Se han apretado las
filas socialistas para recuperar el bipartidismo y con ello la
hegemonía política e ideológica. Más que un gobierno de
circunstancias para ir tirando parece un gobierno decidido a que la
población le agradezca que le libre de la pesadilla del Procés. El
socialismo va a jugar fuerte la baza de la “normalización”, tal
como se ha dado prisa en proclamar.
La política
española en toda la democracia ha tenido por vértice la alianza
estratégica entre el socialismo y los nacionalistas. De ello depende
el predominio del PSOE. Este cinturón de hierro se resquebraja por
los excesos del Procés y el desgaste de materiales, es decir la
deslealtad permanente nacionalista sin corrección alguna.
Desde la perspectiva
socialista no hay otro remedio que refundar el statu quo de la
alianza con los nacionalistas con pasos concretos y un proyecto lo
más definido posible. El golpe de mano que ha aupado a Sanchez
significa que o bien cuenta con la aquiescencia del conglomerado
nacionalista para refundar el statu quo o bien cree que de esta forma
puede conseguir tal conformidad. De esta forma pide una tregua bien
para negociar ya o para preparar negociaciones. En el fondo es lo de
menos. Todo depende de que los nacionalistas se avengan a la
refundación de modo que esta sea viable.
Más allá del
beneficio publicitario, la presencia de Borrell y Margarita Robles
marca la línea roja: ni República, ni independencia, ni derecho a
decidir por concesión legal, lo que por otra parte sería imposible.
Es una línea roja obvia pero que es oportuno recordar porque los
separatistas viven en la creencia de que todo es posible sin
necesidad de verdadero sacrificio. No dudo que los socialistas en
ejercicio, incluido Borrell, tragarán cualquier solución que no
parezca la independencia ni la oficialice.
Pero hasta esta
línea roja todo es posible, por ejemplo la autosuficiencia
estatuaria que ha propuesto el Círculo de empresarios y que
convertiría a Cataluña en una especie de Estado Libre Asociado.
Los esfuerzos de la Sra. Batet tienen que dirigirse a convencer que
algo como esto es viable pero sobre todo a que se puede confiar en el
PSOE después de las próximas elecciones. El control de los tiempos,
las proclamas, los secretos y los silencios depende de ello. También la supervivencia del PSOE, un partido que no puede sobrevivir sin ser hegemónico.
Ahora la pelota está
en el tejado de los separatistas. Lo de siempre: Realidad o Utopía.
Si devuelven la pelota empezará la partida de verdad. Si no le
dejan opción al PSOE y siguen con la política de tierra quemada
será difícil que el PSOE encuentre alguna rendija.
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