A nadie se escapa que la mentira contumaz y programada contiene el germen de un proyecto más amplio de inversión de la relación natural con la palabra y con la evidencia, proyecto en suma de sometimiento de la semántica al interés político, en este caso woke o "progresista", de modo que las palabras lleguen incluso a perder su sentido metafórico si este transgrede un canon moral, en realidad sectariamente político. Véase la "regulación" del uso de la palabra "cáncer" o la trivialización de términos como "terrorismo" u "holocausto". O "relato" en lugar de cuento o propaganda descarnada. Es obvio que esto tiene que ver con que en la sociedad mediática de masas el dominio de la semántica es el principal aglutinante estructural. Cuando tal dominio obedece a la mala fe cabe habla de estado de infamia, es decir de sabotaje planificado de lo que se puede decir con sentido.
No es por dar ideas pero dada la facundia con la que la España liberticida afila su apuesta, bien puede denominarse a la dictadura "popular"que ya más consciente que inconscientemente se promueve, la República de los Incorruptibles. No puede caber mucha duda de que la base social "progre" y anticonstitucional daría a mucha honra su conformidad, tanto a ese Régimen como a este calificativo. No en vano sienten, contra viento y marea, el orgullo de que la historia les ha otorgado en exclusiva la credencial de ser el flagelo de la corrupción, esa poza séptico en la que se revuelcan "los ricos". Comparado con esto, lo que a la vista de todos está son, desde esa óptica, vanos intentos de marear la perdiz por los condenados a la perdición.
De esta manera se cumplirían dos expectativas. Culminar el estado de infamia, pero además, lo más importante: asentar el proyecto liberticida en la más genuina tradición. ¿Cabe mayor honor que emparentar un régimen que cancela toda oposición a la "virtud" revolucionaria con su modelo histórico más auténtico? ¿qué mayor gloria que el jefe de los "Incorruptibles" entronque con el Incorruptible más primigenio, que estaba a la cabeza del Comité de Salud Pública? Con tanto y virtuoso Pedigrí las bases tendrán el subidón que esperan con tanto anhelo.