Sanchez y Puigdemont están mareando la perdiz. De la matraca de la aprobación de presupuestos sólo importa el prestigio. Para Sanchez es el símbolo de que tiene la legislatura amarrada, para el Prófugo de que sólo el manda "en Cataluña y en España" de verdad. La orgía sólo puede acabar en una encerrona "constituyente" a la democracia. Todo se reduce a cómo cuadrar el referéndum sobre la monarquía y el referéndum para la independencia. No está claro el momento del salto, pero tiempo al tiempo. Sanchez aguanta lo que hace falta a la espera de la oportunidad, Puigdemont fustiga a Sanchez para que no decaiga y progresa en cómodos plazos.
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