miércoles, 17 de mayo de 2023

LA INDECENCIA

 

Dicho a lo bruto: ¿cree el PSOE en el confederalismo/ “federalismo asimétrico” y por ello en una estrategia conjunta con los separatistas hasta alcanzarlo? ¿o necesita esa estrategia conjunta para el fin supremo de cancelar la derecha y por ello acaba de creerse el confederalismo? El huevo o la gallina.


Es muy complicado pero me inclino a lo segundo. Es lo más coherente con su historia y con el hambre de venganza histórica que se alimenta desde Zapatero. Desde la llegada de la II República el socialismo ha adaptado su visión de España al proyecto estratégico de apañarse con el nacionalismo de forma preferente y a toda costa. Así de forma medio teórica o medio práctica ha congeniado con los supuestos metafísicos nacionalistas sobre España, y al final se nota.


Solo en el esplendor autosuficiente del felipismo y en los años de plomo esto quedó bloqueado, más por instinto de supervivencia que por verdadera reflexión y claridad. La dependencia ideológica y moral de la visión nacionalista de España que tuvo su bastión en el PSC sólo quedó en el limbo, mientras en Cataluña se petrificaba a la sombra del pujolismo. Como un tesoro que gritaba ser desenterrado.


Seguramente que ya en el socialismo se abre paso la idea de que si es preciso llevar el Frankenstein hasta el final, habrá que hacerlo. Ese es el gran éxito de indignidad sanchista.  La villanía de cancelar a la derecha a toda costa como único medio de supervivencia, es decir de dominio; la indecencia de ganar la guerra civil como único proyecto legitimador; del desarme moral al desarme nacional y viceversa. Todo lo avala. Y como el hábito hace al monje no se puede jugar siempre con la ignominia sin acabar de creer en ella y tenerla por virtud.


El destino del Frankenstein no es un eterno juego de movidas tácticas de “yo te dejo y tú me das de esto o de lo otro y mañana ya veremos”. Se está en un camino y tiene un punto de llegada. Por convicción o por conveniencia o por ambos el sanchismo ha cogido una marcha prácticamente irreversible. Y tiene que arrastrar a todos los suyos.

¿Los suyos? Son seguros la amalgama de la facción socialista podemizada, los podemitas y separatistas. 

¿Son suyos los que afectan mosqueo y remilgo, los de Lamban, García Page y algún otro Cía? ¿pesan algo para el buen éxito del final? Por ahora si no lo son temen tanto no serlo como reconocer que no lo son. Y al final el miedo y la duda se torna convicción, la convicción de que no hay otra.

¿Están preparados todos para saltar juntos el Rubicón de la indecencia, es decir la autodeterminación pactada y consumada? ¿cuanto pueden tardar para estarlo?

En este sentido las próximas elecciones son un test para el verdadero plebiscito...mientras vayan tragando, que de eso se trata.

Como esos sparrings que se les prepara para asimilar todos los golpes posibles. Es decir todas las indecencias. A cambio el placer de que el Jefe machaque a la derecha y deje K.O. al sistema constitucional.

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