desde Madrid” se está dispuesto a reconocer.
¿Podía hacer Rajoy otra cosa? Mientras en ética el poder se sigue del deber, en política el deber está mediatizado por el poder, es decir por la relación de fuerzas. Hay que reconocer que Rajoy está a gusto en el discurso que se ha creado sobre Cataluña. Se cree de veras que la inmensa mayoría actuamos por motivos sensatos razonables y por eso está convencido de que en el fondo los nacionalistas “moderados” son leales a la ley. También lo cree así la mayoría de españoles, de forma que no ha de hacer apenas esfuerzo para sintonizar en esto. Cuando el Constitucional anuló el referéndum, Rajoy se ilusionó de veras y creyó ver la luz en el fondo del túnel. Al impugnar la “astutconsulta” debía suponer que todo estaba bajo control y que Mas se limitaría a dar juego a sus mastines. Pero como no podía exponerse a aplicar la ley a riesgo de promover un motín, quedaba a los pies de los caballos,mientras a Mas se le brindaba la oportunidad ideal de legitimarse ante la masas nacionalistas como burlador del Estado. ¿Tienen ahora más sentido las lágrimas de Jonqueras?
En el estado de cosas actual no se me ocurre que pudiera hacerse otra cosa que lo que (no) se ha hecho. Es muy duro, pero a eso lleva la parálisis de los ciudadanos catalanes no independentistas y la indiferencia generalizada de toda España, actitudes que se realimentan mutuamente. Lo peor es tomar esta cesión de ley por un “estricto cumplimiento de la ley”, considerar la debilidad social y política del Estado de Derecho como fortaleza y seguir en la creencia de que todo está bajo control y que esto “no lleva ningún sitio”, salvo a la “frustración” de una gran parte de la sociedad catalana. Bendita frustración, por cierto, si eso significa que la independencia no llega a consumarse. A Rajoy cabe achacarle entusiasmarse con su autoengaño creyendo que la exposición de la ley es como un sortilegio que se cumple automáticamente, mientras que al final todo se puede resolver entre caballeros. Desconozco cuales pueden ser las soluciones si existen, aunque no es difícil de imaginar la alternativa que está en juego. Pero no lleva ningún sitio seguir con la ficción. Es preciso que poco a poco los españoles se sitúen ante la realidad y de acuerdo con ella tomen la decisión que prefieran, si apoyar a toda costa y con todas las consecuencias el orden constitucional, si una reforma que cree un nuevo Estado o la aceptación pura y simple de la independencia catalana y de otros que puedan venir después. Todo menos seguir en la indefinición amparada en la indiferencia o en el “hartazgo”.
Por cierto al igual que otros remeros, disculpen que en estos momentos no tenga tiempo para encontrarlos, he tenido una especie de sueño-pesadilla de que Podemos podría llegar a salvar la unidad de España. Como se decía antes “mejor una España roja que rota”. Pero temo que estos leninistas de manual (¿y qué leninista no lo es en el fondo?) se frotarán las manos si tienen la ocasión de reprochar a la “La Casta” la desintegración de España, y se sentirían bien a gusto si la separación de Cataluña les aúpa cerca del Poder. Aunque siempre queda la esperanza de que los espectros de Fidel Castro o de Chaves se les aparezcan y les convenzan de que un verdadero revolucionario ha de ser también un auténtico patriota...que quieren que les diga...

domingo, 9 de noviembre de 2014

IMPRESIONES POR LA INGRATITUD



 El Procés se asemeja a una contienda entre los ingratos y los ingenuos. Sigamos con ello.

No parece muy cordial festejar el aniversario de la caída del muro levantando otro muro, pero en esas estamos.Pero hay que reconocer que la presencia del votante Jordi Pujol le ha dado al procés un toque especial, digamos que suprematista y barroco.
Debe ser por mi inmensa ignorancia pero no conozco ningún escritor o intelectual relevante catalán que apoye el procés, a no ser que tengamos por tal al Sr. Guardiola o la Sra. Rahola. Pero también es cierto que la mayoría de los intelectuales y escritores españoles catalanes y españoles en general se hacen el loco. Lo seguro es que de existir algún intelectual independentista notable hablaría y que los que no son independentistas tienen pocas ganas de hablar. Tampoco sé si esto tiene alguna relevancia a la hora de valorar la calidad del Procés y de sus objetivos, pero sí que indica algo de la calidad de nuestra cultura democrática.
Como cualquiera que tenga sentido común, mis impresiones sobre esta INGRATA jornada no son muy alentadoras, aunque todo lo que sucede resultaba demasiado previsible

Con toda humildad y crudeza, sin cocina alguna, parece evidenciarse:
  • Que a la mayoría “operativa” de la sociedad catalana le importa sobre todo dar una patada en las posaderas a España, aunque sea a costa de arrancarse los ojos.
  • Que a Jonqueras le va a resultar difícil negarse a formar una lista conjunta con Mas de cabeza.
  • Que a la inmensa mayoría de los españoles, excepto los catalanes, parece que todo esto les resbala. Tal vez porque algunos creen que es una comedia, otros que no saben qué pensar (aquellos que se fían de los grandes partidos) y muchos otros porque piensan que no hay nada que pensar (pues creen que sólo existe, o es digno de preocupar, la corrupción y el paro).
  • Que las cúpulas de PP y PSOE piensan más en la que se les puede venir encima si se proclama la independencia y esta se consuma, por lo que se preparan para responsabilizar al otro partido del desaguisado.
  • Que la irrupción de Podemos era lo que faltaba para el guateque: vamos a ver a “la casta” acusada de no haber sabido “seducir” a los catalanes, mientras se promueve la comprensión de los separatistas por ser “el sistema” insufrible.

viernes, 7 de noviembre de 2014

RELATIVISMO PREELECTORAL


Según la encuesta del CIS el 90 por ciento de la población se considera feliz en mayor o menor grado. Dejando de lado lo exageradas que puedan ser las respuestas y las estimaciones de los cocineros de la encuesta, y haciendo abstracción también de cuán resbaladizo es este término, máxime si lo inmiscuimos en la política, queda el hecho de que una gran parte de la población desvincula su vida y su situación en la vida del descrédito y aborrecimiento, que según parece, siente por la situación política y especialmente “los políticos”.

Por otra parte se estima con bastante fiabilidad que un porcentaje notable de potenciales votantes y simpatizantes de Podemos son profesionales liberales y ciudadanos de las clases medias en general relativamente acomodados e instalados en el “sistema”. Muchos de estos consideran además irrealizables y descabelladas las propuestas económicas de Podemos. Se supone también que tienen suficiente preparación para saber del lazo práctico y espiritual que une a esta formación con los regímenes y las experiencias totalitarias de la América hispana. A pesar de ello se muestran decididos a votarles, esperando tal vez con ello castigar a la “casta” corrupta.
No está muy claro según ello que en todas las circunstancias los votantes se rijan por el principio sagrado de la maximización de los beneficios y la minimización de los riesgos. En este caso el corazón pesa más que la cabeza, hasta tal punto que parecen muchos dispuestos a perderla. Se reacciona contra la corrupción y los corruptos viendo en esta un agravio personal que reclama venganza y la reparación del honor. Es la demostración de que el político “me” engaña y “me”manipula, “a mí antes que a nadie”. Por lo que se vislumbra, importa más esta venganza que lo que pueda venir después.
Pero parece también creerse que las condiciones de la vida personal son inmutables y ajenas a la marcha de la política. Es como si los males de esta afectaran a la sociedad o a los otros, cobrando así el posicionamiento contra el sistema el carácter de un acto solidario con los desfavorecidos y maltratados. Es imposible ir a peor o a mucho peor porque, se cree, ya se está en lo peor posible.
No es fácil en el mundo presente evaluar si la marcha de las cosas es buena o correcta y si se va por el buen camino. La volatilidad conmueve los liderazgos aparentemente más sólidos y esperanzadores. La relación de los individuos con la política ya no se hace, como hasta la caída del muro, a través de intermediarios dignos de toda confianza como los grupos sociales de pertenencia, dado que esa pertenencia es incierta. Nos fiamos de nuestras organizaciones tradicionales y una vez que estas traicionan la confianza debida no hay forma de adivinar por donde marcha el bien común y sólo cuenta satisfacer el orgullo herido.
Tampoco hay que despreciar la influencia de las ideas “anarcoliberales” en muchos de estos simpatizantes de Podemos, por mucho que ello choque con la manifiesta vocación estatalista de la que estos hacen gala. En gentes ilustradas y aparentemente cultivadas se tiene a las instituciones y al Estado por parásitos que chupan la sangre a los particulares. En consonancia con la idea de que la situación personal nada tiene que ver con la marcha de las cosas, para muchos la sociedad funcionaría mejor si no hubiera políticos ni instituciones públicas. Dejo de lado si este “anarcoliberalismo” es coherente con los postulados liberales o su más grotesca caricatura, pero el hecho es que estas ideas simples e infantiles están muy ampliamente difundidas y no son pocos los profesionales ilustrados que se mueven en ese caldo de cultivo. Me limito a constatar que todo vale para la viña de Podemos y la gloria de su “Gran Ciudadano”, tras cuyo liderazgo se nos convoca.