*Cualquiera que sea el resultado del
referéndum de Escocia urge crear una especie de Oscar al político
más irresponsable. Vendría bien el “Sombrero de plomo” en honor
al “sombrerero loco” de Alicia. G. Bush Jr. se lo ha merecido de
sobras y ahora tanto o más míster Cameron.
*Algunos paralelismos entre el proceso
escocés y el catalán:
-La sociedad británica y la española
en general se lo han tomado a broma y a chanza. Política del
avestruz. Los británicos creyendo que el “sí” representa una
ínfima minoría, la sociedad española creyendo que la independencia
es metafísicamente imposible y el proceso sólo un teatro.
-En Cataluña el rechazo de la
independencia carece de presencia pública y está estigmatizado. En
Escocia parece que domina la calle el entusiasmo independentista
aunque guardando las formas bajo un barniz de debate racional.
-El crecimiento del sí y del
independentismo se debe en gran medida al cambio de bando de una
parte importante de la población tradicionalmente laborista y
socialista identificada en principio con postulados unionistas. Es
llamativo que en el caso de España lo sean los de origen no catalán.
-La independencia se identifica en
ambos casos con la conservación del Estado de bienestar que estaría
amenazado por las políticas del gobierno central. Gran parte de la
población vota más en clave anticonservadora y antiliberal que
nacionalista.
-El independentismo capitaliza también
el malestar por los efectos de la crisis de lo que se hace
responsable exclusivo al gobierno central. Curiosamente en Cataluña
se libra de la responsabilidad a la derecha nacionalista gobernante y
al tripartit, gobierno de la izquierda nacionalista.
-Parece que el independentismo
capitaliza también la repulsa a las élites políticas europeas y a
la corrupción atosigante. Para las huestes indignadas las pequeñas
naciones parecen un oasis contra las zozobras de la globalización.
Lo pequeño no sólo es bello sino incorruptible. La pujolada es una anécdota que puede pasar en las mejores naciones.
-Pero no obsta para que ambos crean que
seguirán en Europa y que los beneficios del actual status quo
seguirán igual pero mejorados. La independencia ya no se asocia a la
necesidad de salir de la carencia sino de aumentar la prosperidad que
sienten amenazada.
-En todo caso todos sabemos que nada
será igual en España y en Europa.
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