miércoles, 1 de marzo de 2017

EL PROCÉS Y SUS TIEMPOS


A la vista del final otoñal, una vez establecido el dogma de que la intervención, por muy inevitable que fuera, sería un desastre y una derrota mayor que la misma independencia, parece que el gobierno pone todas sus esperanzas en Junqueras, el líder más poderoso ahora del Procés. O sea un nuevo tripartito, más cutre si cabe, de ERC/Podemos& Colau/PSC.

¿Pero qué interés puede tener el solicitado y qué puede ofrecer el solicitante?

El primero lo puede considerar una salida al posible atasco del Procés llegado el momento decisivo, pero según y como. Deben estar aturullados porque no han concitado simpatías en la UE y de momento entre los que cuentan en el mundo. El cierre de las puertas de la U.E. parece un obstáculo infranqueable y vista la realidad española el principal obstáculo.

¿Se atreverían las acomodadas clases medias separatistas y la manida “burguesía catalana” de toda la vida, en conjunto el grueso del separatismo, a forzar la mano y arriesgar su bienestar por el prurito de “hacer historia”? ¿se volverán algo cuerdos ante el abismo?

¿Pueden creer por el contrario que, igual que tienen amedrentado al Estado español y disponen de cierta complacencia de la sociedad española, por desidia, pasaría lo mismo con la U.E.? ¿esperan convertir el “otoño catalán” en otra especie de “primavera árabe”? Tal parece por caso la apuesta de los capos de la mafia catalana y los antiguos convergentes. Para estos cuanto mayor huelen sus pufos, cuanto peor mejor.

Pero quienes más poder tienen en el actual momento del Procés han de hacer cálculos más finos. Dado por supuesto que primero hay que hacer un amago de “desconexión” y que luego ha de venir la correspondiente y preceptiva declaración de inconstitucionalidad e ilegalidad, “¿qué hacer entonces?”, ¿pactar o llamar a la “rebelión social” pase lo que pase? ¿elecciones para proclamar la independencia y ejercerla como sea o para “reanudar” el procés?

Es claro que la vía de izquierdas catalana podría contar con la expectativa de un próximo gobierno podemita sanchista. ¿Sería ese el momento propicio para elegir entre independencia y Confederación a modo de independencia avant la lettre? Pero por otra parte una vez declarada la inconstitucionalidad de “la desconexión”, ¿se podrían controlar a tantos que no aguantan más las ganas de “saltar la valla”?

Desde el lado constitucional no parece creíble que la ingenuidad sea tanta como para esperar que los actuales líderes separatistas se conformen con reeditar otro tripartito y que después “colorín colorado este cuento se ha acabado”. Cualesquiera que sean las vicisitudes y circunstancias el gobierno no tiene otra disyuntiva que: intervención u oferta de Confederación.

En lo segundo cuenta tanto el contenido como la ocasión. ¿Podría llegar el gobierno a incluir dentro de la Confederación alguna fórmula de “derecho a decidir”? ¿se puede camuflar esto dentro de la admisión de una relación de “Estado” a “Estado”? ¿cabe alguna otra oferta realista que pueda soslayar la intervención? ¿O espera de verdad el gobierno que basta ofrecer diálogo para que todo se disuelva?.

Y respecto a la ocasión: ¿Ofrecer el regalo a cambio de que no haya revuelta o que se controle pulcramente como para que parezca que no pasa nada? ¿Ofrecer tal cantidad de beneficios ya que disuada a las izquierdas separatistas de la tentación de esperar a ver si toca el gobierno “amigo” podemita/sanchista? ¿O basta esperar a ver qué pasa tras la declaración de inconstitucionalidad?

En estas debe estar el Señor de los tiempos.

Y ante esto ¿el pueblo, qué? ¿va a influir de alguna manera? Supongo que esta es otra historia.

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