martes, 16 de enero de 2024

¿EXISTE ALGÚN PLAN?

 

En los procesos políticos la línea más difusa es la que separa aquello a lo que se está abocado de la dirección final. Lo primero depende del dinamismo del juego de fuerzas que se se ha desencadenado y no hay verdadera conciencia hasta que cuaja un cierto despliegue; lo segundo depende de la fijación de un plan director de esa dinámica. Por lo general esto segundo cobra forma cuando la dinámica adquiere consistencia y parece irreversible apareciendo con claridad a donde conduce, de modo que la finalización se ha de consumar simbólicamente para que el éxito y su correspondiente statu quo sea claro a los vencedores y a los vencidos.


Es evidente que ZP y Sanchez desataron las fuerzas que abocan a la destitución de la Constitución, aunque una variante de como esto se produzca es el refrendo por parte del TC sanchista del “proceso destituyente”.


Sin entrar en detalles la alternativa destituyente a la que nos vemos abocados sólo puede ser la Confederación o la Independencia integral de Cataluña y el País Vasco. La Confederación plurinacional sanchista, cuenta con la separación funcional del País Vaso y Cataluña (y Galicia si se tercia) de un lado y aparte, el resto embotado se supone que titular del nombre de España en sentido estricto. Esta alternativa parece consentida con mayor o menor entusiasmo por la masa social progre, pero sólo sería viable si desemboca en una República (bolivariana por supuesto) con el beneplácito de los independentistas (por ser un paso imprescindible a la independencia o porque les convenga más que la independencia pura y dura). Esa España disminuida sería para los españoles sanchistas y los separatistas, sosteniendo así estos a Sanchez como ahora, mientras serían Cataluña y el País Vasco en exclusiva para los separatistas.


La destitución de la monarquía constitucional tiene así su sentido. Aunque el TC “constitucionalizara” un sistema confederal “monárquico”, sólo la República, autolegitimada en el mito de la II República, consumaría el proceso como símbolo de la victoria de la España sanchista contra la España “facha”. Porque el socialcomunismo social y oligocrático vive del símbolo y el mito.


¿Ya está planeada la destitución y el fin final o se va dejando hacer a la espera de lo que surja?


Espiritualmente todo se resume en la procelosa Constitución del “Gran Hermano”. Es fácil de comprender, pero chirria.


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