domingo, 3 de noviembre de 2019

LA IN-DECISIÓN DE SANCHEZ


Si en el centro de la campaña está la responsabilidad de Sz por no haber formado gobierno este replica responsabilizando a los unos y los otros por no haberle dejado formar gobierno. Así ha dado con un puente entre “fachas” y “progres”: el deber de dejar gobernar a Sz. Así ha de quedar convencida la opinión pública: sólo es posible un gobierno sanchista de manos libres. Lo único posible se convierte en lo único deseable y aceptable.

Creo que la fortaleza de Sz depende de lo aprovechable que sea la misma contradicción que lo paraliza. Entre decantarse por los unos o los otros o no elegir su opción es no elegir. Tiene poderosos motivos. De hacerlo el PSOE entraría en una vía posiblemente irreversible y de lo más incierta: la aventura anticonsitucional o la indeseable legitimación de “las derechas” y el enfrentamiento con los nacionalismos. Pero además lo importante es que cuenta con que puede invocar el desastre que significa la parálisis del país para disimular su preferencia por la parálisis institucional. Serían los otros los que no podrían no elegir: “¿preferís que gobierne sólo o con el enemigo?” Sólo hay que estar fuerte en la fe de que alguno picará tarde o temprano. 

Las encuestas fluctúan entre el optimismo descarnado (Tezanos) o el pesimismo manejable que abona la posibilidad de seguir igual como mínimo. l La moraleja de consumo sanchista es que si los españoles repiten más o menos entonces siguen queriendo un gobierno sanchista de manos libres. Argumento suficiente para que el “perseguido” reclame el “derecho” a ser ungido, o sea a no tener que decidirse entre el deseo y la realidad.

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