lunes, 21 de julio de 2014

¿POLÍTICA FICCIÓN?


Una vez que se dirime y resuelve la batalla ideológica a los perdedores sólo les cabe negociar el armisticio. El nacionalismo catalán ha vencido sobradamente, sin enemigo enfrente, al acabar de convencer a la población catalana y gran parte de la española después de cuarenta años de trabajo y empeño de que :

1º Los ciudadanos catalanes son primero catalanes y después ciudadanos.

2º Como pueblo, el pueblo catalán no tiene nada que ver con el pueblo español, aunque pueda compartir algunos lazos, afectos o intereses.

3º La lealtad de los catalanes se debe exclusivamente a Cataluña y que, con quienes forman parte de lo que se llama España, sólo tiene que regir el interés o la generosidad.

4º El pueblo español es todo lo más un conjunto de pueblos heterogéneos unidos por la conveniencia del momento o la coacción.

5º España es en consecuencia sólo un Estado plurinacional o una nación de naciones.

Conclusión: la apuesta por la independencia es inevitable tarde o temprano, depende de que se produzca alguna circunstancia afortunada, tal como ocurre en este momento.

Una vez resuelta la contienda ideológica el Estado tiene tres opciones:

1º Hacer valer el Status Quo cueste lo que cueste.

2º Conceder la independencia previa negociación de la cuenta de intereses y derechos.

3º Intentar la tercera vía.

Esta tercera parece la más razonable dada la relación de fuerzas. Es factible si la Unión Europea respalda consecuentemente la unidad de España. Sólo así una parte de la opinión que ahora sigue a los independentistas podría prestarse a una solución pactada.

Pero esta solución parece que debería tener unos contenidos elementales:

1º Convertir España en un Estado Confederal.

2º La declaración de Cataluña como nación.

3º Consecuentemente el reconocimiento del derecho de autodeterminación. No es concebible una nación sin ese derecho. Sólo cabe negociar su forma y contenido.

(*Dado que es una decisión de efectos históricos y dado que rompe un Estado y una nación multisecular dentro del que han convivido decenas de generaciones y dado que el Estado actual respeta los derechos de los catalanes, como ciudadanos y como catalanes, sugiero, por sugerir, algunas cosas lógicas:
  • Que se requiera la aprobación de más de la mitad del censo para poderse proclamar la independencia.
  • Que se ratifique esta decisión si ha sido favorable a la independencia en un mínimo de diez años y un máximo de veinte años. Sólo después se podría proclamar la independencia.
  • Que de no resultar la independencia sólo se pueda volver a efectuar la consulta con un mínimo de años.)

4º Un “pacto fiscal” que no podría ser muy diferente del Concierto vasco y del Concierto navarro.


Por última la sociedad española tendría que valorar si esto le interesa y merece la pena, y en su caso si cree que tiene motivos para seguir conviviendo junta, con los catalanes o sin ellos.

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