La felicidad del Dr. Bergoño se añade al encierro (¿o entierro?) de Abascal. La risa del bufón en el entierro. ¿Es impostada esta alegría? ¿tiene el Dr. alguna vela en el entierro?
Este desparrame emocional tiene que chocar a cualquiera que no comulgue con ruedas de molino. Vox es la coartada propagandística perfecta de la aventura sanchista. Coartada tan poderosa que hasta VOX cree ser el coco ultra que Sz. ha hecho creer. A partir de ahora en buena lógica Sz. tendría que modelar y afinar sus inventivas y la convocatoria de su cruzada contra la derecha de toda la vida, el PP. Pero no ha nacido para dulzuras y exquisiteces precisamente, por mucho que se crea capaz de todo seguirá atizando a lo bruto. Le va la vida.
Como el sujeto no da puntadas sin hilo, ni gasta pólvora en salvas, pudiera ser que su alegría se debiera a que, según imagina, así caduca la alternativa que lo puede desalojar, de haber elecciones; o, más prosaicamente,se debe a que se abre la reconquista de las comunidades díscolas que cubren casi toda España.
¿Compensa botín tan etéreo quedarse sin la coartada en la que cimienta su poder? No hay que menospreciar la psicología. El Personaje está tan seguro de sí mismo que igual no tiene duda alguna de que es capaz de seguir crucificando al PP por ultraderechista y facha de tomo y lomo, aunque todavía no sepa como hacerlo. Pero también cabe que se apunte la victoria "moral": "gracias a mí España no va al desastre ¿lo veis?". ¿Previsión electoral se llama esto o ganas de aclamaciones en tiempos de tribulación familiar?. No es por ello descartable lo más cutre, pero no menos operativo, al menos en su cabeza: "por unos días, igual por una temporada ya no seré Bergoño. ¡Bendita sea!"
Pero igual hasta Sz. da alguna vez, sin darse cuenta, puntadas sin hilo y no hay que darle tanta importancia a esta ligereza. Este entreacto está crudo y es demasiado frívolo. Lo mollar es la cara que pone Abascal. ¿Está convencido de lo que hace o ha caído en su propia trampa ya sin salida?
Es obvio que Abascal se había enfilado de un tiempo a esta parte a ser la alternativa del PP. Algunos signos inquietantes indican que preparaba un desafío. Pudiera ser que definitivo o sólo para amedrentar. ¿Lo tenía claro? ¿Pero tenía alguna estrategia?
Si trata de hacer un Le Pen va listo, por mucho que fantaseen algunos vocingleros. Penetrar en los bastiones y barrios de la izquierda tradicional y prosaica a base de obrerismo, instintos anti emigración y autarquía es contra natura y hasta ridículo, en este país llamado todavía España. Por mucho que estire el chicle no puede ir más allá de su electorado natural, la derecha de toda la vida más cabreada. Sólo si fuera verdad que el PP y Bergoño están de boda podría atraerse más gente de orden y de patria. Pero es difícil que el mismo Abascal se crea este cuento, aunque, como todos acabamos creyendo lo que nos conviene, vaya Vd. a saber.
Cuesta creer que reaccione de esta manera tan campanuda por miedo a Alvise. Cierto que a Rivera lo volvió loco la aparición de VOX cuando creía que estaba a punto de "sorpasar" al PP. Pero la fuerza y significación de Alvise nada tiene que ver con la que tenía VOX. Sólo puede darse pábulo a esta variable, si los analistas de VOX imaginan que existe un caladero insospechado por las redes y demás. Pero esto no da para mucho más que para alguna historieta rememorativa de la búsqueda del Santo Grial y no parece que Abascal caiga tan bajo.
Lo más chocante es la excentricidad del motivo aducido y las prisas en romper. Demuestra con ello que no había motivos objetivos, máxime cuando los acuerdos y gobiernos con los populares funcionan razonablemente; demuestra también que necesitaba romper compulsivamente. Pero lo hace sin estrategia real, salvo en la de hacer un Sanchez, porque tarde o temprano se dará cuenta de que hacer un Le Pen es lanzarse al agua sin saber nadar. Tendrá que reeditar el manual de resistencia. Hacerse un Sanchez, sin caer en el Bergosanchismo por supuesto, según el principio de que el relato y la propaganda lo es todo, que tal vez lo haya acabado creyendo, significa fiarlo a que cunda eso de que "El PSOE y el PP lo mismo es".
Todo indica que a las ganas de un "sorpasismo" mal curado se le añaden las veleidades internacionalistas. ¿Sólo son veleidades estratégicas hipernacionalistas, pero esencialmente antieuropeístas? ¿Hay también puesta a disposición de la constelación putinesca? ¿cree que eso es el futuro y que acabar con la U.E. bien vale una misa o lo que sea? ¿ha unido febrilmente su ascenso en España con el entierro de la U.E? ¿no es contradictorio contestar a Europa por la agenda 2030 y otros desvaríos, separándose de la Sra. Meloni, la única que podía poner todo esto en un brete?
¿Es por tanto una simple coincidencia el estreno de este posicionamiento internacional y el arrebato narcisista de consumo interno del que Abascal hace gala?
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