El pregón del honorable me ha
sorprendido por lo diáfano que ha sido en lo que importa
políticamente. Es claro lo que ha querido decir con lo que ha
dicho, cuando ha soltado a la cara de sus señorías tres verdades
como puños:
-que su rama podrida forma parte de un
árbol enteramente podrido de la misma manera.
-que ha hecho lo que ha hecho porque la
clase política catalana y el pueblo catalán han hecho la vista la
gorda o han mirado de lado durante 23 años.
-que quienes son verdaderamente
inmorales son los diputados por pedirle explicaciones cuando el
pueblo de Cataluña le debe todo lo que ahora es.
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