miércoles, 24 de junio de 2020

HAMBRE DE SECTA, HAMBRE DE MASA


¿Viene la iconoclastia para quedarse no se sabe hasta cuando?

Como si el cambio climático tuviera que emparejarse con un cambio civilizatorio, a ruina climática ruina civilizatoria. La trituración de los ideales Ilustrados en nombre de esos mismo ideales, mediado empacho y corte de digestión. El aviso viene desde la revolución de la guillotina y los hechos son recurrentes.

Ha irrumpido el hambre de secta y parece presto a conmoverlo todo. Cada uno ha de ser su Joker.

Pero las sectas tradicionalmente querían recogimiento y privacidad, ocultas a las miradas públicas para autopurgarse tranquilamente. Ahora el espíritu sectario necesita materializarse en la masa. Primero que todo la visibilidad y con ello purgar a la sociedad y darle su merecido. Parecido a los años treinta pero más proteico y plural. La masa nace y se transforma al compás de las modas sectarias.

Las masas/sectas pueden irradiar de cualquier punto. Basta que unos cuantos se sientan agraviados, o simplemente descubran algún motivo de agravio. Los justos motivos de protesta pronto son pasto del espíritu justiciero. Los mismos héroes liberadores de antaño deben ser censurados por su hipocresía. Lincoln quería la libertad de los esclavos para camuflar su odio verdadero, los misioneros españoles protegían y educaban a los indios para humillarlos y aculturizarlos.

En el pasado todo es maldad por poco que se rasque. En nuestro modesto corral la ministra portavoz y todo lo que representa no es tan original como se cree. Pero puede presumir de que ya tenía bien señalado al enemigo/maligno desde mucho antes que estas exhibiciones disruptivas tan variopintas. Su pedigrí está acreditado, incluso certificado por encuestas afamadas.

E. Canetti se ha ganado la autoridad en en el conocimiento de la materia. Por ejemplo:

“Entre los rasgos más llamativos en la vida de la masa, hay uno que podríamos designar con el nombre de “sentimiento de persecución”, una peculiar y furiosa sensibilidad e irritación frente a los enemigos señalados como tales de una vez para siempre. Ya pueden estos emprender lo que se les antoje, proceder con rigidez o condescendencia, ser comprensivos o fríos , duros o blandos: todo ello se interpreta como si brotase de una inconmovible malignidad, de una mala disposición para la masa, de una intención preconcebida de destruirla abierta o alevosamente.” (Masa y Poder)

Pues al fin y al cabo la masa/secta ha de sentirse a la defensiva para poder seguir atacando.

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