Por desgracia el gregarismo extremo flagela el sentido de la política
en España, desde la cumbre hasta la superficie. Aquí los mitos y
prejuicios son mas tozudos que la realidad. Tezanos y Borrell son
ejemplares en tener por orgullo carecer del sentido de honor personal
y profesional. La servidumbre a la secta lo aguanta todo y da todo el
sentido. España era la tierra del honor y de los antepasados (Kant
dixit). Era exagerado pero ahora es peor columpiarnos en las
antípodas.
Las democracias se asientan en cierta fidelidad mítica a
las corrientes estructuradas y vigentes (socialistas, liberales,
conservadores...etc) pero también en el compromiso personal de cada
cual con su responsabilidad social, especialmente los responsables
con algún tipo de poder relevante. Ese compromiso es una bandera
crítica que el pueblo tiene en cuenta y también las élites
políticas, que no lo pueden soslayar sin consecuencias. Aquí eso es
de “fachas”. Todo discurre para que tipos como Tezanos sean el
modelo a seguir, desde las altas instancias hasta las más bajas. Al
fin y al cabo va a favor de la corriente no en contra, como el mismo
se encarga de hacernos creer.
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