jueves, 5 de junio de 2014

APUNTES DE LA ABDICACIÓN. IV.



*Insignes historiadores como García de Cortázar, J.P. Fusi, amén de muchos hispanistas han dedicado su encomiable obra a demostrar que los españoles, históricamente hablando, no estamos como una cabra, aunque a veces lo pudiera parecer. Ahora que es obvio que vivimos como ser es normales, políticamente hablando, unos cuantos o muchos quieren ponerlos en la tesitura de explicar  por qué sólo podemos estar como una cabra.

*Es de presumir que los niños que han sido criados en forma de que recibir un “no” es un trauma insoportable y definitivo, al hacerse adolescentes y adultos piensan que si el mundo no es perfecto es asqueroso.

*La nostalgia tiene razones que la razón no entiende, máxime la de los nostálgicos que no tienen pasado para tener nostalgia alguna.

*Si me matriculara en Políticas de Madrid y supongo que en Política de la mayoría de Universidades, recibiría un estruendoso suspenso, así que ya no estoy para probar esa sensación ni para esa clase de frustraciones.
 
*Los que dan por supuesto que el cambio en la Jefatura del Estado y el asentamiento del nuevo rey se desarrollará con normalidad no han de dejar de lado el efecto de la cuarta y la sexta. Han encontrado un filón y se han convertido en cadenas abrasivas.

*¡Que Dios guarde a Rubalcaba¡. También Talleyrand prestó algún gran servicio al Estado.

*Creo que para personas con un mínimo de sensatez y educación política, la alternativa entre Monarquía y República, situado en nuestro tiempo y contexto, debiera ser sólo una cosa de preferencia estética. Como si la caja de bombones va envuelta en celofán o en papel de plata. Pero en política la estética ha de contar lo justo, máxime cuando se corre el peligro de tomar la estética por la política. En estas, los que proponen, aquí y ahora, la alternativa en serio entre monarquía y república pretenden poner sobre la mesa el derecho a estampar la caja de los bombones en la cara del vecino o a hacer de los bombones la dieta de la eterna juventud. Cualquiera que entienda algo lo que nos pasa por dentro no se va a extrañar de que este debate brote abruptamente, para quienes tienen sueños de redentor o de ser redimidos no es fácil la normalidad.

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