lunes, 11 de noviembre de 2019

ENTRE LA HECATOMBE Y LA DESVERGÜENZA


La hecatombe de Cs mantiene a flote a Sz, tanto que si éste la hubiera sido programado habría que pensar que estamos ante un mago proverbial de la alquimia política, y no sólo ante un mero pícaro de tres al cuarto.

Lo de Rivera va a merecer todo tipo de análisis y acertijos. No en vano tiene que ser el tema público por excelencia. Creo que de acabar en entierro será la peor noticia para la salud democrática de España, porque ha sido oportunidad única para enterrar la maldición de las dos Españas. Esto es de mucha enjundia para despacharlo en un plis plas, pero salta a la vista que Rivera le ha dado a su tragedia un toque edípico: el miedo a caer en las garras de VOX, según avisaba su oráculo interior, ha provocado el mecanismo de huida que lo ha conducido a ser devorado por VOX. A mayor gloria de Sz.

Ese buen chico que es Casado haría bien en aprender de ello. Todo estaría bien empleado si la salida del atolladero y de la caída en la ruina fuese un gobierno con una coalición constitucional.

¿Es esto posible?

Según aparece en “El peso de la responsabilidad” de T. Jugdt, cuando en 1935 era evidente la amenaza de Hitler el joven Ch. Degaulle pidió al entonces presidente del gobierno de Frente Popular L. Blum reformas militares, tuvo por respuesta:

 “¿Cómo espera que yo, un socialista, acepte la idea de una guerra ofensiva?”.

Luego Blum no dejó lugar a dudas de que era víctima de sí mismo y no podía ser de otra manera al explicar la negativa de la SFIO a votar créditos militares:

“El grupo parlamentario socialista, por fidelidad ritual a un antiguo símbolo, continuó rechazando créditos militares cuando sabía que, en cualquier caso, se iban a aprobar, un gesto no exento de hipocresía” .

Naturalmente  EL “antiguo símbolo” que concita la "fidelidad ritual" del socialismo hispano es el “tardoantifranquismo” envolvente de “las derechas”, bien perfumado de podemez.

¿Maniobra del pícaro alquimista para que la escalada de VOX justifique definitivamente sin vergüenza alguna dar vida al monstruo de Frankenstein?

También se cuenta en el citado libro que el presidente Daladier volvió de Munich en1938 agusanado de vergüenza por haber traicionado a los checos, y de paso a los franceses (Francia tenía concertado un pacto de defensa con los checos), pero mayor vergüenza sintió por los vítores y aclamaciones con las que fue recibido.

A la vista de lo que da de sí Sz. es inimaginable que sienta vergüenza alguna de sus trajines de engañabobos y menos de la alegría de los suyos. Incluso cabe la sospecha de que tal incapacidad empática por esa entrañable, cívica y humana virtud que es la vergüenza política obedezca a que tal virtud ya sea un anacronismo a inventario de coleccionistas. Ahora debe pensar Sz. que echarle cara es lo propio de los héroes.

Si todo sigue su lógica estamos a expensas del cálculo de Jonqueras: ¿lo pedirá todo para aquí y ahora  o a cómodos plazos? ¿se conformará con mantener la tensión central o querrá el botín ya en contante y sonante? ¿querrá dejar un margen de confianza o todo cerrado?. Hay mucho que calcular máxime cuando además Puigdemont goza de tal inmunidad y poderío que Sz. no puede ningunearlo sin romper con Jonqueras.

No cabe menospreciar que, aunque el cuerpo le pide a Sz lo que le pide, seguramente empieza a saborear el miedo y a evaluar que también la audacia puede tener consecuencias indeseables: como la de verse desalojado por la Constitución o por la “revolución”, pero desalojado al fin y al cabo. Ante esta nueva versión del miedo edípico, bien útil puede ser que los constitucionalistas le ofrezcan a los socialistas una salida constitucional. Aunque sólo sea para que Sz esgrima ante podemitas y separatistas esta amenaza…. o empiece a ponerse en la piel de Hamlet.

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