lunes, 15 de julio de 2013

EL LEGADO DE MAYO DEL 68.




A veces lo imprevisible descarga en medio de lo que parece constante e inquebrantable, dejándonos sin saber a qué atenernos. Mayo del 68 ha dejado una impronta en nuestro tiempo que todavía escapa a cualquier calibración. Lo que empezó siendo una revuelta estudiantil, al tomar cuerpo se concibió como una revolución anticapitalista y antiimperialista más anarquista que comunista, y ha cuajado como una revolución moral,  especialmente de la sexualidad. Se ha instaurado el ideal del yo que se cree solidario y libre de la contaminación del sistema. Desde entonces la democracia, la democracia occidental propiamente, ya no es sólo urnas y Estado de Derecho, es además  costumbres sin normas y derecho a la felicidad personal sin trabas ajenas

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