Creo que analistas y tertulianos dejan aparcado lo
sustancial, que el proyecto vertebral del Todo Sanchez es el acuerdo
definitivo con los separatistas, proyecto que sólo podría ser de
preindependencia, pero eso es otro asunto. Es lo que está en juego y
el escenario en este sentido sigue siendo el mismo.
¿Ha quedado mejor
posicionado para ello después de toda la contienda electoral? Es
difícil saberlo pero no cabe duda de que conserva cartas con las que
jugar y anestesiar. Además a estas alturas Sanchez ni puede elegir
entre Iceta y Cs, ni entra en sus convicciones.
¿Podría
sustraerse a un emplazamiento de los centro/derechas para desligarse
de los socios del alma sin merma de su crédito? ¿Podrían los
varones “reticentes” hacerse los locos si Sanchez procede con su
habitual descaro?.
Tal vez lo novedoso
es que tenga que obrar con mucha más “fineza” para que la
opinión pública trague y se haga a la idea, su idea, de que sólo
se salva España si “Cataluña está contenta”, es decir se
preindependiza. Al fin y al cabo difícilmente podrá justificar la
componenda proseparatista como solución al “peligro” de “la
extrema derecha”.
La oposición
debiera tener claro que la opinión pública anda dividida entre los
que están por “pelillos a la mar” para el problema catalán y
los que andan cabreados pero también atónitos por la
“insensibilidad” de esos sus otros compatriotas. Sanchez/Iceta
juegan a ensanchar la primera franja y a que los separatistas lo
comprendan. Pero parece más posible que logre lo primero que esto
último.
Porque la jugada de
Sanchez les resulta tranquilizadora: la alternativa que les ofrece de
facto no es acuerdo o nada, sino “casi todo lo que queráis y
después seguimos”. La solución definitiva sólo puede ser para
estos la independencia y Sanchez fantasea con la idea de que lo
definitivo es él.
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