jueves, 26 de septiembre de 2013

LA MOSCA FILOSÓFICA.



En su blog Iñaki Gabilondo pregunta si se puede encontrar alguna solución sobre el problema del “derecho a decidir” para evitar el tremendo engorro que supondrían las elecciones plebiscitarias que Mas amenaza convocar de no permitirse el referéndum por la independencia. Esta fue mi respuesta.

Puestos a jugar al posibilismo tal como Vd. propone, se podría intentar una especie de pacto confederal sacudiendo el sistema autonómico general y refrendarlo en toda España, Cataluña incluida. Sería un pacto de caballeros que sólo podría interesar al resto de España si las condiciones son aceptables. O si no, se podría ofertar un referéndum de autodeterminación que no se pudiera repetir en al menos treinta años y con condiciones que pusieran las Cortes, por ejemplo  que la mayoría necesaria para conseguir  la independencia tuviera sobrepasar el cincuenta por ciento del total del censo electoral. Pero esto son cábalas. El problema es que los nacionalistas cuentan con la dejadez y desunión de la sociedad española encabezada por sus políticos. ¿Tendría el independentismo tanto seguimiento si estuviera la sociedad catalana convencida de que la independencia es imposible?, es decir si estuviera convencida de que el resto de España está dispuesta  a hacer valer la Constitución.
Permítame un acertijo filosófico. ¿En quién estaba pensando Wittgenstein cuando dijo que los problemas filosóficos, como el problema catalán, no tienen solución y que son del tipo de lo que le pasa a una mosca cuando se mete dentro de una botella?, ¿pensaría en Mas o en España?. A lo que parece Mas se siente a gusto dentro de la botella y, aunque tiene afecto a quienes están fuera, no se fía de quien puede ayudarle a salir. Pero la mosca España no está a gusto ni a disgusto en la botella porque cree que se trata de un palacio de cristal con puertas abiertas disponibles a voluntad, sin necesidad de que nadie le ayude a salir.

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