EL LEGADO DE MAYO DEL 68.
A
veces lo imprevisible descarga en medio de lo que parece constante e
inquebrantable, dejándonos sin saber a qué atenernos. Mayo del 68 ha dejado una
impronta en nuestro tiempo que todavía escapa a cualquier calibración. Lo que
empezó siendo una revuelta estudiantil, al tomar cuerpo se concibió como una
revolución anticapitalista y antiimperialista más anarquista que comunista, y
ha cuajado como una revolución moral, especialmente de la sexualidad. Se ha
instaurado el ideal del yo que se cree solidario y libre de la contaminación
del sistema. Desde entonces la democracia, la democracia occidental
propiamente, ya no es sólo urnas y Estado de Derecho, es además costumbres sin normas y derecho a la felicidad
personal sin trabas ajenas
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