No les extrañe que el Madrid Barça me
acabe de helar el corazón. ¿Seguir fiel al Barça me hace cómplice
del “Procés”? Pero este problema de conciencia me lo tengo que
tragar. Voy a ver el Madrid Barça con la mosca de que sea el
penúltimo, o uno de los postreros, “partido del siglo”, al
menos dentro de la Liga española. Se qué a los no futboleros esto
les resulta indiferente y a los “ciudadanos” una exageración
delirante, pero no menosprecien que para muchos, y cada vez son más,
uno de los pocos motivos de unidad es el morbo de estos duelos. Lo
del delirio, ojalá, pero ya veremos. Si no espabilamos, y no parece
por las trazas, el debate “nacional” que seguiría a la probable
proclamación de la independencia catalana, que sea esta
independencia virtual o real no viene al caso, será si se admite o
invita al Barça en la Liga española (o como se llame entonces). En
Cataluña, por otra parte, se debe dar por descontada su continuidad
y con todos los honores, de lo contrario no se entiende tanto fervor
independentista, ¿o es que no se lo han pensado? Es probable,al fin y al cabo
somos igualmente iberos e hispanos, lo digo por lo de Santa Barbara.
En el “centro” sólo se va a creer en el peligro de la
Independencia cuando se haya producido y en Cataluña se pensarán en
sus consecuencias cuando sean irremediables. Por mi parte espero no
cometer una frivolidad si digo que la amenaza de exclusión del Barça
de la Liga española es un argumento infinitamente más disuasorio
que todas las llamadas a la solidaridad, la igualdad,la libertad y el
respeto a la ley, o incluso el caos económico que puede sobrevenir.
Entre otras cosas porque ya están vacunados y la imaginación es
libre, pero un partido de fútbol es algo muy tangible y visible.
Seguramente este debate daría lustre
al otro que se vislumbra: quien es el partido responsable de la
separación, si el PP o el PSOE, o lo que quede de ellos. Dicho sea
de paso, es difícil comprender la lógica del discurso del PSOE
sobre este particular a no ser que sea una coartada para librarse de
la acusación de complicidad o pasividad, mientras que el PP parece
empeñado en que no se le tilde a posteriori de provocador.
Pero volviendo a lo nuestro, tengo la
impresión de que llegado el caso no serían pocos los que
preferirían cambiar el nombre de la Liga, por ejemplo Liga
hispano-vasco-catalana, o Liga ibérica..etc con tal de que el Barça
siguiera participando.
Aunque tenga la traza del más horrible
Vodevil, el Próces parece seguir el “guión trazado” casi al pie
de la letra. Por muy cadáver que sea, Mas está embridándolo y
amenaza resurgir tras el 9N como Ave Fenix. La demolición de CiU,
que parece seguir preocupando a los más “responsables” analistas
del “centro”, está descontada y la pelea parece que se centra,
de seguir todo así, en quién proclamará la independencia y cuando.
Ya bastantes barruntamos un futuro escenario de “doble poder”,
pero incluso la mayoría de estos, llevada por el optimismo natural
del ser humano, cree que el caos previsible provocará la reacción
de los catalanes sensatos. De la marcha por el desierto al retorno a
la patria común, bajo el canto expiador “perdona a tu pueblo
señor”. Mucho suponer, cuando además la única barrera seria es
la voluntad de la Sra. Merkel. ¿Alguien en su sano juicio pondría
la mano en el fuego por ella?
Pero todo esto no es más que el mal
sueño de un cenizo...
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