jueves, 17 de octubre de 2019

LOS ESTERTORES


En lo que Sz calificó de “estertores” del procés se acompasa la disciplina engolada con la que el alto TS acata y respeta los deseos del presidente en funciones, con el disciplinado frenesí escenográfico incendiario de las masas separatistas entregadas al seguimiento del guión previsto de la indignación y el victimismo fuera cual fuera la sentencia. Por poco discreto que sea, cualquier cabecilla separatista es consciente en su fuero interno de que se ha emitido una sentencia chollo, “que supera las expectativas más optimistas” según un preclaro comentarista, razón de más para excitar la furia que la haga pasar por la más inhumana injusticia.

A la espera de que los estertores se confirmen y que la revitalización furiosa se desvanezca en mero espejismo sirva el retrato de la inversión del concepto de la libertad propia del totalitarismo que nos ofreció H. Arendt:

“...lo que aquellos tienen en mente cuando hablamos de libertad es la libertad de un proceso, que aparentemente necesita ser liberado de las entrometidas actividades humanas, mientras nosotros tenemos en mente la libertad de las personas cuyos movimientos necesitan ser protegidos mediante los límites fijos y estables de leyes, constituciones e instituciones.” (La autoridad en el siglo XX. Pensar sin asideros.)

Desde luego Sz está demostrando ser un consumado maestro en el arte de la picaresca política. Mientras cebaba a todos dejando en la ambigüedad su intención de indultar, trufaba el pavo tribunicio con altas Razones de Estado que conducían a un indulto encubierto camuflado de sentencia unánime e incontestable.

Queda así blindado el flanco de su derecha y puede amagar con algún atisbo de autoridad ante la opinión pública, pero a costa de que se vea superado por su propio éxito. Pues en efecto ahora más que nunca la pareja de pícaros Sz/Iceta ha de confiar en la Esquerra como si fuera suficiente haber hecho su parte del trabajo. Pero la misma Esquerra esta tan arrastrada por el Procés como aspira a beneficiarse más allá de lo que estos pícaros pueden desear.

Es dudoso en primer lugar que tenga capacidad para domesticar el procés y menos aún para que pueda hacerlo en la dirección que quisiera la pareja picaresca. Pero es más dudoso todavía que la parte mollar del pacto, la Confederación, sea suficiente y no vean la oportunidad de ponerse farrucos con la autodeterminación.

De hacer tales socios este envite, Sz tendría que aceptar o deshacerse de Iceta y demás manejos para “reconstitucionalizarse” con los constitucionalistas, a contracorriente de la propia fe zapateril y de la podemización de las bases. Un escenario vertiginoso para quienes han hecho de la deslegitimación de las derechas, “centralistas” por supuesto, y de la relativización y sospecha de la nación la clave del éxito.

Porque en ese caso lo único que podrían Sz/Iceta ofrecer, a cambio de que ERC sacrificase su "honor" ante las mesnadas separatistas, sería la promesa de que puede enredar  a los constitucionalistas en la vía confederal, asunto por ahora difícil de concebir y que desde luego está a contrapelo de las urgencias que reclaman dejar los alardes poéticos de autoridad por algo sustancial.

Entre tanto Sz anda groggy con la tribulación de si Jonqueras lo protege o le asesta el gancho definitivo. Incluso la toma de aire del telediario empieza a atufar a busto virtual cuyo pomposo empaque degenera al repetirse en un amasijo de muecas descontroladas, que apenas pueden despistar de la vaciedad.

Surge así la duda: estertores, ¿pero de quien y de qué?.

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