jueves, 2 de octubre de 2014

CLARIFICADOR




Sigo con mi monocordio. Lamento disentir de la idea dominante por estos pagos sobre la dimensión del mal separatista. La ventaja en cuanto a poder de movilización del nacionalismo no creo que se deba a que operan en el ámbito de la emocionalidad, mientras en frente se actúa por racionalidad y por tanto de modo cívico. El problema es que la sociedad española no se siente comprometida a defender la democracia, ni se siente motivada a defender su nación, al no se sentirse comprometida como comunidad nacional. En el momento de la historia en que vivimos todavía, la defensa de la democracia está unida a la defensa del interés nacional, siendo ambos aspectos indisolubles. En nuestro país sin embargo la ruta seguida en los últimos treinta años ha sido la de la desnacionalización encubierta y ahora lo larvado estalla.
Les recomiendo el artículo del Sr. Tomás Perez Vejo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México “Un proyecto para España” (El País 30/9/14).

Antes de comentarlo un poco me permito una impresión.

Me imagino la estupefacción de Vargas Llosa y muchos hispanos, no sólo ya ante el cariz del proceso secesionista, sino sobre todo por la aparente indiferencia y recogimiento en el Nirvana del pueblo español. Creo que en aquellos pagos la patria es casi una idea sagrada y no se concibe la política sino es como un compromiso por el bien de la nación. Les confieso que no he leído artículo más clarificador en todos estos años. Sostiene en esencia que

“El fracaso del Estado-nación español, suponiendo que finalmente se convierta en un proyecto abortado, no tiene que ver con la organización del Estado (centralista, federal, confederal, de las autonomías, monarquía, república, etcétera), sino con la incapacidad para conseguir que sus ciudadanos se sientan parte de una misma comunidad nacional.”
El autor busca la causa de este proceso que revierte el éxito del liberalismo decimonónico en la construcción de la nación española:
”La falta de legitimidad que amplios sectores de la población atribuyeron al régimen nacido del 18 de julio generó un proceso desnacionalizador que confundió —en un mismo magma indefinido— Gobierno franquista, Estado español y nación española y que, por obvios motivos, afectó sobre todo a la izquierda”
Es un hecho cierto y casi evidente por poco que nos fijemos. Pero sin embargo las izquierdas de los países que han sufrido terribles dictaduras como Italia, Alemania, Francia, Chile..etc se reivindicaron como alternativa nacional frente al totalitarismo pseudo nacional y presentaron sus proyectos dentro de un proyecto nacional. En España la izquierda, una vez hecha la “reconciliación nacional”, se ha ido dejando llevar por todo tipo de añoranzas y ha ido presentando su proyecto, es decir su perfil ideológico, como alternativa a un proyecto nacional y a la idea de nación. ¿Por qué ha sido así? Lo desconozco pero es evidente que esto tiene raíces lejanas muy profundas y requeriría de un estudio muy multidisciplinar.
Es posible que esta visión esté trasnochada y que los hispanos todavía permanezcan mentalmente en el XIX. Es posible que la nación sea “un concepto discutido y discutible”, ¿debemos tomar como un privilegio y signo de madurez y modernidad propia de la globalización ser los primeros en discutirlo y aplicarlo a nuestra nación?.


























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