sábado, 12 de septiembre de 2015

LA LOCUACIDAD DE MARGALLO II


Margallo es la mejor veleta para conocer la dirección del viento. Dice tanto que a veces lo más importante pasa desapercibido. Por ejemplo lo siguiente. En la entrevista en 13TV enfatizó que “Cataluña jamás sera independiente” y lo justificó porque no tendría ningún reconocimiento internacional, condición imprescindible para ser Estado, a su entender. Es más, vino a decir, si lo consiguiesen después de treinta años por la vía que han elegido, “¿habría valido la pena tanto sufrimiento?” se preguntaba. Lo que no dijo, pero que se desprende de lo que dijo, es que, en caso de que los secesionistas proclamen la independencia, el golpe de Estado quedaría consumado, porque el Estado no va a recurrir a los “medios coercitivos” (entrecomillo) para abortarlo. Lo admitía hasta el punto de que, si llegado el caso, la Generalitat cerrase la frontera el paso de los productos españoles, estos pasarían por el País Vasco o Aragón. Esto da por hecho que aunque se aplicase el 150, el Estado no lo haría cumplir si las autoridades catalanas hacen caso omiso y oficializan internamente la independencia. Estaríamos ante un escenario de “doble poder” en suma, a la espera de que el “nuevo Estado” se desangre por sus contradicciones internas, el caos económico y la falta de aire en la escena internacional. Parece que Margallo abona a que en esas condiciones los secesionistas pragmáticos se avendría a negociar “la tercera vía”, pero dejemos el tema al margen. En el rechazo a apelar a la “coerción” cuenta sin duda la previsible oposición de la izquierda, y la resistencia de la opinión pública, máxime si ello precipitase una rebelión o desobediencia masiva callejera de las huestes secesionistas. Se cuenta además que los “constitucionalistas” seguirían en sus casas o “desemigrando” lejos del sur del Ebro. Tampoco parece que la opinión pública internacional fuera a resultar muy favorable. Ya se sabe lo de David y Goliat. 
Contando con esto los secesionistas lo ven a su manera: habrá que sacrificarse pero el caos económico anegará a España y a la misma UE. Ante esto, sería su lógica, ¿no se vería esta obligada a presionar en su momento para que se negocie una acuerdo entre “España y Cataluña” ,una "separación civilizada"? ¿no pediría también la sociedad española un acuerdo, cualquiera que fuera, para salir del atolladero? ¿no ha demostrado la sociedad española que por encima de todo no quiere líos y si los quiere es para ajustar cuentas entre sí, entre las derechas y las izquierdas?, ¿no sería este un motivo estupendo para que hiciesen un buen ajuste de cuentas del que la secesión saldría beneficiada como algo irreversible?
 No sé si este escenario es realista o es el cuento de la lechera, pero estoy seguro que las claves del mismo cuentan mucho en la mente de los instigadores de este golpe de Estado, cuya preparación ha sido a “cámara lenta”, más bien a cámara normal pero los lentos en entender han sido los espectadores, pero su ejecución ha sido a cámara bien rápida, un golpe de Estado express. ¿No ha reforzado la fe en su éxito la conciencia de que enfrente reina la división y que en el fondo no se está dispuesto a reaccionar, porque nunca se ha reaccionado? ¿no se cuenta con que pase lo que pase el secesionismo tiene las de ganar inmediatamente o a medio plazo? ¿cuantos se han convertido a la independencia por estar con los ganadores?. 

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